Iconoclasta, el hombre.

Todo fascismo desearía tener votantes trans, esto es: enfermos, mentalmente débiles, físicamente destruidos, y lo que es mejor, absolutamente dependientes de la ideología de los jerarcas fascistas.
Los transexuales son la prueba viva de que el monstruo romántico de Frankenstein es una “hermosa y liberadora realidad”. Y muestra el gran poder del estado que puede hacer realidad los sueños de los enfermos mentales mutilándolos para transformar su cuerpo y desde luego, hacerlos absolutamente dependientes de por vida del estado y sus tratamientos médicos.
El estado, con una población transformada, mental y físicamente disminuida, obtendría una obediencia total y religiosa de todo aquello que exprime y asfixia.
Es el sueño de cualquier dictador, es el sueño del Gobierno Penitenciario Fascista Español Homosexual Sanitario.
El coronavirus o covid, está provocando unos temibles efectos secundarios (realmente son los buscados por los estados nazis del coronavirus) contra la libertad, la dignidad y la razón.