
Posts etiquetados ‘escritura’
Fascinación
Publicado: 31 marzo, 2024 en Conclusiones, Lecturas, Maldito romanticismo, Manuscritos, ReflexionesEtiquetas:escritura, fascinación, Iconoclasta, literatura, manuscrito, Pablo López Albadalejo, pensamiento, Ultrajant

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Publicado: 1 febrero, 2024 en Absurdo, Conclusiones, fotografía, Lecturas, Maldito romanticismo, Manuscritos, ReflexionesEtiquetas:absurdo, escritura, Iconoclasta, ideas, literatura, Pablo López Albadalejo, pensamientos, sarcasmo, Ultrajant

Desde mis infiernos
Publicado: 21 noviembre, 2022 en Humor, Lecturas, Manuscritos, ReflexionesEtiquetas:escritura, Humor, Iconoclasta, manchas, manuscritos, Pablo López Albadalejo, sarcasmo, tinta, Ultrajant
🤬☠️👿🙃


Iconoclasta
El respeto debe ser recíproco
Publicado: 7 noviembre, 2022 en Conclusiones, Lecturas, Manuscritos, ReflexionesEtiquetas:decisión, determinación, escritura, Iconoclasta, manuscrito, Reflexiones, resolución, respeto, Ultrajant


Iconoclasta
Deja de escribir
Publicado: 13 junio, 2022 en Absurdo, fotografía, Lecturas, Maldito romanticismo, ReflexionesEtiquetas:absurdo, destrucción, escritura, Iconoclasta, imaginación, imposibilidades, muerte, pedazos de vida, prosa dramática, recuerdos, Reflexiones, temor, ternuras, Ultrajant, universos rotos

Tengo miedo de que mis ojos se rompan como cuentas de cristal y que no haya sangre. Solo el ruido del viento a través de las cuencas vacías.
Tengo miedo de que el río fluya a lo alto y los peces, pobrecitos, mueran en el frío cosmos.
Me horroriza que el aire se convierta en agua y mis lágrimas no caigan rostro abajo.
Y edulcorar el café con vidrio en polvo.
Y cagar sangre.
No quisiera que los cadáveres no se pudrieran y los vendieran como ceniceros.
Tengo pánico a que mis palabras manchen de gris mis encías y los dientes crezcan hacia dentro.
Y que el sol se aproxime y evapore mi reloj que jura que aún vivo.
Está todo tan roto que mi pene es una flor que ha hecho afiladas raíces que me cuelgan sangrantes de la nariz.
Y por los ojos si tuviera.
No quiero que mi padre resucite y llore por la carne que no tiene y que le decepcione porque mis ojos no le sirven; se rompieron en algún momento de mi pensamiento…
Y que vea el río perderse en la nada cósmica y aniquiladora y no pueda lavar cálidamente sus huesos macilentos.
Pobre padre…
Pobre madre que sonreía tanto como para contagiarme y no quiero pensar en ella porque es infinito mi dolor si le borrara una sonrisa. Sería un hijo de puta si lo hiciera.
Es terrible temer tanto.
No quiero que el papel se haga arenas movedizas que se traguen mi alma que escribo.
Temo al amor que se transforma en un susurro que coagula el corazón con sus imposibilidades y lo único posible es el tormento. No quiero el corazón de piedra y toser arena entre llantos.
Temo que mi gato se convierta en ratón y se devore a si mismo y yo no pueda dejar de llorar por ello desde mis cuencas negras.
Tengo miedo al imán que no sé porque, solo atrae la miseria.
Temo que los forenses vuelen como super héroes con capas de acero inoxidable haciendo su trabajo en los vivos.
El universo es material de derribo, un roto infinito y los agujeros negros regurgitan los años tragados. Y la demencia se extiende por la nada.
Y nada cubre a nada.
Y los pedazos de dios flotan quejumbrosos ignorando que un día soñaron crear algo y no se acuerdan bien el qué. Solo son piedras flotantes con Alzheimer, y hay en su superficie una tristeza vítrea por la ausencia de la mentira piadosa que cuentan las madres a sus bebés cuando creen solo en ellas.
Madre es lo único que existe cuando se inicia la vida.
Cómo me quería, no puedo entender tanto amor a lo que soy.
No puedo…
Qué desolación.
Siento la pena infinita y el espanto por los peces que nadan en el cosmos con sus grandes pupilas congeladas en la indiferencia a su propia muerte. No se inmutan cuando las piedras los rompen haciéndolos pedazos.
Pobrecitos, tanto nacer para eso…
No puedo soportar la inexistencia de los petirrojos que observan mis pedazos formarse en el papel piando canoros en una rama verde como un lagarto.
Es pánico irracional que las hojas no existan y mi pensamiento sea solo la pesadilla corriendo por la sangre sucia de un yonqui no vivo, de un podrido en vida.
No quisiera lavar los huesos de mi padre cuando llore.
Ni los de mi madre cuando sonría como un sol.
Por favor… Deja de escribir.
Ya. Ya pasó, tranquilo.
No lo vuelvas a hacer.
No.

Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.
Cosas pequeñas
Publicado: 5 marzo, 2022 en Conclusiones, Lecturas, Maldito romanticismo, Manuscritos, ReflexionesEtiquetas:escritura, Iconoclasta, libreta, literatura, Maldito romanticismo, manuscrito, mínimas penas, mínimas ternuras, muerte, Reflexiones, tristeza, Ultrajant
Huecos tristes
Publicado: 23 febrero, 2022 en Lecturas, Maldito romanticismo, Manuscritos, ReflexionesEtiquetas:escritura, Iconoclasta, literatura, manuscritos, palabras, papel, Reflexiones, romanticismo, tristeza, Ultrajant
Un bolígrafo veloz
Publicado: 29 enero, 2022 en Absurdo, fotografía, Histéricas, Humor, Lecturas, ManuscritosEtiquetas:escritura, Humor, Iconoclasta, manuscrito, sarcasmo, Ultrajant, videojuegos
Traducción del manuscrito:
¡¡¡Mierda!!!
Después de jugar unas horas al Mario Kart; la velocidad de la escritura es incontrolable.
Derrapa el boli en el papel y no hay caparazón de tortuga que lo detenga.
Voy a vomitar…
Iconoclasta
Verso inconexo
Publicado: 27 enero, 2022 en Absurdo, Conclusiones, Lecturas, Maldito romanticismo, ReflexionesEtiquetas:escritura, existencia, fracaso, frustración, Iconoclasta, inconexo, literatura, muerte, poesía, prosa dramática, Ultrajant
Soy el verso inverso
que rima lo que no sintió
y esconde lo que no fue.
Soy un verso inmerso
en un frustrado universo
el eructo de un festín inapetente.
Se puede escribir del orgullo de ser,
la vanidad de lo logrado.
Del sudor bien empleado.
Del tiempo acelerado.
O se puede esconder lo que hice,
lo que no supe, lo que no pude.
O se puede no escribir y dejar que la presión provoque un aneurisma cerebral y morir.
No soy orgulloso, soy un fracasado y si no escribo, no existo.
Seguiré escondiendo mi fracaso con cierta malicia, porque de morir no me libro.
Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.
Cuidado donde pisas
Publicado: 25 junio, 2021 en Amor cabrón, Maldito romanticismo, ReflexionesEtiquetas:amor, Amor cabrón, anhelo, escritura, Iconoclasta, literatura, pasión, precisión, romanticismo, tristeza, Ultrajant

En el vasto páramo de las letras, sé cuidadoso al pisar.
Las equis te expulsan y las as te pueden amar y abandonar.
Atento porque los dedos corren apremiados por la emoción y el amor es traicionero.
Podrías escribir la historia errónea con la palabra fallida o la indescifrable.
¿Y no querrás eso, verdad? No quieras añadir a la saña con la que te trata el planeta, tus errores. Las emes son de muerte, y las efes de fracaso. Apenas de felicidad si ella no está cerca pronunciando alguna belleza de las suyas. De esas que deja caer suavemente en tu oído y luego al teclado, como las flores de los cerezos tapizan la vida con mantos de nata y fresa.
Cuando camines entre palabras y letras, no te apresures. Te va la dicha en ello. Pulsas por error y se desata el apocalipsis: las tristezas transmiten un temblor a los dedos, el miedo a pisar la tecla/mina que ahora pudiera ser fatal, la que aunque borres de la pantalla, quedará grabada en tu retina como un mal presagio.
Y piensas en sus dedos con esperanza, ella te guiará por el desierto de las letras que las lágrimas de una tristeza tan vieja como tú desenfocan. Porque sus dedos son precisos y preciosos y un día siguieron el camino de tu rostro. Resiguieron sensualmente tus labios. Sellaron tras el beso su conjuro de amor: “¡Shh… No digas nada amor! Solo ámame”. Fuiste condenado a amarla y la buscas en todas las cosas, en todas las palabras, en todas las letras.
En todas las teclas peligrosamente desenfocadas.
Es la más hermosa condena de amor jamás contada.
Y escribes: ¿Cómo lo hago para describir mi sonrisa si la pena me come ahora? Y el miedo a que una letra me devore una falange, para que no te pueda enviar el amor necesario de una forma tridimensional y tangible, que trascienda las sutiles frecuencias del amor al aire mismo que respiras.
Te hamo.
¿Has visto amor? Peligro es mi apellido. Estoy seguro de que si lo repitiera, si te “hamara”, de alguna forma la vida me golpearía furiosa como aquellos maestros cuando era niño.
Y las teclas me arrancarían los dedos…
¡Te hamo!
¡Shhhh…! Que se jodan las teclas.

Iconoclasta
Foto de Iconoclasta.