
Y ahora con la guerra ruso-ucraniana y la urgencia medioambiental para arruinar al obrero.
La prensa prostituida al neonazismo del coronavirus ha escrito tantas mentiras, que los pobres historiadores honrados no van a poder valerse de un solo periódico para documentar la historia del fascismo del coronavirus.
Leer la prensa es atisbar un vertedero de mentiras que causan náuseas. Y todos los días, a todas horas.