Los árboles lechuga son los más frescos de la montaña
Eran aquellos grises que el invierno quiso matar de frío desnudándolos.
Y llegó la buenorra de la prima Vera y los vistió de un verde lechuga tan llamativo entre el resto de flora, que si fuera un gigante me prepararía una buena ensalada con ellos.
Quien no presta atención a los movimientos planetarios se pierde verdaderas delicatesen.
Aunque en vista del nazismo climático-sanitario-penitenciario que estoy viviendo con su farsa climática, dirán que ese verde es consecuencia de algún metal que ha contaminado el suelo.
Como ellos son consecuencia del coño contaminado de su madre.
Los muertos también escasean y en consecuencia los idiotas abundan.
Es para cagarse en dios.
Y follarse a la maciza prima Vera.

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