Ya he perdido la oportunidad, he llegado a la hora sin retorno, cuando irremediablemente el sueño se ha retraído en el fondo de mi cerebro. Como una amante que cansada de esperar, se aleja con la serenidad de lo acabado.
Nunca más, dice su caminar defraudado.
Yo la veo… Se dirige hacia a mí; pero resulta que es a través de mí. Y lloro la inmensa imposibilidad de traspasar ese umbral que parece muerte.
Así ocurre con el sueño, se rinde ante mi poco interés por ceder a él. No sabe que golpeo el aire para decirle que estoy cerca.
El sueño se aleja de mí, porque no consigue descansarme, ha perdido su función básica.
Está herido en su amor propio.
Temo soñar cosas.
Secretos que oculto para no avergonzarme a mí mismo. Hay días en los que el sueño es mi enemigo: me dice la verdad.
No es ético que saque todo eso a la luz. No tengo miedo, como él insiste. Lo tergiversa todo, mi sueño está corrompido por tantos años de vivir entre ellos, entre los otros, los ajenos.
No es miedo, es hartazgo y tedio, mi sueño ha perdido la intensidad, le gana mi conciencia en lo malo y en lo bueno.
No quiero la verdad oculta, ni despejada. Estoy cansado de verdades, de razones, no quiero saber.
No quiero metáforas oníricas.
La ignorancia es un don que me está prohibido. Se fue a la mierda a pasear de la mano con el sueño.
No puedo dormir mentiras ya, he perdido la gracia del hombre, su última inocencia.
Ahora soy puramente consciente todas las horas del día y de la noche, de lo que me rodea.
La muerte se ha quedado sin su halo de misterio, solo es un trámite que a menudo, me encuentro ansioso por realizar. Como si fuera un pendiente que tachar de una lista de tareas.
Es la maldición de saberlo todo.
Por eso el sueño se ha rendido, ya no hay una pesadilla que me haga despertar vomitando, o llorando.
Pobre sueño mío, corrupto y gastado.
El sueño está debajo de la cama, ya separado de mí. Espera que muera para entrar y cumplir con su función, aunque sea unos segundos antes de que se agote la electricidad en el cerebro.
Pudiera ser que estoy viviendo más tiempo del que me otorgaron, y el sueño se ha muerto agotado y corrupto por demasiada vida.
Vete para siempre sueño, no esperes más, no te canses.
No pudiste evitarlo, hiciste lo posible en este mundo grotesco.
Te añoraré lo que me quede de vida.
Posts etiquetados ‘ignorancia’
En literatura no hay crímenes
Publicado: 1 marzo, 2011 en LecturasEtiquetas:ignorancia, incultura, literatura
En la literatura no hay límites.
No existe la pornografía, no existe la pederastia o pedofilia, no existe el crimen.
Los autores de thrillers de terror no son asesinos como no es un pederasta Vladimir Nabokov (autor de Lolita, una novela sobre un escritor que mantiene relaciones sexuales con una adolescente menor de edad).
Incultos míos: el hombre invisible no existe, ni existe 666. Creo violaciones de grandes y niños, descuartizamientos de humanos y perros.
Pero todo es M-E-N-T-I-R-A, como la novela de Nabokov o como la seria de Hannibal Lecter.
Yo creo un personaje y hago lo que me da la gana con él.
No existe pederastia ni asesinato en literatura. No hay nada más que personas que no están rabiatadas a leer, que por primera vez en su vida han escrito dos palabras seguidas aprovechando el tirón de internet y se creen académicos de la lengua y filólogos.
Yo puedo hacer lo que quiera con un niño que he imaginado, si queréis, os lo puedo servir cortado a cuartos y horneado con virutas de chocolate amargo.
Tal y como existe la ciencia ficción. Así es escribir y leer e imaginar.
Lo malo es cuando hay fotos de niños chupando pollas o coños, eso sí que es malo. Es malo cuando los niños mueren de hambre, es malo cuando los niños chinos se destrozan la espalda haciendo números de contorsionismo.
Es malo cuando (y esto es verdad) un jeque árabe llega con su harén de cien mujeres a una importante capital europea y se le hacen reverencias a pesar de que en su harén hay tal vez, más de seis o siete niñas a las que usa y que son sus esposas. Se las folla.
Esto sí que es real.
Así que primero, y antes de llevarse los dedos a la hipócrita vista ante un relato, pensad bien en el puto mundo en el que vivís.
Y pensad en esos jubilados reales que hacen viajes a Cuba y Tailandia para follar, algo que sabe hasta mi perro.
Vamos, fariseos hipócritas, no existe ningún delito en la literatura, porque simplemente, es todo imaginación. Deberíais aprender esto antes de leer y escribir.
También hay niños trabajando como esclavos, pero parece ser que escribir de ello, para vuestras estrechas mentes podría ser ofensivo.
Creo que mejor no salgáis del mundo de Walt Disney, hay cosas que no tienen remedio y los cerebros enclaustrados y sin humor e imaginación son el resultado del gran trabajo realizado por la Santa Inquisición (que existió e hizo más daño que el Follador Invisible o 666).
No jodáis, no tengo ganas de hablar de lo que es obvio.
Follar es sano y no es necesariamente para la reproducción, a menos que seáis vacas o cualquier otro animal.
Y si algo no os gusta como no me gusta a mí el mundo, no lo confundáis ni busquéis cosas raras ni os convirtáis en arcángeles de una puta decencia que es pura indecencia.
Cuando algo no me gusta procuro no leer, procuro no mirar. Y si puedo, insulto, porque yo no me callo ni necesito razones de orden moral para justificar ni criticar nada.
Simplemente tengo mis ideas muy alejadas de esta sociedad amoral, asesina e hipócrita.
Buen sexo para algunos.
![]()
Iconoclasta



