
Porque buena persona no es. Es de lo más parecido a Stalin; pero en afeminado.
Es malo, es hipócrita, un auténtico Caudillo Español como Franco al que odia porque nació antes que él y robó más dinero durante medio siglo.
El Caudillo es envidioso cosa mala, además de arribista sin escrúpulos.
Es el único que ha pedido la poltrona presidencial de un socialismo obsoleto que ha abrazado el fascismo homosexual sanitario. Nadie quiere esa insignificancia.
¿Socialismo en esta época de consumismo feroz y homosexualismo desatado? ¿Cuando toda la sociedad quiere vestir de marca y comprar el móvil más moderno empeñándose a treinta y seis meses? ¿Y además quieren ser todos propietarios de mansión y coche eléctrico alta gama?
¿Cuando se aconseja a los hombres llevar falda para hacerlos ostentosa e ideológicamente maricas?
¿Qué coño esnifan? ¿Con qué les adulteran la farlopa?
Para lo que sirve la Internacional Socialista, vale cualquiera que compre boleto.
Aún no saben lo que les espera a los que trabajarán bajo sus decretos y sus arranques de histeria por sobredosis de cocaína.