
Eso está bien, los influencers son esos inevitables parásitos que aparecen en todo ecosistema. Y en internet no podían faltar vividores que son, ni más ni menos, que títeres del poder económico y político. Son como las grandes figuras millonarias del deporte (juego, mejor dicho), pero sin mover el culo.
Que se jodan los desaparecidos, máxime cuando son los feladores oficiales de los jerarcas de un estado nazi como el chino.