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El judaísmo surge entre los siglos VI y IV a. C., es la quinta secta en número de adeptos y la más antigua de las sectas abrahámicas, cuyo origen está en el patriarca Abraham.
De ella deriva el cristianismo que surge en el año 30-33 d. C. y la que más adeptos tiene. Y posteriormente el islam, ya en el siglo VII d. C. y la segunda en número de adeptos.
Estas tres sectas o supersticiones han conformado la mayor parte de la cultura y población del mundo occidental y parte del oriente cercano a África y Europa por su carácter represivo y violento contra la población, que como ocurre aún hoy en día con el islam, el estado/dios hizo adeptos por coacción “divina”, por supuesto.
Son supersticiones o sectas (hay quien prefiere denominarlas religiones) en constante evolución con los tiempos ya que sus líderes o jerarcas religiosos legislaban e inventaban mandamientos y liturgias con sus pecados, condenas e impuestos a medida de su codicia y ambición (siguen en el presente con la misma evolución). Las mitologías del antiguo testamento (el origen de las tres sectas) son ingenuos cuentos mágicos y muchos violentos, con moraleja para someter a la población o adeptos (es lo mismo) al miedo a dios personificado en el estado. Los salmos son unidades didácticas ideológicas para implantar obediencia y respeto al estado/dios omnipresente que habla siempre en nombre de Yahvé. Se crearon castas o linajes “escogidas” por Yahvé con los correspondientes patriarcas de cada tribu. Al final el mensaje primordial era: O eres de los nuestros o morirás, por hambre o por el cuchillo.
Con el tiempo, la coacción se hizo fe y tradición; pero esto nadie lo cuenta o enseña porque deja en mal lugar al estado/dios en su tiranía y criminalidad y a los adeptos en su cobardía, servilismo e ingenuidad a nivel de discapacitación mental.
Al tiempo que las supersticiones se hicieron fe, las comunidades regidas por sus líderes religiosos ejercían una cruel y sangrienta selección de la población eliminando a disidentes y quedándose con los reproductores más mansos para lograr una población dócil, de fácil explotación y ante todo, rentable para las arcas de los líderes gobernantes. Es exactamente el mismo método con el que se consiguió por selección ganadera crear un ganado bovino manso, por ejemplo; fue el gran avance de la ganadería.
En el islam se controla también con minuciosidad la comida de los adeptos, la bebida y la intimidad hogareña. Las numerosas pausas para las liturgias se comen el tiempo de ocio y descanso de sus creyentes haciendo de la fe paranoia y del resto de religiones sus enemigos mortales.
Muy parecidos a los musulmanes eran o son (los pocos que quedan) los cristianos puritanos: agresividad contra el creyente y su continua humillación ante el estado/dios o sacerdote en definitiva.
Todas ellas son sectas que han creado su propios códigos legales, primero como mandatos divinos, luego como leyes sociopolíticas que han infectado y pervertido la original genética humana por esa selección o “limpieza étnica” llevado a cabo por los estados/dios. Realmente, la especie humana de hoy es una mutación castrada física y mentalmente de la original del homo sapiens.
La ferocidad y crueldad de estas sectas supersticiosas abrahámicas ha logrado que sean las más extendidas (no siempre con más practicantes) en el mundo.
Las religiones dhármicas (como el hinduismo y el budismo) tienen su origen en la India. Y a pesar de ser notables por su número de adeptos, no se han expandido con la rapidez y contundencia de las abrahámicas; a excepción del judaísmo que, con la mutilación del pene (la circuncisión) como condición y obligación para ser aceptado, se convirtió en minoritaria. Hay cartas paulinas en el nuevo testamento (biblia cristiana) que tratan este tema y que fue el origen real, más allá de imágenes y liturgias, del cisma entre el judaísmo y el cristianismo.
El hinduismo es la tercera secta con más adeptos, la superstición más antigua de la historia que surge entre el año 1500 a. C. Su retórica es más filosófica o espiritual que represiva o agresiva. Busca el control de la población de una forma más “amable”, como el budismo que surge en el siglo VI a. C. y es la cuarta con más adeptos. Ambas, apenas se expandieron más allá de sus lugares de origen, en contraste con el cristianismo y el islam. Sus mitologías son mucho menos agresivas. Porque no hay “sagradas escrituras” tan agresivas y represivas como el Antiguo Testamento de la biblia: un compendio de leyes que delimitan todo acto de libertad, intimidad, reproducción y el pensamiento de sus adeptos. En este primer libro de la biblia se pide sangre y esclavitud contra todo no judío. Yahvé es un dios celoso, furioso, colérico, amante de la extinción de los pueblos como castigo. Y el islam le ha sacado gran provecho a la retórica y mitología del Antiguo Testamento.
Las tres religiones, sectas o supersticiones abrahámicas, desde su surgimiento, han hecho mierda a la especie humana original. Y han evolucionado hasta convertirse en política; que sigue exactamente la mismas pautas de obligación, devoción, delito, condena, impuesto y obediencia al estado/dios, con el sarcástico epíteto actual de democracias.
La especie humana actual, en el siglo XXI d. C. es una cosa rara, biológicamente mamífera y de pensamiento y vida insectil, con un cerebro funcional para el trabajo, la obediencia y un servilismo auto humillante.
El estado/dios nunca ha sido inteligente, sólo codicioso, un carácter puramente carroñero. Y se ha aprovechado y parasitado de los conocimientos de los poquísimos creadores o inteligentes:
Cualquier individuo con un pensamiento libre o creativo es un exotismo, una rareza que lo confirma como la excepción a la regla y triste noticia de “todos insectiles”. De no haber sido por estas poquísimas excepciones surgidas de siglo en siglo, las actuales sociedades consumistas no existirían, sus “insectos antecesores” se habrían extinguido ahogados en sus propios excrementos hace seiscientos años.
El cristianismo, prácticamente todas las sociedades consumistas occidentales, ha llegado al nivel máximo admisible de paranoia; el punto de auto extinción por sus liturgias que enturbian y degradan la biología humana (lo poco que queda de ella), con el fin de conseguir la raza humana perfecta para su explotación fácil y económica.
Si dios es macho o hembra, no importa: se operará tantas veces de uno o de otro sexo como se auto perciba una mañana al despertar en su paraíso,
Lo inexistente puede ser imaginado como a cada cual le guste o satisfaga a su amo en el gobierno.
Si el estado/dios consigue degradar la biología de sus creyentes, el conjunto de la casta paria trabajadora; el estado/dios se erige en la institución más cercana a dios y es su portavoz en la Tierra. A estas alturas a la casta paria (trabajadora) ya no le quedaría nada de humanidad, convirtiéndose en una idiota (en el aspecto clínico) y ridícula mutación de los primeros especímenes de homo sapiens.
El antes de Cristo (a. de C.) y el después de Cristo (d. de C) es el chantaje que tuvo que pagar la ciencia al papado que ponía y quitaba reyes y legislaba naciones, copaba toda actividad política, legal, administrativa, económica y social; con especial énfasis el pensamiento de la chusma.
Si la ciencia quería desarrollarse, debía jurar que Jesucristo existió, de no hacerlo arderían los intelectuales y científicos en el infierno de las hogueras papales. Así fue como la ciencia dividió los periodos históricos en a. de C. y d. de C. En definitiva, repitieron aquellos primeros pobres científicos la existencia de un jesucristo millones de veces hasta hacer verdad de la mentira. De no ser por el pago que hicieron a la iglesia, hoy cagarían los humanos en los alcorques de los árboles sin pudor.
Pues ahora (ahorita como dicen los mexicanos) la cultura tiene que pagar otro chantaje, pero esta vez a las sectas aristocráticas del fascismo-woke (un corta y pega de los imperios papales): toda obra de arte o ensayo debe contener cierta cuota o número de homosexuales o transexuales; de no ser así, si no hay “Jesucristo”, no hay arte.
Es un ejemplo de cómo las liturgias políticas copian las religiosas con otras retóricas adaptadas a una población humana en déficit físico y mental (como lo estaba en la edad media). El mismo déficit mental y anímico definido por su acentuada cobardía y dependencia del estado/dios.
Y todo gracias a esas tres grandes supersticiones abrahámicas: judaísmo, cristianismo e islam.
Concluyendo:
Los que aún pensamos estamos abandonados porque los líderes políticos occidentales de las pseudo democracias cristianas y las aconfesionales, están viendo en las aterradoras “repúblicas” islámicas (por la esclavitud de sus adeptos al estado/dios) represivas y criminales (mutilaciones, matanzas, torturas y humillación de mujeres y ateos) una forma de gobierno que les puede multiplicar a la enésima potencia su riqueza. Esto explica la elaborada y planificada suplantación poblacional que llevan a cabo los gobiernos pseudo democráticos parasitando la sociedad occidental con multitudes de especímenes islámicos. Como está ocurriendo con inusitada velocidad en la vieja, desgastada y decadente Europa, un continente que agoniza política y ya étnicamente.
El islam es una secta abrahámica, como el judaísmo y el cristianismo; pero tiene a su favor su poder totalitario, el del terror, para extenderse por todo el planeta, como lo hizo la cristiana desde la baja edad media.
Lo importante y que no se debe olvidar: los cuerpos humanos, sean judíos, cristianos o islámicos, sangran y mueren igual. El terror se induce gracias a la ignorancia y la cobardía; pero ahí está la “raza” occidental decadente, dispuesta a ofrecer a sus hijos en holocausto a la secta que más miedo le provoque.
Ha llegado la hora de hundirse de nuevo en el oscurantismo de una edad media, pero con internet en el móvil para dar un aire de modernidad al decorado de las extintas democracias consumistas occidentales cristianas o aconfesionales.

Es fácil contestar a esos políticos y pensadores no españoles que no acaban de entender qué es España y su constitución. Sólo un humano nacido español es capaz de permitir lo que las personas decentes fuera de España no pueden entender y escandaliza. Y no es que lo permita, es que simplemente es incapaz de entender que pueda existir un gobierno y sus leyes, decentes y un ser humano con un mínimo de ética y honor en su forma de pensar y actuar.
El rey y ayatolá hispanocatalán Sánchez I el Arribista, sumo sacerdote masónico de la secta psoe, inventor de la Amnistía Corrupta Española 2024 y cobarde histórico; es la consecuencia o pus de una sociedad mezquina, degradada y analfabeta.
El ayatolá Sánchez I el Arribista es el reflejo aumentado y ruin de la raza humana española o una gran mayoría; y por ello hay tantos millones de humanos españoles sufriendo parafílico amor y fascinación por el estafador, criminal y patológico narcisista. Se sustenta además su gobierno en el indigno y cobarde proverbio español de cobardes, incapacitados e indigentes mentales: Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer.
Es un ser tan aberrante y falso (un auténtico y real Uriah Heep de David Copperfield) que en personas con inquietudes de libertad y ética causa repelencia, un rechazo instantáneo como el que causa el acosador que te quiere vender una estafa de seguro o una nueva tarifa eléctrica sin dejar de hablar, con un burdo afán de robarte todo lo que tienes y pudieras tener.
Franco fue un molusco que surgió en la prehistoria, la España estancada y atrasada en pleno siglo XX que se cebó del hambre que mataba a miles de personas en provincias. Un auténtico y real tercer mundo en aquella república de élites políticas incapaces y endogámicas surgidas de las castas ricas con el fin probado de ver morir con indolencia al pueblo hambriento. Y cuyas medidas contra esa hambruna e indecencia socioeconómica de los trabajadores, consistía en perorar en las cortes sesudas e inútiles citas literarias. Realmente se había gestado una aristocracia política criminal por omisión, alevosía, diversión o todo a la vez, dependiendo del humor de aquellos hijos de puta niños ricos con complejo de humanistas de taberna. Permitiendo así, que aquel molusco que era Franco en la piel de España surgiera sin siquiera prestarle atención, entretenidos y divertidos con sus corrupciones y discursos pedantes hasta el vómito.
Sin embargo, el dictador y estafador Sánchez ha surgido de una sociedad degradada y decadente, tarada y marcada por un infantilismo adulto y consumista, la cobardía e ignorancia funcional (deletrear y leer las prohibiciones que el dictador imponga).
Si semejante individuo y su colonia infecciosa de mangantes ha accedido al poder infectando las instituciones, la ética, el conocimiento, la honestidad y la razón; no sólo se debe a la especial genética (a sus incapacidades y malformaciones mentales) de la raza humana española. Lo ha conseguido porque la constitución española es una chapuza “legal” mal, burda y premeditadamente redactada para beneficiar y cebar a los endogámicos aristócratas de la política, a los más criminales y mezquinos, a los más ignorantes e idiotas.

Todo estaba preparado para que surgiera la sepsis Sánchez y sus variadas cepas.
Aniquilar al actual gobierno corrupto, criminal y asfixiante y quemar la cochina constitución española que como un caldo de cultivo lo ha multiplicado; bien vale otra nueva guerra civil cuyas muertes, además, deberían servir para limpiar miles y miles de líneas genéticas sucias de indolencia, cobardía y servilismo hacia los podridos y repugnantes fascistas dictadores de toda ralea que florecen como cardos cada medio siglo en España.
La raza humana española es como el cerdo revolcándose en sus orines y excrementos: no puede dejar de hacerlo, es su genética. Y todo dictador vomitado por un coño español lo sabe y saca beneficio.
Ayer Franco y hoy el ayatolá Sánchez I el Arribista y su constitución de mierda que lo ha cebado porcinamente.
Y luego a por el siguiente y más allá…
Estamos abandonados.
Misericordia.

Está desenmascarado y acorralado por su estalinismo corrupto y arribismo criminal, él y toda su corte de sicarios ministeriales, leguleyos, burócratas y ratas de cloaca.
El rey y ayatolá hispanocatalán Sánchez I el Arribista, sumo sacerdote masónico de la secta psoe, inventor de la Amnistía Corrupta Española 2024 y cobarde histórico; con sus homilías sobre la pureza y martirologio de su “Fiscalo General” el magdalena Ortiz (de su propiedad) y de la corrupción y prevaricación de los malvados jueces que lo investigan, está alentando, machihembrado con su corte de corruptos, una revuelta social de los pocos millones que le votaron, contra quienes investigan a su familia y órbita de poder íntima en el gobierno.
Es el paso lógico de cualquier narco dictador hispanoamericano como en Venezuela, Cuba, Colombia, etc. Y por otra parte, los dictadores lo último que tienen es inteligencia, así que se le ve venir de una hora lejos, es previsible como un ascensor.
Si consigue generar un estallido de violencia, como dictador del actual narco gobierno español tendrá razones “constitucionales” (su orco Pumpido lo avalará) para declarar un estado de guerra, de sitio, emergencia o como sea la pedagogía que se invente y así encarcelar de nuevo a la población, aplicar toques de queda militares, control de prensa y censura en internet. En ese instante en el que decrete las humillaciones y privaciones para “todas y todos”, habrá cerrado las cortes, como ya ensayó con sus decretos de encarcelamiento y extorsión policial por coronavirus.
Con lo cual, se creerá inmune e impune a todo juicio o exigencia de dimisión.
La cuestión que urge ahora es si tiene suficientes apoyos militares con los generales que ha ido condecorando a lo largo de su reinado para llevar a cabo un golpe de estado y asaltar con una estable seguridad la jefatura total del estado después encarcelar o expulsar al otro rey, al Felipe. Acto seguido, con una de sus homilías de mensaje telegráfico; pero de castrista duración, declarará España como república estalinista-islámica. E impondrá definitivamente un nuevo gobierno del terror y la corrupción al estilo hispanoamericano o islámico.
Para ello, debe tener negociada (pagada) la complicidad de sus militares y policías. Si no fuera así, y ojalá no lo sea, estallará una nueva guerra civil que será la última esperanza para la libertad y la honestidad en España.
En este instante, España y sus “todas y todos” están al borde de una guerra civil, al breve vuelo de una moneda lanzada a cara o cruz.
Estando el ayatolá Sánchez I el Arribista acorralado y cada día acosado de corrupción por nuevos titulares en prensa, al ver que peligra la fortuna diaria que atesora en su moncloa, su única opción corrupta es un golpe de estado y su guerra civil para conservar su fortuna ahora y durante lo que le quede de vida (que ojalá sean unas pocas horas).
Es la razón de que en este momento esté llevando al paroxismo a sus feligreses (votantes, militantes y soldadesca enchufada en puestos del estado cobrando dinero fácil) mediante homilías-arengas que ensalzan su corrupta santidad y bondad, que sólo sus crédulos fieles de cerebro abducido son capaces de ver y sentir sin el adjetivo “corrupta”. Es el mismo estilo de oratoria hitleriana, donde Hitler era adorado por ser el enviado de dios en la tierra alemana. En el caso del ayatolá Sánchez I el Arribista, habla por Alá.
Los primeros momentos de la república española del arribismo, serán de una “libertad” plagada de cadáveres en las calles. Una violencia que se siente tan cercana como cotidianos son los fieles sanchiztas ciegos a la podredumbre ética y arribismo criminal de su nuevo caudillo Sánchez. Ya husmean en el aire aquel aroma a dictadura que los embelesó y los llevó a aplaudir los encarcelamientos multitudinarios por coronavirus español. Porque en otros lugares el coronavirus no era tan “mortal” como la variante española y no precisaban encarcelamientos masivos, ni bozal nazi “en exteriores” (uno de sus grandes negocios-timo junto a las vacunas).
Sólo la raza humana ibérica, seleccionada milenariamente para cebar servilmente a sus dictadores puede sentir simpatía, cariño, admiración, fervor y servilismo hacia un dictador como el actual que prepara su gran golpe de estado, el mezquino Sánchez.
Un personaje que en cualquier país europeo ya habría sido linchado y que repele incluso a sus colegas políticos europeos.
Vibra y pulsa una peligrosa e indigna multitud que ha votado al ayatolá Sánchez I el Arribista, que no se acerca siquiera a la mitad de la masa votante, que ama a un mal personaje que causa repulsión y dentera en las personas con perspicacia y una mínima capacidad intelectual. Una chusma que ahora aúlla con espumarajos en la boca por la santidad de un leguleyo corrupto (el citado fiscalo general, la magdalena Ortiz), una especie de pervertido Calígula.
A ojos con cierto brillo de inteligencia, el horizonte en España muestra medio siglo de dictadura otra vez, con su oscuridad y crímenes de estado. La vuelta de los delatores cobardes que ansían las propiedades de sus vecinos y para ello pedirán a su amo dictador repitiendo la historia, fusilamientos; algo que fue muy cotidiano en el franquismo rural. Y como es proverbial en toda dictadura.
No tardará el rey y ayatolá hispanocatalán Sánchez I el Arribista, sumo sacerdote masónico de la secta psoe, inventor de la Amnistía Corrupta Española 2024 y cobarde histórico; en lanzar una homilía a sus “todas y todos” para que salgan a la calle a luchar por él: el Padre Dador de la paz, la bondad, la convivencia y la pureza del bienestar de su estado islámico.
El horizonte de España se vislumbra negro como el ojo de un culo.

El cociente intelectual es definitivamente más bajo en la actual raza humana española que en los siglos VI y VII. Su credulidad y la facilidad de ser abducida su inteligencia y voluntad por un charlatán fascista con ambición dictadora y enfermiza codicia (sea de derechas o progre estalinista), es mucho más denigrante, puesto que en la actualidad se supone que gran parte de la chusma española sabe leer y escribir, al menos funcionalmente (para aprobar el examen del carné de conducir). Y aquella chusma del pasado era absolutamente analfabeta. Ni siquiera se podía concebir que alguien fuera analfabeto. Esto hace de la actual raza española, algo mucho más limitada intelectualmente porque no tiene excusa.
El cerebro de la chusma, a base de fascismos y sus dictadores, ha mermado definitivamente. Carece, a pesar del conocimiento actual, de la capacidad de discernir entre el engaño y la realidad y no ve a un criminal (un fascista orador en un mitin) aunque lleve la navaja de afeitar sucia de sangre en la mano en una de sus homilías.
En la profunda, endogámica y endémicamente fascista España, cualquier charlatán de pocas luces accede al poder gracias a la admiración que despierta en la endogámica raza española que sirve de abono para todo tipo de fascismos y sus dictadores.
Estas mermas intelectuales son la razón por la que en el resto del mundo los gobiernos caen por corrupción y en España los políticos podridos ganan más votos que se traducen en una gran riqueza para sí mismos a costa de la sangre de sus disminuidos y cariñosos votantes.
Durante generaciones y generaciones, al ser mayoría los individuos deficientes de la raza humana española han ido arrinconando y exterminando a inteligentes. En definitiva, se ha llevado a cabo en la península ibérica una selección ganadera de reses humanas aptas por su mansedumbre y estupidez para la implantación de las dictaduras, su corrupción y su esclavismo de la casta paria o asalariada. Como estamos viendo ahora en los años 20 del siglo XXI.
España es una reserva biológica de una especie humana muy característica por su rareza (por ahora) en el extremo más occidental y sur de Europa. Y por ello, por su exotismo genético, es eminentemente turística, como un viaje al pasado para los guiris.
Un auténtico reservorio de corruptos fascismos y gentes que lo aplauden.
No hay un ápice de humor o sarcasmo en este pequeño ensayo, no es un hablar por hablar. Es el fruto de decenas de libros leídos y decenas de años viviendo en esta infecta reserva de cretinos. De gente que teme a la libertad porque:
“Qué sería de nosotras, nosotros y nosotres sin que nuestro tirano estado/dios bienamado, no nos sirviera nuestra ración de pienso en el comedero cada día y no nos diera con su homilía diaria en RTVE y sus anuncios de internet, la orden de lo que debemos pensar y pronunciar por la boca según el humor de nuestro santo dictador? La libertad y la ética sólo conducen a la enfermedad, a lacovid y al apocalipsis climático, lo dice nuestro amo. ¡Pobres de nosotras, nosotros y nosotres!”.
La raza genética humana española es la historia de un cerebro que nunca llegó a desarrollarse. Una especie fallida y el sueño dorado de todo tirano que se publicita en la elecciones de cualquier pseudodemocracia del planeta, para ganar montañas de dinero en los cincuenta años que duran de media las dictaduras en España.
Es un adelanto de lo que le ocurrirá al resto de las razas humanas, que serán infectadas por el gen imbécil, como lo hizo la “gripe española” de 1918.

En la década de los ochenta del siglo pasado arrancó a plena potencia el proceso de degradación, la imparable decadencia consumista que hoy infecta a todas las naciones o grupos humanos (sociedades) del planeta.
La primera patada a modo de arranque se dio a finales de los sesenta y durante los setenta. Cuando la paranoia musical mostró cómo grandes rebaños humanos se dirigían a aplaudir a sus superficiales ídolos musicales gozando de toda clase de penurias e incomodidades. De vivir entre barro, mierda y orines por cantar y bailar con sus dioses del amor libre y la paz.
Aquella muestra planetaria y multitudinaria de paz, amor y ante todo adocenamiento iluminó al estado/dios en cómo pastorear a los grandes rebaños humanos sin necesidad de grandes sumas de dinero en ejércitos e infraestructuras.
Todo era música y festivales sin pausa, discos, prensa, programas de televisión, películas…
Pero fue en los ochenta con la invasión de los videos musicales cuando el estado/dios colmó los cerebros de la masa humana asalariada o contribuyente de imágenes y música de tal modo que quedara ciega y sorda, ajena a la gran dictadura fascista-estalinista que en el 2020 se revelaría a la humanidad mediante la componenda que fueron los robos de libertades, dinero e inhibición de las necesidades biológicas por medio de la infestación del coronavirus o covid 19. Y así justificaron los líderes fascista-estalinistas de las pseudo democracias occidentales su terrorismo de estado: robos por impuestos de usura y extorsiones policiales y militares, sorprendentemente aplaudidas por esa gran masa cobarde y decadente asalariada y mayoría votante. Las propias víctimas del fascismo surgido con el coronavirus, ahora esclavas y acobardadas por el estado/dios con un simple catarro publicitado durante meses a todas horas todos los días, se arrodillaban quejumbrosas ante el estado/dios pidiendo no morir. Lloraban como críos a sus gobiernos extorsionadores como si fueran padres salvadores. La humanidad retrocedió a la oscura Edad Media.
Y el estado/dios sentenció con una sonrisa satisfecha: “La libertad es enfermedad”.
Los súbditos, aquellos que nacieron en cautividad musical, en el consumismo y el rechazo al esfuerzo, con una importantísima merma intelectual dijeron “Amén”. Y se encerraron sumisos en sus casas-establo, se calzaron un bozal en el hocico que pudría la respiración y la dignidad, en soledad, en sus viviendas y en plena naturaleza. Se apresuraron a meterse en la sangre una “vacuna” que no vacunaba; pero era una orden del estado/dios que, aunque los arruinó y arrebató sus necesidades biológicas como el simple desplazamiento para la supervivencia, obedecieron ciegamente y se vacunaron por miles de millones la falsa vacuna que aún no saben qué cura.
Al igual que los alemanes fueron programados para odiar a los judíos, en el 2021 el estado/dios globalizador adoctrinó mediante prensa, radio, televisión e internet a la masa humana asalariada y burguesa en el odio y el deseo de muerte hacia los que hacían uso de su libertad para no vacunarse.
El estado/dios les inculcó el odio aplicando las estrategias nazis fascistas del siglo pasado, un auténtico cúmulo de sabiduría genocida práctica que los “progresistas” líderes estalinistas, se apresuraron a imitar con una moderna tecnología.
Insisto, este triunfo del neonazismo actual, estalinismo buenista o poscomunismo woke; se debe a aquella gran invasión musical y visual de los ochenta a la que se sometió a la masa humana infantilizándola y deteniendo su crecimiento intelectual, ya que eso de pensar y decidir sólo le incumbe al estado/dios que él sabe lo que realmente le conviene a cada cual y de que sexo debe auto percibirse a pesar de sus genitales.
La invasión de música e imágenes idiotizó e incapacitó a una grandísima mayoría humana para observar e intuir los actos de fascismo veterinario-ganadero que llevaba a cabo el estado/dios. Lerdos y ajenos a todo en su universo músico-visual consumista con síndrome de Peter Pan y su cobardía e indolencia.
En EE. UU., en los ochenta, durante la era Reagan se creó una raza humana pintoresca que serviría de modelo y esperanza a la humanidad asalariada cada día más numerosa y más exigente, la que años más adelante, el estado/dios bautizó como globalidad. Aquella nueva especie rica y efímera fueron los yuppies, jóvenes que conseguían su primer millón de dólares apenas dejaban la teta de su madre y llevaban un tren de vida pletórico de lujo, sexo y drogas con el mínimo esfuerzo, auténticos patricios de la decadente Roma clásica. Los yuppies se crearon para dar una gran expectativa de bienestar e ilusión: todo aquel que se lo propusiera podría ser un millonario como ellos.
Pero a la entrada de los años noventa, aquellos yuppies maniquís conducirían con su torpeza e incapacidad a una gran crisis mundial que arruinó a millones y millones de asalariados.
Y el estado/asestó su dogma de gracia que asentaría el fascismo estalinista como la gran solución: “¿Veis como no es tan bueno ser ricos y vivir con lujos. Ni la libertad en exceso, sin control? Por vuestro bien, nosotros os enseñaremos en lo que debéis emplear vuestros sueldos”. El dogma, gracias a las grandes redes de comunicación construidas para la invasión musical de los ochenta y a internet, se propagó a escala planetaria e impregnó los cerebros mermados de inteligencia y conocimiento de las grandes masas humanas contribuyentes.
Hasta ahora, en el 2024, que se aproxima un “apocalipsis climático” que sólo gracias a la pobreza y esclavitud de la masa asalariada mundial o globalidad castrada de inteligencia y coraje, se podrá evitar.
Los retrasados intelectuales ya se preparan con resignación de mártires e infantiles esperanzas de no morir, para aplaudir de nuevo a aquellos nazis estalinistas que les salvaron de morir por el covid 19 y ahora los salvará del “apocalipsis climático” que aparece publicitado en la prensa y medios de comunicación de cualquier parte del planeta todos los días y todas las horas, exactamente igual que los videos musicales en los ochenta.
Todo se comenzó a pudrir vertiginosamente en los 80. Yo estaba allí, en medio de aquella mierda asfixiante de música y chusma ridículamente disfrazada.
Hoy el infantilismo y la vanidad sin razón han impregnado genéticamente a cada individuo votante y contribuyente de las sociedades o países del planeta. Y no se trata de una plaga, es una involución, una degradación inducida por el estado/dios por medio de la selección ganadera a una masa humana asalariada decadente y de pensamiento tan superficial como sus uñas.
La especie humana está desintegrándose, descomponiéndose velozmente. Ya no es compatible su vida con la del resto de animales y el planeta la rechaza porque ha perdido la gracia y el coraje que la llevó a evolucionar más allá de los monos.
No es el cambio climático lo que hace temer un apocalipsis, sino la corrupción del ADN humano.
Yo estuve en los 80, y ahora en los 20 del siglo XXI doy fe de ello por asco y asfixia.
Otra vez…

Las tan cacareadas “grandes” civilizaciones o antiguos imperios murieron por el peso del odio de sus enemigos que, supieron recordar y entender que siempre se debe devolver la agresión.
Es la ley básica desde que el ser humano apareció en el planeta. Primera ley e inalterable e incorruptible: Quien la pega la paga.
Por esto es tan sumamente importante y vital la justicia retributiva de la ley del talión. Porque dice que la vida es lo más sagrado que existe y devolver sólo una muerte por tanto dolor causado es indolencia, pereza y cobardía.
Tiene que entender por la violencia el futuro agresor, que también será candidato para ser pasado a cuchillo: Quien a hierro mata a hierro muere.
Es preciosa la venganza en su sencillez y justicia salvaje.
Sin embargo, cuando se mata a un allegado y no hay respuesta contra el agresor, convierte a esos familiares y amistades del asesinado en cobardes y presas del agresor.
Es algo que no explica o no cuadra en el pacifismo, que es el ridículo disfraz del cobarde mezquino.
El pacifismo nace como movimiento porque, prácticamente todas las agresiones las comete el estado contra su población. De ahí que se adoctrine a los rebaños humanos, castrando a sus crías en las escuelas, adoctrinándolos en la paz y la obediencia: Déjate matar, porque quien bien te quiere (el estado) te hará llorar (el estado de mierda de nuevo). Y se le llena la boca al jerarca corrupto de turno, adulando a la masa humana bovina por su virtuoso y cívico pacifismo que la hace tragar con toda corrupción y asesinato en “interiores y exteriores”.
Toda sociedad consumista es cobarde por definición y alabará al asesino por cobardía haciéndole ver que lo ama. Y atacará a los que se defienden del agresor porque temen su ira.
Los cobardes nacieron para ser esclavos y su esclavitud, servilismo y carácter pacífico, son las armas que la cobardía usa para pedir piedad al asesino.
Es exactamente lo que está ocurriendo en Oriente Medio y se refleja en las sociedades consumistas cobardes occidentales: unos religiosos asesinos quieren extinguir a los judíos y éstos, según la moral cobarde los pacifistas, deberían dejarse decapitar; pero no, los muy hijoputas devuelven el mal que se les ha hecho.
¡Malditos judíos! –claman los cobardes consumistas –¿Por qué no se dejan matar?
Es algo parecido al efecto Franco y sus españoles ante los fusilamientos y torturas de los disidentes al fascismo franquista (amigos, vecinos, conocidos, familiares), el pueblo llano sentenciaba muy recto él comiendo como puercos ante el televisor: “Pues que no se hubieran metido en política”.
En su profunda ignorancia e incapacidad mental, preferían la indignidad y la esclavitud, a una libertad que no hubieran sabido qué hacer con ella por su severa castración mental y física (por su genética cobarde, servil y pacífica).
Hoy es una pauta conductual tácitamente aceptada en toda sociedad pseudo democrática.
La modernas sociedades occidentales de sus pseudo democracias consumistas, están formadas por los mismos mezquinos cobardes que corrían a pedradas a los leprosos y quemaban mujeres, hombres y niños inocentes de todo por ser brujos disfrutando hasta la festividad por ello. Embriagados en la fe haia su líder asesino político o religioso.
Una buena mamada cobarde al estado y al llegar a casa una buena paliza a la mujer para ocultar su maricona y servil cobardía.
La cobardía es todo un clásico en la historia de la humanidad moderna y documentada.
Los valientes se pasan los “imperios” por el culo (vietnamitas) y los cobardes ceban césares como cerdos o vacas sagradas en las pseudo democracias occidentales del coronavirus y su 5G.

«Los milagros, en tanto que implican la ruptura de las leyes más generales que pueden imaginarse, plantean el problema de saber si realmente convienen. Si yo tuviese —pongamos por caso— una renta, es posible que pensase que no convienen. Pero un pobre… Un pobre que no cree en milagros es no solamente cien veces más pobre de lo que realmente es, sino que, por añadidura, es un pobre equivocado. El único tesoro de los pobres es el milagro posible.» (El cuaderno gris, de Josep Pla, traducido del catalán por Dionisio Ridruejo y Gloria de Ros)
Josep Pla, respecto a esta reflexión del capítulo (año) 1918, me parece demasiado ingenuo. Se sabe que era un hombre sarcástico; pero aquí no. No en ese momento de su vida, que cuenta en su dietario El cuaderno gris.
No importa, sigue siendo un gran humano y poderoso escritor.
Y en efecto, unos párrafos más adelante, escribe sobre la fuerza y la astucia. Y claro, se contradice.
«Sólo debe de haber —me parece— dos formas de ejercicio del libre albedrío: la fuerza y la astucia.«
Lo último que debe hacer el pobre es creer en los milagros.
De aquí surge otra reflexión importantísima para entender la literatura: el escritor no tiene por qué decir verdades. Debería describir y escribir sus emociones e ideas con claridad, imaginación y precisión en el tiempo y lugar que padece y goza; en su vivencia íntima, su mirada propia. Independientemente de lo que sea real o no para la sociedad. Debe usar el poder de la imaginación más allá de complacer al lector, si lo tuviera.
Y el deber del lector es entender con una chispa de inteligencia, imaginación y experiencia vital que el escritor no le debe ninguna verdad a nadie. No aspira al Nobel de la puta verdad revelada de mierda y escribe según sus emociones en un lugar y momento muy concretos.
Según sus iras y amores.
La verdad debería ser ley y ética para los historiadores, periodistas y políticos; pero esto es otro ejercicio de ingenuidad. Desde que se instauró el nazismo clima-sanitario carcelero y homosexual en todo el planeta mediante la red informática 5G y el coronavirus, la mentira y la hagiografía hacia los jerarcas y burócratas nazis surgidos en las pseudo democracias, la verdad está pudriéndose como un cadáver en un vertedero, picoteado por las gaviotas y cuervos, comido por las ratas.
Un escritor debe describir con amenidad e ingenio cómo es su mundo, su realidad, su propia vida de mierda. Tergiversando y pervirtiendo lo que sea necesario para que se sienta a gusto e impacte en el lector con estilo. Mostrar cómo debería ser el mundo independientemente de que a una sociedad mono pensante e insectil, le guste o no lo que lee.
La literatura no es periodismo y no debería prostituirse al estado; pero de nuevo, en la actualidad es una pretensión de una ingenuidad indigna, inmadura y analfabeta de cualquiera que piense que es así. Hoy quien escribe busca un “me gusta” o en el caso de los autoeditados sin escrúpulos y sin estilo alguno, cinco estrellitas amazon.
Sí que es cierto que el escritor se ha extinguido, su lugar lo han ocupado parásitos y sicarios del estado como apóstoles de un nazismo que atenta contra la biología humana misma. Con la IA la pseudo literatura se extenderá como un manto de mierda sobre todo el planeta y lo que contiene. De hecho, ha comenzado el parasitismo de la literatura.
Josep Pla debió ser de los últimos escritores del planeta. Y con él se llevó el arte de “mentir” con gracia, el deber de todo escritor.
Porque, chusma mía, escribir de hechos reales o de la verdad misma, es el ejercicio más árido de imaginación e inteligencia. Basta salir a la calle y ver la televisión para tener esa piojosa “literatura” gratis hasta provocar náuseas.

Dios debería reverenciar al ser humano que lo creó. Y no al revés de mierda.
Un hijo de puta vago y débil lo creó basándose en los idiotas que lo rodeaban, la manada a la que pertenecía. Y acertó, aquellos simples se creyeron toda la basura que se inventó para convertirse en el que “cotorrea con dios”.
Y claro, se repitió la mentira durante tantos millones de veces durante miles de años que, se convirtió en un vapor milagroso en el cerebro podrido de una masa humana infectada por el charlatán.
No fue más que un gran tumor que llevo a la indignidad a la humanidad. Y al ridículo.
Esto explica la actual sociedad y degradación como especie en el planeta.
Como última reflexión, explicado el origen de la perversión de la actual especie humana respecto a la original: ¿Creen, influenciados por aquel primer paria hechicero, que los gusanos que se comen la carne de los cadáveres son ángeles que conducen las almas al cielo?
La verdad de la vida y la muerte debe decorarse con plumas y oropel para que la chusma no llore toda la vida temiendo, ya que deprimida, rinde menos al estado/dios.
Dios debería lamer mis pies, o su hijo, me da igual.
O el jerarca de cualquier nación elegida al azar.
Y si fuera hembra, una mamada estaría bien.
Así es como Dios debe reverenciar al ser humano, como por ejemplo a mí.

«La doctrina individual de la autodeterminación de los pueblos fue consagrada por Woodrow Wilson en un discurso de 1916 y se convirtió en la base del orden mundial tras la Primera Guerra Mundial. Una de las personas que vio enseguida la contradicción intrínseca de la «autodeterminación de los pueblos» fue el propio secretario de Estado de Wilson, Robert Lansing, que en su diario anotó lo siguiente:
«La expresión está simplemente cargada de dinamita. Alimentará esperanzas que nunca se podrán hacer realidad. Seguro que al final acabará desprestigiada, considerada el sueño de un idealista que no cayó en la cuenta del peligro hasta que fue demasiado tarde para contener a quienes trataban de implantar el principio. ¡Qué desastre que llegase siquiera a pronunciarse la frase! ¡El sufrimiento que provocará! ¡Pensemos en los sentimientos del autor cuando cuente los muertos derivados de articularla!».
Lansing se equivocaba en una cosa: el coste no fue de miles de vidas sino de decenas de millones. Uno de los peligros de la «autodeterminación» es que, en realidad, no existe tal cosa como una «nación» en el sentido de grupo étnico y cultural que coincida con un trozo de propiedad inmobiliaria. A diferencia de las características de un paisaje de árboles y montañas, las personas tienen pies. Se desplazan a sitios donde hay más oportunidades y pronto invitan a sus amigos y parientes a que se les unan. Esta mezcla demográfica transforma el paisaje en un fractal, con minorías dentro de minorías dentro de minorías. Un gobierno con soberanía sobre un territorio que, según afirma, encarna una «nación» en realidad no encarnará los intereses de muchos de los individuos que viven dentro de ese territorio, al tiempo que tendrá un interés de «propietario» en individuos que viven en otros territorios.».
«Los ángeles que llevamos dentro: El declive de la violencia y sus implicaciones (Contextos), de Steven Pinker»

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A efectos prácticos y de comprensión, nacionalismo debería escribirse con z: nazionalismo. Porque es, ni más ni menos, que una forma de acoso racial con adornos de provinciana, puritana e hipócrita pseudo “democracia” chovinista, arengada por líderes sectarios contra decenas de minorías que no resultan ser tal minorías en conjunto. Líderes que son auténticos iluminados esquizoides que rozan el chamanismo más primitivo y responsables de grandes masacres humanas.
Hitler tiene una utilidad como cadáver, es ejemplo de rigurosa actualidad registrada y documentada, de lo que un subnormal que ha disfrutado de unos años de suerte puede hacer con las masas humanas.
Y parece que nadie aprendió la lección.
O tal vez sí, y por una vanidad injustificada se esfuerzan demasiados “líderes” políticos y religiosos en aplicar los mismos principios raciales con la esperanza de ser emperadores “ajustados a derecho” del puto mundo entero.
En la actualidad, dado el nivel estadístico de alfabetismo en la población mundial, muy superior a la de siglos pasados (no puede alegar ignorancia como disculpa) el concepto de “líder” político o religioso tiene el mismo significado que ganadero. Ergo la población… (Véase la simplona y alegórica ilustración).
El mestizaje de razas y culturas, ha sido la evolución más rápida y efectiva del homo sapiens sapiens gracias a que, entre 100.000 y 70.000 años atrás comenzó a migrar de África a Asia.
Esto no ha acabado aún, la especie humana se ha torcido en su concepción de civilización y no es la estafa del cambio climático lo que acabará con ella. Simplemente se devora a sí misma, hasta que al último caníbal se lo coma un oso o un león.

Hay una grave psicosis, una demencia colectiva. La chusma cree, hoy más que nunca, en charlatanes sectarios políticos y religiosos. Como en el inicio de las sociedades humanas, cuando se hizo el primer pacto social por el que la especie humana se degradaría miserablemente hasta convertirse en la masa amorfa, quejumbrosa y cobarde que es hoy.
La chusma se queda encantada mirando a su líder ladrón que le dice cosas estúpidas, mentiras que quiere oír, sin asomo alguno de madurez intelectual, sólo genital; cree las mentiras de un político ladrón y asesino.
Y lo hace con los ojos muy abiertos y con las orejas tiesas prestando toda su atención al telepredicador. Leyendo infantiles mensajes en las redes sociales de sus dioses, que no superan las veinte palabras, el máximo entendimiento del humano tipo en la actualidad.
Esperan expectantes, esperanzados y boquiabiertos mirando al líder que raja desde el púlpito, que les eche en sus rostros ignorantes e imbéciles su caliente lluvia dorada.
Su sermón genital.
Como desde los inicios de los tiempos…
Para una especie animal, sesenta o treinta mil años son breves etapas en su evolución e historia.
La especie humana ha fallado en su inicio, la cobardía de aquellos que sellaron el primer pacto social, su legado, es el único y real pecado original con el que nacemos. Y ese pecado original, es la castración de la verdadera especie que fuimos, su aniquilación.
Y luego, acto seguido, se inventó la palabra magnicidio, como si asesinar al líder político o religioso fuera matar a un ser superior.
El magnicidio convirtió en vulgares cerdos nacidos para el sacrificio a los que no formaran parte del Estado.
Está tan sucia la especie humana que ya sólo sirve para combustible.