
Pues prácticamente, para cumplir con todas las virtudes de la secta del nuevo nazismo occidental conocido graciosamente como “las democracias”, solo le falta a la negra que en realidad se llame Emilio, llevar un chapita del cambio climático en un tirante del vestidito, en el otro una con “prohibido fumar” y ser vegana.
Si es que tiene todo lo mal.. Perdón, la portavoz es todo lo bueno en un económico pack.