
Estaba claro de un principio que el caudillo español y el caudillo francés forman un dúo de trileros, de estafadores.
Amantes y además, socios en robo y corrupción.
Han creado una crisis para especular y traficar con la energía. Y de la guerra ruso-craniana, han sacado una tajada multimillonaria; tanto el marica español, como el marica francés se han montado, como se dice, en el dólar.
Y es que como toda Europa es un nicho de nazismos sanitarios, climáticos y homosexuales, los dictadores forman equipos o mafias como los amiguetes a la salida del colegio.