Es que quien no lo viera, necesitaba operarse el cerebro, o arrancárselo porque no le servía para nada: España se convirtió en la Cuba de Europa, en el satélite del Nazismo Comunista Chino con el cuento del coronavirus.
Aquí tenemos al jerarca ministro nazi narrando sus delitos, su fascismo, su ignorancia y demostrando con orgullo lo bien que le están sentando estos dos años y medio de dictadura, con su acoso, represión, ruina, insalubridad y humillación del pueblo español.
De ahí que el bozal nazi español no se toca y el trabajador seguirá subiendo como una res al vagón de transporte, para que se enferme, humille, debilite y sobre todo, calle.
Que España era un calco provinciano y tercermundista de la China Nazi Comunista, era tan obvio como la puta apostada en la esquina de una zona industrial de noche.
Ahora ya se trata de alardear sin pudor de ser una puta república africana bananera homosexual.
Iconoclasta, el hombre. 