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Un gueto cualquiera en el estado fascista español, en cualquiera de sus taifas autonómicas gobernadas por severos caciques.
Son las 21:30 y la calle está desierta, silenciosa, muerta.
Las viviendas nunca han guardado tanto silencio por el temor a la policía y al coronavirus, se diría que alzar demasiado la voz les podría llevar a entrar en tu casa derribando la puerta, a ambos.
En los campos de concentración y en los guetos, el silencio absoluto es cuestión de supervivencia.
Tan solo las amenazantes y tenebrosas patrullas de la policía política del nuevo y normal régimen fascista español del coronavirus, rompen el silencio momentáneamente al pulular a la caza de aquellos quienes intentan salir de la prisión en la que han convertido las viviendas del gueto.
Sin embargo, las calles lucen más brillantes que nunca: han mejorado la iluminación nocturna para evitar sombras que puedan ocultar a los que intentan conseguir unos minutos de libertad. Joderlos como sea es su única misión.
Hay mucha luz para que la policía política del régimen ejecute sus sentencias apoyada por una maligna red de delatores, como en todo régimen oscuro; negro como cruces de la SS.
Los campos de concentración de la España Fascista y sus Taifas Autonómicas gobernadas por feroces caciques, son obscenamente eficaces en quebrantar libertades y derechos.
Aunque las fuerzas fascistas lo tienen fácil para realizar sus acosos, represiones y encarcelamientos; mucho más que en los guetos de Varsovia en la Segunda Guerra Mundial. Los habitantes de un gueto español, con total seguridad respiran con un bozal en el hocico dentro de su propia casa (como en el campo, lejos de cualquier control) y les han educado en el lema: “la libertad es enfermedad”.
Los han amaestrado bien: se sienten protegidos como antaño en aquel longevo fascismo de Franco con el que vivían mejor.
Tras las nueve horas largas (se encierran ellos solos antes de la hora) de prisión nocturna, los habitantes de los campos de concentración españoles volverán a sus trabajos (quienes tengan), encenderán los receptores de televisión o atenderán el teléfono móvil para escuchar los bandos matinales del Nuevo y Normal Régimen Fascista Español del Coronavirus que, como cada mañana les anunciará que durante la noche (a pesar de las calles desiertas y muertas de todos los guetos del reino fascista) el número de contagios ha subido pavorosamente, por lo cual continuarán vigentes las leyes marciales de prisión nocturna y anulado todo derecho fundamental. El bando diario del fascismo se despedirá hasta una nueva emisión con su lema de estado: “La libertad es veneno. Fascismo forever).
Y el adoctrinamiento del miedo en las escuelas de los guetos proseguirá de la mano de maestros afectos al régimen, de esos que creen con fe ciega que podrían morir si al caminar por la calle, se les desprende del morro el bozal (aunque en su ingenuidad, le llaman mascarilla).
Maquiavelo debería leer esto, eyacularía en el tercer párrafo.
–¡Shh…! ¡Silencio, la bofia se aproxima!
(Extracto de “Las noches en el gueto”, diario de Iconoclasta Frank)

Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.

¿Qué tipo de ambigüedad puede haber en la película 300 y la relación tan escalofriante que tienen aquellos dos soldados espartanos: el sonriente y rijoso Stelios (que protagoniza Fassbender) y Astinos (el de la melenita negra y recién alaciada, hijo del capitán de Leónidas) y al que afortunadamente descabezan para acabar ya el deprimente romance de marcada actitud homosexual para nada ambigua?
Y es que si solo hay ambigüedad en 300 ¿por qué llegué a sentirme tan realmente incómodo en la butaca con esa parejita que constantemente se tiraban los tejos en una pantalla, tan panorámica como inconsolable ya que no podía escapar de aquellas escenas tan homoambiguas? No he pasado jamás momentos tan embarazosos viendo una película ¿No podía ser simplemente una película de acción, violencia y ya?
Merde…
Yo no digo que esté mal, por mí como si hacen el trenecito con el jorobado Efialtes (que por cierto acabó chupándosela a Jerjes, en el momento en el que se postró ante sus altos genitales); pero no hay ambigüedad alguna con los personajes en cuestión, son absoluta e imperdonablemente maricas. La mariconería es tan nítida y patente que parece filmada con óptica espacial desde un satélite a medio metro del plató.
Yo le decía a Leónidas: ¿pero es que no ves que los julandrones no paran? Diles algo coño, eres el puto rey; pero Leo, ni caso, por lo visto estaba tan acostumbrado a la mariconería que ni siquiera le incomodaba un poquito y se dedicaba a comer alguna manzana podrida que encontraba por la playa.

Alguna buena ha debido temer el gobierno alemán para que la Merkel pida disculpas por el intento de implantar más medidas fascistas de represión y acoso al pueblo.
Algo que no ocurriría jamás en España y sus taifas porque la dictadura y el falangismo o fascismo forma parte del tejido social de una nación tradicionalmente cobarde e indolente con los designios de sus amos. España tiene el récord histórico de haber aguantado la dictadura más larga y sangrienta de la historia, el hijo de puta de Franco fue un mal bicho que duró cuarenta años en el poder asesinando sin cesar; incluso a punto de morir el cerdo, dictó penas de muerte.
Pues bien, hay decenas de generaciones directas o bien inducidas por padres y abuelos que mantienen una entrañable nostalgia de aquellos tiempos de terror, y así es como decenas de miles de ignorantes muertos de hambre, afirman que con Franco se vivía mejor (porque para su escasa inteligencia e inquietudes culturales, les parecía de fábula). El actual Nuevo y Normal Fascismo Español del Coronavirus, confía plenamente en esas voces para reprimir, acosar, encarcelar y arruinar con impunidad absoluta a la población española, plenamente seguro de esa pródiga mansedumbre u obediencia. Y por supuesto, en una policía y ejército ansiosos de servir al régimen, of course. No sería nada exagerado aventurar que gran parte de la población se siente protegida por los nuevos serenos de las negras noches de prisión del Nuevo y Normal Fascismo Español.
En no poco tiempo, al igual que hizo el régimen del puerco Generalísimo, el Nuevo y Normal Fascismo Español del Coronavirus le pedirá a Argentina millones de latas de carne para paliar el hambre de su población. La historia es un ciclo que, en casos de cobardía y mansedumbre, los ciclos de tiranía y robo de libertades se repiten a velocidades lumínicas en muy poco tiempo.
No puedo dejar de sentirme fascinado por vivir en presente uno de esos ciclos que parecían solo cosa de literatura histórica hasta hace escasamente un año. Es tan ilustrativo y demuestra todo lo que he pensado desde pequeñito de la humanidad, que no dejo de felicitarme por ser tan listo.

España debería celebrar con desfiles militares su medio aniversario del Nuevo y Normal Toque de Queda Marcial del Nuevo y Normal Fascismo Español del Coronavirus, porque ya lleva robando la libertad casi seis meses. Y bueno, como va a durar posiblemente otros cuarenta años, pues no deja de ser un poco preocupante esta asfixia y acoso fascista.
Estar en un estado policial/militar como el español, sobre todo si tienes que vivir en las taifas más represivas como Cataluña, es lo peor que te puede pasar si no eres un mediocre cobarde castrado sin inquietudes culturales y de libertad.
A propósito, las putas ONGs, no denuncian el fascismo que asfixia la más mínima libertad (como en otros países de Europa que me sudan la polla), no denuncian ni por error el régimen policial/militar al que se ha sometido a los españoles, sean de la taifa que sea.
Y eso se debe a que las ONG, son ni más ni menos también, que el reflejo de una sociedad cobarde y capada; son una mediocridad con bozal asustados hasta el ridículo.
El coronavirus del fascismo español ha hecho de la cobardía toda una virtud. Es tan grotesco…
Pues eso, feliz medio aniversario de acoso fascista, de las negras noches españolas, más concretamente las peores: las catalanas.
Que los jodan por hijos de puta.
Me cago en el puto Dios.
Bona i puta nit de merda (en fascista catalán, el original, todo lo fascista se entiende perfecto, no problem -también se inglés, aunque me gusta más que me hagan el francés, una tía, of course; ser acosado por el régimen español no me hace maricón-).

No creo que sea del cielo su voluntad ser tormenta. Es muy posible que mi poderosa mente le ordene a la atmósfera en qué momento ser Apocalipsis.
No soy bueno, la piedad es un sentimiento que apenas me lleva una décima de segundo tramitar y resolver, lo que tarda en caer el devastador rayo.

–¿Cómo es tu tristeza?
–Circular, una peonza que gira dentro de mi pecho, donde los dedos no llegan. Y duele un poco porque causa una erosión, un roce. Duele mil…
–¿Por qué circular? ¿Por qué no plana o recta?
–Es la metáfora de mí, siempre buscándola en todas direcciones, sin descanso, sin consuelo.
–¿Qué sientes?
–Hay momentos en los que la peonza se tambalea, parece detenerse y no sé…, quiero llorar. Y se me pierde un latido del corazón, la vida se queda en suspenso durante una eternidad esperando qué sucede, si caerá o no.
–¿Por qué no acabas con tanta tragedia?
–Porque la tristeza es lo único que me queda para trascender, para ser algo más que carne y hueso. Porque una tristeza es la prueba de amar y ser amado. Cuando no te aman no hay tristeza, solo una pasajera decepción.
–¿Y entonces tu alegría?
–¿Qué alegría? Fue un pequeña línea recta, paralela a la tierra. El tiempo la borró, no me acuerdo cuando; pero no hay rastro de ella. Lo prefiero a que la peonza se detenga.
–¿Y tu valor? ¿Dónde reside tu coraje?
–No quiero responder más, por favor.

Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.

No se debe ser tan ingenuo como para creer en la buena fe de un político que, por definición representa el summum de la ambición de poder. Que viene a ser el hechicero de las antiguas tribus humanas que empezaban a asentarse abandonando la caza y la recolección.
El arribista político siempre protegerá sus intereses, su permanencia en el poder y a sus iguales y afectos; pero ante todo, se obsesionará por el control del pueblo: la máxima expresión del poder.
Cualquier otra consideración es un ejercicio de ingenuidad indigna de alguien que debería tener un mínimo de madurez intelectual o experiencia vital. Pasar por alto que el político es el enemigo de tu libertad y economía, es un acto de servilismo puro y duro. De gente a la que tanto le da la democracia (y su mínima libertad) o una férrea dictadura en la que se le impone prisión y un bozal que usa sin objeción alguna; puesto que para sus escasas inquietudes, le basta cualquier cosa.
Se podría decir que el político es la blasfemia de la honradez, una burla a cualquier ética. Ser arribista no es motivo de orgullo, es asqueroso. Por descontado, que si algún familiar propio pertenece a esa ralea de ambiciosos, seguramente será una persona especial, muy buena gente. Lo creeré.
El político es el enemigo eterno, una condena impuesta desde el nacimiento de la que jamás te podrás librar, va incluido en el lote de nacer en esta piojosa sociedad.

Hay una consecuencia lógica a la cobardía, la indolencia y la vida fácil: dominación.
La dominación lleva la esclavitud y la indignidad.
Llegados a este punto, lo sangriento y la destrucción son inevitables; pero no será un cómic, la sangre y sus muertos apestan.

Ya se ha demostrado que las mascarillas no han servido para nada, hay el mismo nivel de contagio de coronavirus que a principios de año, cuando surgió la epidemia y aún nadie usaba el bozal.
Y desde hace ya seis meses todo el mundo usa mascarilla, se puede ver por la calle cada día y en todo momento el nivel de obediencia y fe en el fascismo que el pueblo español tiene.
Hace tres meses, el nuevo y normal gobierno fascista español culpaba a la juventud de los contagios. Los persiguieron, la policía asaltaba las casas donde se reunían y cerró bares, les prohibió realizar cualquier encuentro, talmente como si fueran narcotraficantes; y nada ha cambiado.
Al fin encontraron la solución de imponer el toque de queda fascista por las noches. En estas actuales noches de represión y amenaza, solo rondan por las calles los serenos del franquismo, en este caso un fascismo inspirado en la tiranía china.
Y tampoco el nuevo y normal gobierno fascista de España, consigue frenar el coronavirus, sus contagios y muertes.
Ahora ya han dado el gran y máximo golpe a la libertad: ellos, las hienas fascistas que gobiernan han decretado cuántos, cuándo y dónde pueden reunirse las familias y amigos en las ñoñas y sobrevaloradas festividades navideñas.
Con ello, además de cerrar la boca a los mansos cabestros atemorizados, han conseguido crear en la mente infantil de la sociedad española, la idea de que los Caudillos están presentes en todas las casas; que sabrán si coméis en la mesa más de lo que ellos han decretado, a la espera de chutaros su vacuna, por la cual ganarán un chorro de dinero y se harán eternos en el poder (como el mismísimo presidente chino se autonombró).
En fin, que el mensaje navideño de los Caudillos españoles para estas fiestas va a ser el mismo que a principios de año: “Lo peor aún está por venir y nos esperan años durísimos, pero no me temblará la mano para meteros en la cárcel o fusilaros a todos, hijos de puta”. Y feliz navidad y próspero año de mierda tengáis todos”.
Cuando empiecen a funcionar los hornos crematorios, volverá a preguntarse la chusma, cómo se ha podido llegar a eso.
Es normal, la ignorancia duerme y seca el cerebro dedicándolo única y exclusivamente para las funciones más básicas de la población: comer, cagar, beber, mal follar, parir, trabajar, dormir y mear (en muchas ocasiones los cabestros no saben distinguir entre mear y cagar). A estas horas y gracias a los bandos doctrinales que el fascismo español ha emitido a todas horas y todos los días por todos los medios de comunicación que ha comprado u ocupado, los bozales y sus decretos de prisión; ya ha sido completamente anulada toda cualidad intelectual de la chusma española. Franco lo hizo asesinando, y el fascismo español instaurado a cuenta del coronavirus se ha impuesto negando tratamiento a las personas realmente graves y anulando todo tipo de libertad con el timo de la epidemia. Ha sido un golpe a la democracia; incluso aplaudido, hay españoles con las manos aún inflamadas del hartazón de aplaudir que se dieron desde de marzo a julio del 2020.

Mi abuela se murió cuando yo era vigilante y dormía tras la jornada nocturna. Cayó fulminada al suelo mientras cortaba en la cocina unas judías verdes para comer.
Mi madre me despertó y luego llorando se largó y me dejó solo para llevar el fiambre hasta su cama. Me parece que la histeria a mi madre, le vino muy bien para escaquearse de cargar con el muerto (nunca mejor dicho y que dios si existe, la tenga en su gloria, si es posible que exista semejante gilipollez).
Si hubiera muerto en estas fechas, la habrían metido en el saco de los muertos por coronavirus.
Lo que quiero decir es que como no tengo abuela y lamentablemente no soy madrileño, me temo que no será necesario que use condón y bozal para reunirme con alguien en estas nuevas navidades del normal fascismo español.
Como se puede apreciar, cada cacique de cada autonomía se monta su fiesta de poder y represión como puede, según el dinero que pueda destinar a propagar la ideología fascista cuyo mensaje navideño 2020 dice:
“Tú obedece, que te vigilamos hasta en tu puta casa, asesino cabestro”.
Por lo demás, me la pueden chupar.