
Eso de “exiliarnos” … ¿Están hablando de abuelas y bisabuelas que han vuelto a España tras la muerte del puerco Franco para lucir la banderita arcoíris?
Pues vaya… Por lo que dice el panfleto publicitario de la prensa prostituida al gobierno fascista español, hay quien tiene un paranoico amor a la patria. No veían el momento de ser potadoras de la bandera homosexual subidas en un tractor… Es de verdad, lo más emocionante y orgánico que he leído nunca. La nueva versión de Agustina de Aragón, aquella película horriblemente franquista que emitían habitualmente por la tele, como ahora los programas informativos del régimen penitenciario fascista español homosexual sanitario, para adoctrinar a la plebe. Cada fascismo en su época, adquiere el folclore propio de su tiempo.
Y en toda taifa autonómica nazi española, quien dice el nazismo catalán (el más fiero junto al valenciano), dice el nazismo gallego (líder en velocidad para obligar a los cabestros a usar brazalete nazi o pasaporte covid en su taifa), el vasco, el cántabro, etc… Hay un cacique autonómico fascista de portentoso idioma, compitiendo con sus colegas nazis para llevarse la medalla de oro a la destrucción de la diversidad y la libertad. En fin, que ya preparan injertos con auriculares para las barrigas de las preñadas, y así los fetos aprendan desde los cero años sus idiomas y dialectos regionales.
Y es que hay patriotas fieros odiando todo idioma, excepto el suyo que mal hablan. El fascismo, al final, va a resultar que es lo que rima con joya de democrático.
Es que me meo…
El patriotismo o nacionalismo es un fascismo heterosexual o bien como el actual homosexual; ni más ni menos. Que predica la exclusión de cualquier otra cultura y el racismo. Bueno… es algo inherente a la especie humana, nada nuevo bajo el sol. Y es la razón de que la especie humana cada día se acerque más al retraso mental y a la idiosincrasia porcina o vacuna. Aunque parece que va más a por la insectil, porque ha superado con matrícula de honor cualquier tipo de comportamiento ganadero.
Lo malo es que las bestias se creen ángeles en este espantoso teatrillo de vanidades injustificadas.