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En Cinesuerte, de Iconoclasta.

Crónica histórica de los Asentamientos Libres, de cómo la población mundial se redujo de nueve mil millones de individuos a los actuales ¿diez millones? repartidos en todo el planeta.

Año 2126 p.G. (pos Gel) un siglo después de la aparición y comercialización del Gel del Éxtasis Sexual.

Es necesario rememorar la historia del siglo XXI para entender cómo la humanidad mutó drásticamente hasta peligrar como especie en el planeta y luego, vivir como le corresponde, conforme a su naturaleza.

Se dice que no debe edificarse sobre cimientos viejos. La muerte de nueve mil millones de personas que fueron el resultado final de una forma de vida que duró prácticamente diez mil años, fue la destrucción y la eliminación de esa cimentación podrida que no soportaba ya su propio peso.

Los Asentamientos Libres no hacen cimientos, viven sobre la tierra y no la poseen.

Capítulo 1

2023 p.Crv. (posterior Coronavirus, a su alarma). Los gobiernos del planeta ya habían demostrado su total control de las grandes manadas humanas. El éxito fue rotundo, la media de aceptación y obediencia de la población al estado y sus decretos de privación de libertad iba del 70 al 90 % (a menor índice intelectual o cultural de país, mayor era su obediencia). Por lo que continuaban su mandato con el mismo enfoque, aunque más severo y agresivo en su difusión o evangelización, predicando obsesivamente y sin descanso sus dogmas de salvación y pureza física y espiritual en todo ámbito de la sociedad; tanto en un supuesto y apocalíptico cambio climático eminentemente religioso, en lo sexual, laboral, sanitario, ocio, educación, lingüístico, alimentario e incluso en los hábitos y actos más íntimos de las familias. En definitiva, lo que la población debía pensar y creer; pero sobre todo temer gracias a la invasión e injerencia continua de internet y la televisión en todo momento del quehacer de la clase baja o trabajadora. Exactamente las mismas estrategias (aumentadas y corregidas) de contención, pastoreo y estabulación de la masa humana baja (trabajadora), que se habían empleado para los grandes encarcelamientos en las granjas humanas o poblaciones durante el estado de alarma del año del 2020, que en algunos países como China o España, duró tres años.

El legado que Hitler y Stalin dejaron en el siglo XX a los políticos contemporáneos y futuros, fue la concepción de un gobierno con visos ideológico-religiosos o místicos. La única forma probada y eficaz de unir a millones de humanos de casta baja hacia cualquier fin que un líder político se propusiera.

Con tal metodología adaptada a la actual sociedad tecnológica gracias al estudio y análisis de las estrategias ideológicas y los valiosos datos estadísticos y sociopolíticos del nazismo y el comunismo estalinista. Con la infección de coronavirus a nivel planetario propagada por los líderes de las naciones; lo que jamás consiguió una religión, lo consiguió la política: unir a la humanidad en un fin común sin cuestionar ningún decreto o mandamiento del estado.

Mediante el pánico inducido a la población con el coronavirus llegó la obediencia ciega y fe absoluta en los líderes político-ideológicos de orientación evangelista homosexual. La sanidad de todo país occidental, comandada por la OMS (ya oficialmente una confederación de carácter fascista de las instituciones sanitarias de todo país) fue la herramienta más poderosa para vacunar, literalmente, a la población del virus de la libertad. De una forma encubierta por el paternalismo del nuevo nazismo sanitario, se indujo la idea en las castas bajas que la libertad era un grave riesgo de enfermedad y su muerte. De hecho, y con los  aplausos de una población infantilizada y cobarde, un porcentaje muy importante de jubilados y pensionistas murieron durante y por la maniobra de alarma por coronavirus. Un hecho que aún hoy día, mantiene el debate vivo entre los tertulianos de los Asentamientos Libres de que realmente se tratara de un genocidio pactado a nivel mundial para aliviar la presión de los sistemas de pensiones que empezaban a desbordarse en las naciones consumistas occidentales.

Ante las férreas prohibiciones ideológicas de los nuevos gobiernos de las extintas democracias (mayormente occidental-europeas) en cuestión de hábitos de alimentación, ocio, sexo y drogadicción. Y la constante sensibilización (eufemismo por adoctrinamiento o condicionamiento psicológico mediante un bombardeo constante de decretos de prohibición) mediante la usura o extorsión económica en los productos alimentarios: carnes, mariscos, embutidos, quesos, pescado y alimentos ricos en glucosa. Se optó por instaurar un oscurantismo sociocultural y científico para aplacar la creciente violencia en las sociedades occidentales, que surgía de forma instintiva ante la falta de una libertad recientemente arrebatada, la carencia de proteína que acusaba el sistema muscular de la población, la insuficiencia de glucosa para el correcto funcionamiento del cerebro y la constante intromisión de los gobiernos en los ámbitos más cotidianos e íntimos de la ciudadanía.

Se prohibieron hábitos de consumo como el tabaco, que al tratarse de un hábito reflexivo no narcótico, se convirtió en algo indeseable para los fines de las dictaduras homosexuales sanitarias; de la misma forma que se desaconsejaba el consumo de café. Se alentaba el consumo de alcohol, con especial incidencia entre los estudiantes y la permisividad del consumo de drogas narcóticas combinándolas con actos sexuales: marihuana, hachís, ácidos, cocaína…; hasta tal punto, que los gobiernos publicaban manuales de instrucciones y consejos para su correcto consumo y satisfacción.

Todos los días había algo que celebrar: una enfermedad, una festividad, una profesión, una efemérides nacional… La constante distracción de las castas bajas o trabajadoras era una estrategia básica e imprescindible. Los juegos de pelota en equipo y las diversas festividades como carnaval, procesiones religiosas, fiestas populares de ciudades o celebraciones político-religiosas, llenaban los calendarios de todos los países desarrollados.

El oscurantismo llegó con el control (hubo una compra, una prostitución del periodismo al estado pactado anteriormente con el coronavirus) de los medios de comunicación e información. Gracias, ante todo, a los ensayos y pruebas de censura y bloqueo informático que China había empleado en el ámbito de la comunicación y el periodismo una veintena de años atrás.

Otra gran maniobra de los nazismos o fascismos sanitarios homosexuales, fue la revisión, cambio, tergiversación o eliminación de los anales o crónicas de la historia para adaptarlos a la nueva ignorancia instaurada; con una redacción literaria hagiográfica de las falsas democracias volcadas al fascismo homosexual sanitario que, prácticamente tenía carácter de parábola religiosa.

Se inició como golpe maestro una agresiva e invasiva campaña mundial para eliminar el hábito de lectura e imponer el audio libro, cuyo fin perseguía algo tan obvio que muchos de nosotros, un siglo más tarde, no concebíamos cómo ningún intelectual o medio de aquella época dio la alarma de semejante medida represora oscurantista. En la conclusión no podemos estar más de acuerdo: la decadencia social había tocado fondo y la población mundial consumista se había instalado cómodamente en aquel fango fascista de oscurantismo.

Porque el objeto del audio libro, era tan obvio como simple: Escucha y calla. No leas, porque quien lo hace suele recordar cosas desagradables. El Estado será la memoria y las palabras que se lleva el viento.

La comunicación escrita y la lectura, el fabuloso ejercicio intelectual que generaba, se había restringido para mantener una baja actividad mental en la población. Se impartía su enseñanza, exclusivamente para las castas del gobierno y las adineradas.

Los líderes de los gobiernos eran abiertamente homosexuales o bien de clara orientación ideológica homosexual. Hay estudios sociológicos de aquella época, asegurando que la homosexualidad da una mayor facilidad de pastoreo y explotación de las castas bajas humanas: menor agresividad, más sociabilidad (más gregarios), fáciles de adoctrinar a cambio de supuestos privilegios, paternalismos electorales hacia los transexuales infantiles-adolescentes, etc…

Los gobiernos estaban induciendo a la población la idea de que el homosexualismo era la mejor forma de medrar en sociedad. La educación del estado se volcó en asegurar en los centros de enseñanza, la práctica del homosexualismo como integración plena en sociedad.

Aun así, las clases bajas trabajadoras, se resistían a convertirse a un homosexualismo total.

Capítulo 2

Con el fin de imponer una mayor estabilidad social, la obediencia y respeto de las masas hacia los gobiernos con tácticas de distracción psicológica; en la primavera del 2026 se comercializó por un gran consorcio de farmacéuticas íntimamente afines a los gobiernos de la época, un gel aromático para las zonas genitales femeninas y masculinas que elevaba el rango de sensibilidad al roce sexual un doscientos por cien. Sus componentes de base animal (distintas especies no especificadas o bien directamente falseadas con especies inocuas; que actualmente se ha probado que eran aceite de hígado de pangolín, armadillo y grasa epidérmica de alguna especie de rana y salamandra) aromatizados con distintas especies vegetales exóticas y una hormona sintética que potenciaba la velocidad de transmisión del sistema nervioso, interactuaban con las glándulas que secretaban los humores sexuales.

El sexo de forma natural está a nivel instintivo, íntimamente ligado a la reproducción. En sí es un acto agresivo, de posesión y selección natural de los individuos más fuertes (hembras y machos). La idea del nazismo homosexual sanitario era básica: crear una sexualidad meramente hedonista eliminando lo instintivo. Amputando la necesidad biológica de reproducción y selección natural, las reses humanas de las grandes granjas de explotación o ciudades engendrarían generaciones física y psicológicamente débiles y maleables eliminando ese instinto de territorialidad y posesión que era parte del acto sexual; pero sobre todo, de la naturaleza animal de la especie humana.

El éxito fue planetario, millones de seres humanos se volcaron en la compra del potenciador del placer. Se consideraba que, incluso en las zonas más remotas del planeta, seis de cada diez individuos lo usaba habitualmente, ya fuera en compañía o para la masturbación solitaria, en apenas un año desde su comercialización.

Miles de millones de seres humanos se hicieron patológicamente adictos al sexo, incluso se bajó el límite legal de edad para su práctica, en las pseudodemocracias occidentales: a los diez años para niñas y  doce los niños, estadísticamente en el inicio de la adolescencia biológica de cada sexo.

El Gel del Éxtasis Sexual se convirtió en un artículo imprescindible en el baño, la mesita de noche y el neceser.

Por aquel entonces no lo sabían, pero el gel recombinaría o mutaría el ADN humano. Las primeras crías humanas que nacieron de la cópula con el Gel del Éxtasis Sexual, padecían una mutación severa en los fluidos naturales que secretaban durante la excitación y su acto: producían un ácido cáustico de gran potencia que además corrompía rápidamente la sangre durante el acto sexual. Los tejidos genitales eran inmunes al propio ácido, el resto del tejido se disolvía con el ácido que, entraba a través de las quemaduras en el riego sanguíneo. Sin embargo, los genitales sí se deshacían con el contacto del fluido sexual ajeno. Provocaba la muerte en poco más de diez minutos.

A partir de aquel 2026, los hijos engendrados con los genitales untados con el Gel del Éxtasis Sexual, serían mutaciones.

Los adictos al gel, a finales del 2026 representaban el 70 % de la población mundial y en el 2027, se consolidó hasta el 96 %. Eran portadores permanentes de la mutación desde el mismo momento que untaron sus genitales con el gel.

Se calcula que la mutación alcanzó al 98 % de los nacidos en el 2031.

Capítulo 3

Los primeros adolescentes engendrados con el gel morían durante el acto sexual, o simplemente con la masturbación.

Con las primeras generaciones de “hijos del Éxtasis” (así se conocía a los mutados, engendrados por el coito con el Gel del Éxtasis Sexual), se hizo evidente la mutación aunque no la causa.

El primer caso oficial se dio en el año 2038 en Sidney, Australia. Con el cadáver de una niña de doce años, hallado en el lavabo de su hogar; la mano derecha se había convertido en una gelatina ambarina y la vagina estaba cubierta por ella. Se habían licuado los tejidos y luego coagulado. Cuando el forense abrió el cuerpo, la sangre tenía el color de la orina y un intenso vapor ácido invadió la sala de autopsias. Hubo de evacuarse la morgue y renovar el aire.

La masturbación era de alto riesgo. Se debían usar gruesos guantes de caucho que reducían mucho la sensibilidad. El coito, así como la sodomía, debían llevarse a cabo con una rigurosa profilaxis para evitar que cualquier parte de la piel entrara en contacto con el fluido de lubricación femenino y el esmegma (fluido que se da mayoritariamente en los machos).

Los condones debieron reforzarse y era necesario cubrir las partes de piel expuestas al ácido con pañales que cubrieran hasta la mitad del muslo; además disponían de una membrana de goma por donde emergía el pene, o bien por el que se penetraba la vagina. Era la forma más segura de reducir el contacto con los ácidos sexuales. Aun así, durante el proceso de retirar el pañal, el condón o los guantes, el mínimo contacto con el ácido del que estaban sucios, era mortal. Los más temerosos, usaban también una máscara o pantalla de protección para el rostro y evitar posibles salpicaduras.

El sexo sucio o mojado de sus fluidos sexuales podía contaminar la orina y convertirla en un ácido y veneno con la misma potencia.

El lavado genital era ineludible.

Y el sexo oral había llegado a su fin.

A finales de ese mismo 2038, las autoridades aseguraban que las muertes se debían a alguna droga consumida o terrorismo químico de alguna facción radical religiosa.

En ese año murieron sesenta millones de niños en el planeta y ciento setenta millones de adultos. Era imposible contabilizar los centenares de miles de muertes no comunicadas. En la China rural y en el tercer mundo, los campos de cultivo de las zonas rurales jamás habían sido tan fértiles.

Se probó que cuando la temperatura del cadáver bajaba a los treinta y cuatro grados, los ácidos se neutralizaban y ya se podían manipular los cadáveres sin peligro.

Aunque semen y ovarios no habían sufrido modificaciones, la reproducción era lenta por su exigencia profiláctica y el temor de la pareja. La libido parecía haber desaparecido de la población durante los tres primeros meses de aquellos meses. Sin embargo, el Gel del Éxtasis Sexual, se había convertido en una droga que causaba un importante síndrome de abstinencia.

Que se asociara esta mutación con el consumo del Gel del Éxtasis Sexual, fue un proceso de cinco años en el que los corruptos gobiernos ocultaron datos. Buscaron causas que responsabilizaban a algunos alimentos básicos transgénicos, drogas, detergentes, virus… En el 2043 la presión social era tan fuerte que fue imposible mantener las falsas teorías. Los grandes líderes políticos que colaboraron con la comercialización del Gel del Éxtasis Sexual dimitían o bien eran juzgados y condenados. Se prohibió la fabricación y uso del gel y se condenaron a largas penas de prisión a los directivos de las farmacéuticas.

Los nuevos líderes políticos se encumbraron de nuevo en mesías salvadores de la humanidad.

La decadente sociedad era insensible a la corrupción de los estados, su afán era follar sin riesgo. El gel era ya una adicción universal y pasó a convertirse en una sustancia ilegal de elevado consumo. La nueva generación de líderes que sin el potenciador sexual perderían el respeto y la obediencia de la masa humana, creó redes de tráfico ilegal internacional pactadas.

Sin sexo, las sociedades y sus gobiernos amenazaban con resquebrajarse.

Otra consecuencia fue que con el contrabando del gel, los líderes políticos y sus gobiernos acapararon riquezas como nunca antes se había visto en la historia. Ante una masa humana que tras la esclavitud laboral, solo pensaba en revivir aquellos orgasmos potenciados más allá de lo que nunca gozaron antes del gel.

Jueces y comisarios ostentaban el estilo de vida de los narcotraficantes de finales del siglo XX.

El gel fabricado en laboratorios ilegales provocaba la muerte antes de llegar al clímax. Y aun así, se movían miles de toneladas cada mes por todo el planeta.

El ser humano evolucionó definitivamente a un nuevo estadio que lo abocó a la extinción.

La reversión de la mutación era una cuestión lejana, ni siquiera había una idea aproximada de qué forma tratarla: genética, farmacológica o quirúrgicamente.

La natalidad prácticamente se detuvo y los contados partos eran cesáreas para evitar al bebé posibles quemaduras y envenenamiento al salir por la vagina.

Tras la confirmación del embarazo y a las preguntas para el historial médico de la embarazada sobre sus hábitos sexuales, si muy raramente una pareja alegaba no haber usado el gel, tras el nacimiento se realizaba un análisis genético. Si el bebé, en efecto, era un humano puro, no mutado y no pertenecía a una casta social alta; el estado lo requisaba para su estudio genético y preservación para los ensayos de tratamiento en los mutados privilegiados. A los padres se les decía que el bebé había muerto.

Capítulo 4

Precisamente, el robo de los hijos por el estado y sus mafias de traficantes, fue la causa primera de que el minúsculo porcentaje de humanos no mutados, se constituyera en organizaciones secretas.

Al igual que ocurrió con las vacunas del coronavirus, hubo una minoría que no usó el gel. Y tal como evolucionaba la sociedad, antes de que fuera demasiado tarde, se crearon grupos secretos de supervivencia y acción de humanos puros. Paulatinamente escaparon de las ciudades hacia zonas rurales o agrestes de difícil acceso, levantando asentamientos, en pueblos abandonados o en los bosques. Nadie debía conocer su existencia. Era gente con cierto nivel cultural y con conocimientos para sobrevivir en ese nuevo medio, aunque no tuvieran una formación práctica. Había entre ellos profesionales de medicina, química, agricultura, técnicos y humanistas, así como libre pensadores que carecían de importancia alguna en la sociedad. Solían ir pertrechados con la lógica de la previsión: herramientas, armas, alimentos en conserva para los primeros días, libros de todo tipo que pudieran acarrear, manuales de supervivencia… Como los últimos seres humanos puros del planeta, debían intentarlo.

Si algún extraño llegaba hasta un asentamiento, se le invitaba con hospitalidad a compartir la comida e incluso un lugar para dormir. Y así conocían de dónde venía, quién era, si había más amigos del intruso cerca y si alguien estaba en conocimiento de su ruta.

Tras la estancia, no saldría vivo de aquel lugar. El secreto era básico para la supervivencia de la especie. Todo aquel compañero o familiar del intruso se cazaba.

Lo cuerpos se enterraban en profundas fosas de entre doce y quince metros.

Los asentamientos o aldeas no debían superar los sesenta individuos, ya fueran agrupados por familias o bien solteros. Era estrategia de defensa (la extensión del asentamiento era básica para su secretismo) e higiene.

Las nuevas parejas o familias que se creaban y superaban el límite poblacional, debían buscar nuevos lugares para vivir a no menos de quince kilómetros de otro asentamiento.

Algunos de los humanos puros que trabajaban para el estado, decidieron retrasar su huida de las ciudades para ejercer como espías, lo que ayudaba a mantener los asentamientos libres ocultos y equipados con las primeras necesidades que surgían ante un cambio de vida tan radical y la falta de experiencia de estos primeros colonos. También informaban mediante mensajes cifrados depositados en lugares pactados, de los movimientos de los mutados; como trabajos de deforestación, carreteras, dragados de ríos, mantenimiento de presas…

Desviaban pequeños y discretos lotes de armas para la defensa de los asentamientos.

La violencia de los mutados se haría extrema, sabrían de su fin y nada les importaba más que su propia presente. Los humanos puros debían responder a cualquier intromisión de los mutados, y de forma definitiva. Un mutado que entrara en contacto con un asentamiento, no podía volver a la civilización.

No había más tarea común que la vigilancia de la aldea durante los primeros años, hasta que se extinguieran los mutados.

Cada cual obtenía sus recursos con su esfuerzo individual, ya fuera un individuo o una familia. Ello evitaría que surgieran líderes y su corrupción. Era el momento de aplicar lo aprendido de la historia.

No podían caer en los mismos errores de la sociedad de la que habían escapado.

Capítulo 5

En el año 2050 se inaugura el primer centro de reproducción y sexo tecnificado solo apto por su coste para las clases privilegiadas.

Lo más acuciante para los gobiernos no era el cese de nacimientos. Era la falta de sexo lo que estaba llevando a muchos países a la guerra civil. La civilización se estaba colapsando.

Así que el sexo y su reproducción se tecnificaron buscando el contento de las masas, al menos de las pudientes primero. Se aseguró a la población que en poco menos de dos años, habría un centro de sexo tecnificado en cada distrito de cada ciudad, y subvencionados.

Las grandes masas humanas infantilizadas, degeneradas; tenían una fe inquebrantable en sus amos políticos: la humanidad continuaría adelante, porque en los peores momentos sale lo mejor de ella.

Pero no tenían nada de sí, solo veneno.

La población humana no aceptaba su fin, no creía en él. Su ingenuidad solo era comparable a su mente castrada y atrofiada por el estado.

La reproducción tecnológica se llevaba a cabo mediante cápsulas rellenadas con semen recién ordeñado que, se introducían en el útero por la vagina, por medio de un tubo cubierto por un falo de látex que se encontraba en el lomo de un potro sexual.

La mujer montaba en él y el falo la penetraba profundamente, sin ningún cuidado. Hasta elevar las nalgas del asiento. Era necesario cierto nivel de dolor y brutalidad en el acto para asemejarlo a la posesión pasional.

Cuando el cuello del útero (monitoreado) se encontraba en su mayor dilatación por la excitación continuada o bien por el orgasmo, del glande de látex surgía un pequeño tuvo que se introducía en el útero y lanzaba con cierta velocidad una de las cápsulas. Había una espera de un minuto para que la cápsula se deshiciera y así el semen se derramara en el útero, donde no se generaba ácido.

Y de nuevo se repetía el ciclo.

A la cuarta píldora solía correrse la hembra reproductora.

Surgía entonces, un molde vaginal levemente calefactado que se adaptaba a la vagina por elasticidad; presionándola y obturándola para que el semen que se alojaba en el útero, no saliera. Además, el seno vaginal efectuaba masajes mediante oscilaciones para relajar el aparato reproductor.

La mujer durante ese proceso de cinco minutos solía correrse un par de veces más. Lo aseguraba el folleto informativo del centro.

Personal sanitario especializado y protegido masajeaba el monte de Venus de la hembra reproductora porque era bueno psicológicamente, que algo humano las acariciase, las hacía más fértiles.

Dos asistentes sexuales, masajeaban los pezones endurecidos, que ya apenas conocían el tacto humano. En sí era una liturgia fetichista que garantizaba una experiencia sensorial a todos los niveles.

La sala del potro reproductor era circular y en su pared había una decena de espejos-ventana que pertenecían a otras tantas cabinas, donde los machos observaban a la hembra en el potro con una ordeñadora masturbatoria eléctrica en el pene (un sensor de ph, monitoreaba la acidez del semen cuando se eyaculaba para evitar que entrara en la hembra una cápsula venenosa). Un saco de gel aceitoso cobijaba a temperatura corporal, con leves vibraciones, el escroto para estimular la producción de semen en los testículos.

En una de esas cabinas se encontraba la pareja de la mujer en el potro. Y el semen que la dejara embarazada podía ser de cualquiera de aquellos diez machos.

Era terapia psicológica para combatir la frustración del instinto humano que no les permitía el acto carnal y provocaba en machos y hembras la ilusión de una lucha por reproducirse en una sociedad tan destruida y decadente que los llevaba inexorablemente a una crónica depresión.

Machos y hembras asumían así que disfrutaban de esa variedad y aleatoria actividad sexual que años atrás se consideraba una forma de integración social, de ciudadanía plena.

La lotería de la fecundación y su adulterio tecnificado, con los adecuados narcóticos, apaciguaba esa sexualidad degenerada en sus cerebros de ciudadanos integrados.

Los hijos, naturalmente eran mutados. La reproducción era puramente cosmética, una ilusión de supervivencia de la especie.

Ni siquiera podían masturbarse en pareja, la profilaxis necesaria para ello era abrumadora. El estado que los cuidaba, les daba la gracia del placer y se sentían agradecidos a sus jerarcas.

Las salas reproductoras, eran también un medio de realizar el acto sexual sin riesgo a morir. Solo era una cuestión de elegir si se pagaba por una u otra cosa.

El porcentaje de muertes por año era del treinta por ciento de la población mundial; de nacimientos, el dos. La sociedad se estaba plegando sobre sí misma, aplastándose.

Desde el momento en el que la humanidad asume que su fin está cercano; las sociedades se desmoronarán: primero la economía, los bienes inmuebles perderán todo valor y por lo tanto, el respeto a la propiedad.

Ya no sería necesario trabajar para un futuro mejor. El primer líder político que dio un discurso meses después de saberse que oficialmente la humanidad estaba al borde de la extinción, en un desliz retórico dijo que se debía seguir mejorando ciertas condiciones sociales para asegurar un futuro mejor. Se convirtió en un auténtico payaso de moda durante meses. Los videos de las risas de la población que lo escuchó, se harían virales.

Las organizaciones secretas de humanos puros eran una causa de la gran mortalidad.

En veinticuatro años (desde la comercialización del gel) habían muerto dos terceras partes de la población mundial. Y la mortandad se aceleraba, los alimentos escaseaban, las fábricas se paralizaban.

Los países con la población más envejecida y menos recursos económicos, como Grecia, Portugal, Hungría, Rumanía, Chipre, Sarajevo, España o Marruecos, dejan de existir como naciones tras extinguirse su población, oficialmente entre los años 2070 y 2075. Dichas ciudades se convertirán durante el tiempo en los que los camiones de los ejércitos continuarían operativos, en necrópolis para enterrar o incinerar los cadáveres que constituían un serio problema por su acumulación millonaria. Un último intento para evitar que la descomposición llegara al mar.

Capítulo 6

Hombres y mujeres se convirtieron en especies rivales. No había sexo, no había atracción, la reproducción solo podía llevarse a cabo con costosos métodos.

Se odiaban, pretendían un poder que no existía ya para nadie. Había prácticamente una guerra civil entre hembras y machos en todo país.

En el año 2055 murieron seiscientos millones de seres humanos en altercados violentos. Los que morían de enfermedad, hambre o bien en el tercer mundo no había forma de contabilizarlos. No obstante, fuentes de la época, sostenían que entre muertos por hambre, por enfermedades habituales como el cáncer sin tratamiento, toxicidad en los alimentos y el uso del gel prohibido, se deberían sumar mil doscientos millones.

No fue solo por la violencia de la guerra entre hombres y mujeres y guerrillas urbanas contra las fuerzas armadas. Las sociedades secretas de humanos puros, habían infiltrado voluntarios en los puestos de poder y consiguieron el acceso a los depósitos de suministro de agua potable de una veintena de grandes ciudades.

En una operación sincronizada, con la facilidad de acción que ofrecían las ciudades en guerra o arruinadas y los líderes políticos bloqueados, superados por el colapso social, inmóviles ante el fin de la humanidad; las sociedades secretas envenenaron las redes de agua potable.

Construyeron bajo las conducciones de agua, almacenes donde acumularon toneladas de arsénico. Practicaron injertos en las conducciones de agua para conectar una vía de entrada que dosificara el veneno. Con bombas peristálticas programadas inyectaron durante semanas el arsénico en las redes hidráulicas.

Al horror de las guerras y el vandalismo social, se sumó un envenenamiento doloroso que afectaba a todas las edades de humanos mutados. No descubrieron nunca los gobiernos de donde salió aquel veneno que mató a tantos millones de humanos a lo largo de tres semanas.

Una ventaja colateral, es que las ratas en las ciudades se extinguieron; pero la putrefacción de sus cadáveres invadía las ciudades y causaba infecciones.

Saboteaban constantemente centrales transformadoras eléctricas creando caos. La destrucción era achacada a los grupos violentos de mutados.

Era habitual que dos individuos que se cruzaran por la acera, pelearan por solo mirarse.

Niñas y niños que no habían llegado a la adolescencia se usaban como actores para realizar videos pornográficos (por no haber llegado a la adolescencia no segregaban veneno) para una globalidad que necesitaba unos instantes de consuelo, evocando como era el acto sexual antes del Gel del Éxtasis Sexual. Las televisiones públicas transmitían diariamente y en distintos horarios aquellos videos que podían durar media hora. Durante la emisión, cesaban los altercados. La gente observaba fascinada a las niñas y niños de entre tres y ocho años, practicar torpemente sexo mientras lloraban asustados ante las cámaras, con los cuerpos marcados por golpes y torturas de los directores de las películas. A los niños se les introducía por el meato varillas de plástico que dieran la ilusión de erección. Morían de septicemia.

Las sociedades secretas de humanos puros, si querían sobrevivir y permanecer como especie en el planeta, debían acelerar como fuera el proceso de extinción de los mutados, ya una especie salvaje, destructiva por odio puro; con esa desinhibición lógica y previsible de quien sabe que va a desaparecer y que nada quedará de ellos, nadie que los recuerde.

Continuaron sin cesar sus sabotajes y acciones terroristas contra la población mutada, con una discreción absoluta. Se demolían puentes estratégicos, se destruían líneas de comunicaciones, se volaban silos de cereales… Eran breves y fulgurantes ataques que se repetían por todo el planeta.

La globalidad no pensaba que hubiera humanos no mutados y si los hubiera, eran tan pocos que ya habrían muerto de hambre, en las guerras, en los envenenamientos, cosa que ayudó a protegerlos.

En el año 2060, un recuento de la población arrojaba una cifra aproximada de 3000 millones de seres humanos, todos ellos mutados. Los ¿seis millones? de humanos puros repartidos por distintos lugares del planeta, no existían para nadie.

Y surgen los primeros grupos o tribus caníbales en las ciudades.

Todas las previsiones se vieron rebasadas en el avance de la extinción de la humanidad.

Las naciones del tercer mundo, resistían mejor el cataclismo social. Su población estaba habituada a la penuria, cazaban y proseguían con su labor agrícola manual en las aldeas. No obstante, también afectados por la mutación, la población envejecía a buena marcha.

En el año 2103, ya no hay instituciones u organismos demográficos que puedan dar una estadística de la población mundial. Algunos expertos, en su opinión y siguiendo la historia de la debacle, hablan de entre 400 y 600 millones de habitantes y la inmensa mayoría, supera los 70 años de edad.

Los animales salvajes amplían su territorio incluyendo las ciudades: osos, lobos, jabalíes, pumas, coyotes, águilas, buitres… En las capitales nórdicas, los osos polares condicionan la escasa y avejentada vida de las ciudades que ya tan solo ofrecían cobijo sin calor.

La alimentación de los predadores era fácil y abundante, se basaba en presas humanas viejas, por su lógica disminución física.

Son los últimos coletazos de la especie humana.

Los hijos del éxtasis engendrados en los potros sexuales, no superan los dos millones. Y ya no existe medio reproductor alguno. Sus edades se encuentran en el rango de los cincuenta y tres años de media, solo son suposiciones.

La extinción se acelera. Y en el 2110, se supone una población de 100 millones.

La población de los humanos puros, su número, es una incógnita y siguen siendo un mito entre los mutados.

Algunos mutados, huyendo para escapar de la muerte inmediata de las ciudades demolidas y buscando alimento y refugio, se encontraron con algunos Asentamientos Libres.

Se les aceptó con hospitalidad. A la mañana siguiente estaban muertos, habían envenenado la comida que les ofrecieron.

Si no había veneno en el asentamiento, la muerte sería bastante más violenta; pero nunca como la crueldad que practicaron los mutados en sus ciudades, entre ellos mismos.

De alguna forma u otra, como pagas, cobras.

Debía desaparecer toda mutación. Los Asentamientos Libres no podían permitir seres mutados entre ellos. La dependencia de un gobierno de estos individuos y su estúpida esperanza de recuperar algún día el estatus de vida que conocieron, podría destruir la libertad y futuro de los humanos puros. Por otra parte, solían ser demasiado viejos ya, individuos deprimidos, incapaces de valerse por sí mismos que creían que debían ser alimentados por simple bondad y respeto a su edad.

Todo mutado que entraba en contacto con un Asentamiento Libre era sacrificado, no verían un nuevo amanecer tras el primer contacto con aquellas gentes.

Las generaciones que nacían en aquellos asentamientos eran de fuerte y rudo carácter, con una independencia intelectual absoluta. No conocieron estado, autoridad o gobierno alguno. Habían nacido libres y para ellos morir era una posibilidad frecuente y natural.

Capítulo 7

Actualmente, en el 2126, se considera extinta la población mutada.

No se conoce el número exacto de humanos puros que habitamos el planeta, no se realiza ningún seguimiento, no hay gobierno ni administración, ni instituciones.

No importa cuantos somos, no es un conocimiento necesario, lo único que nos preocupa es la supervivencia y mantener vivo el lenguaje oral y escrito. Es básico para que los conocimientos adquiridos los pueda usar otra gente que los ignore y precise ayuda.

A pesar de ello y en las tertulias que celebramos, creemos que la población humana mundial está entre los diez y treinta millones repartidos por el planeta.

Con el tiempo dejamos de necesitar cosas superfluas y apreciamos las herramientas y los pequeños objetos que nos pudiéramos fabricar por vanidad.

Se debe conocer, de ahí la presente crónica, el vergonzoso pasado de la humanidad para no caer en ello de nuevo.

La lectura y la escritura, han marcado la gran diferencia de la especie humana con el resto de especies; no se puede perder.

Como medio de comunicación y fondo de conocimiento útil, es fabuloso.

Se pidió a los miembros de los asentamientos, que dedicaran un tiempo a dejar anotados sus conocimientos, en sus propias casas, que cada cual llevara su pequeño diario y archivo de efemérides y conocimientos adquiridos, por si alguien precisara información o buscara consejo. Si alguien lo hace o no; no importa, solo era una idea.

Y si alguien no ayuda a otro, no será ayudado. Como pagas cobras, es una ley tan lógica como natural.

No existe industria pesada ni automatizada, las armas de caza se fabrican artesanalmente por los miembros de cada grupo familiar o cabaña para su uso exclusivo, no hay comercio; pero en algunos casos hay intercambio, según el grado de amistad o parentesco entre vecinos.

Disponemos del suficiente conocimiento de la metalurgia.

No hay límite de uso de en la tecnología, siempre y cuando no afecte a los vecinos y se use en la intimidad del hogar. Y no afecte al entorno para la caza y recolección de supervivencia.

No se escribirá jamás una sola ley.

Advertencia:

En la pasada primavera, el jefe del clan familiar, William Romero, propuso en una tertulia entre cazadores a la orilla del lago Tibum; la creación de un ayuntamiento para gestionar las necesidades de la aldea, una biblioteca y tal vez un archivo de registro de las casas, para facilitar y crear tareas comunitarias que mejoraran la calidad de vida.

A la orilla lo decapitamos y con clavos a través de los ojos clavamos la cabeza a la puerta de su cabaña. Con un cártel que decía: “No habrá jamás autoridad o gobierno alguno”.

A la esposa y a sus dos hijos de doce y diecisiete años, se les dio la opción de abandonar la aldea y montar su propio ayuntamiento si así lo deseaban, para ellos solos. O bien, seguir en la aldea sin volver a proponer jamás otro retorno a los gobiernos pasados.

Eligieron quedarse; pero no les permitimos sacar la cabeza de la puerta.

Decidieron construir una nueva cabaña y mudarse a ella.

No ha habido ningún intento más de control o gestión de la aldea.

No somos salvajes ni ciudadanos. Somos seres humanos con nuestros instintos íntegros, con el afán de aprender o curiosidad propia de nuestra especie. Con el ansia de conocer nuestro medio.

Solo el día, la noche y la climatología, marcarán horarios para quien desee seguirlos por necesidad o por convicción.

Los errores ocurren, la gente muere. Nadie debe pagar por un error.

Y que cada cual juzgue, si es necesario al prójimo según su experiencia, según su instinto. Así será tratado también por los demás. No es nada nuevo, es lo que hacemos todos desde el momento que nacemos, aprender y juzgar va de la mano.

Porque conocemos nuestra especie, sabemos que surgirán problemas de territorialidad, envidia, robo y asesinato. Creemos que cada cual sabrá responder a un abuso en la medida que crea sea justa y necesaria. A nadie le debe importar lo que ocurra entre dos oponentes.

Si la violencia se llegara a extender a la aldea, se extinguirá. Será un proceso lógico y natural.

La tierra no es un propiedad, es un uso. No se acapara.

Lo aquí escrito es la historia de la vergüenza y el bestialismo humano. Quienes escribimos esto, y lo hicimos todos los miembros de la aldea Tibum; no permitiremos la existencia de leyes, convenciones sociales o religiones; no si salen de la intimidad de cada hogar. El individuo y su núcleo familiar si lo tuviera, es lo más importante de cada asentamiento.

Cualquier propuesta de autoridad, intento de control, religiosidad o moral, será erradicada matando al que la propone.

Una vez muertos los presentes, el futuro no nos importa. Somos lo que nos hemos propuesto cuando ha sido necesario. Si futuras generaciones lo hacen o no, es cosa que no nos atañe. Será elección de otros.

La educación o el conocimiento, la lleva a cabo cada familia o cada individuo, el nivel de conocimiento se ajusta así, a las posibilidades y necesidades de cada cual y al tiempo que disponga para ello según sus habilidades, aptitudes y trabajo.

Rara vez interactuamos con otros asentamientos, están lejanos por esa razón; es peligroso el hacinamiento, está probado. Sin embargo, ante una esporádica visita de cortesía, o bien porque ha ocurrido alguna catástrofe geológica o climática, tenemos la suficiente ética para dar la bienvenida y ayuda a quien lo necesita realmente.

Lentamente, van naciendo futuras generaciones, que llegado el momento, deberán buscar otro lugar donde realizar su asentamiento, si se supera el número de sesenta individuos.

Y por fortuna, ya no tenemos historia que escribir, en la actualidad no hay reinados, ni conquistas, ni inventos que transformen el planeta.

Hace tiempo que dejamos de necesitar y vivimos.

Simplemente, disfrutamos de lo que somos.

Un día dejamos de necesitar y vivimos sin más.

Iconoclasta

La selección genética de la especie humana por parte del poder religioso ha sido las más larga de la historia y su proceso aún sigue. Porque la política es otra religión preñada de ideologías y mandamientos. Y dada la baja intelectualidad y formación técnica o cultural de los líderes que surgen (corrupción, endogamia), se constituyen en sectas paganas lideradas por simples profetas o chamanes con corbata que predican sus ofertas sociales y económicas, que jamás cumplen, a una masa humana hambrienta de regalos, milagros y culto a la vida fácil.

Nacionalismos, comunismos, fascismos, liberalismos… Hay una amplia oferta de teología política. Y no tardará demasiado tiempo en llegar la adoración de los jugadores de deportes de masas como un rito importante. De hecho, hay visos de ello en la actualidad.

Hay un cómico que ha accedido a la presidencia de Ucrania y actores como presidentes, actores, gobernadores, alcaldes, alcaldes y empresarios sin formación humanística no técnica.

Unos apuntes sobre la evolución humana:

“Primeros homínidos: entre 7,5 y 5 millones de años atrás.

Homo sapiens sapiens la única especie que aún sobrevive de todo el género Homo, surgió hace 130000 años.

Desarrolla un lenguaje complejo 60000 años atrás.

A partir del 30000 AEC (antes de la era común) pueden hallarse objetos rituales de piedra y hueso.”(*)

Desde que surgieron los primeros cultos y ritos (animismo) a montañas, ríos, árboles o animales. Guiada la manada humana o tribu por un hechicero, comenzó la discriminación, persecución, exilio y exterminación de los ateos y agnósticos, o adeptos de otras sectas minoritarias en los asentamientos o campamentos nómadas.

En los primeros cien mil años de vida el homo sapiens sapiens consigue expandirse por el planeta sin aparente religiosidad, aunque es probable que desarrollara pequeños ritos de superchería.

Y la cima de la evolución humana: desarrolla el lenguaje.

A partir de treinta mil años atrás se encuentra en suficiente cantidad para teorizar sobre la aparición de los primeros ritos religiosos, objetos de culto de hueso y piedra.

En todas las civilizaciones y aún hoy en las actuales, los disidentes de la religión o superstición tribal eran eliminados de la población, de los puestos de poder y administración de los asentamientos humanos.

La religión o superstición servía además como excusa para invadir y apropiarse de territorios vecinos.

Durante milenios solo los creyentes y sumisos sobrevivieron y sobreviven al totalitarismo religioso. Actualmente se producen periodos de grandes genocidios contra las minorías religiosas, en Asia y África principalmente. En el siglo pasado además, en la Europa del Este con la guerra croata-bosnia. O el exterminio alemán de los judíos en la Segunda Guerra Mundial que incluye lo racial, social y religioso (una minoría cuantiosa de los exterminados, no eran judíos).

Hablan los historiadores, antropólogos y periodistas de limpiezas étnicas; pero poco se diferencian muchas de estas razas genocidas en sus continentes de la gente que exterminan, como las africanas, asiáticas o europeas, salvo en el culto religioso.

La población mundial mayoritariamente fue inducida por una selección genética violenta a aceptar la imposición y existencia de cualquier tipo de divinidad.

Con esta limpieza religiosa social, los individuos con el carácter predispuesto a adoptar una fe o superstición se reproducían entre iguales y naturalmente educaban a sus crías en la fe impuesta y sus ritos. Crías humanas que replicarían el mensaje genético que los predisponía a la credulidad y por tanto, al temor y la obediencia.

Lo que explica la propensión de abrazar la idea de la divinidad en el actual imaginario de la especie humana. Y la sumisión y adoración a las autoridades político-religiosas perdiendo alarmantemente desde inicios del siglo XXI libertades e incluso sacrificando sus necesidades biológicas a los decretos o mandamientos de los líderes político-sectarios.

El pensamiento libre y sin contaminación religiosa, desde 30000 años atrás hasta principios del siglo XIX era condenado y perseguido de forma cruenta, lo que marcó un retraso colosal en el progreso de la civilización, ya que todo esfuerzo debía estar dirigido hacia la adoración de los símbolos religiosos creados, que se traducía en el enriquecimiento de sus brujos, chamanes, ulemas, rabinos, sacerdotes, santones, reyes, aristócratas, terratenientes, militares, presidentes y dictadores.

Cualquier idea no religiosa, se consideraba herejía, penada con muerte o en el caso de las castas de prestigio, clases altas o aristocracia, con el exilio.

Fue en el siglo XIX donde tímidamente dio comienzo la alfabetización de la población, aprender a leer y escribir como un requerimiento indispensable para encontrar trabajo.

La especie humana a lo largo de estos miles de años ha derivado en otra raza de carácter endogámica, defectuosa, castrada de los atributos de la especie primigenia. Una raza más cercana a los mamíferos rumiantes. Y en la actualidad a los insectos sociales, como los himenópteros (hormigas, avispas, abejas) y neópteros (termitas).

Pasada la Edad Media, se eligió para los grandes asentamientos o ciudades la técnica arquitectónica de las abejas u hormigas para la estabulación de las reses humanas. Los ricos, dueños de las grandes extensiones geográficas, disponían así de un gran espacio, sacrificando pequeñas regiones para apilar o estabular a sus obreros o clases votantes.

A medida que pasaba el tiempo y se desarrollaba un código económico religioso de tributos y leyes contra la población a favor de las castas hechiceras o religiosas (las ricas), la política paulatinamente su fundía con la religión en el gobierno de los países. Hoy día la política se impone a la religión (salvo el islam, hinduismo y budismo), que permanece como un poder negro y oculto que da consuelo y un espejismo de dignidad a la explotación humana pobre o trabajadora.

La iglesia sentenció mundialmente en el año del coronavirus 2021: “Vacunarse es un acto de amor”.

Los endogámicos linajes religioso-políticos también sometidos a su propio sistema ganadero de mejora de la raza; religiosos en cuanto a que cualquier ideología como el nazismo o el comunismo son meras doctrinas conductuales basadas en la fe en un ser superior: el jerarca nazi o el presidente del comité. En la actualidad se afanan con febril actividad y con todos los medios disponibles de emisión de propaganda doctrinal en erradicar el intelectualismo, libre pensamiento e individualismo.

Se debe tener en cuenta que el poder o casta rica (una especie endogámica y castrada también) no es especialmente inteligente, solo hereda un estatus social y político. Con lo cual su escaso intelecto o mediocre inteligencia queda en evidencia ante intelectuales, libre pensadores y académicos. Esto no lo pueden permitir, mostrar su ignorancia e incapacidad; de ahí que se colectivice (globalización) el ingenio y la creación, para que toda autoría sea el resultado de una masa amorfa sin rostro y sin nombre, que un jerarca político “democrático” (eminentemente lerdo) sea el ejecutor de pastorear o liderar hacia tal fin.

El individuo es la pesadilla del estado y de toda religión.

No puede ni debe resaltar más humano que el que se encuentre en los círculos de poder. A excepción de los necesarios bufones de distracción de los rebaños humanos, como cantantes, actores, personajillos gurús de redes sociales y bustos parlantes televisivos que son designados por el poder político-religioso.

Es por esta endogamia de las razas gobernantes o pudientes, la razón de que al llegar un político a liderar el gobierno de un país, precisa de una corte de educadores con un presupuesto millonario a cargo de los insectos de la colonia, para que ofrezca una ilusión de cultura, conocimiento y capacidad intelectual ante la masa votante.

En el caso religioso, los conocimientos llegaron de Dios, por supuesto; a través de una legión de sacerdotes y frailes recopilando y transcribiendo información de libros, códices y pergaminos que almacenaban en sus sótanos para exclusivo uso y disfrute: oscurantismo. Actualmente el cristianismo y su iglesia, dedica un gran presupuesto en legiones de arqueólogos, historiadores, antropólogos y lingüistas buscando una mínima prueba de la existencia de Jesucristo. Quien dice cristianos, dice musulmanes y judíos.

Las democracias son gobiernos de estructura insectil, apoyados por el voto de esa raza humana primorosamente seleccionada y evolucionada mediante técnicas ganaderas como cualquier raza de vaca, toro, perro o gato; para el fácil pastoreo y obediencia y la longevidad del poder de los ricos o político-religiosos.

Cuando hablo de estructura insectil, me refiero a la comunicación estado-población. La población en esta era tecnológica recibe los impulsos eléctricos y químicos (como los insectos coloniales en sus colmenas y termiteros) que el estado envía como decretos de restricciones de libertad y necesidades biológicas; la población las recibe a través de sus teléfonos móviles y televisión, reaccionando esta masa insectil globalizada con obediencia o temor.

Según sea la frecuencia y tensión de los impulsos electroquímicos que emita el estado, la masa insectil reaccionará con obediencia, conformismo o euforia; pero jamás con violencia o crítica, porque la castración física y mental es total en las castas inferiores.

No hay guerras entre naciones desde hace siglos. Las guerras son entre las distintas sectas ideológicas o endogámicas familias millonarias que desean obtener todo el poder, el que otras sectas ostentan. Es prácticamente una guerra entre mafias.

Que los fenómenos meteorológicos llamaran la atención del hombre prehistórico tanto como para achacarlos a actos divinos (algo que teorizan los antropólogos e historiadores como el origen del culto religioso); no me parece una buena hipótesis. El clima no era nada nuevo, nacían y crecían con él, era su vida. No era fácil que llamara la atención algo tan cotidiano como las flores que se abrían y cerraban o los frutos que surgían de los árboles, la lluvia, el viento, la nieve… No había nada extraordinario en estos fenómenos.

Tuvo que haber una experiencia que sirvió como comburente para prender la idea de religión o ritual; como el delirio por fiebre, por narcosis, por ingesta de vegetales tóxicos, por locura, etc… Convirtiendo éstas alucinaciones en experiencias místicas que narraban a los miembros del clan.

La locura, cerebros enfermos de algunos de aquellos humanos.

Un cazador (cazadora no, puesto que olían más por la menstruación en un mundo sin compresas ni desodorantes) hambriento en un mal día de caza come los frutos que el bosque ofrece, algunos son tóxicos o narcóticos y alucina cosas raras que narra a su clan como una epifanía.

Entiendo así la aparición de lo religioso o esotérico por causa de delirios narcóticos, o enfermedades psiquiátricas como la esquizofrenia, cuyas imágenes se extendieron venenosa y paulatinamente durante miles de años hasta hoy.

Una vez creado un culto, al hechicero o sacerdote no le costaría demasiado inventar leyes y condenas así como mitos para impactar en los crédulos. Un ser que vive a costa de otros, al verse libre de tareas de supervivencia como la caza y recolección, disponía de mucho tiempo para perfeccionar sus mitos y profecías.

La religión, en los inicios de la humanidad, en sus primeros asentamientos se convirtió en ley y autoridad. Había tan escasa capacidad de comunicación (solo había comunicación oral, la escritura aparece sobre el 3100 a.C.,  o sea, 27000 años más adelante tras la aparición de los primeros cultos) que templos y parajes de culto se hicieron sumamente necesarios para el adoctrinamiento de la población.

El control estaba en el miedo y el castigo. A partir de estos dos conceptos, la religión se convirtió en el medio de gobierno que se ha mantenido durante más de treinta mil años.

En la actualidad y en la práctica el método de gobierno es el mismo: la fe, el oscurantismo y la credulidad insectil de la masa. Con otro decorado y otros ritos menos cruentos, pero infinitamente más psicológicos en una humanidad pervertida por los milenios, ya nacida para ser pastoreada o globalizada sin pudor ni escrúpulos por parte de los mismos endogámicos sacerdotes y hechiceros de la antigüedad.

*Breve historia de las religiones del mundo, Roberto Vivo.

Carta

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Iconoclasta

El Nuevo y Normal Estado Penitenciario Fascista Español, en connivencia con los cárteles fascistas autonómicos, trabaja exclusiva y afanosamente para eliminar toda libertad y todo pequeño placer de la población.
Este acto de asfixia del estado requiere una respuesta de ira y violencia.
Y es ya prácticamente inevitable la lucha y la muerte.
Los criadores de cerdos (el estado español, en este caso concreto) han podido constatar con el coronavirus, la cobardía, sumisión y mansedumbre del pueblo español y han decidido cargar contra él como una apisonadora con la cruz gamada como insignia.
De hecho, las libertades han sido ya arrasadas junto con las necesidades puramente biológicas humanas. Prohibir o negar (censura y oscurantismo dogmático en educación, arte, cine y literatura entre otras cosas) los pequeños placeres (fumar, moverse libremente por la naturaleza, paseos nocturnos) será la culminación de un totalitarismo feroz que solo puede erradicarse con una guerra abierta, por supuesto, decididamente letal.
España, con sus taifas y caciques autonómicos de corte neonazi, ya es zona de guerra, aunque la gran mayoría española aún no lo sabe. No lo sabrá hasta que los criadores de cerdos (el estado) les arranquen a los cerdos o habitantes a sus hijos de los brazos en el momento de nacer para, decidir si al bebé se le mutilan los genitales o es apto para la reproducción.
Los próximos que nazcan van a ser castrados genitalmente bajo supervisión socialfascista, es decir, eligiendo la cría a no emascular según la mansedumbre y afección al fascismo de los progenitores (imprescindible el brazalete nazi o pasaporte covid). Después serán vacunados con el virus de la cobardía y mansedumbre: el coronavirus o covid 19 que ya administraron hace más de dos años los gobiernos nazis o falsas democracias (preferentemente occidentales) del planeta a su ganado porcino humano.
Yo lucharé en el bando de la libertad, aunque dure solo un segundo. Un segundo de vida en el que no moriré como un manso de mierda.
Que no sueñen estos nazis hijoputas que les voy a comer la polla o el coño ni por un momento.
La libertad bien vale la muerte, porque esta mierda nazi no es vida. Es esclavitud, cerdos en una pocilga hacinados (la población de las grandes ciudades) y unos criadores sin escrúpulos (los jerarcas y burócratas gobernando) ahogándolos en sus propios purines, con las instrucciones y asesoría de unos veterinarios corruptos y traficantes de drogas (sanidad nazi, OMS).

Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.

La violenta represión contra el pueblo catalán, el encarcelamiento colectivo y acoso que ejerce su propio gobierno; tiene unas enormes posibilidades de que acabe en un estallido de violencia que, posiblemente cause los primeros muertos en la Nueva y Normal España Penitenciaria del Coronavirus. Esto es aplicable (y un hecho) al resto de las pseudodemocracias europeas y occidentales.
De esos muertos a que se complique la situación hasta desembocar en una guerra civil, no hay mucho recorrido.
Si durante décadas no se hubiera pervertido la educación, y naturalmente la historia, muchos lo sabrían.
Y para mayor inri hay un error en la estrategia de instauración de la dictadura en los nuevos líderes neonazis de las pseudo democracias occidentales, tal como ha hecho el Gobierno Nazi Catalán y el Gobierno Penitenciario Español (el francés, el australiano, el italiano, el austríaco, etc… Una plaga de nazismo planetario apoyado en el resfriado del coronavirus).
El error, el craso error radica en que han asaltado los derechos biológicos de la población: le han prohibido la respiración y el movimiento para el sustento vital por la fuerza, con policía, ejército y mediante chantaje económico y racial. Y no se sostendrá semejante nazismo, porque va directamente contra la naturaleza humana, su biología más básica y necesaria.
El tiempo que se puede poner en jaque la biología, si no se ha sobrepasado, está a punto de llegar al límite. Y el límite lo marca el hambre y el instinto más básico de vivir.
Los actuales líderes neonazis, son víctimas de la ignorancia u oscurantismo que se ha llevado a cabo durante décadas para convertir a las masas de personas en masas de herbívoros rumiantes. Su ignorancia llevará a un nuevo fracaso político social que costará muchas vidas y hambre.
La biología se rige por los caminos de la supervivencia y la violencia, son cosas que van necesariamente de la mano e inevitables cuando se ataca la básica naturaleza humana y su mantenimiento.
Toda retórica política se ha convertido en una patética liturgia y eucaristía digna del nazismo más pervertido fundado por Hitler.
La segregación de los no vacunados (pensamiento libre) es exactamente la racial. Y ahí los líderes neonazis han cometido otro error: entre los no vacunados hay “puros arios” que no asumen conformismo o mansedumbre alguna.
Se puede morir de muchas maneras; pero hoy día la que va tomando forma con más rapidez, es morir por los disparos de un policía adoctrinado (fanático) y acobardado por el resfriado del coronavirus narrado por la prensa del nuevo neonazismo y sus instituciones. Con lo cual, ese psicópata en potencia disparará contra cualquiera que no lleve mascarilla, no guarde una distancia de seguridad o tosa. Porque le han enseñado que si mata la persona, mata la infección y así ayudará a la especie humana a superar el resfriado.
El lema del neonazismo planetario del coronavirus: “la libertad es enfermedad”, es el más dañino y religioso con el que se haya adoctrinado jamás a los jueces, ejércitos y policías.
Ya es tarde, aunque desaparezca la enfermedad quedará el nazismo que seguirá atacando la biología, la naturaleza humana y contra eso, la única vacuna es la defensa, la violenta defensa de los acosados, encarcelados y asfixiados.
Si una canción decía: “antes muerta que sencilla” que dirá la canción de los que están encarcelados en sus casas y además, no se les permite la respiración libre.
Todo nazismo es una orgía de analfabetismo.

Iconoclasta

Joe (Joaquín Phoenix) dice con la cara ensangrentada:

–Tío… En serio, no sé que coño está pasando aquí; pero la verdad es que… Me importa una mierda.

Ojalá Joker (interpretado por Phoenix) hubiera sido una cuarta parte de lo interesante y dura que esta película.
En realidad, nunca estuviste aquí; retrata la locura como pocas veces se ha visto.
Una apoteosis de cine negro.
Bravo por Lynne Ramsay (directora y guionista) y por Joaquín Phoenix, impresionante.

El derecho a la vida no existe, la vida no está regulada. Los seres vivos nacen y respiran sin que nadie les de permiso.
La vida no tiene ni precisa derecho alguno.
Y en muchos casos, para vivir hay que matar o cazar.
Ningún ser vivo tiene otorgado ningún derecho a la vida. Eso no existe, es solo un insulto burdo e infantil del poder para someter a las grandes manadas humanas. Un derecho es algo que impone el poder político, militar o religioso para erigirse en dueño y señor de todo lo que gobierna.
Es solo cháchara del más puro fascismo, viejo como el mar.
Hablar de derecho a la vida, es decir que alguien regula tu vida, tu respiración, tu libertad. Es decir: el poder te da su bendición y permiso para vivir.
Y resulta que los grandes líderes democráticos, sobre todo europeos (aquellos a los que se les llenaba de flores las bocas alardeando de su democracia de mierda) se han erigido en auténticos Moisés, enviados para defender su fe y la vida de sus judíos, encarcelándolos y acosándolos. Europa es un vertedero de un fascismo que se ha hecho llamar sanidad.
Y es entonces cuando entra en juego (su juego, el del poder) mi derecho a defenderme y ejercer la violencia necesaria y efectiva para proteger mi vida y su dignidad de la extorsión a la que me somete el poder. Todos sabemos que contra el poder, se tiene las de perder; pero es algo que como se dice coloquialmente: me suda la polla.
Haré lo que deba aunque me joda.
Quien no tenga valor para ser violento, vivirá según le deje el poder. Justo lo que está ocurriendo en este momento en el que los gobiernos occidentales han elevado a rango de santidad nazista, la sanidad.
Millones y millones de reses humanas respirando pobremente a través de un bozal en el hocico (incluso en campo abierto) y dejándose chutar en las venas o en la carne el veneno que les ha sido asignado por la poderosa Sanidad Nazi a través de esos criadores de cerdos que son los políticos y sacerdotes de cualquier religión elegida al azar.
Alguien dijo: Debieron elegir entre el deshonor y la guerra. Eligieron el deshonor y por tanto la guerra.
El nuevo nazismo surgido en el mundo no está resuelto, ha de vivirse un alto grado de violencia de tal magnitud, que los criadores de cerdos de la Sanidad Nazi, se deban plantear si ha valido la pena subir el grado de extorsión a la población a cambio de tanta destrucción y pobreza que ha de llegar aún. Independientemente de que se consiga volver a ser medianamente libres o no.
La violencia es inevitable y es el medio definitivo para conseguir un vencedor y un vencido; mientras no haya una gran violencia y sus muertos, no habrá paz.

Iconoclasta

¿Y si alguien me los roba, me los impide?
¿Qué hago? ¿Cómo gestiono la venganza, la violencia que conlleva el robo de la más básica libertad?
¿Cómo defender pacíficamente lo que me pertenece cuando me lo han robado a la fuerza, con humillación?
¿Cómo hacer pagar el dolor causado cuando intentan robarme mi parte del planeta encarcelándome?
No saben lo que hacen, no pueden imaginar dónde les llevaría semejante acto.
Hay consecuencias…
Es precioso y es mi privilegio de hombre admirar los amplios cielos, los inabarcables horizontes.
Vale la pena combatir por ellos, cualquiera que sea el precio.

Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.

El nuevo y normal fascismo español del coronavirus ha hecho retroceder social y económicamente a su población a las décadas franquistas del siglo pasado.
Como resultado de su asfixiante represión, ha resurgido una especie mezquina de la que muchos de sus especímenes quedaron impunes de sus actos de envidia que, causaron encarcelamiento, tortura, muerte y un expolio de bienes del que se vieron beneficiados en la dictadura franquista.
Colaboracionistas que denunciaban a sus vecinos por una razón de envidia y ambición eran premiados por el régimen franquista con una caricia en la cabeza o bien con parte del botín que la piara formada por Franco y sus secuaces, robaban sin ningún pudor. Con alegría.
Esos informantes, chivatos, confidentes y mierdas más; los que por envidia llevaban a la prisión, tortura e incluso a sellar la pena de muerte para sus vecinos (España está plagada de barrios, pueblos y ciudades donde viven sus descendientes que eran legión) son los que se asoman a las ventanas corriendo un poco las cortinas, para denunciar a gente que usa su libertad y recibir, como con Franco, las caricias; ya sea de los perros policía o de sus amos los fascistas normales españoles del coronavirus que llevan a cabo la gran estafa social y económica.
El fascismo español ha dedicado grandes titulares a denunciar que la juventud ha propagado el coronavirus, y el resto de la población se lo cree. España está llena de mierdas analfabetas, de auténticos pedazos de mierda, sean machos o hembras.
En España, el analfabetismo de la síntesis y la comprensión lectora, ha llevado a millones de personas a creer que arruinándose, empobreciendo su salud y humillando su libertad; conseguirán que el virus se marche al espacio exterior en busca de otros cuerpos que invadir.
Y el nuevo fascismo normal español del coronavirus, ha comprado toda la prensa posible y convertido a todos los periódicos españoles o agencias informativas, en la Hoja del Lunes del franquismo.
La Hoja del Lunes, era un diario publicado por el régimen franquista exclusivamente los lunes, ya que los censores no trabajaban en fin de semana (era pecado y estaba prohibido trabajar en domingo) y los periódicos por ello, no podían publicar en lunes.
Era por gente como aquellos mierdas confidentes, que los crímenes del fascismo se extendieron durante casi medio siglo en el tiempo. Los mismos que ahora lamen los genitales de las fuerzas del orden púbico para ganarse algún favor o sacar a pasear a su puto perro un par de veces más al día durante el encarcelamiento que imponen los caudillos Sánchez e Iglesias por su necesidad de enfermar y arruinar a la población para sacar más dinero de los fondos de la Unión Europea por esa gripe llamada coronavirus.
Cuando murió el cerdo (Franco) aquellos mezquinos confidentes (y aún vivos unos cuantos), lloraron porque no sabían que hacer sin aquel mierda en el poder.
Y en aquel instante se encuentra ahora España, sin necesidad aún de torturas (aunque nunca se sabe, mantienen un férreo control de la prensa y ahora quieren, al igual que sus amos chinos, controlar internet) y fusilamientos. En ese instante de una libertad robada y estafada hasta la pobreza y la enfermedad, con el tácito beneplácito de una población cobarde, decadente y degenerada en su endogamia.
El nuevo y normal fascismo español condena la violencia. Necesita para ejercer su estafa y prolongar su tiranía durante años, que los cabestros habitantes sean sumisos; aduciendo que si obedecen, les salvarán la vida.
Lo gracioso es que los están matando, están cometiendo genocidio con gente verdaderamente enferma a la que han negado sus tratamientos vitales.
Pero como el fascismo no se alimenta precisamente de inteligencia, se equivocan. Franco consiguió dominar a millones de españoles tras exterminar a más gente que la peste.
La guerra en sí no fue larga. Lo que se prolongó fue el sistemático asesinato de todo sospechoso de no ser afín al régimen; solo así se consigue implantar el terror en la población, para su obediencia y control. Franco y sus secuaces dedicaban meses a la depuración de todo pueblo o ciudad a la que llegaban las tropas; que no avanzaban hasta haber matado todo lo que debían.
El nuevo y normal fascismo español, si quiere durar como Franco, va a tener que masacrar a mucha gente para seguir en el poder. No lo ha hecho.
Y ahí radica la equivocación: la violencia es tan necesaria como inevitable para ganar una libertad robada. Y por lo tanto, el fascismo durante un tiempo va a perder mucho dinero que ha robado para atajarla.
Hay una violencia para agredir y otra para defender; pero tras una sola batalla de la guerra por la libertad, solo existe la violencia agresora.
Los cuchillos no solo sirven para cortar bistecs y embutidos, son igualmente útiles para cortar carne humana; un bate de béisbol, además de golpear una pelota, sirve para romper huesos. El fuego no solo sirve para cocinar y tener calor en invierno, también sirve para incinerar a los hijos de puta.
Quiero decir, que no es suficiente para evitar la violencia, la prohibición de la posesión de armas de fuego; es algo ya experimentado.
Afortunadamente, vivimos rodeados de objetos que pueden herir, matar, defender nuestra libertad y dignidad, etc…
Objetos con los que se puede defender el simple derecho a caminar por donde y cuando quieras.
Muchos cobardes morirán por inanición y debilidad orgánica que causa el nuevo y normal fascismo español del coronavirus.
Y unos pocos vivirán lo suficiente para intentar devolver el mal que se les ha hecho.
Mientras tanto, aquellos serenos (vigilantes nocturnos del franquismo que disponían de las llaves de las porterías de los barrios que rondaban para controlar quien salía, quien entraba; e interrogar a donde iba y de donde venía la gente cuando comenzaba a la noche el toque de queda eterno, de las 22:00 a las 06:00, y que se prolongó durante décadas) ya vuelven a arrastrarse por las calles como peligrosas alimañas a las que no les importa matar o asfixiar a nadie.
Bienvenidos de nuevo al siglo pasado de una España enferma y mezquina.
Y no es una broma, la dictadura franquista ha sido la más larga y sangrienta de la historia, tienen ese honor los españoles. Y ahora llega otra mierda igual.

Iconoclasta

Lo que suele ocurrir con la fe en las divinidades, es que se desvanece con la madurez intelectual y, a lo sumo, se convierte en un vicio adquirido o costumbre el pedir cosas a la divinidad cuando las cosas van mal.
En definitiva, una vez superada la adolescencia, la fe se convierte en una tradición familiar como tirarse pedos.
Morir está demostrado que no tiene mayor trascendencia que un disgusto para las familias del primate muerto. Por consiguiente, haz lo que debas y como puedas.
Bueno, me parece bien que no creáis; pero en mi húmeda y oscura cueva hay millones de almas pidiendo paz, esperando que algo los libere del dolor y del eterno miedo.
Huelga decir que, atente a las consecuencias de lo que hagas. Por eso es habitual el suicidio entre los primates que han cometido actos abominables a ojos de la miserable humanidad.
Por cierto, yo soy acto y consecuencia; pero vosotros no. Nada impide que os pueda volar la cabeza de un tiro si es mi capricho.
No intentéis imitarme y pretender ser longevos.
Que hayáis llegado con cierta dificultad a la madurez mental, no quiere decir que yo no exista.
Otro consejo: si intentáis hacer lo que yo y pretendéis hacerlo bien, no os debe importar el sexo o edad del mono. Todo tiene sus pros y sus contras: un bebé suele desaparece entero si le aciertas con un 50, tiene un cuerpecito muy pequeño para tanta masa de muerte disparada. Eso sí, es muy dramático (bueno a mí me parece de risa). Y a un macho adulto le puedes pegar cuatro buenos balazos antes de matarlo si no le das en la cabeza o la médula espinal; lo que lleva a disfrutar de su agonía, aunque sea unos segundos.
Dicho esto, procedo con la masacre indiscriminada. Me encuentro en un tejado de un edificio en construcción, en Gotemburgo (Suecia). Es agosto, el corto verano arrastra a los primates suecos masivamente a las calles para acaparar todo el sol que puedan tras un invierno largo como mi verga. Mi ciudades favoritas para masacrar son las más pobres, cuanto más miserable es un primate, más disfruto. Es por aquello de meter mierda sobre la mierda.
Cuando tu esencia es el mal, has de hacerlo provocando los mayores daños posibles sobre los seres más desgraciados, es donde reside el mal más inquietante.
Sin embargo, cuando me siento tranquilo o pretendo alejarme de ciertos momentos de tristeza de la Dama Oscura (cuando está triste o pensativa, me parece más humana y temo descuartizarla), busco ciudades fáciles, limpias y donde los primates no están acostumbrados a vivir momentos de extrema violencia.
Allí hago mi trabajo de una forma más relajada, un poco menos salvaje y puedo recapacitar sobre otras cosas mientras os masacro.
Concretamente me encuentro en el distrito Johanneberg; entre unos sacos de cemento y otros materiales de construcción a mi espalda, mantengo inmóvil anulando su voluntad, a uno de los albañiles que trabaja en la construcción de este edificio de veinte plantas. Son las cinco de la tarde y ha acabado la jornada de trabajo, y también la vida para el bueno de Merkel. El hecho de que aún respire es puramente accidental, morirá sin lugar a dudas, yo soy Dios; aunque no como ese maricón que se masturba incontinente con los angelitos del quinto coro celestial.
Apunto hacia un parque público de una buena extensión con distintas zonas de equipamiento infantil y gimnástica; y caminos para correr e ir en bicicleta o patines. Hay muchísima gente, que dadas las fechas, ya ha hecho sus vacaciones o esperan comenzarlas. Mientras tanto, se entibian con el fresco verano sueco.
Dispararé desde unos doscientos a trescientos metros de distancia, con un fusil ruso SVKK-14S Súmrak con munición CheyTac 408 (10.3 mm), velocidad de la bala (gloriosamente demoledora): 900 metros por segundo.
Las armas de fuego, son lo único bueno que ha inventado esta especie de monos que el maricón Dios creó por casualidad.
Una mujer da el pecho a su bebé.
La Dama Oscura esconde su tristeza, aunque no puede engañarme, hace unas horas ha abortado el feto de lo que podría haber sido un hijo nuestro.
Por mucho tiempo que lleve conmigo, es humana y de vez en cuando le asaltan los instintos primates. Y es entonces cuando está más desprotegida ante mi maldad. Cuanto más muestra su cara humana, mis deseos de descuartizarla aumentan hasta el punto de sudarme la palma de las manos y me las froto contra mi rígida polla en un acto masturbatorio que precede, invariablemente a la aniquilación de la vida.
Apunto a la cabeza del pequeño mono mamón y disparo.
Ella lo sabe, mi semen negro es incompatible con la vida, puede desarrollar tumores, malformaciones incluso seres vivos que abrirán los ojos para sentir y padecer su muerte inmediata.
Fumaba aburrido uno de mis habanos en mi trono de piedra, cuando ella apareció desde nuestra alcoba en las tinieblas, con las manos ensangrentadas me mostró una masa de carne negra, como una hamburguesa quemada, entre ella habías vísceras de mono en miniatura.
El feto se había formado con todos los órganos hacia el exterior.
Se le calló de su maravilloso y acogedor coño cuando meaba.
La bala ha acertado la cabeza del bebé, la ha deshecho y ha destrozado la mama y luego, el corazón de la madre. Nadie ha oído la detonación desde el parque, la sangre mana de los dos cuerpos como un jarabe tranquilo y madre e hijo se han mezclado de una forma artística.
Pareciera que la cabeza del bebé ha sido devorada por la teta de la madre, es tan grotesco que siento ganas de gritar. Porque solo se puede apreciar el muñón del cuello del lechal dentro del pavoroso agujero que ha desintegrado el pecho. Debería sacar fotos para una exposición en el infierno.
Un pequeño trozo de cráneo está pegado al rostro de la madre muerta.
Bebé devorado por madre monstruo….
No vive nadie, nadie puede vivir en mi húmeda y oscura cueva; pero me gusta el arte, tengo mis aficiones.
¿Por dónde iba?
¡Ah, sí! Tomé el feto de sus manos y lo devoré, luego escupí los huesecillos, más que huesos, eran puro tendón.
-Ya lo sabías ¿no, mi Oscura? -le dije aspirando el habano.
-Soy tonta, a veces tengo esperanza.
-Sabes que no podría vivir, aunque lo parieras sano, lo mataría. Es inevitable.
Por toda respuesta, se sentó en el suelo entre mis piernas, y acarició distraída y melancólicamente mi pene que goteaba una baba espesa por ella.
Eyaculé sobre su cabello y su rostro. Mi Dama Oscura se sintió mejor, es voraz y voluptuosa hasta en la melancolía. La amo, me resisto a destrozarla.
Y para evitar matarla, Suecia y su verano relajante es ideal.
Un hombre corre por uno de los senderos, lleva unos auriculares llamativos y el teléfono en una funda que envuelve su brazo por encima del codo.
Apunto a su rostro de perfil, disparo.
Y desaparece del campo de visión de la mira.
Ha caído panza arriba y sufre espasmos, su rostro es un amasijo de carne, dientes y otros huesos que se han mezclado con el cabello negro y largo. Un ojo ha reventado y la nariz desaparecido. Le disparo de nuevo a una de las rodillas que se agitan espasmódicamente, el pie con la tibia se desgajan de su cuerpo.
Os aconsejo este fusil ruso, es simplemente perfecto y de una potencia que raya la pornografía por lo dura que te la pone su precisión.
Le disparo de nuevo, esta vez a al cuello. La bala rompe la médula espinal y la cabeza queda sujeta al cuerpo, tan solo por un tendón.
Los monos ya han empezado a gritar en sueco y correr de una lado a otro con sus crías.
En fin, pasado el primer momento íntimo de la sorpresa, ya no puedes esperar disfrutar de igual forma, así que consigo abatir sin demasiada alegría, casi con aburrimiento, a tres machos adultos y uno anciano, cuatro hembras de diversas edades y seis crías de entre doce y cinco años.
Le vuelo la cabeza a Merkel el albañil y abandono el rifle sobre su pecho. Las huellas no coincidirán; pero me suda la polla, mi impunidad es simplemente divina. Solo pretendo añadir al horror y el sufrimiento, desconcierto.
Antes de volver a la húmeda cueva, me paso por Turín, Italia. En un parque empresarial que ya apenas tiene actividad (son las ocho de la tarde), localizo a una secretaria de dirección sentándose al volante de su coche para volver a casa. La decapito con mi puñal teniendo especial cuidado en no ensuciar la mascarilla estampada con flores. Las secretarias de dirección suelen estar buenas, porque el mono empresario quiere cosas follables cansado de su mujer. No es necesario que sean ni siquiera secretarias.
Le meto los dedos en el coño: es suave y está aún sucio de semen. Invado su sistema nervioso central y masturbo el cuerpo decapitado que se agita grotescamente en el asiento corriéndose.
Con los cadáveres recientes puedo hacer cosas que os harían enrojecer, primates.
Le gustará a mi Dama Oscura, tiene una colección de cabezas de primates disecadas que abarcan ya desde el año 1400
Aún no tenía una cabeza del tiempo del coronavirus.
Espero que eso le levante el ánimo, por su bien. Y por el mío, no quiero estar sin ella.
No quiero que esté triste y recordar que es humana.
Cuando llego a mi cueva, me espera sentada en el trono de piedra, con su vulva obscenamente expuesta, ya que apoya las piernas en cada uno de los líticos reposabrazos. Como si fuera a parir.
Es tan brutal, tan amada…
Y me regala tal mamada, que creo que los intestinos se me salen por el sísmico orgasmo que genera su boca divina.
Luego la jodo por el culo y nos vamos a comer una pizza a España, que hay mucho que matar aún.
Siempre sangriento: 666.

Iconoclasta

Foto de Iconoclasta.