El sicario ministerial pequeñín de exteriores (el enanito Albares), mini yo del rey y ayatolá hispanocatalán Sánchez I el Arribista, sumo sacerdote masónico de la secta psoe, inventor de la Amnistía Corrupta Española 2024 y cobarde histórico, pareciera que se está buscando la vida para conseguir la nacionalidad mexicana para cuando se quede sin su chollo monetario en España. Por lo visto, en Dominicana o no se fían o ya tienen a suficientes corrupto-jerarcas sanchiztas nacionalizados. Lo que no entiendo del titular es porque dicen que el otro rey, el Felipe jarrón y tamagochi del rey de verdad el ayatolá Sánchez I el Arribista, se queda con el culo al aire. Porque el otro rey (el Felipe jarrón) siempre ha sido un buen servidor, representante y valedor de la narco corrupta dictadura española sanchizta islámica homosexual climática sanitaria. La prensa tiene unas ganas de dramatizar el sainete corrupto español…
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Son tan toscas y en el fondo pueriles las “pedagogías” (embustes y adoctrinamientos) del rey y ayatolá hispanocatalán Sánchez I el Arribista, sumo sacerdote masónico de la secta psoe, inventor de la Amnistía Corrupta Española 2024 y cobarde histórico y sus sicarios, que es de agradecer que algún artista las traduzca en imágenes claras y didácticas para que la raza humana española, el sueño dorado de todo dictador por su proverbial servilismo, silencio, indolencia y obediencia; pueda comprender (al menos un borrego o dos) lo que es realmente la “pedagogía del bienestar y el progresismo sanchizta” tan “democrática” y “constitucionalmente” infecciosa o venenosa. Y tan sincera, siempre… Incluso, a veces, jocosa por lo decididamente palurda y simplona.
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El feto era especial, precozmente sensible, curioso por la vida que le aguardaba. Sin embargo, algo no marchó bien, los sonidos que llegaban de ahí fuera eran horribles, hostiles contra lo que su instinto y naturaleza le llevaban a esperar. Y su organismo, cada una de sus células que se multiplicaban para formarlo, estaban expectantes ante cualquier cambio en las condiciones de idoneidad para nacer. El bebé nació muerto porque le ofendió y temió lo que olió y sintió a través del cordón umbilical y el líquido amniótico que propaga el sonido con terrorífico realismo. Incluso algunos malos sabores que llegaban como una hiel desde la placenta. “No nacerás” es el mandamiento humano primigenio que los bebés lindos obedecen cuando es hostil la vida. Incluso dos segundos de vida son tortura y humillación eternas en el degradado mundo de la humanidad, incompatible con la propia naturaleza de la cría que nace. Tal vez, pobrecitos, los buenos tienen un sistema de autodestrucción para no convertirse en masa amorfa palpitante. Aquello no estaba bien. La vida es otra cosa diferente a lo que sentía. Se lo decía cada una de sus células que trabajaban afanosamente en su construcción. Toda señal sensorial del exterior era artificial, incluso algunos nutrientes de la madre. Hubo un momento en el que el feto sintió una vibración acompañada de un sonido chirriante que se extendía por el útero agitando incluso la placenta, molestándolo. Asustándolo. Aquel día, antes de nacer muerto, madre comenzó a agitar la cadera extrañamente, jadeaba y sus pulmones y corazón acelerados lo turbaron creando alarma en su instinto de supervivencia. Y en un momento dado, dejó de respirar y crisparse toda ella mientras el padre le decía: “Te ha gustado, ¿eh mami? ¿Ves como sí que podías? Y el ruido chirriante y la vibración cesó al fin. Nunca llegó a poder definir el bebé hoy muerto que madre se había corrido. El feto se sintió extraño en lugar y tiempo. Llegaban cosas inquietantes a través del vientre reverberando en el limbo-fluido que habitaba. Hubiera sido muy inteligente, ya tenía una conciencia intuitiva y efectiva del lugar y tiempo en el que nacería. Prefirió no nacer, su instinto le gritaba que nacería en cautividad en ese mundo, como madre, para toda la vida. Para toda la puta vida. Y se imponía la nobleza humana, una dignidad. Los bebés inteligentes que escuchan o sienten cosas en la oscuridad del vientre no quieren ese vivir. Son muy pocos los que tempranamente desarrollan esa habilidad sensorial y se niegan a respirar un aire rancio y ante sus ojos un horizonte que provoca ecos demasiado cercanos con olor a cemento, asfalto y excrementos húmedos de las alcantarillas. Los bebés que se forman con el instinto humano más desarrollado o agudo tienen una conciencia primigenia funcional y su afán de vivir se marchita ante la falta de libertad para desarrollarse dignamente. Y por todo ello la humanidad se degradada un poco más cada día, por cada no nato. Su corazón o pulmones no han funcionado o tal vez haya alguna malformación o mutación no detectada. Su cuerpo inerte está entre las manos de una comadrona repentinamente silenciosa. Hoy, hay dos sangres en el paritorio: la del coño de la madre y la inmóvil del bebé, atronadoramente desoladora. Malvivir no es vida, sólo una larga agonía. Mejor no nacer. Y en los bebés que nacen, pobrecitos míos, la sabiduría primigenia de especie se ha retrasado y no pueden intuir la indignidad de respirar ahí fuera. Nacen esclavos hasta la muerte. Es la razón de que en cada nueva generación surjan menos o ningún creador. Los nacidos, como los que ahora respiramos, servirán de comida para el estado/dios, sus ministros y sacerdotes. Viven triste e indignamente fermentando sus esperanzas y anhelos hasta que la indolencia se apodera de ellos y los lleva a borrar cualquier concepto de libertad y dignidad en su día a día. El sistema nervioso del bebé advirtió en varios momentos de su corta intra-existencia que algo lo espiaba desde allá fuera arrastrándose por el vientre materno; una presión que deseaba controlar, espiar su intimidad, su vida apenas formada. Algo que no era madre lo esperaba allá afuera. Y si no era madre, era predador de tacto duro, hostil. Reptil. Y los bebés quieren ternura, una piel cálida que los acoja. Es su derecho indiscutible. Las madres y padres que no desarrollaron en el útero esa sensibilidad ambiental no pueden intuir siquiera lo que su feto o bebé podría temer. Las sociedades cautivas humanas se han saturado de pobres bebés que no supieron sentir y los humanos de calidad, los autosuficientes, los libres ya no nacen. No hay esperanza para la humanidad, está abocada definitiva e irremediablemente hacia el pensamiento y conducta insectil totales. Al bebé se le marchitó el ánimo de vida en el vientre de madre y nacer dejó de ser ilusión. Si no hay alegría de nacer ¿para qué quieres un corazón, pulmones o el cerebro mismo? Por cada sonido que le llegaba amnióticamente del mundo-prisión exterior se le desanimaba un poco el ritmo del corazón. Perdía latidos… Hasta que se detuvo para siempre poco antes de emerger ante el ofensivo olor químico de un hospital. Y sus sonidos plásticos… La madre sufre la tragedia que no olvidará jamás sumándose a su cautiva existencia; nunca sabrá que su pequeño eligió dignidad a falta de libertad. Es el momento de blasfemar. Otra esperanza hecha añicos, una pena que cauteriza toda alegría y esperanza. Es tiempo de odiar el mundo mal construido que ha asesinado al bebé. Consuela que no haya nacido para sufrir, para ser humillado. Con esa precoz habilidad, era lógico que el bebé forzara a las células a detener su trabajo por la implícita tristeza que madre le insuflaba inconscientemente en su sistema neuronal. Todo bebé raramente inteligente nace muerto al presentir la mierda de vida que le espera. Su naturaleza e instinto rechazan ese horizonte, aire y materiales adulterados. La especie humana no tiene salvación, cada generación es física y mentalmente más pobre que la anterior y en esas malas sangres surgen los políticos actuales y las poblaciones que se dejan someter a sus fascismos, mentiras e ignorancias. Desde que los bebés puros de naturaleza humana nacen muertos, la especie humana camina hacia la extinción. Los que se forman con el instinto animal humano íntegro no pueden ni deben adaptarse a la cautividad de los asentamientos humanos hacinados o urbanos. Mejor muerto que la dignidad podrida infectando el alma, si la tuviéramos. Un bebé muerto, otro más. Misericordia…
Fue aquel un día mágico en el que con desenfado, ilusión y optimismo; por orden y deseo del rey y ayatolá hispanocatalán Sánchez I el Arribista, sumo sacerdote masónico de la secta psoe, inventor de la Amnistía Corrupta Española 2024 y cobarde histórico, sus sicarios y traficantes de votos parasitaron magistralmente la radio televisión venezolana española (RTVE). Con tal impunidad, alevosía e indisimulada hambre carroñera que pareciera que no vieran llover. No olvidarán jamás los sanchiztas e incluso los honestos, que fue un día muy especial donde los buitres en lugar de volar en círculos permanecían ansiosamente hambrientos en sus sillones de su congreso de los diputados. Una postal de parque de reserva biológica inolvidable. Se merece una fiesta nazional-sanchizta.
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Muchos comentan que el rey y ayatolá hispanocatalán Sánchez I el Arribista, sumo sacerdote masónico de la secta psoe, inventor de la Amnistía Corrupta Española 2024 y cobarde histórico, ha salido airoso de la comisión de investigación del senado. Nadie acierta. Ni ha salido victorioso, ni perdedor. Y los senadores sabían que no se trataba de eso; sino de darle esa publicidad al cerdo que por su narcisismo enfermo busca ansiosamente. Ni siquiera había esperanza de sorpresa porque los bebés de teta, incluso los de matrimonios trans, sabían que no serviría para sacar verdades al cerdo sanchizta. Simplemente ha sido un espectáculo de feria en vivo con un engendro y ver en directo su degradación de la dignidad y la ética. Observar con asqueada fascinación las risas del mafioso cerdo “investigado”. Nadie en su sano juicio pensaba que serviría para llevar al degenerado ayatolá Sánchez I el Arribista contra las cuerdas Ha sido un magnífico y fascinante espectáculo y nada más. Donde millones de espectadores han visto como a un enorme puerco se le vejaba e insultaba en vivo y éste sonreía feliz y divertido con ausencia absoluta de dignidad. Como diría el buitre: “Yo como mierda, pero qué rica está!”. Lo de ayer fue la exhibición grotesca más grande nunca vista en la eterna España de los dictadores: la degradación mental y ética y la codicia patológica del ayatolá Sánchez I el Arribista; que representa al hijo que en caso de tener, todo padre desearía matar por vergüenza de que haya surgido de sus huevos semejante tara. El gran espectáculo del animal y su indignidad comiendo mierda a dos carrillos mientras reía vejado. Que no perdiera su sonrisa de indigente mental ha sido pura morbosidad; un mensaje más claro que los letreros de neón de las casas de putas: “Mientras no me quitéis mi poltrona de la riqueza, no importa lo que me digáis”. Al final, este espectáculo también funciona por empatía, ya que el ayatolá Sánchez I el Arribista es el paradigma máximo de la muy especial raza humana española endémica por su absoluta indolencia y ausencia de dignidad: una gran cantidad de humanos puros de la raza española quieren ser como el gran cerdo ladrón y corrupto, todos admiran podrida y mezquinamente al ayatolá Sánchez I el Arribista como en el siglo pasado se amaron a engendros como él: Hitler, Mao Zedong, Stalin, Franco, Pinochet… Siempre es y será un espectáculo hipnótico ver al cerdo devorar mierda con glotonería y que por su piel también le resbale con una nitidez de super alta definición ultra-UHD de un puto millón de megapíxeles. Sí que ha sido útil el espectáculo grotesco y obsceno, incluso macabro para unos pocos: a pesar de la repugnancia que provoca el engendro, no se puede apartar la vista de él. Para unos millones de puros españoles, ha resultado en admiración al cerdo que ellos quisieran ser. Nadie ha salido victorioso ni perdedor, sólo se ha exhibido al engendro, al cerdo en todo su esplendor. Y ha sido como la pornografía: fascinante en toda su miseria y ruindad de las putas carismáticas y golosas de rabo con la cara lácteamente empapada.
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Pero sólo los bozales (mascarillas en jerga nazi sanitaria) en exteriores que llevaban los sicarios sanchiztas incluido, el rey y ayatolá hispanocatalán Sánchez I el Arribista, sumo sacerdote masónico de la secta psoe, inventor de la Amnistía Corrupta Española 2024 y cobarde histórico. Los bozales de la chusma no tenían más utilidad que la represora fascista para mantener callada y acobardada a la chusma y mostraran la debida obediencia y sumisión al ayatolá Sánchez I el Arribista “en ¡exteriores¡ e interiores”. En los hocicos de los sicarios y burócratas sanchiztas, estos bozales tenían la propiedad de generar automáticamente billetes de 500 €. No había más que ver cómo se llevaban continuamente la mano a los hocicos cubiertos en cada momento para ajustar el billete pegado al morro que les molestaba un poco cuando tenían que mentir ante las cámaras. El instinto carroñero y usurero del ayatolá Sánchez I el Arribista no tardará en llevarlo a encontrar la fórmula para transmutar la mierda en oro con un algún amarre o sortilegio masón o simplemente supersticioso.
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(Bueno, ya no tan nuevo). Allá donde es enchufado un sicario del rey y ayatolá hispanocatalán Sánchez I el Arribista, sumo sacerdote masónico de la secta psoe, inventor de la Amnistía Corrupta Española 2024 y cobarde histórico; surge un géiser de mierda y millones de euros. Y como la corrupción sanchizta instaurada con el coronavirus, en efecto es toda una “nueva normalidad” para la raza humana española seleccionada y criada para tolerar y aplaudir todo corrupto fascismo, sea de diestra o siniestra, con su famosa actitud: “mejor los malos cerdos conocidos que lo bueno por conocer”; cuando surgen estas noticias a docenas cada semana, piensa (porque muy lista esta raza no es, “sólo” es servil, ignorante y cobarde como la puta que la parió): “Pues estos malos cerdos, al fin y al cabo, hacen el trabajo para el que han sido elegidos “democrática y constitucionalmente”. Está bien, esta raza carece de tanto vocabulario como del que YO hago gala, pero piensan algo muy parecido e indigno para cualquier otra especie humana.
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Pues eso: con una larga nariz metida en el culo se levanta. Y es que la trompa del rey y ayatolá hispanocatalán Sánchez I el Arribista, sumo sacerdote masónico de la secta psoe, inventor de la Amnistía Corrupta Española 2024 y cobarde histórico; además de esnifante, es arma penetrante. Anal concretamente. Muy lerdo debe ser el ex cacique nazi autonómico catalán Puigdemont para montarse un trenecito con el ayatolá Sánchez I el Arribista y pensar siquiera en arrancarle una micro décima de verdad. O eso, o le gusta la mortificación como a algunas mujeres maltratadas. Sea como sea, muy perspicaz no es el napoleón catalán. Porque salta a la vista de cualquier persona con un mínimo de sagacidad que el ayatolá Sánchez I el Arribista no es un animal inteligente, miles de “asesores expertos” cobrando sus desproporcionadas nóminas a costa de todas y todos lo demuestran. El ayatolá Sánchez I el Arribista, no tiene inteligencia, sólo el instinto de los animales carroñeros que por el olor a podrido sacan ingentes cantidades de euros. En definitiva, un matrimonio de culo y mierda no podía tener un brillante futuro. El ayatolá Sánchez I el Arribista miente incluso en coma con el cerebro frito. Al final, tras escenificar unas dignidades de las que por genética carecen, continuarán enganchados el uno al otro para seguir parasitando la ética, nobleza, razón, cultura y economía. Sólo son un par de simbiontes dependientes el uno del otro.
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Mantener narcóticamente saciadas a “sus señorías” sanchiztas, incluido el rey y ayatolá hispanocatalán Sánchez I el Arribista, sumo sacerdote masónico de la secta psoe, inventor de la Amnistía Corrupta Española 2024 y cobarde histórico, amén de a sus sicarios ministeriales y cárteles de traficantes de votos afines; está creando un serio problema logístico en el cártel de Interior que regenta el sicario ministerial. “Cosecha” tanta maría y farlopa para mantener el régimen sanchizta, que crea problemas de insalubridad en su ejército represivo-policial contra la casta paria asalariada o “todas y todos”. Es la razón, este suministro copioso de maría y farlopa, de que el ayatolá Sánchez I el Arribista suelte a menudo sus carcajadas enfermas que tan mal rollo dan en el congreso de los di-puta-dos sanchiztas (porque de hecho, en la práctica, otros no hay).
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Iconoclasta, el hombre. 