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El judaísmo surge entre los siglos VI y IV a. C., es la quinta secta en número de adeptos y la más antigua de las sectas abrahámicas, cuyo origen está en el patriarca Abraham.
De ella deriva el cristianismo que surge en el año 30-33 d. C. y la que más adeptos tiene. Y posteriormente el islam, ya en el siglo VII d. C. y la segunda en número de adeptos.
Estas tres sectas o supersticiones han conformado la mayor parte de la cultura y población del mundo occidental y parte del oriente cercano a África y Europa por su carácter represivo y violento contra la población, que como ocurre aún hoy en día con el islam, el estado/dios hizo adeptos por coacción “divina”, por supuesto.
Son supersticiones o sectas (hay quien prefiere denominarlas religiones) en constante evolución con los tiempos ya que sus líderes o jerarcas religiosos legislaban e inventaban mandamientos y liturgias con sus pecados, condenas e impuestos a medida de su codicia y ambición (siguen en el presente con la misma evolución). Las mitologías del antiguo testamento (el origen de las tres sectas) son ingenuos cuentos mágicos y muchos violentos, con moraleja para someter a la población o adeptos (es lo mismo) al miedo a dios personificado en el estado. Los salmos son unidades didácticas ideológicas para implantar obediencia y respeto al estado/dios omnipresente que habla siempre en nombre de Yahvé. Se crearon castas o linajes “escogidas” por Yahvé con los correspondientes patriarcas de cada tribu. Al final el mensaje primordial era: O eres de los nuestros o morirás, por hambre o por el cuchillo.
Con el tiempo, la coacción se hizo fe y tradición; pero esto nadie lo cuenta o enseña porque deja en mal lugar al estado/dios en su tiranía y criminalidad y a los adeptos en su cobardía, servilismo e ingenuidad a nivel de discapacitación mental.
Al tiempo que las supersticiones se hicieron fe, las comunidades regidas por sus líderes religiosos ejercían una cruel y sangrienta selección de la población eliminando a disidentes y quedándose con los reproductores más mansos para lograr una población dócil, de fácil explotación y ante todo, rentable para las arcas de los líderes gobernantes. Es exactamente el mismo método con el que se consiguió por selección ganadera crear un ganado bovino manso, por ejemplo; fue el gran avance de la ganadería.
En el islam se controla también con minuciosidad la comida de los adeptos, la bebida y la intimidad hogareña. Las numerosas pausas para las liturgias se comen el tiempo de ocio y descanso de sus creyentes haciendo de la fe paranoia y del resto de religiones sus enemigos mortales.
Muy parecidos a los musulmanes eran o son (los pocos que quedan) los cristianos puritanos: agresividad contra el creyente y su continua humillación ante el estado/dios o sacerdote en definitiva.
Todas ellas son sectas que han creado su propios códigos legales, primero como mandatos divinos, luego como leyes sociopolíticas que han infectado y pervertido la original genética humana por esa selección o “limpieza étnica” llevado a cabo por los estados/dios. Realmente, la especie humana de hoy es una mutación castrada física y mentalmente de la original del homo sapiens.
La ferocidad y crueldad de estas sectas supersticiosas abrahámicas ha logrado que sean las más extendidas (no siempre con más practicantes) en el mundo.
Las religiones dhármicas (como el hinduismo y el budismo) tienen su origen en la India. Y a pesar de ser notables por su número de adeptos, no se han expandido con la rapidez y contundencia de las abrahámicas; a excepción del judaísmo que, con la mutilación del pene (la circuncisión) como condición y obligación para ser aceptado, se convirtió en minoritaria. Hay cartas paulinas en el nuevo testamento (biblia cristiana) que tratan este tema y que fue el origen real, más allá de imágenes y liturgias, del cisma entre el judaísmo y el cristianismo.
El hinduismo es la tercera secta con más adeptos, la superstición más antigua de la historia que surge entre el año 1500 a. C. Su retórica es más filosófica o espiritual que represiva o agresiva. Busca el control de la población de una forma más “amable”, como el budismo que surge en el siglo VI a. C. y es la cuarta con más adeptos. Ambas, apenas se expandieron más allá de sus lugares de origen, en contraste con el cristianismo y el islam. Sus mitologías son mucho menos agresivas. Porque no hay “sagradas escrituras” tan agresivas y represivas como el Antiguo Testamento de la biblia: un compendio de leyes que delimitan todo acto de libertad, intimidad, reproducción y el pensamiento de sus adeptos. En este primer libro de la biblia se pide sangre y esclavitud contra todo no judío. Yahvé es un dios celoso, furioso, colérico, amante de la extinción de los pueblos como castigo. Y el islam le ha sacado gran provecho a la retórica y mitología del Antiguo Testamento.
Las tres religiones, sectas o supersticiones abrahámicas, desde su surgimiento, han hecho mierda a la especie humana original. Y han evolucionado hasta convertirse en política; que sigue exactamente la mismas pautas de obligación, devoción, delito, condena, impuesto y obediencia al estado/dios, con el sarcástico epíteto actual de democracias.
La especie humana actual, en el siglo XXI d. C. es una cosa rara, biológicamente mamífera y de pensamiento y vida insectil, con un cerebro funcional para el trabajo, la obediencia y un servilismo auto humillante.
El estado/dios nunca ha sido inteligente, sólo codicioso, un carácter puramente carroñero. Y se ha aprovechado y parasitado de los conocimientos de los poquísimos creadores o inteligentes:
Cualquier individuo con un pensamiento libre o creativo es un exotismo, una rareza que lo confirma como la excepción a la regla y triste noticia de “todos insectiles”. De no haber sido por estas poquísimas excepciones surgidas de siglo en siglo, las actuales sociedades consumistas no existirían, sus “insectos antecesores” se habrían extinguido ahogados en sus propios excrementos hace seiscientos años.
El cristianismo, prácticamente todas las sociedades consumistas occidentales, ha llegado al nivel máximo admisible de paranoia; el punto de auto extinción por sus liturgias que enturbian y degradan la biología humana (lo poco que queda de ella), con el fin de conseguir la raza humana perfecta para su explotación fácil y económica.
Si dios es macho o hembra, no importa: se operará tantas veces de uno o de otro sexo como se auto perciba una mañana al despertar en su paraíso,
Lo inexistente puede ser imaginado como a cada cual le guste o satisfaga a su amo en el gobierno.
Si el estado/dios consigue degradar la biología de sus creyentes, el conjunto de la casta paria trabajadora; el estado/dios se erige en la institución más cercana a dios y es su portavoz en la Tierra. A estas alturas a la casta paria (trabajadora) ya no le quedaría nada de humanidad, convirtiéndose en una idiota (en el aspecto clínico) y ridícula mutación de los primeros especímenes de homo sapiens.
El antes de Cristo (a. de C.) y el después de Cristo (d. de C) es el chantaje que tuvo que pagar la ciencia al papado que ponía y quitaba reyes y legislaba naciones, copaba toda actividad política, legal, administrativa, económica y social; con especial énfasis el pensamiento de la chusma.
Si la ciencia quería desarrollarse, debía jurar que Jesucristo existió, de no hacerlo arderían los intelectuales y científicos en el infierno de las hogueras papales. Así fue como la ciencia dividió los periodos históricos en a. de C. y d. de C. En definitiva, repitieron aquellos primeros pobres científicos la existencia de un jesucristo millones de veces hasta hacer verdad de la mentira. De no ser por el pago que hicieron a la iglesia, hoy cagarían los humanos en los alcorques de los árboles sin pudor.
Pues ahora (ahorita como dicen los mexicanos) la cultura tiene que pagar otro chantaje, pero esta vez a las sectas aristocráticas del fascismo-woke (un corta y pega de los imperios papales): toda obra de arte o ensayo debe contener cierta cuota o número de homosexuales o transexuales; de no ser así, si no hay “Jesucristo”, no hay arte.
Es un ejemplo de cómo las liturgias políticas copian las religiosas con otras retóricas adaptadas a una población humana en déficit físico y mental (como lo estaba en la edad media). El mismo déficit mental y anímico definido por su acentuada cobardía y dependencia del estado/dios.
Y todo gracias a esas tres grandes supersticiones abrahámicas: judaísmo, cristianismo e islam.
Concluyendo:
Los que aún pensamos estamos abandonados porque los líderes políticos occidentales de las pseudo democracias cristianas y las aconfesionales, están viendo en las aterradoras “repúblicas” islámicas (por la esclavitud de sus adeptos al estado/dios) represivas y criminales (mutilaciones, matanzas, torturas y humillación de mujeres y ateos) una forma de gobierno que les puede multiplicar a la enésima potencia su riqueza. Esto explica la elaborada y planificada suplantación poblacional que llevan a cabo los gobiernos pseudo democráticos parasitando la sociedad occidental con multitudes de especímenes islámicos. Como está ocurriendo con inusitada velocidad en la vieja, desgastada y decadente Europa, un continente que agoniza política y ya étnicamente.
El islam es una secta abrahámica, como el judaísmo y el cristianismo; pero tiene a su favor su poder totalitario, el del terror, para extenderse por todo el planeta, como lo hizo la cristiana desde la baja edad media.
Lo importante y que no se debe olvidar: los cuerpos humanos, sean judíos, cristianos o islámicos, sangran y mueren igual. El terror se induce gracias a la ignorancia y la cobardía; pero ahí está la “raza” occidental decadente, dispuesta a ofrecer a sus hijos en holocausto a la secta que más miedo le provoque.
Ha llegado la hora de hundirse de nuevo en el oscurantismo de una edad media, pero con internet en el móvil para dar un aire de modernidad al decorado de las extintas democracias consumistas occidentales cristianas o aconfesionales.

Hay zonas en el planeta habitadas mayormente por razas subhumanas en las que el fascismo y su tirano se ha convertido en símbolo de protección y bienestar de la casta asalariada: las pseudo democracias consumistas occidentales donde la adoración a los líderes es tan fuerte, que son incapaces de vivir en libertad, hasta el punto de que les asusta mencionarla. Un ejemplo claro de raza criada para el fascismo (sea capitalista o estalinista como en la actualidad) es la española, donde una sociedad indolente, acobardada y servil asiste al continuo robo de libertades, extorsión social y económica del estado/dios, humillación y un control ganadero de la chusma asalariada por un “bienestar” que sólo es para la casta política en el gobierno.
Me gusta lo que han hecho los nepalíes destruyendo al corrupto gobierno, las instituciones y a sus criminales burócratas disfrazados con liturgias fascista-estalinistas; una de tantas dictaduras comunistas.
Los burócratas del gobierno nepalí han podrido tantas libertades con su control mierdoso y omnipresente que a los civiles no les ha quedado otra alternativa que la violencia. Y la han ejercido bien, con valor, cruenta agresividad y determinación.
Es una gente digna de admirar como lo fueron los vietnamitas que lucharon contra la “gigantesca” USA.
Los políticos sin cerebro que han llegado por herencia o riqueza al gobierno con su analfabetismo funcional y carencias intelectuales han tocado el límite de la dignidad creyendo en su gran y ególatra estupidez que seguirían impunes.
Y lo que ha ocurrido es: para vivir como un cerdo, mejor morir como humano.
Lo ideal sería que esta guerra de civiles contra el estado/dios se contagiara y siguieran el mismo camino las sociedades sometidas en otros países; pero es difícil, hay que tener una genética predispuesta a la libertad, valor y dignidad; y en las sociedades consumistas esas virtudes se han extinguido definitivamente.
Es una cuestión zoológica; hay razas subhumanas adaptadas al servilismo y el pastoreo y aún quedan algunos especímenes de ser humano libre.
Quien cree que el dictador y sus burócratas mantienen una dictadura constante, se equivocan como lerdos. Nunca tienen bastante control ni dinero y se pasan las horas pensando en qué prohibir al día siguiente y qué nuevo impuesto aplicar, qué placer condenar, qué leer y escuchar y, qué y cómo hablar. Si se espera demasiado tiempo para acabar con los cerdos que habitan el estado/dios, se corre el riesgo de convertirse en una población o región endémica de fascismo, como la actual España de privilegios de impunidad e inmunidad legal de la casta política en el estado. Una barra libre para el crimen y la prevaricación de los burócratas.
En este momento, todos los estados/dios están pervirtiendo, por miedo al contagio, la razón de esta guerra de nepalíes contra el fascismo que los veja, dejando ver que se trata por algo tan banal como la censura a las redes sociales y al entretenimiento de internet.
Es mentira. El motivo de esta guerra de civiles contra el estado/dios está en que les estaban robando el último ápice de libertad que les quedaba. No podían caer más bajo y la situación era insostenible, no hay “banalidad” de mierda alguna, sólo humillación y control porcino de la población. Y si hay que matar, se mata.
Estos fascistas tiranos de oratoria pastoral nunca debieron haber nacido y ahora hay que enterrarlos aún vivos. O quemarlos, como bien han hecho los intrépidos nepalíes con algunos burócratas.

Es fácil contestar a esos políticos y pensadores no españoles que no acaban de entender qué es España y su constitución. Sólo un humano nacido español es capaz de permitir lo que las personas decentes fuera de España no pueden entender y escandaliza. Y no es que lo permita, es que simplemente es incapaz de entender que pueda existir un gobierno y sus leyes, decentes y un ser humano con un mínimo de ética y honor en su forma de pensar y actuar.
El rey y ayatolá hispanocatalán Sánchez I el Arribista, sumo sacerdote masónico de la secta psoe, inventor de la Amnistía Corrupta Española 2024 y cobarde histórico; es la consecuencia o pus de una sociedad mezquina, degradada y analfabeta.
El ayatolá Sánchez I el Arribista es el reflejo aumentado y ruin de la raza humana española o una gran mayoría; y por ello hay tantos millones de humanos españoles sufriendo parafílico amor y fascinación por el estafador, criminal y patológico narcisista. Se sustenta además su gobierno en el indigno y cobarde proverbio español de cobardes, incapacitados e indigentes mentales: Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer.
Es un ser tan aberrante y falso (un auténtico y real Uriah Heep de David Copperfield) que en personas con inquietudes de libertad y ética causa repelencia, un rechazo instantáneo como el que causa el acosador que te quiere vender una estafa de seguro o una nueva tarifa eléctrica sin dejar de hablar, con un burdo afán de robarte todo lo que tienes y pudieras tener.
Franco fue un molusco que surgió en la prehistoria, la España estancada y atrasada en pleno siglo XX que se cebó del hambre que mataba a miles de personas en provincias. Un auténtico y real tercer mundo en aquella república de élites políticas incapaces y endogámicas surgidas de las castas ricas con el fin probado de ver morir con indolencia al pueblo hambriento. Y cuyas medidas contra esa hambruna e indecencia socioeconómica de los trabajadores, consistía en perorar en las cortes sesudas e inútiles citas literarias. Realmente se había gestado una aristocracia política criminal por omisión, alevosía, diversión o todo a la vez, dependiendo del humor de aquellos hijos de puta niños ricos con complejo de humanistas de taberna. Permitiendo así, que aquel molusco que era Franco en la piel de España surgiera sin siquiera prestarle atención, entretenidos y divertidos con sus corrupciones y discursos pedantes hasta el vómito.
Sin embargo, el dictador y estafador Sánchez ha surgido de una sociedad degradada y decadente, tarada y marcada por un infantilismo adulto y consumista, la cobardía e ignorancia funcional (deletrear y leer las prohibiciones que el dictador imponga).
Si semejante individuo y su colonia infecciosa de mangantes ha accedido al poder infectando las instituciones, la ética, el conocimiento, la honestidad y la razón; no sólo se debe a la especial genética (a sus incapacidades y malformaciones mentales) de la raza humana española. Lo ha conseguido porque la constitución española es una chapuza “legal” mal, burda y premeditadamente redactada para beneficiar y cebar a los endogámicos aristócratas de la política, a los más criminales y mezquinos, a los más ignorantes e idiotas.

Todo estaba preparado para que surgiera la sepsis Sánchez y sus variadas cepas.
Aniquilar al actual gobierno corrupto, criminal y asfixiante y quemar la cochina constitución española que como un caldo de cultivo lo ha multiplicado; bien vale otra nueva guerra civil cuyas muertes, además, deberían servir para limpiar miles y miles de líneas genéticas sucias de indolencia, cobardía y servilismo hacia los podridos y repugnantes fascistas dictadores de toda ralea que florecen como cardos cada medio siglo en España.
La raza humana española es como el cerdo revolcándose en sus orines y excrementos: no puede dejar de hacerlo, es su genética. Y todo dictador vomitado por un coño español lo sabe y saca beneficio.
Ayer Franco y hoy el ayatolá Sánchez I el Arribista y su constitución de mierda que lo ha cebado porcinamente.
Y luego a por el siguiente y más allá…
Estamos abandonados.
Misericordia.

Está desenmascarado y acorralado por su estalinismo corrupto y arribismo criminal, él y toda su corte de sicarios ministeriales, leguleyos, burócratas y ratas de cloaca.
El rey y ayatolá hispanocatalán Sánchez I el Arribista, sumo sacerdote masónico de la secta psoe, inventor de la Amnistía Corrupta Española 2024 y cobarde histórico; con sus homilías sobre la pureza y martirologio de su “Fiscalo General” el magdalena Ortiz (de su propiedad) y de la corrupción y prevaricación de los malvados jueces que lo investigan, está alentando, machihembrado con su corte de corruptos, una revuelta social de los pocos millones que le votaron, contra quienes investigan a su familia y órbita de poder íntima en el gobierno.
Es el paso lógico de cualquier narco dictador hispanoamericano como en Venezuela, Cuba, Colombia, etc. Y por otra parte, los dictadores lo último que tienen es inteligencia, así que se le ve venir de una hora lejos, es previsible como un ascensor.
Si consigue generar un estallido de violencia, como dictador del actual narco gobierno español tendrá razones “constitucionales” (su orco Pumpido lo avalará) para declarar un estado de guerra, de sitio, emergencia o como sea la pedagogía que se invente y así encarcelar de nuevo a la población, aplicar toques de queda militares, control de prensa y censura en internet. En ese instante en el que decrete las humillaciones y privaciones para “todas y todos”, habrá cerrado las cortes, como ya ensayó con sus decretos de encarcelamiento y extorsión policial por coronavirus.
Con lo cual, se creerá inmune e impune a todo juicio o exigencia de dimisión.
La cuestión que urge ahora es si tiene suficientes apoyos militares con los generales que ha ido condecorando a lo largo de su reinado para llevar a cabo un golpe de estado y asaltar con una estable seguridad la jefatura total del estado después encarcelar o expulsar al otro rey, al Felipe. Acto seguido, con una de sus homilías de mensaje telegráfico; pero de castrista duración, declarará España como república estalinista-islámica. E impondrá definitivamente un nuevo gobierno del terror y la corrupción al estilo hispanoamericano o islámico.
Para ello, debe tener negociada (pagada) la complicidad de sus militares y policías. Si no fuera así, y ojalá no lo sea, estallará una nueva guerra civil que será la última esperanza para la libertad y la honestidad en España.
En este instante, España y sus “todas y todos” están al borde de una guerra civil, al breve vuelo de una moneda lanzada a cara o cruz.
Estando el ayatolá Sánchez I el Arribista acorralado y cada día acosado de corrupción por nuevos titulares en prensa, al ver que peligra la fortuna diaria que atesora en su moncloa, su única opción corrupta es un golpe de estado y su guerra civil para conservar su fortuna ahora y durante lo que le quede de vida (que ojalá sean unas pocas horas).
Es la razón de que en este momento esté llevando al paroxismo a sus feligreses (votantes, militantes y soldadesca enchufada en puestos del estado cobrando dinero fácil) mediante homilías-arengas que ensalzan su corrupta santidad y bondad, que sólo sus crédulos fieles de cerebro abducido son capaces de ver y sentir sin el adjetivo “corrupta”. Es el mismo estilo de oratoria hitleriana, donde Hitler era adorado por ser el enviado de dios en la tierra alemana. En el caso del ayatolá Sánchez I el Arribista, habla por Alá.
Los primeros momentos de la república española del arribismo, serán de una “libertad” plagada de cadáveres en las calles. Una violencia que se siente tan cercana como cotidianos son los fieles sanchiztas ciegos a la podredumbre ética y arribismo criminal de su nuevo caudillo Sánchez. Ya husmean en el aire aquel aroma a dictadura que los embelesó y los llevó a aplaudir los encarcelamientos multitudinarios por coronavirus español. Porque en otros lugares el coronavirus no era tan “mortal” como la variante española y no precisaban encarcelamientos masivos, ni bozal nazi “en exteriores” (uno de sus grandes negocios-timo junto a las vacunas).
Sólo la raza humana ibérica, seleccionada milenariamente para cebar servilmente a sus dictadores puede sentir simpatía, cariño, admiración, fervor y servilismo hacia un dictador como el actual que prepara su gran golpe de estado, el mezquino Sánchez.
Un personaje que en cualquier país europeo ya habría sido linchado y que repele incluso a sus colegas políticos europeos.
Vibra y pulsa una peligrosa e indigna multitud que ha votado al ayatolá Sánchez I el Arribista, que no se acerca siquiera a la mitad de la masa votante, que ama a un mal personaje que causa repulsión y dentera en las personas con perspicacia y una mínima capacidad intelectual. Una chusma que ahora aúlla con espumarajos en la boca por la santidad de un leguleyo corrupto (el citado fiscalo general, la magdalena Ortiz), una especie de pervertido Calígula.
A ojos con cierto brillo de inteligencia, el horizonte en España muestra medio siglo de dictadura otra vez, con su oscuridad y crímenes de estado. La vuelta de los delatores cobardes que ansían las propiedades de sus vecinos y para ello pedirán a su amo dictador repitiendo la historia, fusilamientos; algo que fue muy cotidiano en el franquismo rural. Y como es proverbial en toda dictadura.
No tardará el rey y ayatolá hispanocatalán Sánchez I el Arribista, sumo sacerdote masónico de la secta psoe, inventor de la Amnistía Corrupta Española 2024 y cobarde histórico; en lanzar una homilía a sus “todas y todos” para que salgan a la calle a luchar por él: el Padre Dador de la paz, la bondad, la convivencia y la pureza del bienestar de su estado islámico.
El horizonte de España se vislumbra negro como el ojo de un culo.

El éxito de toda dictadura, fascismo o totalitarismo radica en la extinción de toda persona noble, con inquietudes culturales y librepensadora con el fin de crear una uniforme población mezquina a la que sojuzgar. Genéticamente mezquina, con más precisión.
Franco, como todo fascista que se precie, con su dictadura y masacre de la inteligencia, libertad, conocimiento y nobleza; creo así un paraíso generacional para próximos dictadores.
Con este ensayo afirmo que el ayatolá hispanocatalán Sánchez I el Arribista, se encontró con el trabajo más duro hecho y está sacando buen partido de esa selección de ganado humano, también conocida hoy día con el eufemismo de “limpieza étnica”.
Lo votos del “sanchizmo” son herencia del franquismo y su mezquindad.
Pedro Sánchez es un parásito que ha sacado provecho del trabajo que otro realizó para imponer su nueva dictadura y conseguir una gran fortuna. Hasta ahora, de una forma incruenta; pero, para que sea duradera, al final deberá recurrir a una nueva selección ganadera para depurar mejor la raza humana ibérica mezquina.

El mundo y yo somos dos vecinos mal avenidos.
Yo tiro mis colillas a su patio, ensuciándoselo.
Y él me cobra un alquiler abusivo.
(¡Yo!)

En la década de los ochenta del siglo pasado arrancó a plena potencia el proceso de degradación, la imparable decadencia consumista que hoy infecta a todas las naciones o grupos humanos (sociedades) del planeta.
La primera patada a modo de arranque se dio a finales de los sesenta y durante los setenta. Cuando la paranoia musical mostró cómo grandes rebaños humanos se dirigían a aplaudir a sus superficiales ídolos musicales gozando de toda clase de penurias e incomodidades. De vivir entre barro, mierda y orines por cantar y bailar con sus dioses del amor libre y la paz.
Aquella muestra planetaria y multitudinaria de paz, amor y ante todo adocenamiento iluminó al estado/dios en cómo pastorear a los grandes rebaños humanos sin necesidad de grandes sumas de dinero en ejércitos e infraestructuras.
Todo era música y festivales sin pausa, discos, prensa, programas de televisión, películas…
Pero fue en los ochenta con la invasión de los videos musicales cuando el estado/dios colmó los cerebros de la masa humana asalariada o contribuyente de imágenes y música de tal modo que quedara ciega y sorda, ajena a la gran dictadura fascista-estalinista que en el 2020 se revelaría a la humanidad mediante la componenda que fueron los robos de libertades, dinero e inhibición de las necesidades biológicas por medio de la infestación del coronavirus o covid 19. Y así justificaron los líderes fascista-estalinistas de las pseudo democracias occidentales su terrorismo de estado: robos por impuestos de usura y extorsiones policiales y militares, sorprendentemente aplaudidas por esa gran masa cobarde y decadente asalariada y mayoría votante. Las propias víctimas del fascismo surgido con el coronavirus, ahora esclavas y acobardadas por el estado/dios con un simple catarro publicitado durante meses a todas horas todos los días, se arrodillaban quejumbrosas ante el estado/dios pidiendo no morir. Lloraban como críos a sus gobiernos extorsionadores como si fueran padres salvadores. La humanidad retrocedió a la oscura Edad Media.
Y el estado/dios sentenció con una sonrisa satisfecha: “La libertad es enfermedad”.
Los súbditos, aquellos que nacieron en cautividad musical, en el consumismo y el rechazo al esfuerzo, con una importantísima merma intelectual dijeron “Amén”. Y se encerraron sumisos en sus casas-establo, se calzaron un bozal en el hocico que pudría la respiración y la dignidad, en soledad, en sus viviendas y en plena naturaleza. Se apresuraron a meterse en la sangre una “vacuna” que no vacunaba; pero era una orden del estado/dios que, aunque los arruinó y arrebató sus necesidades biológicas como el simple desplazamiento para la supervivencia, obedecieron ciegamente y se vacunaron por miles de millones la falsa vacuna que aún no saben qué cura.
Al igual que los alemanes fueron programados para odiar a los judíos, en el 2021 el estado/dios globalizador adoctrinó mediante prensa, radio, televisión e internet a la masa humana asalariada y burguesa en el odio y el deseo de muerte hacia los que hacían uso de su libertad para no vacunarse.
El estado/dios les inculcó el odio aplicando las estrategias nazis fascistas del siglo pasado, un auténtico cúmulo de sabiduría genocida práctica que los “progresistas” líderes estalinistas, se apresuraron a imitar con una moderna tecnología.
Insisto, este triunfo del neonazismo actual, estalinismo buenista o poscomunismo woke; se debe a aquella gran invasión musical y visual de los ochenta a la que se sometió a la masa humana infantilizándola y deteniendo su crecimiento intelectual, ya que eso de pensar y decidir sólo le incumbe al estado/dios que él sabe lo que realmente le conviene a cada cual y de que sexo debe auto percibirse a pesar de sus genitales.
La invasión de música e imágenes idiotizó e incapacitó a una grandísima mayoría humana para observar e intuir los actos de fascismo veterinario-ganadero que llevaba a cabo el estado/dios. Lerdos y ajenos a todo en su universo músico-visual consumista con síndrome de Peter Pan y su cobardía e indolencia.
En EE. UU., en los ochenta, durante la era Reagan se creó una raza humana pintoresca que serviría de modelo y esperanza a la humanidad asalariada cada día más numerosa y más exigente, la que años más adelante, el estado/dios bautizó como globalidad. Aquella nueva especie rica y efímera fueron los yuppies, jóvenes que conseguían su primer millón de dólares apenas dejaban la teta de su madre y llevaban un tren de vida pletórico de lujo, sexo y drogas con el mínimo esfuerzo, auténticos patricios de la decadente Roma clásica. Los yuppies se crearon para dar una gran expectativa de bienestar e ilusión: todo aquel que se lo propusiera podría ser un millonario como ellos.
Pero a la entrada de los años noventa, aquellos yuppies maniquís conducirían con su torpeza e incapacidad a una gran crisis mundial que arruinó a millones y millones de asalariados.
Y el estado/asestó su dogma de gracia que asentaría el fascismo estalinista como la gran solución: “¿Veis como no es tan bueno ser ricos y vivir con lujos. Ni la libertad en exceso, sin control? Por vuestro bien, nosotros os enseñaremos en lo que debéis emplear vuestros sueldos”. El dogma, gracias a las grandes redes de comunicación construidas para la invasión musical de los ochenta y a internet, se propagó a escala planetaria e impregnó los cerebros mermados de inteligencia y conocimiento de las grandes masas humanas contribuyentes.
Hasta ahora, en el 2024, que se aproxima un “apocalipsis climático” que sólo gracias a la pobreza y esclavitud de la masa asalariada mundial o globalidad castrada de inteligencia y coraje, se podrá evitar.
Los retrasados intelectuales ya se preparan con resignación de mártires e infantiles esperanzas de no morir, para aplaudir de nuevo a aquellos nazis estalinistas que les salvaron de morir por el covid 19 y ahora los salvará del “apocalipsis climático” que aparece publicitado en la prensa y medios de comunicación de cualquier parte del planeta todos los días y todas las horas, exactamente igual que los videos musicales en los ochenta.
Todo se comenzó a pudrir vertiginosamente en los 80. Yo estaba allí, en medio de aquella mierda asfixiante de música y chusma ridículamente disfrazada.
Hoy el infantilismo y la vanidad sin razón han impregnado genéticamente a cada individuo votante y contribuyente de las sociedades o países del planeta. Y no se trata de una plaga, es una involución, una degradación inducida por el estado/dios por medio de la selección ganadera a una masa humana asalariada decadente y de pensamiento tan superficial como sus uñas.
La especie humana está desintegrándose, descomponiéndose velozmente. Ya no es compatible su vida con la del resto de animales y el planeta la rechaza porque ha perdido la gracia y el coraje que la llevó a evolucionar más allá de los monos.
No es el cambio climático lo que hace temer un apocalipsis, sino la corrupción del ADN humano.
Yo estuve en los 80, y ahora en los 20 del siglo XXI doy fe de ello por asco y asfixia.
Otra vez…

Tras cada dios y estado hay una caterva de hijos de puta pregonando el sacrificio, pobreza y humildad o humillación al dios/estado para que ellos, administradores de su dios/estado maricón y psicópata, recauden todo el trabajo y esfuerzo y parasiten la vida de la plebe, prometiéndoles la grandiosidad del cielo o un futuro mejor para sus tataranietos cuando mueran secos, miserables, obedientes y engañados.
Que su muerte sea el gran viaje a nueva vida y un mundo mejor para los que quedan.
El paraíso para los retrasados mentales ni más ni menos.
Esta es la base común a toda religión/estado sólo cambia la liturgia, retórica y las mutilaciones corporales de los crédulos o plebe para que follen menos y produzcan más beneficios al dios/estado.
Y entre toda la liturgia, el cambio de horario entre invierno y verano es otra de las eucaristías y mandamientos del cochino y maricón dios/estado muy común en muchos países del mundo. Una medida que ayuda a que las gallinas y gallos humanos pongan más huevos y se engorden más rápidamente; pero ante todo que aprendan de una puta vez que es el dios/estado quien ordena salir y ponerse el sol. Algo básico en la plebe insectil o cariñosa y eufemísticamente conocida por globalidad.
Sólo que las gallinas humanas carecen de la vistosidad de las reales y decentes gallinas y pollos y no sé si se sienten ofendidas por el símil de las gallinas humanas.

Fotos de Iconoclasta.

Doce hombres sin piedad (obra de teatro y películas) no trata de la cruel indiferencia, injusticia, ignorancia y la fe ciega e imbécil en la autoridad del estado.
Trata de la mezquindad de las mayorías, de cómo un rebaño humano se deslumbra adoctrinado por un charlatán, un funcionario del estado; un fiscal. Y a ese rebaño le importa una mierda la vida del juzgado, sólo quiere declararlo culpable porque así los ha amaestrado el estado. Porque de la forma más aberrante, el jurado cree ciegamente en la infalibilidad del charlatán; así como en los testigos y las pruebas que ha aportado la policía.
Asesinarán al juzgado y creerán elevarse a putos jueces justicieros.
Como si el estado, su cochino dios y ellos mismos estuvieran en posesión de la sagrada verdad revelada.
Allá donde hay una mayoría sólo hay adocenamiento, cobardía, idiocia y su pensamiento insectil.
La mayoría son las reses que pacen en la sabana plácidamente cuando el león devora a escasos metros a una de las suyas.
La mayoría es el mayor insulto a la imaginación, inteligencia, dignidad, honestidad y libertad.
La mayoría elige al asesino psicópata como líder de su nación, al torturador como maestro de sus hijos y al negligente y corrupto vago como juez.
La mayoría tiene un cerebro tan enfermo que, ni a nivel instintivo, es capaz de distinguir los ademanes de un peligroso loco psicópata, ni siquiera en sus palabras tiene suficiente capacidad intelectual para captar la ambición patológica y su peligro para ella misma.
La mayoría muere indignamente como ganado de matadero y hambrienta de la mano del caudillo o líder que votó. Es por ello que en las democracias los líderes votados tienen un tiempo limitado en el poder, porque al ser elegidos por esa masa amorfa mono pensante, es previsible que los jerarcas se convertirán más temprano que tarde en corruptos y asesinos dictadores.
Las mayorías, junto a la envidia, son las características más infames e infectas que definen a la especie humana.
La mayoría es un monumento y refugio de cobardes e incapaces.
Si un líder político se eligiera por su capacidad de trabajo, conocimientos e integridad ética, los dictadores no existirían.
Son las democracias y sus infectas mayorías las que elevan a un criminal al gobierno de su nación y lo mantienen a pesar de su podredumbre.
Las mayorías, en definitiva, son lo mejor que le puede pasar a un ignorante enfermo de ambición cuando se presenta a unas elecciones: al poder y la riqueza.

666 dormitaba con los ojos oscuramente abiertos en su trono de piedra centrado en la cámara principal de la fría, oscura y húmeda cueva que cubría el infierno. La Dama Oscura desnuda a sus pies dormía profundamente y un cruel lamía su vagina entre los muslos separados con premeditada obscenidad.
Percibió una vibración en el aire. Prestó atención a la frecuencia y su cerebro negro y venenoso la descodificó. Las pupilas se contrajeron hasta formarse dos rayas negras verticales apenas perceptibles.
– ¡Hola, 666! Soy JC ¿Puedo bajar a hablar contigo sin malos rollos?
– ¿Y eso? –preguntó perezosamente sacudiendo el pene y salpicando con semen las tetas de su Dama que gemía sin despertar. El cruel seguía hocicando en el coño con los ojos atemorizados observando al diablo.
–Ya te lo explicaré en un lugar más discreto. Mi todopoderoso padre tiene las orejas llenas de pelos; pero escucha por medio de sus querubines sexuales.
–Está bien, pero mejor nos vemos en la Tierra, aquí hace demasiado calor y si los condenados detectan tu presencia se alborota el gallinero y me da jaqueca.
– ¿Te parece bien en Jerusalén, frente al muro de las lamentaciones?
– ¿Estás deprimido?
–No ¡qué va! Sólo que hace muchos siglos que no lo visito y pensé que sería un buen momento.
–Bien, pues en un milisegundo allá nos vemos ¿Tu padre-dios te dio ubicuidad?
–No, le jode que alguien pueda tener tanto poder como él, como le ocurrió contigo.
–Está bien te abduzco hacia la entrada del infierno y nos vamos juntos a Jerusalén en una fracción de segundo.
– Gracias.
El sol de oriente medio creaba una atmósfera sucia por el eterno polvo en suspensión de las tierras desérticas. Apenas pisar suelo sagrado sintieron el calor abrasador en la piel y la mirada polvorienta.
Se habían materializado en Jerusalén, progresivamente se opacaron entre una riada de gente en la calle Bab El Silsilfh y accedieron a la plaza de los templos sin llamar la atención de la eterna muchedumbre que llenaba el sagrado lugar. Caminaron frente a la sinagoga Shomrei Hahomot y JC se sintió conmovido durante unos segundos. Encararon la vía Suq El Qatanin que los llevaría al famoso Muro del Oeste caminando paralelos a los interminables trabajos de arqueología. 666 movió una nube para que cubriera el fortísimo sol.
El rumor de tantas voces, el ruido de la ciudad, el roce con los monos…
–Es asqueroso, los destriparía ahora mismo y callaría sus repugnantes y pegajosas voces.
JC detectó un aura de sólido rojo sanguíneo alrededor de 666 y se separó de él con discreción.
–No temas, controlo. No entiendo cómo ese padre maricón tuyo pudo crear esta basura y sentarse a descansar tan feliz en su cochino cielo.
JC ignoró el repentino estallido de ira y expuso la razón del encuentro.
–Estoy preparando mi segunda venida. Padre está perdiendo la paciencia porque es algo que ya debería haberse cumplido; pues bien, antes quiero que los mates a todos.
– ¿A todos los monos?
–No, sólo exterminar a todo jerarca y burócrata que forme parte del gobierno o estado de todas y cada una de las naciones de la Tierra. Quiero que mueran todos.
– ¿Quieres su riqueza y poder?
– ¡Qué va! Tengo todo lo que quiero con mi padre. Sólo pretendo que antes de renacer entre ellos, no exista ninguna rata política o religiosa con mando en su nación. En ninguna nación, por pequeña o grande que sea. Necesito que los monos, como tú les llamas, se encuentren abandonados sin los amos que los dominan y mueven como muñequitos. Quiero el caos y el miedo, deben prestarme una atención absoluta y universal.
–Quieres ser el rey supremo… Está bien pensado. Eres tan narcisista como tu padre. ¿Quieres que acabe con ellos por la vía del dolor extremo?
–No, lo más rápidamente posible. Que no respiren más tiempo del necesario para que los anodinos monos esclavos de sus jerarcas no se enteren de nada hasta que vean los cadáveres enfriándose y pudriéndose los restos en las calles. Ahora bien, si los quieres quemar vivos para tu distracción y placer, no hay problema. Ardiéndoles la carne no podrán hacer o decir idioteces y mucho menos seguir con su mando. Total ¿cuánto pueden tardar en morir envueltos en fuego?
–Cuenta que un par de minutos de media, en cuanto aspiran las llamas mueren con los pulmones carbonizados, incluso antes que se les queme la piel de los pies, las crías mueren en un minuto y los neonatos en veinte segundos. Como mucho, alguno de los adultos puesto de coca podría aguantar un par de minutos y medio. No te preocupes, todo el que pase de ahí, se le arranca el corazón y asfixia metiéndoselo en la boca. Mis crueles son infalibles; pero necesitan por naturaleza practicar tormento, es la forma de recompensarlos. ¿Y qué pasa con sus familias y amistades?
–Extínguelas también, a todas las familias de todos los jerarcas, religiosos o burócratas que formen parte del estado, amistades y simples conocidos. No ha de quedar nadie vivo amigo o con intereses de los que rigen las naciones; incluidos los bedeles que usan como aparatos sexuales. Ha de morir toda línea sanguínea de cada uno de ellos, sean crías o adultos, no quiero que me molesten con sensiblerías y martirologios. Con sus lutos de mierda, manifestaciones y homenajes. Ya sabes cómo funcionan estos putos monos. No debe quedar prueba viva alguna de existencia de autoridad política y religiosa.
666 caviló unos segundos.
–Esas líneas sanguíneas del primer al último pariente vivo más sus amistades, suman unos setecientos millones de monos, millón arriba, millón abajo. Asesinados en pongamos, pueden ser extinguidos en un par de horas; pero a cambio, no quiero que aparezcáis tú o tus ángeles en cien siglos en mis masacres para llevaros las almas de los monos que descuartizo. No saber de tu padre marica y sus ángeles asexuados durante unos días me dará cierto relajo.
–¡Hecho! Tenemos el cielo a reventar de idiotas. Incluso un día te puedo enviar al infierno unos millones de almas como combustible.
–Los odias como yo ¿verdad? A mí me dan asco por su mera existencia; pero lo tuyo es venganza. Ven conmigo al infierno, has nacido para ello, tu padre fracasó contigo… Cuando te quedes solo frente a la chusma ¿qué harás?
–Bueno, aprendí cosas cuando me crucificaron y les debo unas cuantas. Mañana haré mi epifanía ante la humanidad, les daré un tiempo de espera de diez años para que demuestren su fe y su buena voluntad y entonces llegará el juicio final. Durante esos diez años los abandonaré como ellos hicieron cuando me crucificaron. Tengo planeado que algunos millones fanáticos se suiciden por desesperanza, creerán que no volveré. Combatirán entre iguales sin ningún fin y morirán otros cientos de millones; y será perefecto, cuantos más mueran más limpio estará el planeta. Y ya relajado, con menos monos a mis pies, los juzgaré y condenaré a muerte, salvo a unos pocos de miles para que sirvan de comida a los depredadores naturales y conservar la diversidad zoológica en la Tierra. Una vez ejecutada la sentencia, controlaré a la población mundial: cuando esté a punto de superar los trescientos millones de reses en todo el planeta, para contenerla como plaga, montaré un segundo juicio final o si me siento agobiado, la extinción. Y que mi padre cree otra especie animal que los sustituya. La verdad es que me aburren.
–Te van a confundir con el anticristo.
–Eso es tu gracia, hiciste creer a los monos que no estabas entre ellos y los angustiaste con tu venida. Astuto. Sin embargo, el cabrón de mi padre, me hizo torturar y asesinar para nada. Me humilló. Tal vez, algún día deberíamos hablar tú y yo del viejo y jubilarlo.
–No es una buena idea, porque sin tu padre sólo quedaremos tú y yo en un mundo sin dolor, sin cruentos designios divinos contra vidas miserables hasta morir. Ver a los cometas dar la vuelta al universo continuamente todos los días sería espantosamente aburrido. El dolor, la hipócrita misericordia, la caza y el tormento son nuestros alicientes.
–Eres oscuramente sabio.
– ¿Quieres que a tus monos les envenene el agua que beben durante tu descanso de diez años y vivan una especie de plaga que les haga creer en las viejas profecías que se inventaron aquellos locos? No es trabajo, me place. Y te los dejaré bien blanditos esperándote de nuevo con ansia.
–Por supuesto. Sólo asegúrate de que queden unos cuantos para que haga mi performance del juicio final ante un numeroso público. Y así, angustiados de miedo y penurias, les pasaré a esos hijoputas un video que guardo para la ocasión en mi palacio del octavo cielo. Un documental de mi tortura y crucifixión. Nunca me acuerdo… ¡Ah, sí! Pasión la llaman.. ¡Oye! Podrías aparecer conmigo como bestia surgida del infierno llenándolos de terror. ¿Te imaginas? Incluso podríamos interpretar que me arrancas la cabeza ante la multitud en un “gran evento global” y pierdan toda esperanza de salvación; en unos minutos resucito te doy una patada en el culo y te esfumas creando una tormenta de espinas y vidrios rotos.
–Sabes que soy impredecible y que podría acabar mal, es mi naturaleza. No juegues con ella JC, tengo una escasa tolerancia hacia la lealtad y cualquier ente surgido de la sustancia de tu padre maricón.
–Está bien, pero cuando llegue el momento si te sientes de humor, podríamos montarnos una buena comedia.
– ¿Sabes, Jesusito? Si me llegas a pedir piedad para los monos, tu cabeza ahora estaría metida en una sombrerera, sobre el regazo de tu todopoderoso y maricón padre.
Jesucristo le sonrió encendiendo un par de porros de maría y los fumaron a espaldas de los judíos que cabeceaban automáticos y mecánicos pegados al muro.
– ¿Me dejas sostener tu daga?
–Sácala tú mismo; pero no toques el filo o pasarás un mal rato, causa severos daños en el tejido celestial.
666 alzó la camisa por encima de la cabeza dejando descubiertos sus omoplatos, entre ellos, hundida en su carne palpitaba su puñal.
Con un sonido viscoso, Jesucristo lo extrajo. Del filo goteaba un miasma rojizo y gelatinoso desprendiendo vapor y restos de tejidos corruptos.
666 rebuznó como un asno y los monos que se encontraban frente al muro y los alrededores de la plaza del muro, quedaron congelados en el tiempo y el lugar.
– ¿Puedo? –JC señalaba con el puñal a un judío frente al muro.
–Adelante, disfruta.
Admirando el puñal en alto y haciendo movimientos de ataque y defensa en el aire, Jesús llegó correteando hasta el judío, con la inmovilidad de una estatua mantenía la cabeza gacha frente al muro, muy tentadoramente. Deslizó el filo por la nuca y el puñal se hundió dulcemente en la carne, se detuvo durante unos segundos en la médula espinal para encontrar una vértebra por la que pasar y acabó decapitándolo. La cabeza cayó al suelo de losas de piedra con un ruido sordo; pero no manaba la sangre, quieta y vibrante permanecía al borde de los vasos sanguíneos, el tejido de los muñones tenía el aspecto de las carnes que se venden en los mercados, limpias de sangre, crudas.
No pudo evitar cierta incomodidad, sentía que el decapitado era un muñeco roto, como si no lo hubiera matado. Es importante que mane la sangre como la suya corrió festivamente y sin pudor bajo el látigo romano, con cada pedrada en la cabeza, entre las espinas de la corona, entre los clavos y la lanza… Cuando 666 mata todo a su alrededor queda encharcado de sangre. ¿Cuántos litros de sangre son los de setecientos millones de monos desangrándose en dos horas? ¿Se evaporará parte de la sangre y luego lloverá espesamente? Sonrió, sería estupendo que mañana en su segunda venida, lloviera la sangre de los muertos sobre los rostros de la “humanidad redimida” dos mil años atrás.
666 captó el pensamiento de JC frente al muro.
–Está bien, lloverá sangre en tu performance. No me gustan los milagros, porque le dan a la muerte un acto de furia divina; pero se debe reconocer que será impactante– le transmitió.
Jesucristo esbozó una sonrisa. Encantado le dio una patada a la cabeza que rodó tan solo media vuelta para quedar detenida contra el muro, los judíos ojos permanecían cerrados y la boca congelada en un lamento, de la que escaparon por los labios dos gotas de sangre espesa y pesada que cayeron semejando las cabezas carmesíes de dos clavos en la piedra.
–Todo cuadra, es perfecto –pensó divertido JC.
Sonriente e ilusionado, dio media vuelta para volver con 666.
– ¡Qué belleza de arma! Parece un ser vivo…–comentaba introduciendo de nuevo el puñal entre la carne de 666.
–Me espera mi Dama Oscura, vamos a pasar la tarde con cuarenta familias en un pueblo de Ucrania. Las descuartizaremos. No hay nada que desestabilice más el ánimo de los monos que muerte sobre muerte. Cuando los colmas de asesinato, dolor y hambre, pierden el control de sí mismos. A veces se atacan con sus propios excrementos. Luego, el tonto del pueblo contará cosas increíbles.
–Vámonos de aquí –concluyó 666.
–Yo me quedo, quiero ver qué hacen cuando los descongeles y vean al decapitado. Más tarde le pediré a mi padre que me arrastre al cielo. ¿Cuándo empezarás la masacre?
–Dame cuatro horas para hacer mi obra en Ucrania y luego follarme a mi Dama Oscura. Después cenaremos en algún bistró de París. Calcula esas cuatro horas y dos más para masacrar a esos setecientos millones de monos. En seis horas puedes hacer tu segunda venida. Yo te aviso.
–Te debo una- le respondió con entusiasmo.
666 se desmaterializaba.
Y la inmovilidad en aquel lugar desapareció y se elevó de nuevo en la atmósfera el insoportable rugido de la colmena humana.
El decapitado creó una gran alarma, la sangre manaba ahora con fuerza de los muñones. La gente huía aterrorizada de la plaza por miedo a un acto terrorista, otros rodeaban el cadáver. Nadie se lamentaba frente al muro en ese momento. No se entendía como pudo pasar algo así, en qué momento…
La policía israelí y un convoy de militares antiterroristas crearon puntos de control prohibiendo salidas y accesos al lugar sagrado. En pocos minutos se inició la tarea de identificación de los testigos.
Los sanitarios, tras la actuación de la unidad forense, retiraban la cabeza y el cuerpo del judío dentro de una bolsa para conducirlo a la morgue para su autopsia. Por protocolo antiterrorista, podría la víctima estar contaminada química o biológicamente. Repentinamente a los sanitarios les cayeron encima cinco musulmanes descabezados lanzados desde la cara opuesto del muro, sus kaftanes blancos estaban ensangrentados. Policías y soldados apuntaron con sus armas hacia el muro esperando algo más, un helicóptero volaba en círculos a muy baja altura. No ocurrió nada más.
JC sintió la carcajada de 666 en su cerebro:
–Estaban en la lista de los setecientos millones. Bueno, hay un par que no; pero es más difícil no matarlos que matarlos. Nos vemos Jesusito, sé malo.
JC sacó del bolsillo de la camisa empapada de sudor otro porro de maría y lo encendió esperando el momento en el que su padre lo elevara de nuevo al cielo. Admirando los cuerpos, ahora sí, sangrantes. La agitación de los monos le evocaba a las hormigas moviéndose neuróticas cuando se aplasta con el pie la entrada de un hormiguero.
Tras unos minutos de idiocia narcótica, dulcemente se desmaterializó dejando una voluta de humo en aquel aire sucio de polvo y fétida religiosidad humana.
Siempre sangriento: 666