Archivos para febrero, 2015

Hay un extraño desequilibrio, no acaba el planeta de afianzarse bajo mis pies.
Se remueve inquieto, incómodo.
Lo siento en ese temblor que reverbera en mis rodillas.
Y caminar se convierte en algo incierto, la dirección varía constantemente.
No es mi culpa que la tierra tenga miedo a mis pasos firmes y el apocalipsis que sueño ser.
Me pide que sea un poco más cuidadoso con sus rocas.
Me pregunto si se refiere a que las abrace.
Si insiste, le confesaré que mi pensamiento es atroz; pero mi sexualidad no incluye la litofilia. Le amenazaré con mis brocas y agujerearlo para enseñarle el verdadero dolor. Algo aproximado a una rodilla enferma sometida a un temblor de tierra escala tres millones richter.
Hay días que no se puede pasear tranquilo por la cobardía ajena, aunque sea la de una piedra gigantesca.

Duerme.
Una mierda, que hay sueños que no me gustan, hay pensamientos que no cesan.
Hay cosas que hacer y la impaciencia barre el descanso y lo convierte en angustia. Incluso en esperanzas que me tengo prohibidas.
No quiero llorar al dormir, no me gusta despertar triste. No necesito esas puñaladas traicioneras, las lágrimas se convierten en legañas que duelen al arrancarlas.
Mejor caer desmayado, es cuestión de esperar. Lo malo es ser fuerte. Vendo salud, tengo a chorros, algo de debilidad va bien. Voy a donar salud, y de paso acorto un poco la vida, es demasiada larga y cada vez duermo menos.
El sueño eterno es más sereno, más tranquilo. No hay cosas que esperan y desesperan, está todo acabado.
Necesitas dormir.
Dios también, pero no deja de pensar en mí, por lo visto tampoco duerme.
Es esa impaciencia por vivir a todas horas, tienes que hacer un esfuerzo.
Estoy cansado, todo requiere esfuerzo. Hay gente que duerme sin él.
Estoy maldito.
Estás loco.
Ambas cosas no tienen remedio.
Solo es cuestión de voluntad.
Creo que la voluntad se ha gastado, o la empleo toda en estar despierto, se ha roto algún conducto importante, el conducto soñador.
Morirás, te estás consumiendo en las noches.
Al final acabamos siempre pensando en la muerte yo y yo mismo. Somos unos cabrones locos.
No te rías.
Estoy llorando.
Todos lloran y duermen. Deberías ser más cauto.
Pronto será de día, no vale la pena intentarlo.
Deberíamos querernos más, cuidarnos.
Somos unos fracasados.
No es buen lugar éste, no es fracaso, es decepción.
Como quieras; pero no me gusta que me corrijan.
Vamos a tomar un café y fumar, eso nos une.
Tal vez sí, tienes razón.
Buenos días, yo.
Buenos días, yo mismo.
No te rías.
Sigo llorando, pero es por vicio, tengo los ojos secos.
Entonces es lógico que llores.
¿Ya ha salido el café?
Hace ruido la cafetera, ahora bajamos a ver.
Con mucho azúcar.
Con todo el azúcar.
Se nota el día, nos disociamos cada vez menos.
Moriremos con los ojos legañosos.
Lo sé.
Ya nos entendemos.

La imagen de Dios debería ser la de una vaca con unas gigantescas ubres de las que quieren mamar millones de becerros, salpicados sus pelajes de excrementos. Está bien, a Alá que lo representen con una cabra: idénticas tetas, idéntico número de reses, igual de sucias.
Solo que en vez de mugir, balan. ¿Sí?
Pues pasemos a la canción del cinco que en el culo te la hinco (era necesaria esta ordinariez para que algunos sonrían, los asuntos de dioses suelen crear llagas. Todos sonríen cuando aparece la palabra culo o pedo).
Esto de distinguir a las reses, son pequeños detalles que en un cerebro que funcione medianamente bien, sería innecesario; pero no me fío de la funcionalidad sináptica de los adocenados, crédulos, fanáticos y talibanes.

«Cualquier tiempo pasado fue mejor», debería usarse como sarcasmo o ironía para poner de manifiesto la imbecilidad de asaz gente.
Porque los hay que se lo creen de verdad. La envidia y la decepción de ver lo que son y han hecho tras el paso de los años, les lleva consolarse con semejante vulgaridad.
El egoísmo y la vanidad se hacen más fuertes y virulentos con el paso del tiempo. Y la envidia hacia los más jóvenes llega a convertirse en una ira enfermiza y oculta.
Nada nuevo bajo el sol, porque con esto de los tiempos pasa como con el sexo: se eternizan prejuicios, ignorancias, envidias y vanidades generación tras generación.
Cualquier tiempo pasado fue peor: había más ignorancia, miedo, pobreza y la peña se reproducía demasiado y con poca calidad.
Como ejemplo vosotros y vuestro pasado mejor, miraos bien en el espejo, idiotas.

Genialidad y perfección mini

Genialidad y perfección.

Una ira una culpa

En ocasiones me siento hostil y habrá alguna razón que no puedo concretar. Tal vez una música, un olor, un frío, un no estar…. Pero no es un recuerdo, porque los recuerdos puedo enfocarlos nítidamente, enumerarlos, clasificarlos y arrancarles la cabeza.
Algo hiede a podrido en Dinamarca y solo puedo concluir que el mundo y yo no acabamos de entendernos bien.
Cosa que no consigue aplacar esa hostilidad milenaria que sale de lo más primitivo de mí.
La locura alimenta más locura. Esto acabará algún día, lo sé. Es la impaciencia…

Daysi Marie

En Telegramas de Iconoclasta.

Indiferencia o cáncer del alma

Que mueras no tendría demasiada emotividad en mí. Tal vez una escueta sonrisa de satisfacción, no más.
Es que eres tan poco importante, que si vives o mueres, no consigo sentir nada. No causa emoción alguna en mí tu estado.
No servías ni de adorno. Aquel tiempo contigo fue tan insulso y árido, que no dejó lugar para la añoranza. Arrasaste lo que fue y lo que pudo ser y yo aprendí que no importaba. Que solo era cuestión de esperar pacientemente salir de ese pozo de hastío que era la vida contigo.
Me acuerdo de ese sol que mataba el deseo de caminar y las largas horas muertas compartiendo espacio contigo. Esa sensación de vacío y de pérdida de tiempo que solo se aplacaba cuando por fin te ibas a trabajar… Qué descanso…
Me acuerdo de libros y películas que vi solo; pero no tengo un recuerdo definido de haber estado contigo en algún buen momento o lugar. La vanidad no es compañía, es un persistente desagrado.
Es razonable, que si vives, mueres o te haces millonaria, no me interese.
De hecho, no lo sabré.
El aburrimiento que producías destruyó cualquier interés pasado y futuro, si lo hubo.
Si salió algo interesante de aquellos años, han sido estas palabras trascendentes solo para mí. Y esta indiferencia que me preocupa en cuanto a que pudiera no ser humana, o una lesión, o un tumor cerebral…
Menos mal que retrospectivamente el tiempo pasó volando.
Porque podría ser peor: estar aún cerca de ti.

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Iconoclasta

El arbol humano Portada libro

«La soledad es su naturaleza, o una parte de ella. Porque su otra naturaleza se marchita de pena entre savia y fibras que no acaba de asimilar como suyas.
Las noches son el descanso de los árboles, la fotosíntesis es agotadora.
El vegetal se retira y da paso al hombre.
Al hombre más solo del mundo.» (Iconoclasta)

Para leer en:
http://issuu.com/alfilo15/docs/el___rbol_humano_libro
y
http://binibook.com/details.php?id=1656

Las Tarjetitas de la sabiduría de Iconoclasta ya no son virtuales. Ya se pueden tocar, doblar, usar como papel higiénico de emergencia, etc…

Tarjetitas de la sabiduría de Iconoclasta
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