Archivos para marzo, 2018

– Atención torre de control. El vuelo 56 procedente de Nada, en descenso.
– Vuelo 56, proceda al aterrizaje, Nicho 6 Sección 11.
– Apreciado pasajero: es obligatorio el uso de mortaja. La tripulación del vuelo 56, le desea una feliz muerte.
– Precioso -dice para sí el pasajero.
Abre la ventanilla escupe y lanza aburrido la colilla.
– Atención torre de control. Vuelo 56 desplegando tapa del ataúd para tomar muerte.
– Proceda vuelo 56.

En Telegramas de Iconoclasta.

Evoco tus ansiados dedos siguiendo el contorno de mis labios, de mi viejo rostro; como un sueño que me da paz.
Es una necesidad pensarte, es soporte vital.
Sin estos momentos no es factible la vida.
Si no te pensara, no existiría.
Tu voz no es sonido, hablas y susurras luz que rasga mis penumbras.
Soy alguien oscuro y tú tienes la única llave de mi sima. Solo tú puedes entrar y tomar mi rostro entre las manos y decirme: “Ya, está cielo, estoy aquí. Vamos a la luz”.
Y en ese momento lumínico, me sentiré repentinamente cansado, sumido en el rumor de tu luz. Porque cuando un amante está cansado, el otro lo cobija y le da la importancia que jamás tendrá para el resto del mundo. Yo quiero importar.
Importarte…
A veces sueño que estás a mi lado en la mañana y cuando despierto, siento el vértigo de la realidad. Trago el vómito, creyendo ser fuerte; pero toda la tristeza del mundo gravita en mis hombros, esperando tu voz para ser barrida con un fogonazo de luz que entre por mis oídos e ilumine el pensamiento.
La única oscuridad que deseo es la indecente que esconden húmedamente tus muslos, con mis manos separándolos en una sacrílega misa de deseo. La oscuridad de los ojos cerrados ahogándome en tu boca…
No puedo dejar de pensarte, no es una cuestión solo de amor. Es una cuestión orgánica.
Si un día no te pensara, sería destrucción.
Yo solo quiero que mi vida dependa de ti, amada mía.
Nada más, con eso basta para consumir con plenitud lo que me queda de vida.
Podría decirte que te amo; pero es que te necesito.

 

ic666 firma
Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.

Hay quien precisa en determinados momentos sentir el arte íntimamente.
No es mi caso, yo estoy en él. En algún lugar de este santuario estoy yo.
Formo parte de una magna obra.
Soy afortunado; si me lo merezco o no es algo que no considero, no importa.
Mi vanidad luce diosa.

Da igual que la gente vaya en coche, en tren en avión, andando, en bici o en patinete.
La chusma no sabe orientarse, ni conducirse regularmente.
Por ello mueren fácilmente, incluso caminando caen por barrancos.
No pueden ir en línea recta y tienen un miedo horrible a caminar separados los unos de los otros, por lo que se juntan como borregos ocupando toda la cañada. Chocando frontalmente contra otro rebaño que se aproxima de frente y cayendo y rompiéndose cuasi alegremente.
Si van en bici, es realmente cómico, no tienes más que sentarte y mirar comiendo comida basura, no te defraudará.
Hay idiotas que incluso se paralizan cuando alguien se aproxima veloz hacia ellos, como los conejos ante la luz. Como soy listo, rápido y certero los esquivo con facilidad mientras me enciendo un cigarrillo. Incluso puedo ver sus ojos vacíos de todo tipo de inteligencia o entendimiento.
Y si van en coche, son los envidiosos y los vanidosos, los más torpes conduciendo. No es extraño que haya muchos accidentes con coches caros y rápidos, margaritas a los cerdos.
De la misma que no saben caminar rectos o separados, conduciendo ocurre igual; solo que como sus cerebros son lentos, giran a destiempo en las curvas, no saben calcular distancias de adelantamiento, o van más rápidos de lo que sus reflejos pueden procesar.
Más que una queja o una crítica, escribo esta reflexión como esperanza: es la única forma actual y constante de hacer una selección natural y que mueran unos para dejar espacio para los tontos que van naciendo. Nada me hace pensar que las próximas generaciones sean más inteligentes, fuertes y guapos que yo.
Por lo demás, ya me he cansado de escribir lo obvio, tomad un periódico en la sección de sucesos y leed: una muerte vale más que mil palabras.
“Muriendo que es gerundio”, debería decir realmente la expresión popular.
Hay zonas en guerra en el planeta donde no hay pereza ni negligencia a la hora de morir. Véase el follón en Siria y todo Oriente Medio, o en África en general.
Allí ni tontos ni listos tienen mucho tiempo para morir caminando.
Si queda alguien en esas regiones después de un tiempo, serán esas razas fuertes y poderosas como los rottweilers, mastines, pastores alemanes, etc…

Medio día, 9/3/2018. Muy cerca del Pirineo.
Astrónomos, meteorólogos, el folclore popular y pájaros destripados por adivinos pueden decir lo que quieran; pero aquí quien tiene la razón soy yo.
Hoy ha entrado la primavera. No ayer. Ni entrará para la veintena del mes de marzo como todos dicen. Doy fe y que tome nota el cabrón del notario, que para eso cobra una pasta.
Mil putos insectos se me han metido por los ojos, boca, nariz y orejas.
¿Se comprende así la necesidad de vestirse? El nudismo es puro esnobismo.
Y si aún así eres un nudista recalcitrante, mejor que andes con los glúteos bien apretados uno contra el otro (aún a riesgo de parecer maricón), para que el agujero quede a salvo de alguna colonización insectora.
También he sudado; pero no es ninguna novedad, lo mismo ocurre cuando follo.
Como decía, el planeta hace lo que debe y cuando puede y quiere. Quien espera algún lejano solsticio o que en la prensa le indiquen que es primavera, pierde el tiempo de “disfrutar” de la cochina primavera.
No estoy enfadado, solo asqueado de tanto bicho. Aunque si he de ser sincero, también siento una deliciosa vanidad de haberme encontrado en libertad en el primer día de trabajo de la primavera; mientras gran parte de la población mundial está trabajando o publicando tuits y mensajes idiotas en sus teléfonos (ambas cosas son lo mismo; es una cuestión comercial lo que diferencia las distintas idioteces que se publican en internet).
Me satisface la exclusividad.
Como prueba, ya que los asquerosos insectos son difíciles de fotografiar, he retratado las primeras florecillas de montaña. Cosa que me parece tan cursi, que a punto he estado de fotografiar un ratón muerto con los ojos comidos por las hormigas. Es que olía fatal.

 

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Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.

 

Como soy de naturaleza optimista, en unos primeros cigarros, pensaba que el bicho estaba muerto.

En el undécimo cigarro, resultó que estaba vivo y durmiente.

¿O tal vez resucitó?

«Una mujer con su hijo viaja en un autobús nocturno lleno de hombres en el paseo de la Zona Franca»

Ni en mis peores pesadillas: ¿Son hombres lobo o es que la madre lleva en brazos al anticristo?
Un autobús repleto de miradas feroces. El mal en estado puro.
Me cago de miedo con solo ver la foto.
¡Me podría pasar a mí!
Por dios y por la virgen…
¡Ah, el amarillismo, populismo, ignorancia y estupidez!
La prensa (el instrumento del dinero y la política) vela para que la hipocresía, el paternalismo barato y la ignorancia de los políticos, se extienda entre los cerebros de la chusma (ciudadanía en general) ávida de morbo, a falta (como es habitual) de cualquier interés o desarrollo intelectual.

En Telegramas de Iconoclasta.

Coge una piedra y métela en el bolsillo, dale calor.

Si eres crédulo, estás de acuerdo con que es un trozo de dios o su cadáver.
Busca un templo, siéntate con el cadáver de dios en tu puño.
Si esperas más de cinco minutos para que la piedra cobre vida, busca un psiquiatra o toma veneno, no puede ser peor: tienes el cerebro podrido.