Además de pudrir la respiración y la libertad, el bozal también provoca confusión en la comunicación verbal con el “sí”; no sabes realmente si te han dado el sí a follar o ha sido un siseo de asma.
Y claro, luego vienen follaciones no deseadas. Por no hablar de las humillaciones diarias de ser tratado como un cerdo o una vaca en transporte al matadero.
Se pueden meter su bozal por el ojete los jerarcas nazis españoles y sus funcionarios afines.
Aunque es de prever que esto no quedará así, ya mismo el Caudillo Penitenciario Fascista Español Homosexual Sanitario y secretario general vitalicio del Politburó Español Penitenciario, está decretando la creación de una Gestapo Española para que controle en el transporte público la correcta normativa sobre el uso del bozal (mascarilla en jerga nazi). Luego, cada cacique autonómico nazi, creará su propio cuerpo de “educación y adoctrinamiento policial” en sus taifas y la nómina de funcionarios tendrá que ser pagada con los fondos de ayuda de la Unión Europea Nazi. Y así, como en Irán matan a las mujeres que llevan mal colocado el velo, en España ídem con el bozal.
Y con ello, aumentar la nómina de funcionarios para el control del cumplimiento de todo decreto y orden del nazismo español homosexual sanitario.
Iconoclasta, el hombre. 