
Lo de sentar en el banquillo será para que el juez avale a los policías como niños malos y que no lo vuelvan a hacer. Y a seguir trabajando, chicos.
Sin embargo, deberían sentar en el banquillo a los mezquinos, rastreros y chupapollas nazis de los vecinos, que aunque no los condenen a nada, por lo menos sean identificados como lo mierdas y miserables que son. Unos cochinos delatores buscando el favor de sus amos fascistas o nazis.
España es un pudridero de dictadores y cabestros obedientes y chivatos.