
La ministra sanitaria nazi española, pregona no saber una mierda y a sus educadores se remite para que ellos decidan si el bozal (mascarilla en argot nazi), debe seguir humillando y enfermando a la clase baja trabajadora o paria en los transportes públicos que a diario, la traslada a sus centros de explotación y adoctrinamiento.
Además del orgullo homosexual, el gobierno penitenciario fascista español homosexual sanitario, debería decretar una nueva festividad: la del orgullo analfabeto.
Porque alardean de ello con una impunidad terrorífica.
Porque son incapaces de dar una sola respuesta a ninguna cuestión. Los subnormales jamás habían ocupado un cargo de poder durante tanto tiempo y con tanta impunidad.