El adoctrinamiento que realiza el estado penitenciario fascista español homosexual sanitario para propagar su evangelio climático y de los “días difíciles” cuesta una cantidad pornográfica de dinero. Eso sumado a la factura del gas y electricidad, deja a la masa trabajadora o clase paria española, en la necesidad de guardarse los excrementos para usarlos como combustible y pienso.
Y además, el analfabetismo del Caudillo Español y sus secuaces como ministros y caciques autonómicos, es otra estocada a los pobres. Resulta que ahora necesitan consultores que eduquen a sus expertos o asesores, primos y amiguetes que fueron enchufados durante los encarcelamientos masivos del golpe de estado que llevaron a cabo con el coronavirus.
Iconoclasta, el hombre. 