Archivos para febrero, 2015
De nuevo el diario
Publicado: 14 febrero, 2015 en Conclusiones, Lecturas, Manuscritos, ReflexionesEtiquetas:humor, Iconoclasta, Pablo López Albadalejo, Reflexiones de Iconoclasta, Ultrajant
El Día De Los Enamorados
Publicado: 14 febrero, 2015 en Amor cabrón, Lecturas, ReflexionesEtiquetas:"ciencia ficción", amor, Amor cabrón, cobardía, Iconoclasta, miedo, Pablo López Albadalejo, Reflexiones, relato, sexo, tiranía, traición, Ultrajant
El amor se encuentra alojado en huecos ocultos, casi secretos, donde es difícil acceder. El amor se protege escondiéndose y constituye una prueba de fuego encontrarlo en esos rincones.
Si no fuera así, correría el riesgo de que muchos pudieran encontrarlo y convertirlo en algo vulgar.
Quien ha superado esa prueba, no admite nada más que lo que ama, su deseo se reduce a ellos mismos, crean su universo solos. El amor no son dudas, no provoca celos ni recelos, se limita a ser exclusivo.
Los amantes denodados temen y sufren cuando se aproxima El Día De Los Enamorados. Se esconden en sitios oscuros, se abrazan ocultos. Se juran que sobrevivirán y tiemblan de miedo ante la separación. Hay amantes que sobreviven, otros mueren juntos ante el terror de ese día; pero los más, se enamoran de nuevo, renacen en sus mentes otras esperanzas y el mundo se sigue poblando con las sonrisas idiotas de sus rostros.
Se han encerrado en el sótano de la casa, viven en la planta baja de un edificio de once pisos, ese sótano lo construyeron ellos en secreto, con cuidado. Con amor, paletada a paletada de tierra que sacaban.
Se han colocado una toalla con hielo encima del corazón y hablan en susurros.
—Tengo tanto miedo, mi bella… Este terror de cada año. Un día no lo superaré, soy fuerte; pero es tanto el castigo, mi amor…
— ¡Shhh…! No pienses en ello, mi amor. Eres el hombre más fuerte del mundo. Serénate, no te dejaré, no me separaré de ti jamás.
— ¿Cuánto queda para que pase el día?
—Veinte horas. Respira profundo, lo superaremos, como cada año.
Desde su encierro lleno de respiraciones contenidas y cautas llega el eco de las patrullas del Día De Los Enamorados: «¡Nuevas esperanzas, nueva vida, un amor apasionado! Disponemos de alianzas de oro a veinticuatro meses sin intereses. Desde tan solo seiscientos dólares. Ven a Walmart a celebrar tu nuevo amor en El Día De Los Enamorados». «¡Disponemos de las mejores fragancias a precios de escándalo! Con Sears el amor es un universo de aromas. Compra un pack especial Día De Los Enamorados y te llevas un ramo de rosas irisadas gratis. Recuerda: solo en Sears».
Los amantes se llevan las manos a los oídos, sienten que sus cerebros van a estallar. Se besan en la oscuridad torpemente por el ansia que provoca el miedo.
—Tres años no son nada, mi bella. Yo sueño con morir contigo día a día, hasta que las pieles se agoten. Si me encontraran y me indujeran el amor a otra mujer… Mátame, clávame ese cuchillo en el corazón, justo cuando el láser ilumine el pecho.
—No será necesario, no pienses en ello, cariño. No saldremos de aquí, no nos moveremos hasta que pase el día.
—Dijeron en el telediario que van rastrear las casas de los sospechosos. Los vecinos nos conocen, pueden delatarnos para llevarse un cupón de Hugo Boss. El del quinto piso ayer nos observó con mucha atención ir de la mano y sonrió de una forma rara. Si superamos este día, lo tendremos que asesinar.
—Lo haremos, dentro de un mes, cuando ya nadie se acuerde de este día, tiraremos alcohol bajo su puerta e incendiaremos su casa cuando duerme. Tiene piso laminado, lo he visto.
El hombre se encuentra cada vez más agitado, la mujer mete la mano en la bragueta del pantalón y masajea su pene rítmicamente, lentamente. El hombre se relaja, le abre la blusa con cuidado de no apartar las toalla con hielo y besa sus pechos con fuerza al ritmo que su placer crece.
—Así, mi hombre. Suéltalo, cálmate. Suelta esa carga de leche para tu amada. Soy tu puta, soy tu puta.
—¡Puta, puta, puta…! —susurra el hombre eyaculando.
Ella toma la mano de su hombre y la lleva a su vagina húmeda. Los dedos la penetran, le pellizcan el clítoris tan duro y sensible haciendo que resbale dura y repentinamente. Su orgasmo sube intenso y retiene el gemido mordiendo el cuello de su hombre.
Ahora respiran agitados, con las manos enlazadas.
Alguien toca el timbre del apartamento. Dos, tres y cuatro veces… Luego oyen el sonido de un taladro en la cerradura y la puerta se abre.
—Si hay alguien en la casa, aún están a tiempo de salir a recibir su nuevo código de amor para este año. Walmart, Sears y Hugo Boss, se lo agradecerán con un descuento del cuarenta por ciento en las compras de los regalos de sus nuevos amantes. Si los encontramos a la fuerza, recibirán el código de castración emotiva por un periodo no inferior a diez años. Serán incapaces de tener relaciones sentimentales y se les destinará a las fábricas y almacenes de nuestros patrocinadores durante ese período de tiempo en categoría de esclavitud. Muchos mueren, recapaciten —es la voz de uno de los agentes, sin interés, con frialdad; recita el discurso como una grabación.
De repente el sótano se ilumina y los agentes bajan rápidamente por la escalera de madera con sus codificadores láser iluminando las rústicas paredes hasta dar con la pareja.
La mujer se abraza a su hombre y éste, toma su cuchillo rápidamente del suelo, bajo sus piernas, retira la toalla del pecho de su amada y le destroza el corazón con un certero golpe.
Acto seguido, tira su toalla y ofrece su corazón al agente. Éste codifica su transductor con precisión durante cinco segundos.
—Gracias por su cooperación, Sr. Angelo, aquí tiene sus diez cupones de descuento. Su recompensa. Salga, salga a la calle y disfrute del Día De Los Enamorados. Hace un sol radiante.
El hombre se apresuró a subir las escaleras del sótano, se dirigió al baño, se duchó, se vistió con ropa limpia y salió a la calle con una sonrisa en la boca.
En el cruce de la calle 5 Este, se encontraba esperando que cambiara a verde el semáforo de los peatones y la vio.
— ¡Esther! No sabes lo que te he extrañado durante estos años. ¿Te acuerdas de aquella tarde en el zoo, cuando estábamos aún en la preparatoria? Te amo, siempre te he amado.
— ¡Mi Angelo… ! ¡Cuánto tiempo! Te amo…
Se tomaron de la mano y se dirigieron a Walmart Union para comprar sus alianzas de enamorados.
A la salida del comercio, se pusieron los anillos prometiéndose amor eterno.
Cupido
Publicado: 14 febrero, 2015 en Amor cabrón, Humor, Lecturas, ReflexionesEtiquetas:humor, Iconoclasta, Pablo López Albadalejo, Reflexiones de Iconoclasta, Ultrajant
Cupido necesita entrenarse o un nefrólogo para cuidar ese temblor de sus manos. Y sobre todo, quitarse esa venda estúpida de sus ojos.
Tiene voluntad y buena fe, es un buen chaval en general; pero dispara como un pelícano hambriento tragando una sardina.
Y clava sus flechitas en el culo en lugar del corazón. Y al final, todo les sale del carajo a sus enamorados.
San Valentín es un día para pasear con las nalgas pegadas a las paredes.
San Valentín o lo banal
Publicado: 14 febrero, 2015 en Amor cabrón, Lecturas, ReflexionesEtiquetas:humor, Iconoclasta, Pablo López Albadalejo, Reflexiones de Iconoclasta, Ultrajant
Que no cuenten conmigo.
No voy a celebrar nada. Amar es serio como el filo de una navaja.
Amar requiere tanto esfuerzo, que no puedo darle a un santo el mérito. Es demasiado trascendente amar.
El amor requiere gravedad y una sonrisa que nazca del alma.
Una sonrisa que anule cualquier miedo, cualquier amenaza. Los amantes sonríen tranquilos porque se cuidan. Cuando amas, temes a todo lo que te pueda alejar de ella. Y luchas por mantenerla a tu lado, para que se sienta bien, para follarla salvajemente como el primer día.
Que nadie piense que es algo superficial. Yo no amo con una sonrisa. Sonrío, pero es orgullo de amar. Lo que voy a hacer es abrazarla y decirle que San Valentín, es una banalidad. No le regalo unas rosas de sangre este día porque así lo dicen las costumbres. Se las entrego como un sacrificio de amor y demostrarle al mundo que la amo por encima de lo más sagrado y antiguo.
La voy a besar con fuerza y con la sonrisa de sabernos juntos, no con una alegría ritual.
Que no me jodan, cuesta mucho esfuerzo amar.
El mérito es solo nuestro, nuestra atención, nuestro cuidado, la alegría de cada mañana despertar juntos. Y todo eso en el tumulto de un mundo estúpido plagado de envidias e incomprensiones.
San Valentín es una pantomima, yo amo sin santos con devoción a su alma y a su coño.
El perdón
Publicado: 13 febrero, 2015 en Humor, Lecturas, ReflexionesEtiquetas:humor, Iconoclasta, Pablo López Albadalejo, Reflexiones de Iconoclasta, Ultrajant
Desintegración
Publicado: 13 febrero, 2015 en AbsurdoEtiquetas:absurdo, amor, desintegración, dolor, esperanzas, Iconoclasta, ilusión, integración, Pablo López Albadalejo, prosa dramática, soledad, Ultrajant
Desaparecer, no ser, no estar… No hablo de morir, aún no hay suficientes células convencidas de que es la hora. Yo quiero otra cosa, quiero desintegrarme; o sea, desaparecer temporalmente con cierta elegancia.
Y me refiero a este aquí, a este ahora y a mi cuerpo.
Nada tiene una solución por partes, ha de ser completo, todo a la vez. Más rápido que un infarto, más que una bala. Ha de ser a la velocidad de la luz.
Es que el tiempo pasa y me muero.
El cuerpo no se puede abandonar, en ese cerebro está todo lo que quiero, lo que espero, lo que imagino.
Y estas manos tan grandes son para tocarte mejor…
El aquí son unos cables anudados en mis testículos y eso no me deja saltar sin sentir un dolor que no puedo dominar. Pienso que mis cojones no son importantes, no acaba de convencerme la paternidad, porque no soy buena persona, no tengo nada que aportar a un hijo. Con el pene me basta; pero el sistema nervioso no acaba de estar convencido y transmite el miedo al dolor testicular que es el tópico de los tópicos. Me siento como un globo con cordel en manos de un niño que se ha bebido el café de mamá y de papá.
El ahora es una esquizofrenia, una sucesión de visiones terroríficamente desoladoras en su claridad, en su estabilidad: el sol sale siempre por el este, siempre quema mi cerebro al mediodía y por fin se va a tomar por culo por el oeste, tan tranquilo después de haberme hecho sudar para absolutamente nada.
No hay saltos en el tiempo a pesar de haber leído de ellos con ilusión.
Queda desintegrarse, disgregarse o diluirse en el aire, sin morir. Con el organismo intacto.
Lo cierto es que todo se desintegra, el amor, la ilusión, el dolor, el desánimo.
Y luego se integra otra vez, como una broma de mal gusto. Y vuelvo a caminar por senderos de gloria y mierda, sin importar cuantos cientos de veces lo hice.
La gloria está bien, la mierda es el problema principal.
Esas desintegraciones tienen el valor de lo cotidiano, más de lo mismo. Eso son repeticiones simplemente, no se debería abusar de metáforas y eufemismos, hace a la gente idiota.
El truco de la desintegración de todo yo, el aquí y el ahora, es que lleva implícita la integración. Y entonces, una simple hipótesis como una conversación entre solitarios que desean encontrarse o que proyectan cosas de vida y amor, se puede hacer realidad gracias a la posterior integración.
Hablando claro, te integras con esa mujer que deseas y amas . Y la tocas, la abrazas, la besas, la ríes, la tienes… Nos tenemos.
No es difícil de entender, estaría bien dejar de ser solo yo mismo y decir: La hostia… Esa cara hermosa ya está integrada en mí y yo en ella. Ya no soy solo yo mismo.
Programas tu desintegrador marca ACME para ser parte de ella, y te encuentras en otro lugar con ella entre los brazos, como deseabas; pero ya de verdad. Ella ya no está angustiosamente sola, y yo por fin estoy solo con ella. No es difícil de entender el concepto de desintegrarse para integrarse.
No soy un suicida facilón. Tengo planes…
Claro, que soy muy zorro yo y eludo la cuestión de que ella no quiera integrarse conmigo, si no con George Clooney. No pienso decepcionarme yo mismo, tengo mis inquietudes y soy orgulloso.
Y hermoso.
La gracia, es que si te desintegras y falla la integración por algún imprevisto, siempre te aguarda una sorpresa y puedes aparecer en brazos de un orangután que te acepte con todo su instinto reproductivo íntegro y activo y acabes sacándole chinches en los ratos de no reproducción, reventándolas con los dientes.
Al menos sería diferente, cualquier cosa antes que perder el tiempo en monotonías.
Porque no me preocupa la soledad, me preocupa no estar integrado y que todo sea un montón de posibilidades que nunca se hacen posibles. De acuerdo, para esas posibilidades imposibles y dolorosas, también hay venas que abrir. Es un campo inexplorado para mí; pero comporta un dolor, los tendones no se cortan gratis. Requieren el sacrificio de un grito y un dolor cuando se retraen carne adentro.
Hay cosas que no es necesario experimentar para saberlas.
Estoy cansado de dolor. Y cortar venas no soluciona el aquí, ni el ahora. Volvemos a la premisa del principio: ha de ser todo a la vez. Todo al mismo tiempo. Es una ley física que me acabo de sacar ahora de los cojones.
La locura nos convierte en físicos cuánticos sin pudor ni rubor.
La desintegración debe ser indolora. Es lógico pensar que si desintegras nervios y sesos, el dolor no llegará cuando sale de las uñas que se doblan o cuando un clavo las raja, las levanta y queda la carne viva expuesta al aire y expandiéndose, como si la carne hubiera esperado toda la vida ansiosamente que la uña se partiera para poder subir de volumen como una magdalena en el horno. Las uñas me han dado los mayores dolores, las tengo demasiado blandas y malditas. Hay médicos que han girado la cara al ver una de mis uñas reventada.
También me he quemado con la sopa, la lengua escaldada jode lo suyo, pero no como las uñas.
Y no hablemos de cuando cae la tapa de un piano que no tengo y me pilla los dedos, entonces sí que… Joder, se me va la olla.
¿Se entiende porque no debe haber dolor? El dolor te aparta del amor, te aparta de la ilusión. Sacrifica conceptos importantes a cambio de la búsqueda de un simple analgésico.
Me impide soñar con la desintegración.
A veces me río del dolor, para que se joda, para que vea que no me vence.
Estoy en ello, guapísima, ya verás como consigo desintegrarme y aparecer frente a ti íntegro e integrado con una mano en tus pechos de una forma accidental, lo juro.
Al final, soy mucho más sencillo que mi divagar loco, no deseo grandes cosas. Me conformaría con no llorar por dentro. Es angustioso sentir que algo dentro de ti se hace agua y te sujetas el vientre para evitar derramarte a ti mismo. Y no puedes contenerte, te escurres de ansias desesperanzadas entre tus propios dedos.
La verdad es que todo se desintegra a mi alrededor, menos yo.
Solo me queda el cinismo para evitar unas lágrimas de derrota.
Cumple años La Mala Rodríguez
Publicado: 13 febrero, 2015 en Humor, Lecturas, ReflexionesEtiquetas:humor, Iconoclasta, Pablo López Albadalejo, Reflexiones de Iconoclasta, Ultrajant
Negocios reguetoneros
Publicado: 12 febrero, 2015 en Humor, Lecturas, ReflexionesEtiquetas:humor, Iconoclasta, Pablo López Albadalejo, Reflexiones de Iconoclasta, Ultrajant
En México hay negocios dirigidos por un espíritu musical, alegre y desenfadado.
Y así se pasan tooooodo el puto día atronando un vulgar e irritante reguetón.
Yo digo que les va a comprar su puta madre y que no entiendo como el vendedor puede dormir sobre el mostrador aunque esté borracho.
No voy a hacer función «snooze» de radio reloj. Y no voy a gritar.
Y no soy licenciado en filosofía para sordomudos.
No acabo de adivinar si hay pobreza por estupidez, o si la estupidez lleva a la pobreza.
Es un tema complicado, porque conozco verdaderos y verdaderas imbéciles con demasiada suerte y dinero.
Los leones dejaron de comer humanos, seguramente optaron por dietas menos venenosas.
El árbol humano, una novela de Iconoclasta
Publicado: 12 febrero, 2015 en Libros, TerrorEtiquetas:arte, árboles, El árbol humano, fantasía, hombres, Iconoclasta, literatura, novela, Pablo López Albadalejo, soledad, terror, Ultrajant
«La soledad es su naturaleza, o una parte de ella. Porque su otra naturaleza se marchita de pena entre savia y fibras que no acaba de asimilar como suyas.
Las noches son el descanso de los árboles, la fotosíntesis es agotadora.
El vegetal se retira y da paso al hombre.
Al hombre más solo del mundo.» (Iconoclasta)
Para leer en:
http://issuu.com/alfilo15/docs/el___rbol_humano_libro
y
http://binibook.com/details.php?id=1656
Tarjetitas de la sabiduría de Iconoclasta «touch»
Publicado: 12 febrero, 2015 en Humor, Lecturas, Manuscritos, ReflexionesEtiquetas:humor, Iconoclasta, lecturas, manuscritos, obsequio, Pablo López Albadalejo, provocación, Reflexiones, Tarjetitas de la sabiduría de Iconoclasta, Ultrajant
Las Tarjetitas de la sabiduría de Iconoclasta ya no son virtuales. Ya se pueden tocar, doblar, usar como papel higiénico de emergencia, etc…








