
Es la flor más provocadora del campo.
La puta más hermosa.
Cuando despliega sus pétalos sutiles y traslúcidos deja ver su interior cuando el sol la baña.
Desvergonzada…
Sus muslos abiertos que la muestran deseable hasta el violento deseo.
Y su color encendido de impúdica obscenidad.
Me evoca la excitante lencería roja de la diosa en el ritual de convertirme en su esclavo.