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El judaísmo surge entre los siglos VI y IV a. C., es la quinta secta en número de adeptos y la más antigua de las sectas abrahámicas, cuyo origen está en el patriarca Abraham.
De ella deriva el cristianismo que surge en el año 30-33 d. C. y la que más adeptos tiene. Y posteriormente el islam, ya en el siglo VII d. C. y la segunda en número de adeptos.
Estas tres sectas o supersticiones han conformado la mayor parte de la cultura y población del mundo occidental y parte del oriente cercano a África y Europa por su carácter represivo y violento contra la población, que como ocurre aún hoy en día con el islam, el estado/dios hizo adeptos por coacción “divina”, por supuesto.
Son supersticiones o sectas (hay quien prefiere denominarlas religiones) en constante evolución con los tiempos ya que sus líderes o jerarcas religiosos legislaban e inventaban mandamientos y liturgias con sus pecados, condenas e impuestos a medida de su codicia y ambición (siguen en el presente con la misma evolución). Las mitologías del antiguo testamento (el origen de las tres sectas) son ingenuos cuentos mágicos y muchos violentos, con moraleja para someter a la población o adeptos (es lo mismo) al miedo a dios personificado en el estado. Los salmos son unidades didácticas ideológicas para implantar obediencia y respeto al estado/dios omnipresente que habla siempre en nombre de Yahvé. Se crearon castas o linajes “escogidas” por Yahvé con los correspondientes patriarcas de cada tribu. Al final el mensaje primordial era: O eres de los nuestros o morirás, por hambre o por el cuchillo.
Con el tiempo, la coacción se hizo fe y tradición; pero esto nadie lo cuenta o enseña porque deja en mal lugar al estado/dios en su tiranía y criminalidad y a los adeptos en su cobardía, servilismo e ingenuidad a nivel de discapacitación mental.
Al tiempo que las supersticiones se hicieron fe, las comunidades regidas por sus líderes religiosos ejercían una cruel y sangrienta selección de la población eliminando a disidentes y quedándose con los reproductores más mansos para lograr una población dócil, de fácil explotación y ante todo, rentable para las arcas de los líderes gobernantes. Es exactamente el mismo método con el que se consiguió por selección ganadera crear un ganado bovino manso, por ejemplo; fue el gran avance de la ganadería.
En el islam se controla también con minuciosidad la comida de los adeptos, la bebida y la intimidad hogareña. Las numerosas pausas para las liturgias se comen el tiempo de ocio y descanso de sus creyentes haciendo de la fe paranoia y del resto de religiones sus enemigos mortales.
Muy parecidos a los musulmanes eran o son (los pocos que quedan) los cristianos puritanos: agresividad contra el creyente y su continua humillación ante el estado/dios o sacerdote en definitiva.
Todas ellas son sectas que han creado su propios códigos legales, primero como mandatos divinos, luego como leyes sociopolíticas que han infectado y pervertido la original genética humana por esa selección o “limpieza étnica” llevado a cabo por los estados/dios. Realmente, la especie humana de hoy es una mutación castrada física y mentalmente de la original del homo sapiens.
La ferocidad y crueldad de estas sectas supersticiosas abrahámicas ha logrado que sean las más extendidas (no siempre con más practicantes) en el mundo.
Las religiones dhármicas (como el hinduismo y el budismo) tienen su origen en la India. Y a pesar de ser notables por su número de adeptos, no se han expandido con la rapidez y contundencia de las abrahámicas; a excepción del judaísmo que, con la mutilación del pene (la circuncisión) como condición y obligación para ser aceptado, se convirtió en minoritaria. Hay cartas paulinas en el nuevo testamento (biblia cristiana) que tratan este tema y que fue el origen real, más allá de imágenes y liturgias, del cisma entre el judaísmo y el cristianismo.
El hinduismo es la tercera secta con más adeptos, la superstición más antigua de la historia que surge entre el año 1500 a. C. Su retórica es más filosófica o espiritual que represiva o agresiva. Busca el control de la población de una forma más “amable”, como el budismo que surge en el siglo VI a. C. y es la cuarta con más adeptos. Ambas, apenas se expandieron más allá de sus lugares de origen, en contraste con el cristianismo y el islam. Sus mitologías son mucho menos agresivas. Porque no hay “sagradas escrituras” tan agresivas y represivas como el Antiguo Testamento de la biblia: un compendio de leyes que delimitan todo acto de libertad, intimidad, reproducción y el pensamiento de sus adeptos. En este primer libro de la biblia se pide sangre y esclavitud contra todo no judío. Yahvé es un dios celoso, furioso, colérico, amante de la extinción de los pueblos como castigo. Y el islam le ha sacado gran provecho a la retórica y mitología del Antiguo Testamento.
Las tres religiones, sectas o supersticiones abrahámicas, desde su surgimiento, han hecho mierda a la especie humana original. Y han evolucionado hasta convertirse en política; que sigue exactamente la mismas pautas de obligación, devoción, delito, condena, impuesto y obediencia al estado/dios, con el sarcástico epíteto actual de democracias.
La especie humana actual, en el siglo XXI d. C. es una cosa rara, biológicamente mamífera y de pensamiento y vida insectil, con un cerebro funcional para el trabajo, la obediencia y un servilismo auto humillante.
El estado/dios nunca ha sido inteligente, sólo codicioso, un carácter puramente carroñero. Y se ha aprovechado y parasitado de los conocimientos de los poquísimos creadores o inteligentes:
Cualquier individuo con un pensamiento libre o creativo es un exotismo, una rareza que lo confirma como la excepción a la regla y triste noticia de “todos insectiles”. De no haber sido por estas poquísimas excepciones surgidas de siglo en siglo, las actuales sociedades consumistas no existirían, sus “insectos antecesores” se habrían extinguido ahogados en sus propios excrementos hace seiscientos años.
El cristianismo, prácticamente todas las sociedades consumistas occidentales, ha llegado al nivel máximo admisible de paranoia; el punto de auto extinción por sus liturgias que enturbian y degradan la biología humana (lo poco que queda de ella), con el fin de conseguir la raza humana perfecta para su explotación fácil y económica.
Si dios es macho o hembra, no importa: se operará tantas veces de uno o de otro sexo como se auto perciba una mañana al despertar en su paraíso,
Lo inexistente puede ser imaginado como a cada cual le guste o satisfaga a su amo en el gobierno.
Si el estado/dios consigue degradar la biología de sus creyentes, el conjunto de la casta paria trabajadora; el estado/dios se erige en la institución más cercana a dios y es su portavoz en la Tierra. A estas alturas a la casta paria (trabajadora) ya no le quedaría nada de humanidad, convirtiéndose en una idiota (en el aspecto clínico) y ridícula mutación de los primeros especímenes de homo sapiens.
El antes de Cristo (a. de C.) y el después de Cristo (d. de C) es el chantaje que tuvo que pagar la ciencia al papado que ponía y quitaba reyes y legislaba naciones, copaba toda actividad política, legal, administrativa, económica y social; con especial énfasis el pensamiento de la chusma.
Si la ciencia quería desarrollarse, debía jurar que Jesucristo existió, de no hacerlo arderían los intelectuales y científicos en el infierno de las hogueras papales. Así fue como la ciencia dividió los periodos históricos en a. de C. y d. de C. En definitiva, repitieron aquellos primeros pobres científicos la existencia de un jesucristo millones de veces hasta hacer verdad de la mentira. De no ser por el pago que hicieron a la iglesia, hoy cagarían los humanos en los alcorques de los árboles sin pudor.
Pues ahora (ahorita como dicen los mexicanos) la cultura tiene que pagar otro chantaje, pero esta vez a las sectas aristocráticas del fascismo-woke (un corta y pega de los imperios papales): toda obra de arte o ensayo debe contener cierta cuota o número de homosexuales o transexuales; de no ser así, si no hay “Jesucristo”, no hay arte.
Es un ejemplo de cómo las liturgias políticas copian las religiosas con otras retóricas adaptadas a una población humana en déficit físico y mental (como lo estaba en la edad media). El mismo déficit mental y anímico definido por su acentuada cobardía y dependencia del estado/dios.
Y todo gracias a esas tres grandes supersticiones abrahámicas: judaísmo, cristianismo e islam.
Concluyendo:
Los que aún pensamos estamos abandonados porque los líderes políticos occidentales de las pseudo democracias cristianas y las aconfesionales, están viendo en las aterradoras “repúblicas” islámicas (por la esclavitud de sus adeptos al estado/dios) represivas y criminales (mutilaciones, matanzas, torturas y humillación de mujeres y ateos) una forma de gobierno que les puede multiplicar a la enésima potencia su riqueza. Esto explica la elaborada y planificada suplantación poblacional que llevan a cabo los gobiernos pseudo democráticos parasitando la sociedad occidental con multitudes de especímenes islámicos. Como está ocurriendo con inusitada velocidad en la vieja, desgastada y decadente Europa, un continente que agoniza política y ya étnicamente.
El islam es una secta abrahámica, como el judaísmo y el cristianismo; pero tiene a su favor su poder totalitario, el del terror, para extenderse por todo el planeta, como lo hizo la cristiana desde la baja edad media.
Lo importante y que no se debe olvidar: los cuerpos humanos, sean judíos, cristianos o islámicos, sangran y mueren igual. El terror se induce gracias a la ignorancia y la cobardía; pero ahí está la “raza” occidental decadente, dispuesta a ofrecer a sus hijos en holocausto a la secta que más miedo le provoque.
Ha llegado la hora de hundirse de nuevo en el oscurantismo de una edad media, pero con internet en el móvil para dar un aire de modernidad al decorado de las extintas democracias consumistas occidentales cristianas o aconfesionales.

Los héroes de tebeo como Batman surgen por una necesidad de justicia real: la venganza. Limpia, carente de la perversión y corrupción de la legalidad represora y extorsionadora del estado/dios.
Es una agradable fantasía esperanzadora la de los héroes haciendo justicia. No puede hacer daño soñar con semejante romanticismo de saldar una ofensa con otro acto igual o más cruento; todo depende del momento, el lugar y la sensibilidad emocional.
La venganza es la justicia que la legalidad niega a unos muchos para preservar la riqueza y el poder de unos muy pocos.
La legalidad niega siempre la justicia por sistema.
A nadie llama la atención esa farsa y corrupción semántica que nombra a los tribunales como “de justicia”. Es una broma de mal gusto que se ha institucionalizado como un tumor por todo el planeta.
Las leyes y su aplicación no se inventaron para hacer justicia.
Y ley es antónimo de justicia por mucho que la retórica política del estado/dios y algunas acepciones del diccionario digan lo contrario.
En los juzgados sólo se aplican leyes y sus tasas y condenas. Cualquier otra consideración es pura ingenuidad, una seria merma de intelecto.
La legalidad es un código de prohibiciones, sanciones y condenas con la que pretende el estado/dios controlar, reprimir, extorsionar, explotar, robar y humillar a las clases míseras o trabajadoras.
Danton lo resumió con autoritaria obscenidad: “Seamos nosotros terribles para evitar que el pueblo lo sea.”.
Esta legalidad o falsa justicia surge con el primer pacto social en el que un brujo o hechicero estafador y alérgico al trabajo propone a la manada de cobardes primates humanos que, con sus conjuros los protegerá de la ira de los elementos (dando pie a la creación de dioses) y el hambre desde su madriguera/templo. Y a cambio, los primates de la manada deberán renegar de su libertad y mostrarle sumisión, así como pagarle con parte de lo obtenido durante el día, alimento y sexo.
Esto ocurrió en algún momento de la prehistoria humana, cuando tenían un vocabulario de apenas una veintena de palabras y machos y hembras los pies peludos.
Sucedió lo inevitable: los obedientes cobardes y crédulos (rebaño) se reprodujeron a gran velocidad en sus aldeas y, los valientes con algo de inteligencia (individuos) fueron expulsados, condenados religiosamente (posteriormente política o legalmente). Y por tanto, en unos pocos siglos extinguidos.
Fue una auténtica selección ganadera de humanos llevada a cabo por aquellos primeros brujos y perfeccionada por las distintas religiones que evolucionaron y crearon otros credos sin liturgias mitológicas o supersticiosas: la política o ideología social.
El resultado de aquella selección ganadera es la actual especie humana agrupada en miles de millones de reses de explotación y a la que se designa como “globalidad”, “democracias” o “socialismos y comunismos”. Y cuya principal característica es su mansedumbre y un pensamiento puramente colonial o insectil.
Y sigue la degradación humana mientras los códigos legales continúan engrosándose para conseguir que la chusma trabajadora y votante, al fin evolucione al mutismo para erradicar cualquier asomo de humanidad, la más primaria: el habla. Porque el esclavo no necesita hablar, como los cerdos tampoco.
¿Justicia el poder judicial? Es una broma de pésimo gusto, un insulto a la inteligencia. Un genocidio maltusiano de la especie humana.

No estaría de más y sería de agradecer que mal murieran los poderosos del estado (jerarcas, burócratas, leguleyos y otras hierbas como dictadores) con una más alta y satisfactoria frecuencia.
Algo de esperanza para los civiles (contribuyentes asalariados) no podría hacer daño.
Y un poco de justicia es mejor que ninguna.
Cuando muere un poderoso e independientemente de la forma en la que la haya palmado; por muy humano que decreten que fue, nos libra brevemente de una pesada carga de control represivo y fiscal. A quien por remilgos puritano-fariseos no le pudiera parecer motivo de alegría su muerte, sí al menos de optimismo ante un futuro inmediato y brevemente mejor. Una noticia edificante que te dibuja una sonrisa en el rostro quieras que no.
Se dice que a rey muerto rey puesto. Es una estupidez propia del analfabetismo popular civil que no soluciona ni da paz a nadie. Siempre hay una docena de reyes puestos tras el muerto esquilmando nuestra libertad y economía.
Por ello, el éxito de sus muertes, para que sean beneficiosas y esperanzadoras, está en una mayor frecuencia. Es pura matemática intuitiva ¡coño!: No mueren los suficientes.
Se debe tener presente en todo momento que cuanto mayor es el número de jerarcas en el estado (y en corporaciones que se asemejan al estado) mayor es la penuria económica de la población civil y su represión.
Básicamente el estado es tu enemigo desde el mismo momento en el que naces: te roba un dinero que aún no has podido ganar por un aire que por derecho de simple existencia te pertenece.
El fin último de los diversos estados/dios (por sus retóricas) que parasitan La Tierra es el control absoluto: que ni un solo bebé nacido deje de pagar el aire que le pertenece.
Y a medida que creces, la cosa empeora hasta la vejación pura a la que el estado te somete con la sonrisa de miles de funcionarios en la jeta o indiferencia por lo iterativo.
Cada día y a cada hora, el estado aumenta sus amenazas contra la libertad y la economía a los civiles. Su ansia de control es psicópata.
Se debe a que el estado/dios ha experimentado y corroborado en los últimos cinco años (desde la dictadura planetaria sanitaria del coronavirus en el 2020) el servilismo y fe ciega de una sociedad civil cobarde e infantilizada en él. Y sabe que cada día puede asfixiar con más decretos de extorsión a la sociedad civil su libertad y economía, con la certeza de que será aplaudido y respetado por esos mismos civiles degradados que graciosamente, le pedirán más encarcelamientos que los proteja de los resfriados, sarampiones o alguna alergia.
En definitiva, la felicidad, incluso para planeta mismo, pasa por una frecuencia de mortandad de jerarcas en el poder mil veces superior a la actual, sea por los medios que sea. De lo contrario, cuando llegue la extinción de la humanidad, los poderosos morirán comiendo caviar envuelto en finísimas hojuelas de oro y los civiles sus excrementos.
A ver si podemos decir un día: a doce reyes muertos no queda ninguno por poner.
Ya sé que peco de ingenuo, pero con un buen control mental, no tiene porque ser malo ser un poco pueril durante unos minutos.
No se debe olvidar, a pesar de la accidental sonrisa optimista, de desconfiar de esos hijos de puta que han anidado en tu casa, cerebro y sangre, o al menos siguen intentándolo criminalmente; es tu enemigo real y pronto te pedirán que mueras (pobre) por ellos.
Y un enemigo muerto es mejor que un amigo vivo o el amor de los cojones, más útil y tranquilizador.

La Sanidad nazi-estalinista (seguridad social española), institución puntera y ariete contra toda libertad y necesidad biológica que rige el rey y ayatolá hispanocatalán Sánchez I el Arribista, sumo sacerdote masónico de la secta psoe, inventor de la Amnistía Corrupta Española 2024 y cobarde histórico; que en el 2020 mediante su famoso coronavirus y con la complicidad de su vice Caudillo Iglesias usó como medio para matar a decenas de miles de viejos pensionistas en los geriátricos en los que decretó su cierre y sellado para que nadie pudiera auxiliarlos y así absorber millones de euros de las pensiones que ya no sería necesario pagar. Y al tiempo, usada como ofensiva contra toda libertad y necesidad biológica de la casta paria asalariada española, incluso para enfermarla.
Ahora, mediante su nueva sicaria ministra, lanza una nueva ofensiva de represión y batería de prohibiciones contra la casta paria asalariada española, haciendo del tabaco otro coronavirus.
El nazismo-estalinista islámico del ayatolá Sánchez I el Arribista, encarnado ahora en la ministra nazi que ocupó el cargo que dejó el actual cacique nazi autonómico catalán; tiene como fin prohibir y eliminar todo placer de la masa asalariada española con una razón tan simple como toscamente planeada:
Si se prohíbe el tabaco, que afecta mayormente a la casta paria asalariada, el estado nazi sanchizta se podrá apoderar de ese dinero que los parias asalariados gastan en fumar cargando un veinte por ciento más de irpf en las nóminas de la casta paria. El narco estado corrupto estalinista español del ayatolá Sánchez I el Arribista, ya tiene los cálculos exactos del dinero que le podrá robar a los asalariados por la prohibición de fumar en nombre de la sanidad nazi.
Hará exactamente lo mismo con la carne tan infame e innecesaria y luego con los letales dulces y refrescos.
Ya tendrá una línea de ropa para uniformar a la casta paria, porque un asalariado no tiene que calzar o vestir ropas de ultrarricos.
“¿Y para qué queréis más dinero si no hay en qué gastarlo? Pontificará el ayatolá Sánchez I el Arribista y su sicaria sanitaria nazi desde el púlpito a “todas y todos”, sonriendo con los dientes forrados de oro.
Una vez conseguida la represión en placeres y comida, se prohibirá el acceso a playas y montañas por razones clima-sanitarias.
Y así, una casta paria asalariada indolente y cobarde disfrutará de una vida “segura” y con las “necesidades” cubiertas por el narco estado español nazi-estalinista islámico del ayatolá Sánchez I el Arribista, con su corte de psicópatas jerarcas ministeriales orondos y dorados como marranos decorativos.
Asalariados y pensionistas permanecerán estabulados en las ciudades-granja por las prohibiciones sanchiztas.
Y se creará por ello una nueva especie de cerdo ibérico de dos patas que lucirá (“todas y todos”) el respectivo marchamo de denominación de origen española en la oreja.
El cerdo-asalariado y el cerdo-pensionista serán la nueva virtud de una España de eternos fascismos y dictadores asesinos y genocidas.
Porque “¿Para qué quieren el dinero si no lo necesitan?” Clamará el ayatolá Sánchez I el Arribista desde el púlpito en su homilía ante el parlamento europeo propiedad de la bruja Leyen.
La agenda 2030 usa al cerdo ibérico español de dos patas, como conejillo de indias en el ensayo previo a la próxima estafa y crimen planetario.
El ayatolá Sánchez I el Arribista sueña erecto con ser el secretario mundial del nazismo-estalinista, por méritos y dedicación esquizofrénica.
No será así de fácil y rápido, hay gente que deberá morir en la cercana guerra que se avecina porque no accederán dócilmente a ser los nuevos cerdos ibéricos estabulados bajo los pequeños genitales del ayatolá Sánchez I el Arribista.
“Cuando el camino se pone duro, el duro se pone en camino”. Es inevitable la violencia de la guerra mientras existan seres humanos no-cerdos, no dóciles, no indolentes y librepensadores.

Hay formas de morir indoloras e inconscientes, como en las dictaduras llamadas (pseudo) democracias ideológicas y estados religiosos como los islámicos.
Los habitantes de estas dictaduras estalinistas, comunistas o islámicas son cadáveres andantes. Los especímenes humanos más grises y tristes de todas las razas humanas. Cubanos, chinos, norcoreanos, españoles, musulmanes… Son seres con la imaginación castrada o amputada, que pacen la hierba en el pequeño prado decorado con sus propios excrementos.
Estos regímenes controladores, represivos, fascistas y de élites cleptocráticas son el modelo a seguir por las pseudo democracias consumistas de occidente. Ese pastoreo y control absoluto de las masas, los estados/dios occidentales del siglo XXI lo ven como el régimen definitivo y perfecto para su población. Globalizar a su ciudadanía bajo los mismos decretos y robos, mediante un pastoreo “pedagógico” como se está realizando en la España fascista del coronavirus.
Sin embargo, hay un grave error: los políticos occidentales forman una casta endogámica, no son inteligentes, ni formados cultural e intelectualmente. Y con ese control aberrante y ganadero que están intentando implantar, sólo van a conseguir despertar el instinto primario de defensa y caza del ser humano. Una vez activado mediante una asfixia insoportable, la violencia o guerra se iniciará sin una razón clara para la mayoría de los asfixiados y endogámicos líderes. No sabrán explicar que el estado/dios atenta directamente contra la biología humana, que requiere unos mínimos de libertad que le han sido robados a esas masas pastoreadas y recicladas práctiamente a insectívoras.
Las élites aristocráticas políticas actuales, ante todo las del occidente consumista, deben someterse a una renovación genética o directamente extinguirse ante su ignorancia e incapacidades, de lo contrario, habrá millones de cadáveres en el planeta pudriéndose en pocos años. Y eso sí que será un problema medio-ambiental grave.

Hola pequeñitos humanos.
Os voy a contar el cuento de las nubes muy tímidas y coquetas que al atardecer, cuando el sol se oculta con sus últimos rayos rojizos, les da un besito de buenas noches y se despide de ellas y el cielo hasta mañana.
Ese color rosado y hermoso es el rubor de las coquetas nubes.
Y el sol y yo nos reímos con cariño al verlas tan vergonzosas y bonitas.
Que nadie os estropee el cuento y la ilusión.
Porque el profesor malo os contará que ese color es enfermedad por la suciedad del aire debido al cambio climático, partículas que tiñen venenosa y radiactivamente de rosa a las coquetas y tímidas nubes. Fijaos, seguro que lleva una insignia circular con banderitas en la chaqueta, la de la Agenda 2030.
Id con cuidado con él, es un ogro que no quiere que miréis las hermosas nubes sino su libro de mandamientos que prohíbe la alegría y la ilusión. Os quiere tener apresados y controlados, cobardicas escondidos bajo su horrendo libro de multas y amenazas hasta que seáis viejos y débiles.
Cuando seáis como mamá y papá de grandes, os robará todo lo que ganáis para dárselo a su amo el presidente del país. Quieren vuestro profesor y gobierno que los cielos, vuestra piel y vuestro pensamiento tengan el color del plomo, un gris tenebroso.
Guardad secretamente este cuento de las nubes bonitas y el sol que se va a dormir, que no lo vea vuestro malvado profesor de la Agenda 2030 o lo quemará y os castigará como me castigaban a mí de niño los profesores que trabajaban para otro señor también muy, muy, muy malo y que le llamaban el caudillo.
Ambos, el de hoy y el de mi infancia son malos como las serpientes venenosas.
Guardad vuestra ilusión, pequeños humanos, y no creáis al malvado y devorador profesor de libertades e ilusiones.
Acordaos siempre del besito de buenas noches del sol a las nubes y sonreíd.
¡Shhhhh…! (pero en secreto, que no lo sepan los malos).
Buenas noches sol, buenas noches nubes, buenas noches pequeños.

Foto de Iconoclasta.

El nuevo fascismo se ha implantado con el coronavirus en el rebaño que forma la casta paria o trabajadora, como una doctrina cuyo dogma principal es: La libertad es enfermedad y catástrofe”. Dice el Estado de sí mismo que es él quien proporcionará la felicidad y protegerá la vida de las reses humanas, especialmente de sí mismas.
Nacer en cautividad, en la del Estado, es algo que no responsabiliza ni obliga al neonato a esclavizarse puesto que no ha sido su elección nacer; pero es inevitable porque si las reses progenitoras están amaestradas al Estado, el neonato debe ser propiedad del Estado.
Lo peor radica en que las reses humanas nacidas en las granjas (ciudades) del Estado, jamás serán libres, no podrían adaptarse a la libertad aunque la tuvieran. De niños les robaron la infancia y la juventud, el Estado les amputó una cuarta parte de su vida para domarlos y amaestrarlos en las escuelas y universidades como dóciles, serviles y silenciosos productores o trabajadores. Son como las bestias del zoo que ya no podrán volver a ser libres porque han perdido la capacidad y las habilidades innatas para sobrevivir con el encarcelamiento al que les han sometido las reses humanas.
Actualmente, la especie humana es un cruce entre insecto colonial y res domesticada donde, al igual que en una colmena, un millón de esclavos u obreras, alimentan y engordan a una sola reina para hacerla enorme. Luego mueren tan miserablemente como han vivido.
Las ilusiones en el mundo cautivo urbano son globos baratos e infantiles que se escapan de las torpes manos de los adultos.
La vida en cautividad, en sociedad, está formada por un cúmulo de transacciones y leyes de obligado cumplimiento que hace de las emociones un estado de cuentas bancario. En cautividad las ilusiones son efímeras como las ofertas de temporada.
Ofertas habituales como las de amores de mala calidad que durarán toda una larga e inacabable vida, con el arrepentimiento también eterno de haber comprado semejante cosa inservible.
Es ésta la razón, más que nunca, de que se haya impuesto un nazismo feroz instaurado con el coronavirus, intrusivo a nivel nuclear familiar e íntimo. Abanderado sobre todo por la Unión Europea y con España como modelo carcelario, policial y militar a seguir. Está fracasando la esperanza de una vida digna y libre entre las reses trabajadoras de los grandes rebaños humanos urbanos. Y el nazismo tiene la sagrada misión de reconducir la actitud cada vez más violenta y descontenta de las reses estabuladas en ciudades, a una mansedumbre que las haga más fáciles de pastorear y explotar.
Es ya tan habitual que pasa desapercibido, el hecho de que las reses humanas hacen periódicamente, según fechas decretadas por el nazismo, viajes de exploración y polinización lejos de su colmena asignada; pero en poco tiempo se estresan por volver a la seguridad de su colmena. Seguridad garantizada por el Estado Nazi Ganadero Pastoril.
Están tan castradas de libertad y humanidad que se angustian cuando permanecen demasiado tiempo libres; necesitan su colmena para relajarse y seguir con su cotidianidad de engordar a la reina (el Estado) diariamente.
La diferencia de los seres humanos de sesenta mil años atrás con los actuales está en la integridad. Los seres humanos antiguos eran completos y pura raza. Lo de hoy es una mutación, una selección ganadera que comenzó un hechicero miles de siglos atrás y hoy, culminan los Nazismos surgidos en la pseudo democracias del siglo XXI. La especie humana actual es una variedad castrada cerebralmente, domesticada para su explotación ganadera. El problema para el Estado es que no se ha podido erradicar ese primitivo instinto animal de territorialidad y lucha por la reproducción y supervivencia. En eso trabajan los líderes nazis del siglo XXI, en todas las naciones del planeta con las directrices de la Unión Europea como máximo órgano del Nazismo del Coronavirus.
Que sea Europa cuna y sede del nazismo del coronavirus tiene una explicación: es un continente viejo, ocupado por multitud de pequeños estados antiguos, decadentes, acomodados, infantilizados, banales, en plena curva de declive. El Nazismo que ha instaurado la Unión Europea, intenta evitar ese ocaso europeo.
Sin embargo, todo indica que volverá a ser Oriente (de allí surgió toda la cultura y conocimiento que se extendería por el planeta), en dominar el mundo.
Mientras tanto, en países como España, el banco de pruebas de la Unión Europea Nazi de la represión voraz; donde se cometen toda clase de aberrantes corrupciones políticas y biológicas de la sexualidad humana, absurdas y ostentosas prevaricaciones, violaciones de las necesidades biológicas humanas, como el respirar; así como constantes amenazas oscurantistas climáticas, tribales o bíblicas (basadas en el Antiguo Testamento) con el beneplácito, sumisión y voto de las reses humanas que forman los rebaños. El Estado trabaja afanosamente para llenar los cerebros de los grandes rebaños humanos con terror, por medio de un oscurantismo de índole infantil y represión continuada, decretada día a día como dogmas de grandes beneficios para las reses trabajadoras (estrategia ganadera conductual). Y sistemáticamente, acorralando y asesinando a los seres humanos íntegros (de pensamiento autónomo, ajeno al de la masa ganadera), los muy pocos que aún sobreviven en esa península aislada del conocimiento.
Sólo una gran devastación con sus millones de muertes y demolición de las ciudades, podría salvar a la especie humana de desaparecer del planeta como especie para convertirse en una clase más de termita.
Mientras el ser humano actual carezca de la nobleza y valor necesarios para ejecutar “in situ” a un fanático de cualquier índole, la humanidad continuará involucionando hacia la miseria. Mientras exista un fanático, existirá un fascismo y un asesino con cargo. Eso no se lo puede permitir el último reducto de la humanidad real, la que podría salvar a la especie humana de su suicida degradación a lo insectil.
Porque esta civilización no es la única posible, es sólo una estafa, un chantaje continuado. Una tosca chapuza creada por reses humanas dominantes con más fortuna y suerte que inteligencia y conocimiento, que atenta contra la real naturaleza humana.
Sería aterrador que un día naciera un bebé con antenas de queratina en el cráneo agitándose neuróticamente, decepcionado de haber nacido así.

Este texto aparentemente novelado, bien podría ser el prólogo de la edición especial de un tratado histórico futuro que expondría la cronología y situación actual de la sociedad o ¿civilización? pre y poscoronavirus: durante las tres primeras décadas del siglo XXI y sus orígenes en el siglo XX.
Por supuesto, en el hipotético y optimista caso de haber vencido a la actual Dictadura Global del Poscoronavirus y el Clima.


Prólogo del ensayo histórico Nazismo Homosexual Climático-sanitario del Poscoronavirus de inicios del Siglo XXI: una pandemia sanitaria, homosexual, climática y oscurantista.

Edición de mayo del 2060, mejorada, revisada y actualizada con un prólogo póstumo de Iconoclasta, por el luctuoso cuadragésimo aniversario de la plena instauración del Nazismo (pos) Coronavirus en marzo del 2020.


Tras la Tercera Gran Guerra del 2035 (inicio de la rebelión de las masas ante el asfixiante control nazi del poscoronavirus que llevó a la ruina y a la hambruna a miles de millones de personas) al 2042 que, marcó el final de la guerra y hundimiento del Nazismo Poscoronavirus globalmente instaurado en el 2020; los historiadores ya liberados de la brutal censura y oscurantismo, iniciaron la recopilación de documentación, investigación, filtrado y desarrollo de la cronología de implantación del Régimen Mundial Nazi del Poscoronavirus. Una involución político-social (de marcado carácter sectario) al fascismo destructor de las más básicas libertades e incluso de las necesidades biológicas humanas, cuyo germen, con el consenso de los historiadores actuales, data del siglo pasado: a mediados de los años sesenta, con los grandes rebaños humanos que trashumaban con cientos de miles de individuos hacia las grandes concentraciones musicales. Se trataba del movimiento jipi, máximo exponente revolucionario de libertad, sexo y drogas. Una corriente socio cultural que dio a aquellos políticos coetáneos la clave para gobernar eficientemente con pseudo democracias, cuya característica fundamental consistía en aplicar estrategias ganaderas a la organización y administración de sanidad, economía, alimentación, educación, ocio, sexo y hábitos íntimos a las masas humanas. El poderoso nazismo de Hitler que dejó a las siguientes generaciones de políticos un importante legado práctico del fascismo con su rapidez de propagación, se vio mejorado gracias a internet, la comunicación vía satélite y la velocidad de la informática aplicada a las redes sociales y consumo audiovisual. Ante todo, la prensa televisiva y en web, fue la auténtica evangelizadora y propagadora de aquel Nazismo Poscoronavirus.
Ante la gran cantidad de noticias y bulos de carácter ideológico publicados y decretados por los Nazismos del Poscoronavirus, los historiadores han precisado de cinco años de trabajo de investigación filtrando los bulos, mentiras y publicidad de aquel régimen, decididamente genocida también.
El presente ensayo histórico expone con documentación contrastada y validada por el Consejo Ético de la Historia Mundial, los principales dogmas y terrores que implantaron los líderes pseudo democráticos en la población globalizada planetariamente por los Estados del Nazismo del Poscoronavirus, para conseguir la completa erradicación de la libertad y necesidades biológicas de las clases trabajadoras con fines recaudatorios.
Hay un acuerdo total entre los historiadores por designar aquellas democracias como Estados Nazis Poscoronavirus, ya que está constatado y documentado (a pesar de los grandes bulos y crónicas de la prensa de aquellos regímenes fascistas) en la actualidad, que fue el coronavirus el medio de instauración y golpe de estado a las democracias o lo que quedaba de ellas (precoronavirus). Más tarde, englobado bajo el mismo nazismo, llegaría la extorsión del Estado (a nivel planetario) a las clases pobres o trabajadoras por cambio climático, homosexualismo y un comunismo feroz cuyo fin era la destrucción del libre pensamiento y la independencia intelectual acosando y destruyendo al individuo inquisitorial y sistemáticamente.
No se puede negar la formación de una confederación mundial y estructura dictatorial internacional de los Estados Pseudo Democráticos del siglo XXI surgidos e instaurados en la segunda década mediante un golpe de estado, de carácter carcelario infectando a la población mundial con una gripe o coronavirus: la famosa Covid 19.
Una prensa prostituida y leal a aquel fascismo e internet ferozmente censurada y bajo control nazi total, fueron las grandes bazas que en el siglo pasado hubieran dado continuidad y larga vida a Hitler. Insisten historiadores y sociólogos con perspectiva histórica, que el legado de Hitler estaba presente en aquellos Estados Nazis Poscoronavirus. El adoctrinamiento, los cánticos y aplausos de la población al régimen, son incluso embarazosos de explicar, su indignidad.
A finales del 2019 e inicios del 2020 las ya pseudo democracias se confederaron e implantaron el modelo de gobierno de la Alemania de 1933 que, elevó “democráticamente” a Hitler como aclamado jefe de estado y religioso líder de un país arruinado, con un gran déficit cultural e intelectual. Y todo el planeta se erigió así, en marzo del 2020, en un gran land actualizado de aquel Tercer Reich. El Nazismo Pre y Poscoronavirus se había implantado oficialmente a nivel planetario.
Mediante el robo de libertades e incluso la prohibición de las necesidades biológicas de la población mundial, como la prohibición de respirar libremente, la forzada inoculación de un producto que pretendía vacunar; pero era absolutamente aleatoria su diana terapéutica, cuando no degeneraba en secuelas en los inoculados o muertes repentinas.
Y el más grave y definitivamente acto fascista: negar el derecho al sustento vital. Se prohibió mediante encarcelamientos masivos domiciliarios el trabajo, base primordial de la subsistencia de la clase trabajadora. Y además, se prohibía o coaccionaba la libre compra de alimentos (policías y militares registraban las compras de los ciudadanos, en China y España principalmente) con un encarcelamiento domiciliario generalizado de la población y unas distancias del domicilio a los mercados que policía y ejército controlaba minuciosamente.
Había países de un alto grado represor e incluso genocida (China, España, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Francia…) que prolongaron la humillación y la agonía de las básicas o mínimas libertades durante más de tres años en las clases bajas o trabajadoras.
Se instauró una sanidad pública de carácter de veterinaria de producción: bozales, tomas de temperaturas policiales, identificación del ganado vacunado y sacrificio de los no vacunados (en China más que probable y España muy cerca estuvo de encerrar en campos de concentración o asesinar de hambre a no vacunados con el aplauso de una población marcadamente, de nuevo, hitleriana).
Relajadas las medidas del coronavirus y con la población ya adaptada o condicionada al nuevo fascismo y sus continuos decretos de extorsión, terror y usura recaudatoria de los Estados; comenzó el condicionamiento mental y cultural de la población mediante el bombardeo diario de ideologías inmersivas neonazis, un fascismo abiertamente poscoronavirus aceptado y acatado por las sociedades consumistas industrializadas y aterrorizadas por el Estado que, adoptó una figura paternalista y protectora de la población. La prensa siguió en sus funciones como medio privilegiado para el adoctrinamiento y control conductual de las masas o rebaños humanos. Secundario aunque no menos importante, era internet con sus redes sociales e influencers (personajes sin formación intelectual o cultural pagados por el Estado para propagar el nazismo o mantener a la masa humana distraída de la extorsión de la que era víctima). Incluso el cine y streaming (contenidos audiovisuales por internet por suscripción) se infectaron de censura nazi para evangelizar a la audiencia, aún aterrada por la pasada gripe, en los dogmas de un fascismo que tomaba fuerza por días invadiendo los cerebros de las castas sociales más desfavorecidas cultural e intelectualmente. Telenoticieros y prensa publicaban sus mensajes ideológicos usando la estrategia bélica: mentira, desinformación y hagiografía de los líderes políticos neonazis (antes presidentes de Estados de derecho).
Con un enfoque sectario sexual, el Estado pretendía contener la natalidad de la población y alentar la promiscuidad homosexual o parafílica. Se decretaron las bases para pervertir educacionalmente la reproducción biológica humana, ya desde la infancia, como dogma-asignatura. Un extraño y desalentador por lo confuso, catecismo; que se imponía con acusada virulencia en la enseñanza pública y los colegios o escuelas colaboracionistas con aquel régimen nazi actualizado y tecnificado. De hecho, entró con fuerza en las universidades para asegurar la continuidad del homosexualismo como conducta sexual privilegiada, que incluía el transexualismo y otras enfermedades mentales aceptadas como voluntades o sentimientos propios democráticos (auto apercibimiento del enfermo como macho, hembra o ni una cosa ni la otra; independientemente de su genética sexual, de sus órganos genitales y procesos hormonales y metabólicos).
Sin embargo, lo que más destacaba para los escasos individuos con una razonable capacidad intelectual o cultural, era la sistemática eliminación del individuo como creador y su independencia conductual de la masa humana globalizada y vacunada; una persecución muy agresiva en las sociedades más industrializadas y consumistas, dado su grado de decadencia e infantilismo en los adultos; algo que no ocurrió de un modo tan notorio en los países tercermundistas. El ser humano con capacidad intelectual y libre pensador, estaba siendo devorado por el oscurantismo del nazismo poscoronavirus.
Llegó la censura a la literatura, cine, y arte en general. Las grandes empresas de entretenimiento audiovisual se convirtieron en una nueva Santa Inquisición de una Nueva y Oscura Edad Media en la historia de la humanidad.
El audiolibro entró con gran fuerza en las sociedades consumistas para erradicar cualquier asomo de entrenamiento o ejercicio mental y nemotécnico en la población. El dogma, al igual que ocurría con la mascarilla o bozal nazi y la vacunación por extorsión era: “Escucha, calla y obedece”.
La lectura es un ejercicio intelectual demasiado poderoso como para no censurarlo primero, y eliminarlo después con los audiolibros y la audio enseñanza.
El oscurantismo del Nazismo Poscoronavirus marcó una nueva época recuperando la Edad Media en versión tecnológica. Escuelas, universidades, centros de formación profesional se convirtieron en mezquitas o iglesias que adoctrinaban en la aniquilación del libre pensamiento personificado en el individuo. El homosexualismo y transexualismo como una moral que aportaba toda clase de beneficios sociales, legales, fiscales y sanitarios. Y, ante todo, una perversión de la crónica histórica de la humanidad a la carta de aquel nuevo nazismo.
Con la climatología hubo un acuerdo universal entre las nuevas pseudo democracias del planeta para perpetrar terrorismo de Estado recaudatorio contra la clase baja o trabajadora globalizada. Y al igual que ocurrió con la epidemia de la gripe, en la que durante tres años, todas las víctimas mortales eran causa de la covid 19; el aparato propagandístico del terror del nazismo poscoronavirus, lanzó una campaña apocalíptica de “olas de calor por cambio climático”, en la que de repente, morían miles y miles de personas por efectos de las altas temperaturas. De hecho, aquella población condicionada por el nazismo, se lanzaba en grandes bandadas a la playa y piscinas para escapar de aquel “calor abrasador” predicado por el Nazismo Poscoronavirus, por medio de coloridos y apocalípticos titulares de prensa (incondicional y universalmente colaboracionista del nazismo poscoronavirus); de tal modo, que incluso se quintuplicó el número de ahogamientos en el agua, sin duda alguna por la gran avalancha de “flamencos humanos” en los litorales.
Realmente el planeta Tierra estaba en el punto de la elipse orbital más cercana al sol y el 2026 sería el año de más acercamiento a la estrella; a partir de ese momento, volvería a distanciarse de él; y por tanto bajar las altas temperaturas (entre cinco y siete grados por encima de la media en determinados momentos del año, no se trataba de un efecto calcinador, en absoluto). Un ciclo astronómico que oportunamente supo el Nazismo Mundial del Poscoronavirus disfrazar de cambio climático recaudatorio y represor. Posteriormente, al fin del ciclo orbital de máximo calor, el Nazismo Poscoronavirus “mostraría” triunfal al inmenso rebaño humano global que los Estados Nazis habían salvado a la humanidad de morir abrasada.
El lema subliminal del Nazismo Poscoronavirus era: “La libertad es enfermedad y muerte”.
Las siguientes generaciones de políticos fascistas, creyendo ya tener el poder absoluto, literalmente asfixiaron a la clase trabajadora hasta convertirla en esclava. Y surgió la necesidad de defender la vida y la dignidad de una forma natural e instintiva en la población. El inicio de la guerra, en el 2035, lo marcó el incendio del parlamento europeo por una gran manifestación de la clase pobre furibunda.
Éste es un pequeño resumen a modo de prólogo para una obra magna que ha llevado más de quince años de investigación y debate.
Si sirviera para que no se repitiera la historia…
Sinceramente, no lo creo.

Foto de Iconoclasta.