
Ñoñerías sentimentales de viejos seniles aparte, los buenos regalos son los caros.
Todo lo demás son excusas tacañas y mezquinas y poco aprecio.
No sé porque esa manía de infravalorar lo material. ¿Para qué coño quieres una mísera foto enmarcada, por muy de latón chapado en alpaca que sea el marco comprado en un bazar asiático? Y cuando no, perpetrado de forma artesanal, con materiales reciclados de mierda.
Sentimentalismo exacerbado, pero sobre todo económico ¿eh, listillos?
Y con una sonrisa agradecida, piensan los obsequiados que podrían meterse el regalito en el culo.
La intención no importa una mierda, solo ocupa espacio.