
Pues parece que el Gobierno Ucraniano también es nazi-sanitario-homosexual.
Cuidando de que no suenen fuerte los petarditos en tiempos de bombardeo.
Y a los muertos los cubren con visillos para decorarlos.
Ni en guerra el nazismo sanitario deja vislumbrar un ápice de libertad. Hay que prohibir lo que sea a toda costa, que se sienta siempre vigente el Nazismo poscoronavirus y su paternalismo y proteccionismo fariseo fascista maricón.
Son las anécdotas de una sociedad mierdosa, llorona, infantilizada y cobarde como la puta que la parió.