
Vamos a ver, esta raza de gente no llega a ser tan longeva solo por los cuidados médicos que pagan día sí y día también.
El hecho de ser tan asquerosamente ricos les da una fuerza vital descomunal, un incentivo para seguir viviendo más tiempo y no dejar de disfrutar jamás de sus inmensas riquezas.
Así que mientras el cuerpo se muere, ellos se sienten aún unos chavales.
Es decir, cuando un viejo trabajador llega a los ochenta, suele estar hecho mierda y vivir más se la suda. El millonario se aferra como una garrapata a la vida y hay que arrancarlo con alicates para que cumpla su ciclo vital y se muera.
Aunque ella no lo sepa, seguro que ahora está más relajada 😋😬😀.
(No creo en ningún descanso, la muerte es descomposición. Lo de “relajada” es por no echar más leña al fuego que calienta el bollo).