
Como en la publicidad de las películas de terror.
Imaginar a la jerarca de la Sanidad Nazi China Española, la que ha condenado de por vida a llevar el bozal (mascarilla en jerga nazi) en el hocico a los trabajadores que se dirigen a su centro de explotación diariamente, imaginarla como alcaldesa es escalofriante.
Creará su bastión de nazismo y la ciudadanía tendrá que desarrollar branquias para no tener que respirar podridamente a través del símbolo nazi homosexual del fascismo penitenciario sanitario español.
Pero ya sabemos que España es tierra de dictadores y pueblo manso. Será la mejor alcaldesa nazi que podría ningún español desear tras una larga ausencia de la podredumbre franquista, muchos cabestros españoles se sentirán de nuevo arropados.