Si es que el mecanismo de la dictadura española es más simple que una pelota, puedes prever su funcionamiento con años de antelación. Estaba nervioso el gobierno fascista español ante la posibilidad de perder días de toques de queda, de cárcel nocturna, que ahora con la corrupción judicial será normal que dure treinta y seis horas cada día. Y con toda esa lentitud de la “Justicia” española, sus retrasos en todo trámite legal, se demuestra ahora que si es en pro del Nuevo y Normal Fascismo Español del Coronavirus, se tramita a velocidades lumínicas. Lo que tiene la corrupción legal, es que es muy rápida. Simple pero rápida. El Caudillo y sus Caciques Autonómicos estarán brindado y esnifando a toda mecha con sus sexos duros y húmedos.
Asegurándose la corrupción y complicidad criminal de los jueces, el Nuevo y Normal Gobierno Fascista Español del Coronavirus, ya puede zanjar el estado de alarma con la absoluta confianza de que sus corruptos jueces perpetuarán la dictadura con la misma mano que no tiembla. Lo cual quiere decir que se normaliza el robo de toda libertad de una forma permanente por las décadas de las décadas, amén. Y se hace ley la hipocresía delictiva de: “Prevalece el derecho a la vida, no salgáis de vuestro gulag, hijos de puta”. Esto no tendrá un final feliz.
Es el colmo del fascismo, fascistas pegando a otros fascistas. Es que hay un ansia tan paranoica de robar todo tipo de libertades y arruinar al ciudadano, que ya no saben distinguirse los colegas. La policía es la máxima expresión del fascismo y el medio con el que se agrede al ciudadano sea o no delincuente; y los escoltas son poco más o menos que policías; pero con un trabajo más descansado y por tanto aburrido, por lo que envidian la capacidad de la bofia para abusar de las personas inocentes. De verdad, España siempre ha sido una casa putas sin higiene alguna. Eso de los “cordones sanitarios” que tan de moda puso el actual Nuevo y Normal Caudillo del Gobierno Fascista Español, es una puta metáfora de no se sabe qué.
La electricidad se me ha dado bien, como las técnicas de fluidos obscenos; de una forma innata. Será por ese instinto natural, que me hice electricista. Y vi en la electricidad la vida y el amor que contiene. Cargas eléctricas desplazándose por los átomos de todos los seres y todas las cosas… De ahí a conocerte y follarte viajando a velocidades lumínicas electrizando el aire, se hizo consecuencia lógica. Como violarte, joderte, invadirte, robarte el alma si pudiera, mientras duermes, mientras el hombre que no quieres duerme a tu lado y te corres conmigo convirtiéndolo en un simple cenicero. Amar nos hace voraces y crueles ¿no es la más maravillosa sinceridad? Violarte furioso por la dependencia que creas en mí, tu absoluto dominio que me lleva a pensarte en todo momento, en todo lugar. Me has hecho esclavo; pero tu coño, tu piel, tus ojos y tus labios son míos. Y me clavo en ti todas las noches con la furia del deseo desatado, a duras penas contralado. Con el que no quieres durmiendo en la misma cama… El cornudo duerme mientras jodo a su hembra. No podía ser más perfecto. Respiras con jadeos contenidos, luchando por el silencio y no ser oída por el que apenas existe, el que nunca quisiste. Y que ahora detestas ¿verdad, cielo? Un día lo carbonizaré para que no esté ya nunca junto a ti. ¿Será que amarte tanto me llevó a evolucionar miles de años por delante de la humana mediocridad? Soy un hombre de un futuro milenario. ¿Eso has hecho de mí, mi puta hermosa? Derramaría cera caliente por tus ingles para castigar a mi puta amada, que es mi puta vida. Sé que es locura; pero no me interesa la cordura. Solo quiero ser eléctrico follándote. Y follarte es poseerte. Es el fin que justifica el semen derramado en tu monte de Venus negando la reproducción. Así que acelero mi cerebro y creo un rayo que electriza el aire para viajar a la velocidad de la luz y cruzar el mar rompiéndolo. Llego hasta tu nuca y soy un beso tierno que dice “He llegado, mi amor”. Soy una corriente que invade tu sistema nervioso y erizando tu piel, llego a tus labios que se entreabren, se muerden a si mismos, salivan abundantemente y dejan tu lengua indefensa a la mía eléctrica y voraz. Me divido en otra corriente que baja por tu cuello, besando las venas que laten furiosas estrangulándote amenazadora y suavemente por una casi incontenible ansia. Acaricio tus clavículas milímetro a milímetro con inquietos rayos que mortifican la piel enviando señales a tu coño, que se humedece. Mi cerebro enamorado, genera más voltaje y una chispa surge en cada uno de tus pechos, anidándose con fuerza en cada pezón, endureciéndolos como vidrios. Y quieres pellizcarlos, consolar esa tensión. No lo puedo permitir, mi puta hermosa. Tienes que sufrir el calvario al que tú me sometiste. Así tu saliva mana cuello abajo por el mentón y las comisuras de la boca. Las uñas apresan la sábana, mientras los pezones parecen a punto de estallar por la presión. Y los succiono, no entiendo lo que dicen tus gemidos, no importa… Te hacen brutal, abandonada al placer. Si vieras como se aplastan y se agitan los pezones castigados por mi lengua voltaica e invisible… Creo un nuevo ramal que baja veloz por el abdomen y me detengo para escupir en tu ombligo y chapotear en él con la lengua, hasta que rebosa para crear un río que baja tibio hacia el vientre, se desliza por el monte de Venus y amenaza ya por derramarse por el vértice de tu coño, en el que un poco más abajo late la perla del placer, dura, brillante, lamible… Aplico la tensión necesaria, tengo ya electrizados tus labios, los pezones y ahora ataco directamente el clítoris. Con un espasmo del vientre sincronizas la pelvis con las frecuencias que maltratan el clítoris. Eres una diosa perfecta jodiendo. No puedes evitar esa sensualidad avasalladora, por fuerte que sea la corriente. Eres invenciblemente obscena. Dos corrientes más avanzamos por cada una de las ingles. Forzamos a que se separen los muslos, a pesar de que ya lo hubieras hecho antes, estás ansiosa… La vulva se desflora y los labios se despegan rompiendo tenues filamentos de baba sexual. Y sientes el aire fresco como una lengua, se nota en como te palpita el coño. Me duele la cabeza; pero he de generar una diferencia de potencial más fuerte, a la medida de tu coño dios. Me formo en un pene radiante que te embiste sin cuidado, que llena tu vagina y con cada embestida, arrastra adentro y afuera esos labios de carne elástica y húmeda dando a mi rabo venoso el placer que tanto he buscado. Por el que me desintegro por ti. Tus nalgas se agitan violentas e impúdicas y veo entre tus dedos liberados como duelen los pezones erizados por la brusquedad de la penetración. Aumento la presión en la misma medida que la leche se abre paso entre los conductos seminales que duelen mortificándome. Desearía que masajearas los cojones pesados y contraídos, me duelen tanto, tan plenos… Muy zorra, elevas con maestría la pelvis, dirigiendo mi rabo hacia esa pequeña zona de mayor densidad en la vagina, como un secreto… Como un tesoro. Y golpeo en ella con fuerza, guiado por ti; para ser catapultada al orgasmo susurrando: “Me corro, me corro”. Mis eléctricos dientes, clavados en tus pezones, yo clavado en ti y tus piernas haciendo presa en mí, exprimiéndome sin piedad. La baba orgásmica mana de tu coño para hacer un charco en la sábana… Es un cuadro de una pornografía rampante, hermosa. Lujuriosa… Codifico una frecuencia en tu oído, una lengua te susurra: “Te amo. Te amo, mi vida. Mi puta, mi puta, mi puta…”. Y cuando en mi soledad adquiero conciencia de mi carne, extiendo perezosamente el semen derramado en mi vientre, por mi polla aun latiendo por espasmos que son ecos de un placer aún caliente. Y susurro al aire: “Hasta la noche, mi amor. Duerme, mi diosa, duerme…”. Mi eléctrico amor.
Ninguna noticia española e incluso europea tiene credibilidad, el Nuevo y Normal Fascismo Español del Coronavirus, ha corrompido con mucho dinero (el suficiente como para arruinar la Sanidad Pública) cualquier forma de periodismo. Con toda probabilidad, el conductor del camión no iba borracho; bien pudiera ser uno de esos cobardes que usan el bozal incluso para no contagiarse de si mismos, sus gafas se empañaron y perdió el control del camión por culpa de los decretos y doctrinas del Nuevo y Normal Fascismo Español. Hay que ser muy cuidadosos con lo que leemos, las mentiras tantas veces publicadas, pueden llevar al convencimiento de que se trata de periodismo honrado y digno, cosa que murió hace cosa ya de trece meses, con el primer acto terrorista del nuevo y normal estado fascista contra las libertades básicas.
Cuando una película de posesión diabólica no avanza, no acaba de enseñar las tetas de la posesa buenorra, inevitablemente acabo perdiendo el tiempo conmigo mismo y fumando, que es más chachi. Además, masturbarse mucho, deja ciego, por eso no entiendo mi desmesurada agudeza visual 🤤.
Esto no merece más comentario que el propio título del artículo. Barcelona es un coto de ladrones fascistas que ven la oportunidad de robar y encarcelar al ciudadano incluso por usar un juguete. El incivismo es algo que ellos dictan a su conveniencia según su fascista y acosadora represión y, por supuesto, avaricia de dinero. Por otra parte, también juega un papel decisivo la envidia de los que van a pie y no pueden soportar que otros vayan más cómodos y rápidos que ellos, ciudadanos muy respetuosos de las leyes y bien integrados en su sociedad de mierda. Pasa lo mismo que cuando vas en bici y a cualquier tarado le molesta y ve peligro en ello. Son esencialmente usureros apoyados por una legislación corrupta y vieja como la biblia, sobre la que hacen sus plenos de mierda.
El odio no es extraordinario, es otra cosa mediocre, cotidiana. Por ello pasa desapercibido odiar es de lo más adocenado; sobre todo en su versión más suave aunque más infecciosa: la envidia. El amor no puede pasar desapercibido: causa una extraña inquietud, es un aire fresco y picante en la nariz, como menta o cítricos. Provoca un nerviosismo del que no acabas de entender su causa, no sabes si nace del estómago, de los pies o de las manos que se abren y cierran continuamente. En los amaneceres, al despertar, por el amor tienes la angustiosa sensación de que te falta alguien. Te has despertado tan solo… El odio te hace maldecir y desconfiar de los nuevos días, todos. Hasta que llega el extraño y exótico amor y desbarata tu cultivado cinismo. Por eso el amor no puede pasar jamás desapercibido, cuando aparece rompe la nauseabunda percepción de mediocridad que te provoca la humanidad en masa y su uniformidad. Te ofrece a alguien a quien localizar si no sabes su origen y si lo sabes, a alguien con quien descubrir las cosas bellas que entierra la humanidad bajo sus excrementos. Alguien con quien escapar de este momento y lugar al que te han condenado. Sientes algo que podría ser esperanza si tu mente cínica se permite jugar con la ingenuidad. Podrías no hacer caso de él, no buscarlo o no pensarlo; es tan fácil ignorar como odiar; es tu íntima decisión. Haz lo que quieras. Sea lo que sea lo que hagas con el amor, recuerda el momento y fija en tu memoria las emociones. Es necesario que quede constancia de algo tan extraño en tu vida. Tan inusual. Serán archivos importantes que pueden dar paz a tu mente cuando lo nauseabundo te acorrala; cuando la puta vestida de amor te ofrece sus servicios con las bragas llenas de mierda. Mantén los datos localizables porque hay días que te agarrarías a un clavo ardiendo donde sujetarte de cansancio. Que no te engañe la puta. Y haz lo que debas.
La Sanidad Fascista Española del Coronavirus, cuelga su panfleto doctrinal de consejos y consuelo a los adolescentes presos en España, los futuros votantes del Nuevo y Normal Fascismo Español del Coronavirus. Y en menos de un día, ya han publicado 1636 comentarios acusando al Fasciministerio de Sanidad de estafa, engaño, fascismo, manipulación, corrupción, falsedad, ignorancia, sectarismo y negligencia entre otras muchas más lindezas. Menos mal que aún quedan personas en la República Popular Chino-Española del Coronavirus, capaces de identificar una dictadura que flota impúdica y obscenamente delante de nuestras narices. Pero claro, 1636 contra cuarenta y pico de millones de lelos españoles, es una partida perdida. Una partida en la que se ha perdido la libertad y la inteligencia. Sin embargo, el dinero no se ha perdido realmente, lo tienen los caudillos y caciques autonómicos fascistas, cuyas manos no tiemblan para ejercer su terrorismo de estado.
Resulta que ahora, los proveedores de música por suscripción deciden por ti lo que debes y no debes oír. Y así buscas una canción de Eminem como Rabbit run y ves que está etiquetada como “clean” (limpiada). Y escuchas la canción a saltos, porque enmudecen las palabras que ellos consideran mal sonantes. O bien, pueden marcarlas como editadas, para que sepas que no es lo que el autor creó, y lo que tiempo atrás compraste como una banda sonora de una película, en este caso 8 Millas lo han convertido en mierda. Como escribí como motivo de baja a la compañía censora y suministradora de música adulterada: “Nadie me dice lo que debo oír y mucho menos si pago una suscripción”. Y se pueden meter sus listas personalizadas de canciones y su gran oferta musical por el culo; no voy a pagar (al menos voluntariamente) ni un solo céntimo al fascismo y su censura de mierda. Una vez fuera de Spotify, busqué las mismas canciones en Amazon music, y me di cuenta de que todo está podrido, corrupto, manipulado. Así que cancelé la suscripción y muy graciosos ellos, hicieron saltar un banner que decía: ¿Seguro que entre 70 millones de canciones no hay nada que te guste? Es muy bueno… Me hizo reír. Supongo que están tan habituados al fascismo, que no se dan cuenta de que ellos son la misma basura. Como si no existiera censura de mierda. Es el peor momento que cualquiera con inquietudes artísticas o de libertad, pudiera vivir. Es el fin de la libertad y la inteligencia. Pues mira por donde, que me cago en Dios y en toda esa pandilla de hijos de puta que controlan la nueva y normal moralidad de mierda y su lenguaje. Pedazos de mierda… Menos mal que no me censuro a mí mismo, como está tan de moda en los nuevos fariseos y puritanos fascistas. Es que soy alérgico a la moralidad puta; me salen pollas por la piel (perdón quería decir ampollas).