Macron, otro de “les cochones” europeos que han probado la sangre

Publicado: 5 enero, 2022 en Chusma, Citas, Conclusiones, Lecturas, Maldito romanticismo, Reflexiones, Terror
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Aún no ha llegado Francia al nivel del NeoNazismo Español del Coronavirus.
España es líder en un fascismo atroz con afirmaciones invasivamente doctrinales de sus dictadores, como la de aquella ministra que hace no mucho tiempo dijo, respecto a la educación de los hijos: “Los hijos no pertenecen a los padres, son del Estado Español”. O actualmente con el ministro fascista de Consumo, obligando a la población a seguir determinados hábitos alimenticios mediante coacción con impuestos y ruina a la industria alimentaria. Tenemos también a Cataluña como una feroz república islámica, penalizando ciertos alimentos o cargando contra su población unos impuestos que, en cualquier democracia del siglo pasado hubieran constituido delito de usura. Sin mentar que actualmente es la región del mundo que a más población inocente de delito alguno mantiene encarcelada.
Todas las Caciquerías Españolas (Comunidades Autónomas) mantienen un fascismo radical contra la población, un pacto monetario entre los Caciques y el Nuevo y Normal Caudillo Penitenciario Fascista Español del Coronavirus.
Y queda el mayor logro del Nuevo y Normal Gobierno Penitenciario Fascista Español del Coronavirus: la prohibición biológica de respirar, la obligación genocida del uso del bozal (vulgarmente mascarilla) a cielo abierto; de hecho es el pie en el cuello de la población española (una población dada genéticamente a tolerar durante decenios la dictadura sin rechistar). En España, si los hijos son del estado para la educación, también para la sanidad y los padres ya no pueden elegir si vacunar o no a sus hijos.
Bueno, pues Macron es como otro de estos cerdos españoles que una vez han probado la sangre, no pueden dejar de comerla.
La cuestión no es que sean vacunados o no. La cuestión es la obediencia. Si han aceptado la represión y la extorsión del NeoNazismo francés, los vacunados deberán aceptar que sus hijos sean ideológicamente educados y tratados sanitariamente como el Nuevo Estado Napoleónico Francés decrete. Podrán ir al cine a ver las películas que el Estado Napoleónico Francés considere oportunas, al igual que las obras de teatro que pasen la debida censura. Comerán (al igual que en la España Penitenciaria) lo que el Estado Napoleónico Francés dicte.
Y al final, como ocurrió en la España Franquista, por decreto serán obligados a votar en elecciones por un único partido. Para los olvidadizos o los que han recibido la habitual educación pervertida del NeoNazismo, Franco obligó a votar a la población, y había dos opciones que elegir: Sí que gobernaré siempre, o, No sin mí.
Los derechos que se han perdido en España y ahora en Europa, se han instalado como decretos (la sangre de los cerdos fascistas) y no se recuperarán.
Y al final, no habrá ciudadanos de primera o segunda (vacunados o no vacunados), todos comerán la misma mierda, verán la misma mierda, leerán la misma mierda, llenarán las cabezas de sus hijos con su misma mierda, y deberán exhibir durante toda su permanencia en el planeta, su brazalete nazi de control veterinario.
Ojalá fuera literatura; pero es un hecho: está ocurriendo y han matado a gente por ello.
Macron no es el primer presidente NeoNazi, pero lo intenta, va por el buen camino. Pronto se dará la mano con el Nuevo y Normal Caudillo Penitenciario Fascista Español del Coronavirus.
“Les cochones” es una dramática y peligrosa opereta con falsos tintes paternalistas.
Y solo ha sido posible gracias a una sociedad tan consumista, cobarde e infantilizada, que se han olvidado de que son seres humanos y no rumiantes de matadero o cerdos de granja.
Los intelectuales que murieron el siglo pasado, estarán contentos de no haber experimentado y visto en lo que se ha convertido la sociedad actual y sus criadores de cerdos. Murieron en un buen momento.
Yo no he tenido esa suerte. Qué mierda.

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