
Los jerarcas y burócratas (decenas y decenas de centenares de miles) del comunismo estalinista o nazi chino, además de ser unos criadores de cerdos sin titulación alguna más que la corrupción propia de toda dictadura; son básicamente una panda de alcaides de prisión que gobiernan con mano férrea a miles de millones de chinos encarcelados por el capricho de una jerarquía aristocrática decadente, vieja y corrupta.
Cuando la población decida que es mejor morir usando la violencia o la guerra que de hambre, las cosas empezarán a cambiar para bien.
Porque ciertas indignidades, abusos y acosos, solo se pueden reparar con la violencia y la muerte que lleva.