Más que un regalo recordatorio de recién nacido, parece el obsequio de la sección de quimioterapia infantil de un hospital. Un frasquito para combatir el cáncer… Precioso.
Los hay que tienen el gusto en el culo y el culo de vacaciones.
Archivos para abril, 2014
Obsequio de mal gusto
Publicado: 18 abril, 2014 en Humor, Lecturas, ReflexionesEtiquetas:Iconoclasta, Pablo López Albadalejo, Reflexiones de Iconoclasta, Ultrajant
La asquerosa verdad en Binibook
Publicado: 17 abril, 2014 en LecturasEtiquetas:binibook, descargas, escritor, lecturas, literatura, Pablo López Albadalejo, Relatos de Iconoclasta, Ultrajant
El pastor y su rebaño
Publicado: 17 abril, 2014 en Lecturas, ReflexionesEtiquetas:Iconoclasta, Pablo López Albadalejo, Reflexiones de Iconoclasta, Ultrajant
¿En qué momento el primer listillo de la humanidad supo que podría pastorear a otros hombres y agruparlos como cabezas de ganado y además ganarse su respeto?
Y lo más importante: ¿Qué clase de imbéciles aceptaron convertirse en ovejas y ser pastoreados?
Seguramente las mismas pécoras que aceptaron la circuncisión como marca de ganadería de su listillo amo.
A partir de entonces la humanidad se hizo idiota, salvo raras excepciones como yo, que solo acepto que me toquen la polla si es para chupármela.
Precioso…
Un amor claro y diáfano
Publicado: 16 abril, 2014 en Amor cabrónEtiquetas:amantes, amor, Amor cabrón, amor puro y claro, banalidad, esfuerzo, Iconoclasta, muerte, Pablo López Albadalejo, soledad, Ultrajant, valentía
En un mundo lleno de amores confusos y compartidos mil veces hasta hacerlos banalidad, el gran amor claro y diáfano es de tal rareza que se considera sueño por muchos.
Buscar algo así, es comprar un pasaje directo al manicomio. Y cualquier lugar es peor que el manicomio cuando buscas un amor claro y diáfano.
Solo hay que estar preparado para lo peor (no encontrarlo) y la soledad. En la búsqueda de lo cuasi imposible, solo se puede sobrevivir y llegar al final si no tienes miedo a estar aislado.
Debe haber un amor claro y diáfano. Un amor exclusivo donde ellos dos sean suficientes para sí mismos y puedan dar la espalda al mundo y sus horrores idiotas.
Todo mi ser lo intuye, como el ozono de una tormenta cercana que crea un aire picante y fresco en mi olfato; pero son tan escasos los amores claros y diáfanos, que es más que probable morir sin encontrarlo; aún así no se debe abandonar la búsqueda.
Existe el amor claro y diáfano, como el diamante más puro.
Para rendirse en su búsqueda, solo es excusa la muerte.
Una vez conoces o intuyes su existencia, tu única función en la vida es encontrarlo.
Sé que hay gente que lo ha encontrado, pero no hay estadísticas. Los amantes claros y diáfanos huyen y excluyen al mundo y sus estadísticas.
Son tan pocos que se consideran mitos.
Hay demasiados amores vulgares que apenas duran un segundo frente a su propio reflejo en el espejo. Cuando la luz pasa a través de esos amores, no se refracta, no se descompone por la fuerza de la exclusividad y la pasión. Se convierte en un haz de una linterna barata, un rayo de luz amarillo que ilumina el polvo del aire, como el sol mediocre de las tardes sucias y polvorientas.
El sonido de un amor vulgar es un balbuceo apenas comprensible que lleva a un silencio incómodo.
Son amores que no se sostienen a sí mismos, que se refugian a su vez en otros amores y en otros afectos para poder soportar toda esa mediocridad diaria.
Un mal arreglo, un mal menor para vidas menores.
Se enamoraron por cobardía a la soledad; pero los cobardes mueren cobardes y el amor se pudre en un jarrón sin agua.
Los amores que no son exclusivos son algo de lo que huir, son trampas, espejismos convenientes de las mentes pusilánimes y banales que insultan la inteligencia.
Los cobardes no pueden aceptar que la soledad es una amante segura y sincera. Los cobardes tienen miedo a que el aire viciado de una mina joda sus pulmones.
La soledad no te abandona ni a la hora de la muerte. Es una capa del color de la valentía que protege del bacilo de lo adocenado.
Los amigos no valen un amor claro diáfano, no son suficientemente potentes; amigos míos, perdonad por ello, el amor claro y diáfano tampoco tiene piedad conmigo.
Mejor solo que mal acompañado. No es correcto: mejor muerto que mal acompañado.
Hay que morir en soledad si no tienes un amor claro y diáfano clavado en el puto corazón. Porque quien vive mediocre, muere mediocre. Y comen croquetas y se ríen en tu entierro.
Quiero una herida mortal del amor claro y diáfano, una certera puñalada que me mate derrotado y satisfecho de una búsqueda que me ha consumido.
El honor y la dignidad son importantes en un mundo repleto de juveniles amores y banalidades, son las únicas posesiones con las que nací. Y mi voluntad, mi férrea voluntad de preferir la soledad absoluta a un amor gris.
El amor claro y diáfano descompone la luz, disgrega cuerpo y alma y amalgama a los amantes. Los hace luz. O eso creen.
Y si lo creen, basta para que sea real.
Son valientes, han sufrido demasiado para encontrarse y tener paciencia para que la verdad les diga o no lo que son. No aceptan verdades ni dogmas, solo se aceptan ellos.
Lo exterior y la verdad son injerencias.
El amor claro y diáfano es un poliedro perfecto, y a través de sus múltiples facetas y de su profunda claridad se aprecia con todo detalle los ojos amados.
No hay una sola aberración óptica.
Pareciera que son diamantes tallados por dioses de otros mundos.
Bendita la luz que desgarra las sombras de los amores grises y plomizos.
Necesito un amor claro y diáfano que me convierta de basura en algo querido.
Puedo imaginar, sé perfectamente como son los fulgurantes destellos de puros y hermosos colores que nacen de la cristalina estructura de un amor claro y diáfano.
Buscaré en los lugares más recónditos del planeta lo que apenas existe. Ya no es posible vivir amores menores.
Moriré en lo oscuro y húmedo si no hay un amor de un millón de quilates que me ilumine.
Moriré en el fondo de una mina, con las uñas desgarradas.
Es mejor el aislamiento que un amor imperfecto y mal tallado.
No importa respirar mineral en polvo y poner en jaque los pulmones, no importan las manos que sangran por escarbar la tierra o la carne de mi pecho.
Si no lo encontrara a tiempo, la vida me sepultaría en un derrumbe de años.
Algo épico y romántico. He sido tan vulgar siempre…
Moriré con una dignidad y estilo que carece la humanidad, como no he podido vivir. Nadie me echará de menos, nadie me llorara hipócritamente.
Los mineros del amor diáfano y claro suelen morir en los túneles sin haber encontrado nada, con el pico en la mano, con la linterna de su casco apagada.
No todos… Los hay que viven a veces horas y días, que aún les da tiempo disfrutar esa piedra preciosa de amor puro.
Es una esperanza ridícula, pero también ha sido patética la vida hasta aquí, hasta ahora.
Mi única misión es seguir esa esperanza que atesoro en la búsqueda de lo importante, un santo grial del alma. Es la única razón por la que vale la pena abandonarlo todo y agotar toda mi vida en ello.
Hay un amor claro y diáfano que encontraré en alguna parte. Hay un diamante ya formado, ya perfecto que atrae mi piel y mi alma hacia la destrucción si fuera necesario.
Y es necesario.
Es digno.
Hay un amor claro y diáfano.
Tiene que haberlo, por favor…
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Iconoclasta
La incineración
Publicado: 16 abril, 2014 en Lecturas, ReflexionesEtiquetas:Iconoclasta, Pablo López Albadalejo, Reflexiones de Iconoclasta, Ultrajant
La incineración es muy sana y respetuosa para el medio ambiente y ahorra la hostia puta de espacio; pero a mí que me entierren, no soy una pila usada.
¿Y los gusanos qué comerán? ¿Una pocamierda?
Vaya ecología…
Tarjetitas de la sabiduría de Iconoclasta 18
Publicado: 15 abril, 2014 en Humor, Lecturas, Manuscritos, ReflexionesEtiquetas:humor, Iconoclasta, manuscritos, notas, Pablo López Albadalejo, sabiduría, sarcasmo, tarjetas, Ultrajant
Una mano incansable en Realidades truncadas
Publicado: 15 abril, 2014 en Lecturas, ReflexionesEtiquetas:fotografía, Iconoclasta, Pablo López Albadalejo, Realidades truncadas, Reflexiones de Iconoclasta, Ultrajant
La asquerosa verdad
Publicado: 14 abril, 2014 en ReflexionesEtiquetas:cobardes, corruptos, Crítica social, hipocresía, Iconoclasta, idiotas, ignorantes, imaginación, Pablo López Albadalejo, sueño, Ultrajant, verdad
Una vez la verdad se presenta clara y rotunda, no hay forma de alguna de volver a imaginar la magia. Si alguna vez se creyó en ella, si alguna vez existió.
Solo hay un camino: vivir muy alejado de la verdad. A miles de kilómetros y en lo oscuro.
Donde no interfiera en nuestro pensamiento, en la imaginación. Y demostrar así que la podrida verdad no doblegará ni una sola de nuestras conexiones neuronales.
Ante la verdad se estampa el puño de la indiferencia y el absoluto desprecio, un rotundo directo a los sabios y los inteligentes que la exponen en un alarde pedante e irritante.
Una mierda a los valientes y concienciados defensores de la moral pública debidamente personalizada según sus hipócritas ideas de amistad, amor, cariño y respeto de mierda al planeta.
Cuando al fin tenemos el maldito privilegio de ver la verdad, ya solemos estar preparados para despreciarla. Tenemos el pleno convencimiento de que cualquier cosa que imaginamos es mucho mejor que la verdad.
Los que vemos la verdad, claro, porque la inmensa mayoría nada en mierda creyendo que es néctar de durazno.
Y solo ven la verdad unos pocos, los que no se creen una mierda el dichoso efecto mariposa: si sonríes, en otra parte del mundo comerán langosta y si le das un beso a tu hijo, en Tailandia un viejo se folla a una niña. Y donde hay una patada, en otro lugar hay un terremoto.
Aleteos de mierda…
Y esto es una verdad irrefutable.
Con la imaginación y sin ellos molestando, hacemos cosas más hermosas e intensas que la verdad, mucho menos podridas.
Dios es un efecto mariposa de una mentira clamada millones de veces hasta que los ignorantes la han convertido en un Jesucristo, un hombre de feria, que los drogadictos y locos creían ver caminar por el agua.
Porque la verdad solo sale de cerebros tarados, sin posibilidad de inventar, de imaginar.
La verdad es solo un subproducto de baja calidad de la envidia.
Como lo son sus leyes, su moral, sus tradiciones orales, mamadas de puta de boca podrida o escritas con palabras analfabetas, ininteligibles. De a cincuenta pesos la comida de polla.
La verdad es el excremento que pisamos sin darnos cuenta en la acera. La verdad es el reflejo de un humano maduro integrado en la sociedad que vive mediocremente y quiere que nadie lo supere y mira a su espalda y a los lados con nerviosismo, para que si aparece algo mejor que él, hundirlo en la basura. La verdad es un policía multando, un policía cobarde, un juez corrupto y un profesor que no sabe enseñar nada. La verdad es un padre que no gana dinero, un vago.
La verdad es la puta madre que le da de comer al cerdo y permite con ello que sus genes se reproduzcan.
Y así los sacerdotes, los políticos y los jueces, se convierten en portadores de la verdad que ilustra a los cerebros más elementales.
La verdad es la cobardía a la muerte, y el aferrarse como un piojo a la vida y seguir jodiendo a los demás. La verdad es la cobardía del tiempo y aquellos que quieren volver a edades que no les corresponden, que ya vivieron. Cobardes, cobardes, cobardes… Retrasados mentales.
El mundo está tan lleno de verdad, como subnormal es la especie humana que no sabe escribir dos palabras correctamente en su propio idioma.
La verdad es un analfabetismo institucionalizado que pasa de abuelos a padres, de padres a hijos y de hijos a bastardos que lo son todos.
La verdad es un muerto de hambre que folla a su mujer para que tenga otro niño que mamar de su teta seca. Es un padre del hambre, un animal sin cerebro. La verdad es que no está muerto y es triste que el padre hambruna, siga follándose a su negra para demostrar que tiene leche en los huevos.
La verdad es que los misioneros son buena gente, y de tan buenos, no dejan morir a los que debieran.
La verdad, es que mi cerebro es poderoso, y no se contaminará jamás con la verdad, nunca lo hizo, nunca lo hará.
Espero a la muerte fumando un cigarro relajadamente y cagándome en el dios de todos ellos.
Estáis podridos, yo os maldigo y que vuestra verdad os pudra la sangre en las venas.
La verdad es mi mano en mis cojones.
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Iconoclasta
La voluble luz
Publicado: 14 abril, 2014 en Lecturas, ReflexionesEtiquetas:Iconoclasta, Pablo López Albadalejo, Reflexiones de Iconoclasta, Ultrajant
Lo que crees conocer se convierte en una sombra apenas reconocible cuando el sol rojo atraviesa la ventana como luz del infierno. Incluso uno mismo no se reconoce ante esa luz. Somos espejismos cambiantes, enamorados y amados en un momento en que la luz fue propicia.
Cargamos con las culpas de una luz voluble.
Los salmos malvados de 666 en Binibook
Publicado: 14 abril, 2014 en LecturasEtiquetas:binibook, descargas, escritor, lecturas, literatura, Pablo López Albadalejo, Relatos de Iconoclasta, Ultrajant