
El estado no se preocupa por tu vida, solo le importa los índices de mortalidad, independientemente de la causa.
A mí, sin embargo, me importa una mierda la mortalidad del colectivo, ni más ni menos como al colectivo le importa mi vida.
Seré cristalino: haré lo que me salga de la polla, independientemente de lo que tema, piense y haga el colectivo.
Mi salud, fortaleza física y libertad, están por encima de cualquier otra consideración.
No es una mera reflexión, es un hecho tan palpable como las líneas que estoy escribiendo.