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Primero he tenido que ir a vomitar por las náuseas que me ha provocado el subidón de azúcar. Incluso he temido, por unos segundos, padecer diabetes repentinamente.
Es un fotograma de un video montaje que circula por las redes sociales como tictoc, tuiter o feisbuc ¡mayormente para adultos! Y son muchos bodrios por el estilo.
Entendería que fuera para niños de meses de edad hasta los tres años en una web Disney o un streaming con apartado infantil.
Pero cuando algo así se expone para adultos, solo puede tratarse de una secta como la de Midsommar (2019), muy bucólica al principio; pero luego, a meterse ácidos y beber vasos de brebajes de menstruación y pelos de coño, por decir lo mínimo de la película (grandiosa en su dureza y descripción precisa y exhausta de las sectas del mal).
Pues con el conejito, el patito y las fresas perfectas pasa lo mismo.
Como paseo habitualmente por el bosque, sé que lo que más se ve son animales muertos. Por una simple ley de supervivencia, la vida tiende a esconderse para protegerse. Necesitas muchas horas en el bosque para empezar a distinguir vida. Eso ocurre cuando tu olor extraño de colonia, desodorante y ropa con suavizante se ha diluido. Cuando tu ropa y piel huelen a bosque.
Mientras te adaptas o te diluyes en la naturaleza salvaje (no en una reserva para turistas), salvo las inalcanzables aves, la naturaleza mayor y habitualmente te muestra (28/04/2023):

Y observar la tragedia y constatar las leyes de la naturaleza es fascinante y emotivo como pocas obras pueda realizar ningún artista. Y es tu mundo, tu planeta, tu realidad indiscutible.
O sea, que la proliferación de imágenes y videos alegóricos para adultos solo lleva a una conclusión: la infantilización de los adultos, adoctrinarlos en que viven en un paraíso. Y lo que es peor, que el paraíso es obra y gracia del Nazismo poscoronavirus. Y como en todo paraíso, el árbol prohibido, son las fresas (que oportunamente o han subido una burrada el precio o no encuentras por la “sequía”).
Es planetario el mensaje ideológico, adaptable a cada país. En el caso del nazismo poscoronavirus español el conejito es el Caudillo Español Nazi Pedro y el patito la Vice Caudillo Española Nazi Yolanda. Las perfectas fresas son el fruto que le roban al trabajador, porque el trabajador debe comer cosas agrias y feas que sean ecológicas y cumplan con los requisitos de la agenda climática 2030 de extorsión y humillación a las clases pobres o trabajadoras. Las fresas hermosas y perfectas son solo para los jerarcas que se sacrifican por ti. Porque si comes las fresas prohibidas, tu salud se resentirá y el Estado vela por ella mientras seas capaz de tributar. Y cuando llegue el momento, se te encerrará en un geriátrico donde morirás de humillación o hambre por un coronavirus que han decretado.
No comas fresas, come grillos cocidos, porque lo frito es malo también para tu salud.
O tal vez el mensaje sea que, si eres tierno y blandito, se te permitirá un día comer fresitas en el bosquecito; sé cariñoso y tierno para con tu Estado.
Nada ocurre por casualidad y cuando las redes se inundan de mierda, es que excrementos quieren que comas.
En esta época de nazismo, extorsión al trabajador, adoctrinamiento en el homosexualismo, robo de libertades y necesidades biológicas y, coacciones para que te metas en la sangre los productos de las grandes corporaciones farmacéuticas del Estado (por las acciones que han invertido sus jerarcas en ellas), es algo que de verdad huele a podrido por muy tiernos que sean los peluches.
Te harán tragar pelos púbicos con azúcar y sangre sucia. Y verás pollos asados moverse diabólicamente en la mesa de navidad.
😀😀😀😀 ¡Jajajaja!
Aunque no es de risa, es un terror tan invisible como el cáncer oculto y comiéndose tu cuerpo desde dentro.
Qué coño… ¡Jajajajajajajaja! Patitos, conejitos y fresitas.
No mames, wey….

Pareciera caótico el título de este ensayo; pero tiene una lógica encadenación de acontecimientos. Una lógica aplastante, tanto como deprimente; aunque no pueda dejar de reír.
Y bueno, la mierda arrastra mierda. Y todo va a peor.
Vamos a deslizarnos por la sucia miseria de la actual sociedad.
Con la creación informática de los efectos especiales en el cine, se ha formado una avalancha de malas películas de aficionados caseros que ni siquiera usan actores, se juntan un grupo de amigos y mal graban lo que quiera que hagan.
Y claro, ahí están las voraces compañías de contenido audiovisual de pago por internet como Netflix, Prime Video, HBO, Filmín, Disney +, etc… Dispuestas a comprar toda la basura que se realiza para engordar su catálogo de ofertas a los suscriptores y futuros primos.
La chusma, la mediocridad que es mayoría en votar lo mismo y comer mierda, solo quiere que algo se mueva en la pantalla del móvil o el televisor. Y es algo que las compañías de series y películas saben y han experimentado durante ya muchos años.
Y es por ello que por días baja el nivel cultural del público y las compañías cobran un dineral por unas películas y series que diez años atrás nadie las vería ni gratis, ni colocados de farlopa.
Alimentar la mediocridad es destruir la cultura, conocimiento y arte.
No será extraño que alguien ponga de moda hacer muñequitos con excrementos humanos cocidos al horno y esmaltados como dijes para colgar del cuello; y miles y miles de tetudas culonas al ridículo estilo botero, luzcan su trozo de mierda entre las tetas.
Como lo lucirán también los tontos del culo que no salen de su cochecito, que tanto dinero les ha costado, durante el fin de semana y que les sirve para que las putas borrachas de discoteca o antro de sábado noche, les hagan alguna mamada a cambio de un paseo con derrape.
Y el máximo clímax de esta sociedad ridícula, palurda e ignorante será cuando los teléfonos dejen de fabricarse con teclado y así no se vean en el embarazoso aprieto de enviar algunas palabras analfabetas y dejar en evidencia su patológico analfabetismo.
La sociedad global está devorando su propio cerebro, y con la actual tasa de reproducción de la especie humana idiota, de frecuencia ratonil, y su evolución tan rápida hacia la imbecilidad; no tardará en nacer el primer bebé humano vivo sin cerebro, con el cráneo vacío.
A partir de ahí los monos dominarán La Tierra y criarán seres humanos para procesarlos como cortes de res (costilla, lomo, pechuga…), hamburguesas, casquería y huesos para el caldo.
Y no sería extraño así, que volviera a resurgir el conocimiento, el arte y la dignidad en una nueva especie.
Panda de tarados…

Iconoclasta

El fascismo, cuando llega, arrancarlo para quitarse de encima ese cáncer, requiere violencia. La libertad no se consigue esperando que mueran de viejos los hijoputas dictadores, sus caciques, ministros, jueces y bofia. Si esperas eso, te conviertes en una cosa gris esperando que lleguen otras nuevas generaciones de los mismos puercos para que te indiquen cuando dormir, cuando despertar y como respirar.
España es el ejemplo perfecto, modélico de nido de dictaduras. El coronavirus se ha erigido así, en la puerta grande y abierta de la indecencia humana.
El fascismo, sea capitalista, comunista o religioso, es tan comúnmente aceptado por la población (como en España) porque dispensa a toda esa masa votante descerebrada de pensar y tomar decisiones. Porque pensar y decidir en libertad es algo que supera, angustia e incomoda a la mediocridad que habita las naciones (como se puede ver, inmensa mayoría siempre); su mecanismo es tan sencillo como una pelota: ¿Para qué me sirve la libertad si borracho y en bodas y bautizos lo paso genial?
Y en consecuencia, el mecanismo del fascismo es tan elemental como accionar el interruptor para apagar o encender una lámpara, razón por la cual, cualquier tarado endogámico llega a dictador.
A una masa poblacional de X millones con cerebro liso, le corresponde un puerco dictador Y con el cerebro también liso. Más que una proporción, es una constante universal como la de la gravedad.
Cualquier otra consideración de índole político-social es pura cháchara sin fundamento intelectual.
Vamos a ver, seres humanos creativos e inteligentes nacen muy pocos, en frecuencias de largos periodos de vacío intelectual que nos dejan abandonados a la chusma y sus amos o criadores de cerdos.
Al cabo de unos meses de vivir semejante mediocridad, concluyes que violencia y muerte son todo ventajas.
Las dictaduras no matan a sus chusmas si no es estrictamente necesario, la razón es que un gobierno necesita cosas que exprimir y que paguen impuestos para poder seguir viviendo entre lujos y por supuesto; sin dar un palo al agua (algunos casos de países orientales como China o India, no importan algunas muertes de los contribuyentes, porque son tantos millones de habitantes que la muerte de dos o tres millones, no afecta a sus arcas).
Así que es mejor aterrorizar, enfermar y humillar; para luego salvarlos dándoles una protección vital a cambio de libertad. Con esta praxis, los fascismos anulan los instintos naturales de supervivencia y convierten a los habitantes de las ciudades, en un conjunto de lelos obedientes y dependientes incapaces de tomar decisión alguna.
Gracias a la necesidad de “un gran respeto” que propagan como dogma las redes sociales y las cadenas de televisión (los mastines de todo dictador) que colaboran en el fortalecimiento del nuevo y normal fascismo global; las masas han perdido toda capacidad de crítica sobre todo a sus soberanos amos; y adquirido un gran temor a cualquier tipo de confrontación (hoy día observan a un hombre embarazado, y se les empañan los ojos con lágrimas emocionadas ante tal obscenidad). Y por supuesto, se sienten pornográficamente bien con solo clicar en un “me gusta” o “no me gusta” en las publicaciones de las redes sociales, como el máximo alarde de libertad y determinación que tienen a bien usar. Y ese es el concepto (pequeño como un grano de trigo) por el que creen con fe supersticiosa, que viven en una democracia.
El resultado, el buen resultado de los fascismos instaurados por medio del coronavirus (“covid 19” para la masa temerosa, ya que “virus” tiene connotaciones malignas) entre sus votantes, se debe a que el neofascismo ha hecho creer a todos esos analfabetos funcionales que, realmente son intelectuales politólogos, economistas, sociólogos y además ya, consumados epidemiólogos. Y todo gracias a un par de lemas que les han obligado a memorizar repitiéndolos machaconamente (como en un episodio de Barrio Sésamo) por los medios de comunicación y prensa que se han prostituido al neofascismo: “Yo me quedo en casa”, “Todo irá bien” (esta daba mucha risa), “Libertad es enfermedad”, “Tu libertad es mi enfermedad”, “Sin mascarilla te mueres y si no obedeces también”, “La ruina es inevitable, qué mala suerte; pero estamos vivos”, “Mis aspirinas son más venenosas que la vacuna”; y poco más que recitan como un salmo y sacan en cualquier conversación para demostrar su gran conocimiento del “dramático” momento que están viviendo.
Si además, aparece el Caudillo por la tele felicitando la obediencia y la mansedumbre ejemplares del pueblo español, y los aplausos a los carceleros y otros cómplices del fascismo, la ciudadanía votante adquiere un halo de santidad quieras que no y ellos mismos se colocan una medalla al mejor ciudadano del mundo mundial.
En definitiva, todo fascismo es un timo y un letal y criminal ataque a la libertad más básica, como la de respirar y la dignidad.
Y cuando se han exprimido a fondo a todos los idiotas, solo queda una salida: la violencia. Y esto es también tan sencillo como: “Para morir de hambre o arruinado, que me maten a tiros y si puedo, me llevo por delante a todos los que pueda conmigo”.
Es el ciclo político-social de los grandes rebaños humanos, sobre todo los estabulados en grandes ciudades. Es válido durante todas las épocas históricas tanto que pareciera un mecanismo regulador de la naturaleza para matar el exceso de mamíferos que hacen peligrar el ecosistema.

Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.

Los médicos de hoy son incapaces de dar un diagnóstico, ni siquiera como posibilidad informativa al paciente, si no tienen una imagen o un análisis entre las manos que les diga lo que le está ocurriendo. Y si supieran algo de medicina, tampoco diagnosticarían por simple dejadez o para evitar un error que los pudiera poner en evidencia, o por sacarse al paciente de encima rápidamente. Si los médicos de antaño hubieran actuado como los presentes, la especie humana estaría extinta al fin.
Los profesores omiten y tergiversan hechos históricas y éticas practicando un oscurantismo disfrazado de tolerancias dogmáticas impuestas por un gobierno fascista bajo su decorado democrático.
En la universidad, con dinero compras una titulación en cualquier carrera.
Los políticos son auténticos analfabetos que propagan machaconamente su ignorancia entre los habitantes del país que saquean (o pretenden) y cuyos votantes no entienden nada de lo que está perorando el charlatán. Cuando alguien no se entera de lo que dice un político, no se debe a la riqueza ni al academicismo del vocabulario del político; se debe a que el propio timador no entiende lo que le han escrito en el papel y así lo transmite a la chusma que lo escucha con caras de murciélagos colgados de un techo.
Los padres son incapaces de educar a sus hijos porque ellos mismos no fueron educados en la madurez y la ética.
Los hijos crecen débiles, dependiendo de un teléfono, encerrados en grandes granjas (ciudades y pueblos) y viviendo sedentariamente. Recibiendo los mensajes de un televisor que se entromete con sus decretos y dogmas en la intimidad familiar.
La esperanza, la gran esperanza de futuro para esta sociedad decadente, es que los hijos sean directivos de empresas, políticos, científicos importantes, filósofos o yutubers.
Los trabajos manuales o mecánicos, no son una opción para los hijos, ya que los padres no podrían alardear con sus amigos de que sus hijos acaban de entrar a trabajar en una empresa y ya los han nombrado consejeros delegados.
Decir que un hijo es electricista o albañil, es tan vergonzoso como llevar el teléfono móvil prendido del cinturón del pantalón. El analfabetismo funcional y una vanidad irracional y desproporcionada es una mezcla letal para la ética y el coraje.
Nadie se pronuncia en contra de la opinión de otro con firmeza. Se habla despacio, buscando muy bien las palabras (pobreza de léxico), con un tono de voz tirando a susurro para no parecer beligerante y actitud sonriente y tolerante para ponerse en el pellejo del otro.
Se le dice al contrario que comprende su opinión y que la respeta; incluso que tiene la razón, si pretende ser muy molón y amigable.
Es esa falta de determinación y valor, con la que los padres impregnan a sus hijos de la mediocridad que los docentes de los colegios no han acabado de inducirles.
Fumar puede ser un vicio asqueroso; pero si en lugar de tabaco los hijos fuman marihuana, “está bien si no abusas”. Emborracharse los fines de semana es incluso necesario, ya que ayuda a desahogar la tensión de la esclavitud del estudio y la poca trascendencia propia. Y así, miles de universitarios, varias veces al año se concentran por millares en un único rebaño para celebrar que se han rasurado esa mañana al despertar los genitales.
Y así es como al final, una sola persona, con toda probabilidad un inmigrante; realiza el trabajo de veinte.
La sociedad actual ya no puede absorber más mediocridad, se ha colmatado de ella. Y de hipocresía y banalidad.
Y de una cobardía que asesina libertad, coraje y entendimiento.
Los borregos se dejan hacer, comen sin dudar lo que su fascista amo les proporciona y se meten obedientes en el redil cuando se les ordena dejando paso a las brigadas nocturnas que recogerán sus excrementos y entre ellos, su libertad para procesarla en comida rancia de nuevo.
Esta sociedad es una inmensa corporación de ganadería humana.
Y cuando hay que sacrificar a las reses, éstas aceptan el designio con aplausos y cariño hacia su matarife: el analfabeto político que ha impuesto mediante decreto a unos ignorantes veterinarios o curanderos para envenenarlos.

Iconoclasta

Es increíble, absolutamente absurda la fe de la cobardía.
Les han robado la libertad más básica, la del movimiento; los han encarcelado en sus propias casas, les obligan a usar un bozal que les cubre el hocico y han dicho amén a la ruina económica.
Incluso han dejado entrar mezquinamente la desconfianza y la cobardía en sus casas, entre su familia y amigos.
Es increíble, absolutamente absurda la fe de la cobardía que, ha accedido a prostituir su libertad de respirar libremente para nada.
Son incapaces en su cobardía de ver la estafa y el ansia de control de los tiranos que votaron.
Ni siquiera con la rotundidad matemática de la duplicación y triplicación del coronavirus, son capaces de razonar que todo ese control, prisión y dominación que ha decretado el nuevo fascismo de las democracias, ha servido para duplicar y triplicar muertos y contagios. Aunque muertos, no; porque cada vez quedan menos vivos susceptibles de morir por coronavirus. Es una purga.
Sus mesías políticos no han conseguido frenar la enfermedad, la han hecho más virulenta porque por ignorancia y ambición de poder, han minado el organismo de los habitantes que han aceptado debilitarse por una cobardía injustificada. La imagen de las ovejas amontonadas entre ellas, ofreciendo sus cuartos traseros a los lobos es la verdad de esta sociedad que algunos pocos hemos tenido la mala fortuna de ver, oír y sentir.
Es fascinante en su sordidez observar la fe de la chusma que, a pesar del engaño obvio y en presente, siguen llevando con fe indigna su bozal de moda, creyendo que pueden morir si respiran con decencia y dignidad.
Es fascinante en su sordidez la fe de la chusma, en sus políticos electos, estafadores y dictadores que ven como auténticos mesías y padres salvadores.
Y se dejarán inyectar el veneno de la mezquindad con agradecimiento y reverencia.
Ni siquiera es necesario esperar un tiempo para tener una perspectiva histórica de esta decadencia político social.
Es tan patente ahora que vuelve a ser increíble, absolutamente absurda la fe de la cobardía.
Es sucio incluso de escribirla; y no hay un gel, filtro de aire o vacuna que cure la mezquindad y la cobardía, estoy abandonado…
Nunca como ahora, los límites entre ganadería y política, veterinaria y medicina, nazismo y democracia, voto y sumisión, oscurantismo y educación, y madurez e infantilismo; han sido tan confusos y difusos.
Tal vez, el gran visionario que haya conocido la humanidad en toda su historia, fuera Kafka.

Iconoclasta

Foto de Iconoclasta

He visto a un gordo corriendo por un parque solitario, con sus vibrantes mantecas subiendo y bajando como gelatina y con una mascarilla negra en el hocico.
He pensado de una forma natural e instantánea: si el obeso cobarde hubiera oído que cubriéndose el morro con excrementos, estaría a salvo del coronavirus; ahora vería trotar al cerdito con tres trozos de cagarro: uno para cada agujero de la nariz y otro en la boca.
Y quien dice el gordo, lo mismo ocurre con esas patéticas familias multimascarilla (tan felices, que parecen estar protagonizando un anuncio risueño de compresas o tampones) que pasean con sus hocicos cubiertos con mucha dignidad; ejemplos vivientes de ciudadanos ejemplares.
No he conocido una época más indigna que la actual. Tres o cuatro décadas de una educación, formación y cultura venenosas han creado los auténticos cabestros que hoy han llorado en sus casas por miedo al coronavirus y aplaudido a su caudillo y secuaces. La política del analfabetismo ha dado sus frutos que, han florecido ahora como gordas y podridas manzanas sin cerebro.
No solo ha sido una docencia siniestra y pútrida. Internet ha sido decisiva para propagar la ignorancia y las mentiras institucionales. La velocidad con la que han entrado en los cerebros lisos de esas ovejas con mascarillas ha sido el gran triunfo tecnológico en lo que va de siglo. El sueño dorado y cumplido de los jefes de estado actuales, esos que han brillado fosforescentemente como nadie en la historia con una cobardía nauseabunda.
Y como a lomos de la ignorancia cabalga el miedo, ahora las ovejas tiemblan a pesar de sus mascarillas.
Sí, se ha creado un nuevo carácter psicológico en la especie humana: el miedo analfabeto.
De una cosa estoy más convencido cada día: es necesaria una violencia sin precedentes, una guerra mundial con sangre y balas reales para que la especie humana se renueve.
Para que no corran gordos con el morro cubierto con un pedazo de papel por los parques solitarios.
Ya es cuasi insoportable la vida en sociedad para alguien que tenga un pensamiento libre, crítico e independiente de cualquier medio de comunicación doctrinal actual.
Un conflicto bélico con millones de personas muertas es la única esperanza para una especie, la humana, inmersa en un grave proceso degenerativo mental y físico.
¿Y si fabricaran las mascarillas con veneno? Eso ayudaría; pero no sería suficiente. Las balas matan más rápidas y mejor.
Además, como la especie humana es plaga, en pocos meses (al igual que las ratas) nuevas generaciones nacerían inmunes al veneno.
Y ante todo no olvidar a los actuales responsables y redactores de los medios de comunicación y “periodísticos” que han vendido sus culos a los tiranos que han emergido como bolitas de mierda flotantes junto al coronavirus.
El coronavirus, necesita refuerzos urgentemente o la humanidad está acabada.

Iconoclasta

El caudillo del Régimen Español, el excelentísimo y generalísimo Pedro Sánchez, en sus habituales verborreas, ha insistido con orgullo nazional, que España ha sido el país que con más represión y acoso ha llevado a cabo el encierro de sus habitantes para luchar contra el coronavirus. Se equivoca en lo de luchar, el Régimen Español solo ha esperado arruinando el país a que la enfermedad se agote por sí sola.
Y en sus discursos para mentalidades infantiles de entre seis y diez años, ha chantajeado a esa oposición que es solo un teatrillo de títeres, diciendo que si pierde el poder supremo de España, acabará con las ayudas a los arruinados económicamente.
Desde su púlpito, toda la mierda que ha soltado en horas, se reduce en esencia en dos minutos: quiero mi poder y soy el mejor dictador al que jamás nunca le ha temblado la mano.
La razón decisiva para que Sánchez e Iglesias hayan instaurado su dictadura y además sea duradera, es gracias a que la oposición política, es tan cobarde y negligente como el gobierno mismo.
También gracias a la lealtad de su oscuro y poderoso ministro de Interior amo y señor de todas las fuerzas armadas, el carnicero Marlaska.
En España no hay oposición, solo la complicidad y esperanza de que un día ellos también sean partícipes del botín proveniente del estado de alarma y represión que sus caudillos decretaron.
En definitiva, el Régimen Español y su mano que no tiembla pero no hace nada, lo único para que le sirve es para decretar más prisión y alentar a los borregos presos en sus madrigueras para que les sigan aplaudiendo todas las tardes de mierda.
Esa mano que le sirve además, para aferrarse al poder de su dictadura decretada con alevosía y paternalismos para un pueblo eminentemente analfabeto y cobarde. Como es un gobierno, es el pueblo.
No hay nada peor en el mundo que los cobardes ambiciosos.
Y España es primer país productor mundial en dictaduras y analfabetos.
Cuando una importante cantidad de borregos siente con fe ciega que encerrados en sus cuadras están a salvo, es que la sociedad ha tocado fondo en una indigna y decadente cobardía.
Héroes escondidos cobardemente en sus casas. Héroes… No jodas, es lo más repugnante que he visto y oído en mi puta vida de mierda.
Y estos analfabetos cobardes (ministros, presidentes, y chusma en general), son incapaces de imaginar en su infantilismo de deficiencia mental que, el coronavirus mata mucho menos que los filos y las balas.
La chusma cobarde, con sus mascarillas y sus guantecitos de ratón Mickey, ya tiene suficiente para distraerse hasta que los maten (es muy recomendable para preservar la especie humana).
Solo hay que ver a muchos viejarros que al caminar parecen enfermos pusilánimes, sintiéndose víctimas merecedoras de lástima y piedad.
Nunca los viejos han sido más repulsivos y mezquinos.
Concluyo: es necesaria una guerra que extinga esta denigrante sociedad española del coronavirus. Virus que lo más repugnante, peligroso y mortal, es que inflama los verdaderos tumores malignos: la mezquindad, la cobardía, el analfabetismo y la ambición humanas.
Y mientras llega la guerra con su pureza y eficacia, la dictadura española acumula meses de prisión incondicional con aplausos. Y se enriquece con grandes sobornos.
Es horrible la impaciencia por que llegue ya la solución final.

Iconoclasta

Me he habituado a escribir con demasiada facilidad y frecuencia, incluso en el campo, en la naturaleza. Si no me controlo, un día tendré que arrancar de los dedos de mis pies las raíces para poder caminar a casa.

Quiero decir que escribir es mi forma de pensar, hasta tal punto que no puedo caminar sin una pluma y papel. Me pasa con escribir como con el tabaco: me gusta a pesar del veneno.

Ya lo sé todo: hay unas normas para triunfar (aunque sea efímeramente) en el mundo editorial:

1. Cuando un escritor se cree el elegido para difundir la verdad, mejor que deje de escribir su mierda y se dedique al sacerdocio como forma de vida; no obstante, si escribe toda esa mierda que tiene en su cabeza triunfará si tuitea de forma adecuada y frecuente.

2. Los egos suelen crecer siempre injusta e inmerecidamente tanto como menor es su habilidad y cultura. La tan cacareada ley de proporcionalidad inversa que de pequeño me enseñaron en el cole, es una de esas reglas matemáticas tan necesarias para comprender lo cotidiano grotesco. Si un tipo que escribe algo malo y lo asume como obra de gran valor artístico y cultural, haciendo las felaciones o cunillingus a las personas adecuadas, triunfará independientemente de la basura que escriba.

3. Es un error llevar la literatura más allá de lo que es: describir el mundo y lo que contiene, como lo vemos o como queremos que sea; con una redacción amena y un vocabulario de ambigua precisión para generar cierto suspense y que el lector pueda rellenar los huecos.

Si quieres triunfar, mejor usas guiones para separar las sí-la-bas y así puedan leerte con absoluta precisión. Y de paso aprendes también a pronunciar.

4. Explicar el detalle exhaustivamente, es tomar por idiotas a los que leen habitualmente.

Así que, si describes con detalle en diez o doce páginas el matiz de los pelos del culo de los personajes, tranquilizarás a los lectores actuales al darles información banal y guarra, que es lo que desean las bestias. Triunfarás por explícito (en aburrido, nada que ver con transgresión, genio): literatura for dummys.

5. Recapitulando: si pretendes publicar un panfleto cualquiera (como por ejemplo esa mierda de La Cabaña) o ganar un premio literario, no tengas en cuenta las conclusiones de los puntos 1, 2, 3 y 4.

En esta era de automatizadas mentiras, hipocresías y credos banales, la libertad de expresión y las grandes cuestiones de vida, muerte, ética y dignidad se han convertido en putas del poder y la moral de una sociedad formada por rumiantes de dos patas con capacidad de votar para nada. Es decir, lo crítico, crudo, real, transgresor, divertido, sarcástico y deprimente será castigado y ninguneado. Se debe alimentar el infantilismo decadente de la chusma.

Si algo te hace vomitar y quieres ser adorado por una legión de babosos, no lo escribas. Tienes que comunicar que te apasiona.

Y es que además de todo lo dicho, para desarrollar la más simple idea y que sea publicada, es preciso hacerlo con un mínimo de trescientas páginas para que sea rentable. El aburrimiento de leer páginas vacías e iterativas hacen del mamotreto polémica que genera más ventas y decora lo suyo encima de un mueble barato; pero minimalista. Si copias y pegas pasajes de libros de texto de historia, te convertirás en catedrático de Historia.

En una época ésta, en la que la prostitución cultural y ética es la forma de vida habitual en nombre de la corrección y tolerancia; las putas han perdido su trabajo y glamour (las pocas que lo tenían). Ahora cualquier muerta/o de hambre fea/o es puta.

Cuando un meme vale tanto como trescientas palabras correcta, sucintamente escritas y redactadas, es que literatura y cómic han muerto sepultados por hordas de analfabetos que se pierden en las primeras veinte palabras de un texto.

Si tienes ganas de asesinar, escríbelo y serás más odiado que si lo haces.

Herir morales es lo más gratificante que existe, además de fumar y follar (por este orden).

Cuanto menos guste lo que escribes, más arte e inteligencia demuestras y menos ganarás; pero si eres mínimamente decente, que les den por culo y escribe lo que te apetezca con todas sus consecuencias y sin respetos de mierda. En la literatura “respetar”, es otra forma de cobardía y prostitución; entrar en el juego de los fariseos no es algo de lo que sentirse orgulloso.

Iconoclasta

Es necesario y una medida de defensa propia insultar a cada presidente, gobernador, ministro, alcalde, regidor, juez, funcionario, progre ONG ecologista de familia acomodada o cualquier otro honorable de mierda. Son todos una banda de puercos ladrones, torpes timadores que tienen suerte.
Y tienen suerte porque para timar y conducir a un rebaño de borregos votantes, basta con ser tan idiotas como las reses; pero tener más tiempo y dinero para joder cada día más.
Todo lo que me han robado de mi trabajo mediante impuestos directos e indirectos para proteger el medio ambiente, gravando en combustibles de automoción, electricidad, agua, tabaco, recogida de basura e hipotético tratamiento o con las putas bolsitas de los súper; no ha servido de nada.
Todo ese dinero que he pagado y me han robado todos esos hijos de puta electos y sus protegidos ha sido otra estafa más.
Han dejado a pesar de los millones robado-recaudados, que todo se llene de mierda. Sale en las noticias cada día, y en todas las redes social-borregas de miserias humanas.
Pero lo más gracioso, es que han conseguido que miles y miles de manifestantes borregos idiotas (votantes) se manifiesten con sentimiento compungido y cobardía, rechinen los dientes y se sientan responsables por la degeneración del planeta, eludiendo así el verdadero timo y engaño que han llevado a cabo sus amos, a los que han votado en masa.
Asume así la chusma su culpa ecologista de mierda con beatífica y ebria actitud; mirando fija y exclusivamente donde sus amos timadores señalan para llevar a cabo la más chapucera maniobra de distracción jamás programada.
El medio ambiente se está estropeando por el robo y la dejadez de esos cerdos que han sido elegidos por “el pueblo”, es decir por el ciego analfabetismo, la dejadez, la cobardía, la degeneración y la holgazanería de la sociedad.
Todos esos presidentes, ministros, gobernadores, alcaldes, regidores, jueces, profetas de ONGs y funcionarios de favor y puestos conseguidos con sodomía, son las tenias, las solitarias que roban los recursos por los que he pagado con mi pobreza, alojadas en los intestinos de la sociedad.
Y lo que es mejor y más divertido, con el consentimiento de sus descerebrados votantes que, serían incapaces de escribir con un lápiz su propio nombre.
Un hijo puta de presidente dice que hay que hacer algo por el Amazonas y la chusma borrega aplaude al mesías, sin saber que ya han aportado millones y que los próximos millones volverán a engordar las carteras de los hijos de puta electos.
La ingenuidad del votante requiere un tiro en la nuca para curar esta sociedad aberrante.
Si por mi fuera, se podría asfixiar el planeta en su propia mierda y llevarse con él a los millones de imbéciles (con sus tiernos hijos y futuros nietecitos) muertos de hambre y de cultura que creen “ser responsables también”. Y ser incapaces de reconocer que les han metido una polla por el culo y aun así, votan y pagan por ellos (por los electos timadores) con gusto.
Pagando incluso con su tiempo, e ingenuamente abogando por los que han de nacer, casi santificándolos como futuros mártires de mierda. Qué chochos e hipócritas…
Todo lo robado para nada; y ahora más robo aún gracias a las redes sociales de lavado de cerebros tarados e inoperantes.
Resumiendo:
DEMOCRACIA ES EL GOBIERNO DE LOS ESTAFADORES ELECTOS CON EL VOTO DE LOS INGENUOS SIN CAPACIDAD INTELECTUAL. UN CONJUNTO DE CRÉDULOS IMBÉCILES SIN ASOMO ALGUNO DE DIGNIDAD NI MEMORIA HISTÓRICA POR MUY ACTUAL QUE SEA.
La mal llamada “democracia” (en lugar de imbecilocracia) es el mayor insulto a la inteligencia que un ser humano decente puede soportar.

Iconoclasta

Ya lo he visto todo en las redes sociales y en los blogs.
Por ejemplo, he visto todas las combinaciones posibles de:

¡Oye, vamos haber qué ocurre!
¡Oye, vamos ha ver qué ocurre!
¡Oye, vamos haver qué ocurre!
¡Oye, vamos a ver qué ocurre!
¡Oye, vamos aber qué ocurre!
¡Oye, vamos a haber qué ocurre!
¡Oye vamos a ber qué ocurre!
Oye vamos ha ver ke okurre!
¡Hoye, bamos aver ké hókurre

El propósito de este artículo no es ser didáctico, ni enseñar al analfabeto o al idiota (aunque en todos los casos el analfabeto está poseído por la idiotez).
El propósito es humillar al inculto analfabeto que además, con absoluta y soberanista petulancia, se hace pasar por anarquista de las normas del lenguaje.
Que nadie señale la frase correcta porque no vamos a dar información útil a los idiotas. Mientras sigan escribiendo con el culo, seguiré riendo y pasándomelo en grande vejándolos.
Ellos no van a entender ni una palabra de este artículo, así que intentar ofenderlos es como correr tras el viento; pero a veces sueño que los acuchillo, aunque peque de ingenuo.

Iconoclasta