
Ocurre que los gobiernos corruptos, a pesar de conocer la pobreza de su población, de su estado, no cesan de seguir robando a los pobres para decir que se lo dan a otros más pobres.
Y una mierda.
Es lo que está ocurriendo con el cuento de la guerra ruso-ucraniana, han de joder el bolsillo del obrero para dar armas a Ucrania. Y ello, conlleva dejar de comprar una energía que directamente va a destrozar la vida del trabajador, en este caso, el español.
Pareciera que Bulgaria, con un par ha dicho que les den por culo, que no se va a empobrecer más por nadie. Sea por la razón que sea, ha tenido la suficiente decencia para poner un tope a la indecencia de las falsas democracias europeas y su ambición desmedida que está llevando a la ruina a la gente.
En España, como queda tras los Pirineos y nadie la hace caso, el robo al trabajador en nombre de la guerra ruso-ucraniana sigue sin que nadie dé un alto a tanta corrupción y estafa de marcado carácter social fascista.