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– ¿Quién te ha dicho que no morirás nunca?
Por supuesto que morirás, todos morimos cuando el cuerpo falla o un hijoputa lo decide.
Mañana iré a hablar con la señorita y que me diga a mí que no vas a morir nunca.
¡Vaya maestra de mierda!
No llores Yosua, no estoy enfadada contigo. Mamá está furiosa con esa maestra por el disgusto que te ha dado.
Estate tranquilo, que si no mueres pronto papá o yo haremos lo necesario para que puedas volar a Nunca Jamás, adonde todos los niños buenos van para siempre.
Mañana hablo con la señorita. ¿A quién se le ocurre decirle algo así a un pobre crío de cuatro años que no sabe defenderse?
Mira… Me dan ganas de clavarte las tijeras de la cocina en el cuello y llevarte a la maestra a ver si dice que no te morirás.
Puta insensible…
Ahora resulta que nos van a robar también nuestras bonitas creencias.
Tú te morirás pronto antes de crecer más para que puedas viajar a Nunca Jamás. Ya sabes que si un niño se hace mayor, ya no puede entrar.
No dejaremos que te hagas viejo para vivir en el lugar más maravilloso del universo. Donde jugarás toda la vida en compañía de niños como tú, con Peter Pan y Campanilla espolvoreándote su polvo de hada para que puedas volar.
¿Me prometes que pensarás en nosotros cuando te estés divirtiendo en Nunca Jamás? Estaremos muy tristes sin ti.
Esta noche, mientras sueñas que vuelas con Peter Pan hablaré con papá para enviarte ya muy pronto hacia la estrella donde se encuentra Nunca Jamás.
Y cuando llegues pregunta por Dieguín, un niño de tu edad.
¡Es tu hermanito! Hace ya cinco años que viajó, antes de que nacieras. No te olvides de decirle que no lo olvidamos y lo queremos muchísimo.
¡Lo bien que lo vas a pasar!
Ya lo creo que morirás, Yosua, te lo promete mamá.

Y el pequeño Yosua se durmió con una tranquila sonrisa y el matarratas coagulando la sangre en sus venas.

Epílogo:
Ante una sociedad degenerada, degradada mentalmente y por tanto crédula e infantilizada. Dependiente de cualquier gurú surgido en los medios de información o publicitarios (un líder religioso/político/ideólogo). Decadente y compulsivamente consumista hasta la indolencia hacia la libertad y la razón, me siento obligado a exponer lo realmente terrorífico y alienante.
Escribiendo este relato no podía dejar de pensar que peligrosamente está más cerca de ser un hecho probable que de lo absurdo, demente o terrorífico.
Es más que posible que un Nunca Jamás sea el paraíso de una nueva superstición (oficialmente religión) universal para una sociedad que ha evolucionado servil, sin resistencia ni dignidad, hacia el pensamiento insectil global que los hace a todos iguales de imbéciles y pobres.
Es el horror real y tangible.

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Hola, soy Iconoclasta desde el Infierno.

Acabo de morir (hoy es mi segundo día en el infierno) y el Diablo me ha nombrado su amanuense personal.

Es un romántico, como esos ricachos caprichosos y aburridos que buscan culos peludos, asqueados de coños fáciles y cómodos de penetrar; ya sin aliciente alguno para ellos.

La Maldad también necesita su propia administración y burocracia, hay más almas en el Infierno que en el cielo, con diferencia.

Hitler mismo, vestido con lencería de puta, está coordinando las consignas que han de recibir en su pequeño cerebro los nuevos dictadores de las extintas democracias anteriores al coronavirus y que actualmente se han convertido a un nazismo homosexual climático sanitario.

Así que éste es mi primer manuscrito para anunciar la última oferta en dolor de calidad suprema para los próximos cinco años (para el Diablo son apenas doce horas de oferta flash como en Amazon y esas cosas).

Promoción Especial de Dolor Supremo en el Infierno.

¡¡5 x 2 Supremo!! (cinco unidades de dolor supremo al precio de dos).

Los hijos muertos son de un gran valor emotivo; es difícil encontrar algo más doloroso y horroroso, de ahí lo de supremo.

Para familias numerosas aburridas, arruinadas o hambrientas con un mínimo de siete hijos o unidades de dolor supremo.

¡Al increíble precio de veinticinco años de la vida de cualquiera de los progenitores!

Además, podéis contar con las sorprendentes facilidades de pago de Maldad Consulting (Maldad Consultint@inferno.stn): la posibilidad de dividir el pago de vuestros años de vida a la mitad entre madre y padre, esto es a doce años y medio por mono progenitor de la unidad familiar, con muerte para los dos en el mismo instante y así disfrutar ambos en mutua compañía de los tormentos del Infierno.

No aplica que los hijos muertos en el pack ¡¡5 x 2 Supremo!! compartan con los padres la dolorosa eternidad. El Infierno no es lugar de encuentros, perdones y sentimentalismos facilones y previsibles. Pensad que es una gran ventaja, ya que no se les podría matar de nuevo por mucho que insistierais en el caso de que os agobiaran.

Hay un par de condiciones previas a la ejecución del pack ¡¡5 x 2 Supremo!!

El primer hijo de los cinco, lo deben matar ambos cónyuges al unísono a cuchilladas y , no menos de doce cuchilladas: Por ejemplo: seis cuchilladas el padre y seis la madre. No hay límite superior, a partir de las doce cuchilladas, tenéis barra libre para desahogaros cuanto queráis.

Es en realidad la firma del contrato que avala vuestra condena al Infierno.

Las unidades de dolor no pueden superar los dieciséis años, es la segunda condición. Y no importa que sean repetidos como en el caso de los quintillizos.

Preguntas frecuentes: ¿Por qué la oferta del pack ¡¡5 x 2 Supremo!! es de cinco al precio de dos si los progenitores debemos matar a uno? ¿Por qué no se denomina “¡¡4 x 2 Supremo!!»?

Porque en realidad, la muerte la provoca el Diablo mismo con su condición. Todo el pack es obra de él. Y por si fuera poco, si no sois ingenuos, todo el mundo sabe que al Diablo hay que darle cierta tolerancia hacia la verdad ya que le importa menos que el rabo sucio de la vaca que pasta. Es su naturaleza la imprevisibilidad y mentir.

Se debe reconocer que el Diablo es especialmente generoso con la Maldad. No como Dios con su bondad que la vende a precio de oro. Ni siquiera regala una poca en temporada de rebajas. Judío avaro…

Bueno, ya tengo listo el bando del ofertón del ¡¡2 x 5 Supremo!!

Y ahora debo ir a clavar una fotocopia a las puertas del Infierno, otra a las del cielo (el Diablo no pierde oportunidad alguna para tocarle los cojones a Dios). Y un par más que dejaré en las puertas del Vaticano y en Jerusalén, más que nada como acto simbólico. Porque al final, el Diablo susurra a la humanidad sus ofertas como los dictadores nazis poscoronavirus aparecen continuamente en las pantallas de los móviles.

En fin, la peña es tan vorazmente consumista que si le ofreces excrementos primorosamente envueltos y con una llamativa oferta, te los quita de las manos y se los come con glotonería gourmet delante de ti.

“El manuscrito original me lo quedo para limpiarme el culo”, me ha dicho el Diablo con gran cordialidad.

Una vez acabada la tarea burocrática, me toca bajar a la celda de los dolores tontos para que me den mis cuarenta latigazos del día y me sodomice tres veces tres el negro de La Milla Verde, que también anda por aquí. Aunque no sé porque, con lo bueno que era. Posiblemente fuera tonto del culo y se suscribió a alguna oferta. Vete a saber…

Antes de que me la meta como ayer le voy a clavar en el ojete el atizador al rojo vivo para las torturas medias, a ver si le gusta y se puede sacar de sí mismo el mal.

Sin alegría alguna: Iconoclasta, amanuense personal del Diablo.

Que os jodan.

Carta

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Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.

Estar enamorado es tener algo clavado en el pensamiento y en el pecho.
En el culo, en todo el cuerpo…
Al menos en mi caso, y que benditos sean los que sienten esa mariconada de mariposas en el estómago.
Como no me queda otra, concluyo que es maravilloso sentirse tan lleno de astillas. De hecho soy el reflejo del muñeco vudú que mi amada no cesa de estrujar entre los dedos y clavar cosas cuando está excitada. Es tan carnal que siento en la piel su sensualidad como una ráfaga de aire ardiente del desierto cuando está en celo.
Y cuando habla del amor, cuando calla del amor, cuando se moja del amor.
Hasta hace unos pocos años, no creía posible que una diosa como ella se pudiera enamorar de mí. Una cosa es el vicio (que lo tiene también), la temporada de reproducción y los momentos de ovulación y todo eso. Pero… ¿Así, tan profundamente y tanto tiempo? Ni hablar.
No soy un tipo como para tirar cohetes multicolor con petardeo final en forma de palmera. No reniego, solo me exclamo de mi privilegio.
No creo en el vudú, en ninguna superstición; pero sí creo en la pasión de mi novia.
De su colosal atractivo que tira de mi piel hasta doler.
Da igual que crea o no, cuando pincha el muñeco me cago en todo.
Sentí la triste certeza de que había perdido una parte muy importante de mi vida el día que la conocí.
Tanto tiempo sin ella ahora resulta inexplicable.
Cuando me folla me lo extrae todo, es una vampira incruenta. Bueno, incruenta del todo no. Porque una sesión de follaje con ella es acabar con dolor de huevos por aplastamiento, me cabalga como si estuviera montada en un potro salvaje. Y cuando se corre y me desmonta, puedo observar casi alarmado que me ha dejado la picha despellejada por el violento frotamiento de su coño voraz.
Al cabo de diez minutos de dale que te pego ya estoy gritando y llorando. Y se ríe…
Y a la sazón inmovilizado por sus muslos cuando se clava a mí, me aferro con hambre a sus tetas que no dejo de mamar con la obscena idea de que produzcan leche. Si a mí me martiriza los huevos y abrasa la polla, sus pezones parecen los de una mamá primeriza.
No es venganza ¿eh? Es amarla hasta devorarla.
Cuando tengo que mear, durante los dos días siguientes tras el cortejo sexual, dejo caer los pantalones y los calzoncillos y hago el elefante, es decir dejo que la polla cuelgue porque con mis varoniles y toscos dedos no me la puedo tocar por lo abrasada sin blasfemar.
Luego para sacudir las últimas gotas, también como elefante, agito la trompa de un lado a otro moviendo el culo y salpicándolo todo en cámara lenta y efecto difusor. Estéticamente, mi drama y trauma de amor y sexo, es de una belleza perturbadora en mis íntimos actos.
A veces, incluso escupo sangre porque me ha hecho una herida mordiéndome los labios al correrse.
Es tan feroz…
Me hace sentir un hombre-consolador.
Y eso engancha, soy perturbadamente adicto a mi diosa.
Algunos días me pide más sexo cuando aún no ha habido tiempo para sanar la piel de la polla; los huevos como son tontos se sanan en unos minutos.
Entonces le digo que me ha bajado la regla y cariñosa y comprensivamente me dice: “¡Marica!”. Sé que es duro, pero eso de la inclusión y corrección se lo pasa por el coño, como hace conmigo. No tiene corazón entre esas preciosas tetas de portentosos pezones.
Así que cuando siento un pinchazo en el pensamiento o cráneo, o bien en el pecho; es lógico que no piense en un aneurisma o ictus y crea que hambrienta de follar, está cosiendo a pinchazos el muñequito vudú cuyas tripas ha llenado con mi pelo. Cuando se corre, no es nada extraordinario que me coja los pelos y me agite la cabeza como si fuera un cacaolat.
Es una bruja preciosa, voraz. El ser divino más carnal del planeta.
Y sigo pensando que lo único inexplicable es que con lo buena que está y con todo lo que puede escoger, se haya enamorado de mí.
Bueno, la belleza no está reñida con el mal gusto.
Y a mí no me disgusta. Que se jodan los guapos. Que en estos tiempos es más fácil dar con una tortillera que con un bocadillo de jamón york de cerdo de verdad (como odio el aséptico y reseco fiambre de pavo) con queso, aunque sea con tres o cuatro días de “maduración”.
Y ahora me voy al consultorio de Ama Calaverum, una bruja que se anuncia en feisbuc y dicen los comentarios de la chusma que es buenísima combatiendo hechizos. Tengo la esperanza de que neutralice el muñequito vudú con el que juguetea mi diosa y nos cose a los dos a pinchazos.
Se lo cambiaré por un vibrador de tres mil vatios.
Necesito un poco de reposo. Que me crezca el pellejo de la polla.
¡Uy, qué pinchazo en el culo! Ya está caliente mi santa otra vez.
Está bien, otro más y mañana voy al consultorio de la Calaverum.
Nunca me habían exprimido tan profundamente y sacado lo mejor de mí a tanta presión.
A solas, incluso lloro emocionado al evocar esos momentos en los que descargo mi semen caliente y que se le derrama del coño a los abductores de esos muslos preciosos con los que apresa mi cadera.
Coño, me voy pitando o me correré sin tocarme, y entonces la follada sí que va a ser larga. No quiero que me ingresen, me daría vergüenza.

Iconoclasta

Que ya no fuera necesaria la fe, ni imaginarlo como ahora, con la imagen que cada uno cree que tiene.
Que existiera con rostro y cuerpo, grande o pequeño; pero táctil, opaco.
Lo que existe no tiene magia ni misterio.
¿Es que nadie lo entiende? Tener a ese Dios sería como ver siempre, durante toda la vida al mismo jerarca. Sus superpoderes e impunidad provocarían el odio hacia él.
El miedo y siempre el mismo rostro, como un castigo durante toda la vida llevaría al hastío.
La gracia de Dios está en su inexistencia inofensiva, protectora y bonachona de quienes le rezan por sus penas y banalidades.
Crédulos…
Es aterrador el infantilismo mezquino de la masa humana.
Si Dios existiera te haría daño, te arruinaría, te asesinaría por tus errores que son pecados en su ley.
Solo una vez mueras, se apiadaría de ti.
Sus cochinos volubles designios…
Devoraría a tus hijos para poner a prueba tu obediencia a sus órdenes, decretos, mandamientos.
La existencia de Dios sería la absoluta humillación y esclavitud de la especie humana.
Un rostro vulgar, una hipócrita y venenosa voz, una mirada malvada.
Ver todo eso todos los días, sin poder escapar de él…
Desearías asesinarlo antes de morir.
Su existencia sería el infierno, con millones de miserables adorándolo.
Algo tan sucio y grotesco como el cerdo que se folla a la puta en las películas enfermas.
Así de obsceno sería ese Dios y sus creyentes.
Un tirano inmortal que pasaría de padres a hijos, a nietos, a bisnietos…
¡Qué desesperanza de vida!
El Dios que te hundiría la cabeza en mierda porque tu vecino reza más.
¡Hijo de puta!
Imagina a Dios palpable, audible y visible destruyendo tu vida ocupándola en cada segundo con su mierdosa omnipresencia, hurgando en tu pensamiento. Destruyendo a los que amas por sus humores inescrutables, paranoicos y depravados. Favoreciendo a los indeseables, ignorantes, ruines y cobardes, colocándolos en el poder terrenal político.
Desearías no nacer en semejante mundo.
E imagina que naces, que ya estás en él.
La tristeza y la grisentería en tu piel como un aceite ácido que te deshace día a día lentamente, sin cura.

Iconoclasta

Alex, el personaje central de La naranja mecánica se imagina al leer la biblia que es el soldado que azota a Jesucristo arrastrando la cruz.
Si yo hubiera vivido en aquel momento y lugar y de no haber sido un cuento, hubiera hecho lo mismo que hoy con los nazis del coronavirus, sus jerarcas, iluminados y la masa crédula: me habría ido a dar una vuelta por el desierto para alejarme de esa masa de hijos de puta compuesta por los puercos sacerdotes del Sanedrín, los judíos fanáticos hijos de puta apedreadores, los llorones pusilánimes que se lamentaban por la suerte del mesías loco, del mesías loco y de los putos policías romanos de mierda.
Y paseando ya a cinco kilómetros de Jerusalén un poco relajado por el silencio y la lejanía de esa piara de subnormales, desearía con una ingenua y tierna sonrisa en mi bello rostro, que ojalá, Poncio Pilatos ordenara clavarlos a todos en cruces, mandara picharles los pulmones a lanzazos y luego les hubiera pegado fuego a todos.
Y que ni uno solo vivo hubiera quedado. Ésta es mi voluntad.
Luego, para descansar de mi meditativo caminar en pos de la decencia humana y una vez muerto el nazareno loco y acabado el follón en el cochino y abarrotado Jerusalén, me hubiera fumado unas hojas de marihuana a la sombra de Judas ahorcado, y ya sin asomo de irritación cerebral alguna, “pa casa”.
Siempre he sabido que cualquiera que fuera el lugar o tiempo en el que me parieran, sería siempre un buen tipo en general.
Y bueno, como ocurrió con YO y Franco, con YO y Hitler lo mismo: lo hubiera ido a jalear a sus mítines y desfiles la puta de su madre; porque YO nasti de plasti.
Nunca he sentido deseos de moverme entre decenas y decenas de miles y miles de reses humanas arrebatadas por la luz del ilustre prócer para chupársela, sea cual sea su pelaje.
Además, de hijos de puta vamos “sobraos” y nacen con tanta frecuencia que aburren un huevo.
En fin, tengo que confesar que gracias a ser un buen tipo en general, lamentablemente también, siempre he tenido el mal fario de que nunca tendría un buen puesto de trabajo, ni gozaría jamás del trato de favor (económico, sin sexo a menos que sea una tía buena) de un corrupto funcionario.
Incluso pienso, que de alguna manera he desarrollado alergia a la riqueza.
A veces es un asco ser tan buen tipo…

Iconoclasta

Una mariposa en mi mano

Algo debe estar bien en mí, pequeña.
Supongo que ya soy de aquí, de la naturaleza. Soy reconocido. Me gusta, porque nadie me ha dado la bienvenida jamás, nadie me ha esperado con una sonrisa en la boca, con una caricia. Nadie me ha dicho «eres de aquí».
Supongo que soy bueno para alguien por fin.
No pesas nada, bonita.
No imaginaba la levedad de tus patas. No esperaba que revolotearas a mi alrededor y posarte de nuevo en la otra mano.
Debes ser una mariposa con complejo de loro, como aquellos que siempre iban en el hombro de un pirata.
Qué casualidad, preciosa, casi tengo una pata de palo…
Tan pequeña y tan valiente… Supongo que sabes que no te haría daño, estas cosas las sabemos todos los seres con mirarnos a los ojos, solo que algunos son tan malos, ignorantes y porfiados que imaginan su propia maldad e ignorancia en todos los seres.
Ahí, posada en el anillo de la calavera, luces como un monumento a la gallardía, con esas alas tan blancas y tan pequeña pisando el rostro de la muerte.
Me gusta mi anillo cuando estás en él, me ha gustado tu valentía tan sencilla que ni lo parece.
En la Teoría del Caos, dicen que hay un efecto llamado «mariposa». Vivimos en un mundo tan hipócrita, pequeña, que algunos sueñan con hacerte responsable de un tifón, un tsunami o cualquier desastre por el batir de tus alas.
Si el aleteo de tus alas en un mundo sin mariposas pudiera provocar un huracán, el efecto de mis pasos destruiría el planeta.
Son idiotas y no tienen valor, necesitan crear cuentos y leyendas, ahora cuánticas, para explicar la muerte y el dolor.
Pretenden que la conciencia insectora de la humanidad, acepte una desgracia natural con la ilusión de que tú la has empezado a crear con tu batir de alas.
Pequeña, ambos sabemos que tu batir de alas no moverá ni una hoja de este bosque, son unos hijoputas cobardes.
No pueden aceptar que son simples insectos también ellos y buscan en su mortalidad una causa maravillosa, fantástica, mágica.
Como si los humanos fueran tan especiales que para morir, necesitan una causa extraordinaria.
Pobre pequeña… Mirándote tan de cerca, tan frágil, el efecto mariposa se me hace una obscenidad, una mala fotografía de una revista pornográfica.
La humanidad lo contamina todo.
Los desastres vienen de alas de acero que sueltan bombas y se estrellan en las ciudades y las montañas, vienen de los errores, abusos y perversiones de seres que buscan la felicidad en su cochazo de mierda, en el plástico del dinero o en el acero de un reloj costoso. Las miradas de la envidia crean los genocidios y la ignorancia atesorada, miseria.
Que no se inventen cuánticas leyendas, teorías solo para ilusos idiotas sin ningún fundamento.
Es la retórica ignorante y cobarde vestida de ciencia.
«El aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo» (proverbio chino).
Nada se amplifica en el mundo; para que algo se amplifique, alguien tiene que construir un instrumento que lo haga todo peor.
No hagas caso, los chinos dicen tantas tonterías como los africanos, los caucásicos o los latinos. Son solo humanos pedantes con ambición de ser los más sabios. Quieren romper el entusiasmo de las ideas de los creadores e innovadores con sofisticadas retóricas pseudo filosóficas.
Mi soplido perderá fuerza a diez centímetros de mi rostro y tu aleteo se diluirá a un centímetro del vello de mi mano.
No trascendemos más allá, ni queremos.
Sabemos que somos insignificantes, tengo memoria histórica y sé de lo que soy capaz. No hay amplificadores para el aleteo de una mariposa.
Que no vistan su decepción y su mediocridad, su muerte insignificante como lo es su vida, con cuentos de aleteos de mariposas que crearán una debacle cósmica.
Son idiotas, pequeña.
Vuela y acaricia mi piel, dime simplemente que soy de aquí.
Sé que morirás pronto, bonita, pero no soy como ellos, sé que tu vida habrá sido plena y que tu conciencia dirá dentro de unas horas, que es hora de morir, que la vida se ha cumplido.
Y no habrá miedo, ni habrás dejado ninguna posibilidad de catástrofe.
La muerte de otros, será mediocre, sin sortilegios ni cuánticas teorías caóticas.
Vuela pequeña, no temas, no importamos, somos fósforos que se apagan en dos segundos, no nos convertimos en volcanes.
Soy como tú, moriré en otra escala de vitalidad, pero igual que tú.
Gracias por tu bienvenida, por tus caricias.

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Iconoclasta