Archivos para julio, 2019

La hostia puta con la mierda del cuatro de julio, no se puede mirar ni un telediario ni leer un periódico sin que salga el puto 4 de julio.
Como si fuera importante para la chusma que no vive en Establos Unidos.
Hay quien ha nacido para servil y fácilmente disfruta de todas las festividades doquiera que esté. Y hay misántropos que sienten muy poco respeto por la alegría de los idiotas.
Hay que ser tolerantes con la misantropía porque es el contrapeso a la infertilidad intelectual, a la banalidad indiscriminada. O idiocia propiamente dicho.
Un mundo sin misántropos escoraría peligrosamente hacia una evolución indigna. De puta pena.

Es que no gano para disgustos, si no es el orgullo gay, es el cuatro de julio, no se cansan nunca.

Cielo, soy un sistema molecular unido a ti por filamentos cuánticos que enlazan tiempos y distancias subcósmicas. Que a su vez, se distorsionan n veces por milisegundo en campos de fragmentación meta-coronarios de probables infartos espaciales.
Como resultado de estas distorsiones en el protouniverso (y en tu coño profundo), son los encuentros en poliprismas de metafísicas concepciones y configuraciones de amor, tristeza y espera; donde el tejido anímico se desgarra en colapsos de jadeos que detienen el movimiento molecular universal cuando beso tus labios rotundos.
Por alguna razón que no encuentro, besarte paraliza el universo y a mí en tus labios.
He encontrado al fin los enlaces biomoleculares intrincados entre el tejido orgánico que forma el nosotros en cualquier espacio cosmogónico.
He hallado los elementos necesarios con los que cuantificar y explicar lo que te amo. Sé que me entiendes, eres mejor que yo.
Toda esta sabiduría, a pesar de todo, no acaba de definir claramente lo enésimo de amarte.
Explica con precisión, como mi diosa absoluta interfiere en todos mis pensamientos, en todos los tiempos y en todos los cosmos de todos los multimundos probables en que existimos.
Explica con matemática tragedia, el porque los días sin ti me desintegran indolora y tristemente. Se me hacen agua las cosas en el interior de mi cuerpo, amor…
¿Cómo es posible no pensarte, calcularte, explicarte, hallarte en todas las cosas y en las profundas inmensidades? Soy un astrofísico dolorosamente enamorado entre infinitas ecuaciones de tristeza.
Cuando haya demostrado la teoría de nuestro amor, es posible que estemos en algún mundo del límite mismo del universo finito. Y tal vez, allá en la franja de la antimateria, nos fundamos de una vez por todas a un nivel atómico que impida que volvamos a nacer y vivir la angustia insufrible del proceso cuántico, el agotador esfuerzo de encontrarnos entre todos los mundos infinitos que se generan entre nosotros a través de los enlaces que unen los labios en húmedos besos hambrientos.
A veces temo que la ciencia se torna maldición y yo soy un alquimista sin posibilidad alguna contra las feroces fuerzas de la melancolía.

Iconoclasta

Por fin… Lo mejor de la peli es la primera escena. No hay que aguantar todo el ladrillo.
Es una escena definitivamente hermosa. He visto de frente, de culo y de lado mear a mujeres borrachas, putas y ambas cosas; y ninguna lo ha hecho con tanto arte, elegancia y provocadora y cruda sensualidad.
Me pone un montón.
Cine en estado puro, al menos el inicio.
Sin sarcasmos.

(Clase magistral gratis para ellos, en genérico y neutro no inclusivo)
Como en España los políticos no tienen puta idea de lo que es la economía ni gestionarla y los jueces son alérgicos al trabajo serio, ambos se dedican a jugar con desperdicios.
A ver si aprenden: el problema es que Franco a pesar de estar embalsamado apesta.
Bien, muy fácil, lelos: se saca el despojo del dichoso valle sin más idioteces ni pérdidas de tiempo y se arroja a un vertedero.
En seguida emergerá un gitano (o “tirado”, véase la jocosa Cerdos y diamantes) de entre las montañas de mierda que, se lo llevará a su chabola y lo rellenará con bolsitas monodosis de farlopa.
Y ahora a trabajar, lelos.

(A Hilda que me inspiró con su pregunta sobre el pellejo seco de Franco y su exhumación)

No puedo evitar evocar mis dedos acariciando lo más profundo de tus muslos y esa magia que es caballo en mis venas: cuando los separas y tu coño se torna indefenso y lujurioso, cuando mis dedos extienden por tu piel la baba que dejas ir sintiéndote deseada y puta.
Y mi cochino glande dentro de ti, buscando con violencia más profundidad, follarte la mente, y más adentro…
Follarme a la diosa… Rendirle mi semen como sacrificio cruento, porque cada vez que escupo mi leche en tu piel, muero un poco.
Cuando tu coño derrama mi semen siento deseos de asesinar furioso y violento. Desciendo hacia una animalidad desbocada aferrándome a mí mismo.
No puedo evitar estrangular mi polla soñando que tu coño palpita hambriento ante mi boca.
Evocarte es escupir mi semen sin control. Adoro la bestia que hiciste de mí.
Un asomo de lujuria, un dolor de cojones, un infarto no definitivo.
Amarte y follarte… Deberían estudiarme en los colegios, para que los hijos de mediocres no lo sean.

Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.

¿Crisis climática? Y una mierda.
Desde que nací, se viene diciendo todos los veranos “Este calor no es normal”.
La crisis no es climática, es una crisis de superpoblación de una calidad genética nefasta.
Eso es lo que pasa.
La publicidad invasiva (con niñas idiotas llorando, bomberos diciendo gilipolladas y politiquillos con semblante grave y mamada bajo el atril) de la “crisis climática” es solo una forma de desarrollar el timo climático, el gran robo a la chusma que aceptará con resignación tener que pagar a sus señores un nuevo diezmo, porque al final son los vasallos los que cagan demasiado y lo ensucian todo.
Idos a la mierda, timadores chapuceros.