No es de extrañar que si el Papa dijo que vacunarse era un acto de bondad, el bozal debe ser un acto de penitencia beato y morirse de hambre rezando piamente por el acoso del nazismo, te convierte en mártir con probabilidades de ser canonizado.
Así que los que llevan bozal, por lógica y dogma no tienen ya más remedio que pegarse estampitas en la frente y colgarse medallitas que besar cada vez que bajan a la calle a enfrentarse al coronavirus “volaor”.
Aquí pasa como con los cristianos devorados por los leones en el circo romano: aplausos.
Me pregunto qué cojones cantarán este año en las saetas de las procesiones de semana santa.
Fetichismo y superchería para conjurar el nazismo y su coronavirus
Publicado: 19 febrero, 2022 en Chusma, Citas, Conclusiones, Histéricas, Lecturas, Reflexiones, TerrorEtiquetas:cine, Citas, Humor, Iconoclasta, manuscritos, Música, Reflexiones de Iconoclasta, romanticismo, sarcasmo, Ultrajant
0