
En los felices 50 y 60 del siglo pasado ya se inducía a la población a que adoptara la posición correcta para la penetración anal que, se haría una cotidiana realidad en las falsas democracias del coronavirus setenta años más adelante.
Hoy día, ofrecer a tu hijo y el culo al estado es ya toda una liturgia como el bautismo o la comunión.