Archivos para enero, 2019

Hay oscuridades en mi mente, secretos que guardo celosamente de la traidora luz, de los falsos colores que confunden la envidia con el deseo y compartir la vida con la cobardía a la soledad.
En verdad Yo os digo: envidiosa y cobarde es la luz que refleja la humanidad.
Tengo obscenidades ocultas envueltas en amor y ternura, como moléculas indisociables. Si intentas separar alguno de los componentes, se desintegrarán y se perderá todo lo que son y lo que podrían ser.
No son vergüenzas mis oscuridades, son vanidades.
Mis tesoros a salvo de mediocres. Aunque a veces un glande húmedo, inquieto y palpitante temo que me delate.
Mi indecente y oscura debilidad…
No creo en dioses, iluminados y líderes. Solo creo en mis palpables penumbras, húmedas, duras, crueles, adultas y sexuales que marcan mi naturaleza.
Obscenos y dichosos secretos…
¿Ternura? Los cachorros de perros son tiernos y las patatas bien cocidas.
Yo solo soy oscuridad y deseo. Nací en un tiempo que no me corresponde; pero no es mi error.

Iconoclasta


Foto de Iconoclasta.

A pesar de que eso de “año nuevo” e incluso año sin más es una mera convención social (sucial), diré que ha empezado bien. O sea, como cada día: la naturaleza está hermosa en el mismo grado que ayer.
Si ha empezado bien, es porque hoy de mañana hay menos gente que los días ordinarios ya que, la noche pasada es embrutecieron comiendo, bebiendo, fumando y esnifando familias enteras durante más horas de las que están habituados.
Y ahora duermen la mona o se masturban perezosamente sin ganas de salir de la cama esperando la próxima comilona. Hay un buen silencio y una aceptable ausencia de reses humanas.
Es esperanzador por unas horas.
Ojalá fuera “año nuevo” todos los días.
No por ellos, claro, si no por mi paz.
Más de lo mismo independientemente de cómo enumeren los días.
La mona aunque se vista de seda…