Está visto que la Generalitat Nazi de Cataluña se ha decidido por instaurar una República Islámica. Los moros son cantidad de religiosos y en lugar de emborracharse y comer carne de cerdo y sus buenos embutidos (de consumo exclusivo para los jerarcas nazis, ahora islámico-catalanes, de las ilustres familias mafiosas de rancio abolengo catalán), cada cierto tiempo a lo largo del día extienden un trozo de moqueta vieja y dando cabezazos rezan sus jaculatorias. Muy obedientes y fanáticos peligrosos ellos, es una raza ganadera ideal para el pastoreo y su explotación silenciosa y pía. Obedecen toda ley con un fanatismo tal, que les pone la polla dura y el chocho chorreando a los jerarcas de la cúpula nazi catalana. Y en lugar de jugar a petanca apedrean cabezas de mujeres enterradas hasta el cuello, que también es una tradición como otra cualquiera. O mutilan a sus niñas, que les encanta y por lo visto, al Nazismo Catalán también. El ayuntamiento de Ripoll, debido a su rebeldía y desobediencia a la futura República Islámica Catalana, no va a tener subvenciones del Gobierno Nazi Central de Barcelona y sus habitantes pronto serán expulsados de la citada República Islámica Catalana como gitanos de mierda o kurdos. Con toda probabilidad, Francia abrirá su frontera a los refugiados ripolleses que serán internados en campos de refugiados con una cagadero por cada trescientas almas. A todo nazismo le encanta jugar a limpiezas étnicas. De hecho, con el covid 19, Cataluña se distinguió como la más leal de las taifas españolas al régimen nazi español penitenciario homosexual clima-sanitario. Debido a la falta de tiempo, los campos de exterminio catalanes no se pudieron edificar ya que el virus se moría él solito a falta de una vacuna; caducaba como el jamón cocido fuera de la nevera. Y se les acabó el chollo nazi. Hasta ahora. Y es de esperar que el famoso pastel catalán de pascua la Mona, se rebautice como la Mora. Precioso. Y para vomitar. Al final, en la República Islámica de Cataluña designarán patrullas de fanáticos talibanes para observar el estricto cumplimiento de las leyes de los moros y evitar el tráfico ilegal de embutido en su república de mierda.
Esta tipa de sonrisa de tiburón y cháchara indescifrable es la prueba de rabiosa actualidad de que la política española es un asunto de endogamia. Su descendencia no es nada nuevo bajo el sol, más que noticia parece un simple currículum profesional para todo politicastro español. España tiene muchísimas generaciones sucias de dictadura, y su corrupción, delitos y crímenes. Lo llevan en la sangre.
Y es que mamada, con mamada se paga. Ellos se la han chupado y ahora le toca al Caudillo y a su partido pegarles una buena mamada a los proterroristas. Y si hubiera un Pablo Escobar en España, su memoria también sería debidamente amañada por el partido nazi español penitenciario homosexual clima-sanitario que rige en España con mano que no tiembla, agradeciendo su rica farlopa con la que tanto se empolvan la nariz todos los días y a todas horas.
No sé a que viene que ahora, tras más de tres años de Nazismo Penitenciario Homosexual Español, se dé cuenta este director de que España es una dictadura a la venezolana sin ningún pudor, con las señorías políticas inmunes por medio de las más rebuscadas corruptelas.
Si no se la chupas al Caudillo Penitenciario Nazi Español Homosexual, los censores te prohíben cualquier palabra o escena elegida al azar sin leer guion o sinopsis alguna.
Debe ser que Almodóvar ha estado durante cuatro años muy lejos de España y ahora al enterarse, se exclama con mala suerte de haber llegado en el peor momento.
Las temporadas electorales de políticos en las pseudo democracias son aberrantes y aburridas. Tediosas hasta la desesperación para toda información, la ética, la razón y la reciente historia ya olvidada y manipulada. Es horrible y desesperante como se repite constantemente la mediocridad y sus mentiras, todos los días la misma e inalterable mierda.
Hace tres meses y parecen años… Las dictaduras pervierten incluso el tejido del espacio-tiempo. El Caudillo Español Nazi Penitenciario Homosexual Clima-sanitario pedía muy serio él, respeto para su Parlamento (de su propiedad, que buen dinero le costó) y que sólo él puede decretar corrupciones y sus indultos e impunidades. “¿Qué es esta mierda de moción de censura?”, venía a decir el dictador. Pide respeto porque de dictadores sólo puede haber uno. La aberración de la ética en España es ya proverbial. Un clásico mundial como la Roma y Grecia clásicas.
Como siempre afirmo, ser político o dictador de mierda, y más en España; no es garantía, ni mucho menos, de inteligencia sino de endogamia. Como tienen merma cerebral congénita por tanto follar hermanas y hermanos, primas y primos, tíos y primas, etc… Y que así todo quede en el linaje de ladrones; han explotado sin mesura alguna hasta ofender a la misma naturaleza humana, el discurso de oda y divina gracia del homosexualismo. Tanto, que hay mucha gente ya a la que le ha subido la náusea del empacho y el hastío. Un político inteligente, al igual que un cazador, no debe acorralar a su presa porque conseguirá que se revuelva contra él. Sin embargo, en este caso ocurre que el Gobierno Español Nazi Penitenciario Homosexual Clima-sanitario, es indecorosamente imbécil, tal como apunta la noticia sin que el redactor lo supiera.
La democracia es y ha sido la peor forma de gobierno. Mucho peor que una dictadura, al menos para la dignidad humana, la ética y el conocimiento. Que se gobierne según la mayoría es la mayor aberración de entre todas las formas de gobierno. La mayoría significa adocenamiento, la mediocridad en su estado más puro, primario. Es la gran trampa de la que sacan beneficio los políticos, ya que todo político es mediocre, ideal para que esté en sintonía con la chusma. Al fin y al cabo, el político por definición, es un mediocre con una ambición desmedida. Una dictadura es el gobierno de uno sobre millones. La democracia es el gobierno que han elegido millones con la tonta ilusión de que sus votos han servido para algo. Y en cierto modo es así, dada la calidad política que surge de un gobierno constituido por y para el adocenamiento y la mediocridad. El político electo correrá más que un perro de ocho patas para conseguir crear un decorado en el que la masa humana se sienta feliz y crea que ha elegido lo mejor. Cuando una masa humana en tal número elige a un mediocre político de la gran oferta que hay, se respira en todo su territorio nacional puro adocenamiento y mediocridad. Y una aparatosa y llamativa (para unos pocos, muy pocos) incultura o analfabetismo funcional. El político solo tiene que mantener vivas y enaltecidas esas virtudes porque es su caldo de cultivo para convertirse en un corrupto dictador democrático como la puta que lo parió y con la alegría de la plebe que se pasa los fines de semana borracha y la jornada laboral ciega a toda corrupción y estafa a su economía. La democracia es un espejismo donde lo único real son los decretos corruptos de impuestos, voladuras de libertades y necesidades biológicas, censura y el oscurantismo detallado en las escuelas por el régimen electo. Es tal el bajo nivel intelectual que en la calles de las democracias, se podría grabar un episodio de los Teletubbies sin necesidad de contratar extras especiales; con los que cotidianamente caminan por la calle de cualquier dictadura democrática elegida al azar, basta para dar ambiente a un anodino episodio. En fin, la democracia es el gobierno de los idiotas para los idiotas. Hasta tal punto que, la población sorprendente e inesperadamente, arranca a aplaudir desde sus ventanas y balcones a su gobierno y los carceleros y otras bestias funcionarias de la dictadura demócrata que la han encarcelado en sus propias casas, humillado, engañado y arruinado. Y se trata de puro fervor, es decir, las democracias se convierten en auténticas sectas del absurdo más idiota. Es un hecho que está registrado históricamente, casualmente en España, que va desde el 14/03/2020 hasta bien entrado junio del mismo año. Donde vivieron encarcelados en sus domicilios y bajo estricta vigilancia policial y militar, millones de trabajadores (las castas altas podían moverse como les saliera de la polla y el coño). La liturgia era que a las 19:00 las patrullas policiales de la dictadura demócrata hacían sonar sus sirenas para que los trabajadores encerrados como monos en sus casas, asomaran las manos por los balcones y ventanas para aplaudir al régimen español y a la policía política del régimen democrático responsable de su “bienestar e infantil felicidad de niños en guardería”. España se convirtió (por tradición secular) en el arquetipo de la democracia dictatorial perfecta del gobierno de los idiotas para los idiotas. Tanto es así que logró asombrar al mundo entero con el cariño que sentía la chusma hacia sus dictadores (en las democracias hay tantos como regiones y ciudades), extorsionadores y arruinadores que los gobernaba. Y para mayor inri, muy orgullosa la población de ser pastoreada con “mano que no tiembla”, la del dictador presidente democráticamente elegido por una caterva de idiotas. Este cariño se convirtió en una obediencia ciega como nunca en la historia se ha visto: el 90 % largo de la población acudió con una fe inquebrantable a los tugurios designados para inyectarse en la sangre una pócima desconocida, sin tener ni idea de lo que era y causaba. Aquel (y actual a fecha de este ensayo) gobierno dictatorial democrático bautizó la pócima como “Vacuna de la Covid-19 en siete u ocho pinchazos o todos los que hagan falta”. Había políticos de otros países dictadores democráticos, que no podían creer que semejante aberración popular fuera posible en pleno siglo XXI, lejos ya el programa electoral de Hitler. Y es que la mayor parte de los países del planeta, apenas pudieron vacunar más allá del 60 % de su chusma, lo que consideraban un éxito. Como en España había (hay actualmente en el momento de la creación de este estudio sociopolítico) una dictadura feroz con su poderoso órgano censor funcionando a velocidades de 5G (casualmente implantada la nueva red de internet con los cabestros encarcelados en sus casas), los españoles y sus amos dictadores demócratas, nunca supieron los chistes que corrían por el mundo por el dichoso récord Guinness del 90 % de cabestros españoles vacunados. Sinceramente, si me hubiera vacunado ahora no me sentiría autorizado a escribir este exhaustivo ensayo de las democracias dictatoriales que lo son todas. Es una terrible crónica de la humillante historia reciente que requiere frialdad y objetividad. Hay días en los que si el viento es favorable, en España aún se pueden escuchar los ecos de las risas de alemanes y nórdicos (un ejemplo de otras tantas nacionalidades) mientras vociferan ebrios y felices en mal español “Was für ein Lachen mit 90 % Spanisch und mit Maske!” (en español: “¡Qué risa con el 90 % español y con mascarilla!”). Lo de la mascarilla (así se llama en jerga nazi al bozal en España) se debe a una anecdótica conversación que el dictador democrático español tuvo con la dictadora democrática alemana de visita en España, en la que ésta le preguntaba maravillada: ¿Cómo es posible que a cielo abierto en España, lleve tanta gente el bozal en el hocico? En Alemania eso no pasa. El dictador democrático español emitió una de sus célebres chácharas con las que no dice nada y se sopló luego las uñas con chulería. Y la alemana ya no se atrevió a hablar más del asunto.
La prensa del nazismo poscoronavirus española en un auténtico alarde sexual de masturbación, nos dice: el Zapatero, expresidente celestino de homosexuales y asesor de dictadores hispanoamericanos, ha logrado récord de audiencia junto al presentador o director de propaganda del régimen nazi en la 1ª de Televisión Española, órgano que pertenece al partido nazi penitenciario homosexual clima-sanitario que creó la nueva dictadura española. La dictadura española y su corrupción nunca han gozado de mejor salud desde que fue instaurada como terrorismo de estado aquel aciago día del decreto de prisión, acoso, extorsión, ruina y humillación a la casta paria o trabajadora, el 14/03/2020, con la imposición del coronavirus entre la población y posteriores vacunas que no vacunan.