
El diablo lo hizo tan bien negando su existencia, que se replegó sobre sí mismo hasta desaparecer convertido en una partícula subatómica.
Y salió al espacio donde se lo tragó un agujero negro.
No quedó nadie que contrarrestase los designios esquizofrénicos y subnormales de un dios todopoderoso enfermo, corrupto, viejo y senil.
El ser humano no tiene a nadie quien luche contra esa mala zorra que rige inescrutablemente. Un imbécil jugando con dos palos.
El diablo se pasó de listo.
Y ahora solo quedo yo contra dios.