
Es el nazismo penitenciario maricón sanitario que con el bozal y pudriendo la razón y la libertad, ha hecho de los jóvenes plañideras con toda clase de miedos y complejos. Gente demasiado acostumbrada a obedecer porque es más fácil que pensar; ahora tiene que ir al médico porque se da cuenta de que tiene el cerebro podrido. Y son incapaces de encontrar la causa de tan castrados que están.
Lo normal que ocurre en cualquier estado totalitario.