Esto que ocurrió en septiembre del 2022, junto al apocalipsis de la ola de calor, hizo más idiotas a los periodistas prostituidos al régimen penitenciario fascista español homosexual sanitario.
O sea, todo políticacho es magno ¿no?
Como si fueran césares, o grandes fenómenos de la historia de la humanidad…
¡Ay qué chochos!
Bueno, como a mí no me pagan una mierda voy a ser certero, conciso y honrado: ¿Magnicidio? La concha de tu madre, boludo (que bien y graciosamente diría un argentino).
¿Qué importancia tiene? No ha inventado nada, es más, tuvo un marrón gordo con sus asuntos de corrupción.
Es que todos los que han practicado el nazismo desde el 2020 (año en el que decretaron los fascistas pseudo demócratas el coronavirus a nivel mundial) en sus países para provocar la ruina y humillación de sus habitantes con la estafa del covid, forman cofradía y son como los médicos, se protegen cosa mala en un corporativismo mafioso.
No tardaremos en ver en plazas, jardines y meaderos (para que la peña se masturbe ante ellos) los bustos en bronce de los hijoputas nazis que pervirtieron sus democracias, que nos encerraron, extorsionaron, acosaron y arruinaron con el coronavirus, y ahora con la estafa de la guerra ruso-ucraniana, junto con una crisis de estafa climática, y otra de estafa energética; y en España además, con el timo de la elección de jueces corruptos afines al gobierno homosexual.
Son unos hijos de puta, no tienen nada de magno y sus vidas carecen de importancia, para ladrón y estafador cualquiera sirve. Y tienen sus expertos asesores ¿no?
Son perfectamente prescindibles y asesinables, sin magnitud alguna.
Os lo juro, pequeños míos.
Pues eso, de magnicidio, una mierda.
Iconoclasta, el hombre. 