Archivos para noviembre, 2020

La gente critica a quien aborta, va en bici, en patín, a quien se suicida, al que fuma, al que bebe, al que no lleva mascarilla… Y todo se reduce a envidia.
Las críticas suelen nacer de esa envidia que los corroe de no saber usar la libertad que otros ejercen.
Y para ejercer la libertad es necesario valor y determinación, que tampoco tienen los carroñeros envidiosos.
La envidia es en esencia, el único pecado capital de la biblia, el resto de los pecados nacen o se derivan de ella.

Imagino que como lleva ese bozal negro, se siente a salvo de la vergüenza de su vanidad de patán.
Como esos nuevos ricos con complejo de grandeza que en las películas se montan una copia de algún monumento famoso en el jardín.
“Nosotros, los veinte líderes”.. No jodas.
¿Líderes de qué?
Será que ahora Ali Babá, tiene solo veinte ladrones en lugar de los cuarenta.
Diecinueve fascistas del coronavirus y el del bozal negro con banderita española, como enlace sindical a lo sumo.

Los designios del Señor son inescrutables porque no domina bien el lenguaje.
Y además, padece dislexia ya que confunde la bondad con la maldad y la libertad con la esclavitud continuamente.
Dios necesita un buen logopeda. O una lobotomía si el profesional no puede solucionar esa deficiencia.

Como a esta enferma, el nuevo y normal gobierno fascista español, ha asesinado a miles de personas con graves enfermedades, por curar con paracetamol una gripe o resfriado como el coronavirus. El gobierno español lleva cometiendo genocidio sin descanso desde hace más de ocho meses.
Y en Europa, en la vieja decadente e indecente Europa, han masacrado a decenas y decenas de miles de personas.
Y en el mundo a centenares de miles.
Ya no hay otro medio para defender la vida y sobrevivir al fascismo de la cobardía y la ignorancia que, recurrir a la violencia y la guerra en que se convertirá.
La razón está clara y justificada: si te van a asesinar, empieza a matar a tus asesinos.
Muerte con muerte se paga.
Y no puede acabar simplemente así, con violencia; los actuales gobiernos del fascismo del coronavirus o “la covid 19”, al igual que los nazis de la última guerra mundial, deberán ser acusados y condenados por genocidio, a prisión o a muerte. Y confiscar sus cuentas bancarias en paraísos fiscales para recuperar todo el dinero que han robado.

Tópicos:
Cuando lloran las mujeres es por la regla.
Los hombres no lloran, si no es por alguna alergia y la próstata (¿?).
La verdad revelada:
Si llora un idiota, ni él sabe por qué. Y además se mea encima.

El coronavirus, el principal problema orgánico que provoca en las reses humanas es que pudre el cerebro de las prostitutas (vale para machos y hembras) que cobran por escribir idioteces en los medios de información. Al menos, Epi y Blas tenían gracia al dar sus lecciones, mucha.

Y como los caudillos del nuevo y normal fascismo español del coronavirus están deseando inyectar a toda su aterrada población el veneno, además de los restaurantes, también se irán a la ruina las sombrererías.

A mí los contagios del coronavirus no me preocupan.
Me sudan la polla.
Nunca he perdido el tiempo con las mentiras del franquismo y mucho menos con las del nuevo y normal fascismo español del coronavirus y sus caudillos Sánchez e Iglesias.
Lo que sí me causa cada día más repugnancia es el gran número de cobardes castrados que, como ratas saliendo de la alcantarilla, salen con sus bozales a la calle; imbécilmente convencidos de los dictados de sus amos caudillos, con la fe que el analfabetismo otorga a los idiotas. Son tantos que siento que voy a vomitar.
Ver a un ejemplar de cabestro con un bozal negro en plena naturaleza, me hace soñar en cómo sería destriparlo a puñaladas, las suficientes para que sus intestinos se convirtieran en exotripas. Como si se apoderara de mí una tentación narcótica, debo frotar las palmas de las manos contra el pantalón porque me pican de una forma inexplicable. Talmente como le ocurriría a algún poseso que pisara dos pajas en forma de cruz.
Estoy convencido, cada día más, de que la naturaleza exige que se derrame sangre idiota, ella sabrá que hacer con esa mierda.
Por lo demás, que se infecte quien deba y se joda como yo me jodo.
Y que me dejen en paz.

Dos madres conversan volviendo a casa después de haber recogido a sus hijos en el colegio.

– ¡Que sí, Tere! Las niñas son mucho más avispadas que los niños a la misma edad. Sofía es mucho más vivaz que su hermano cuando tenía seis años también.

– No sabría que decirte, Fina. Pedrito es hijo único, así que no puedo comparar como tú.

– Ya verás. Sofi ¿a quién quieres más, a mamá o a papá?

– A ti, mami, eres muy linda. ¿Me compras chuches? -responde con rapidez la niña que va de la mano de su madre.

– ¿Has visto que desparpajo tiene tan pequeña, Tere? Mucho más que su hermano. Se lo vamos a preguntar a Pedrito y verás. Pedrito ¿a quién quieres más, a mamá o a papá?

El niño está comiendo una rosquilla de chocolate y medita durante unos segundos antes de responder.

– A la puta de tu hija, que está muy buena.

Sé que no te detendrás jamás; pero… ¿podrías contar lentos los segundos de la Alegría? Es que no abunda, amigo.
Y cuando la vida duela, cuéntalos veloces, hazme viejo por minutos; no importa. Porque de dolor hay tanto que lo dan gratis.
Yo siempre mantendré tu corazón caliente por mucho que la vida duela, lo juro. Puedes creerme, no soy del todo un mal tipo.
Es que no me fio del diablo y sus imprecisos contratos de sangre y alma.

Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.