
Al Caudillo Español le sobran talibanes, con los que tiene como Caciques Autonómicos, ministros, policía, ejército y la larga nómina de tribunales españoles y jueces corruptos, no tiene nada que decir. Incluso él mismo piensa: “¡Coño! Que no se quejen, es ahora cuando en Afganistán empieza lo bueno. Y el mejor estado de derecho que la Europa Nazi quisiera para sí”.
Incluso seguro que duerme con la baba cayéndole por la boca abierta, fantaseando en prohibir respirar y caminar por la calle, sin ni siquiera lanzar decretos de mierda que le dan jaqueca y demasiado trabajo.